Alemania ya lo había
avisado: no era la sombra del equipo que se coronó campeón hace cuatro años. Con
casi los mismos jugadores, sí, pero cada vez más cerca de la jubilación. Con
excepciones como Mario Gómez que ya vino directamente del asilo de ancianos. Incluso
los que quisieron ver la derrota alemana ante México como un simple tropiezo
debieron notar el trabajo que les costaba colar la dichosa pelotica en la
portería. Luego del gol épico o agónico (escoja usted la esdrújula que prefiera)
con que Kroos derrotó a Suecia en el minuto 96 Alemania debía derrotar a Corea
si quería pasar a los octavos de final. Eso o alguna otra combinación que
incluyera un chivo prieto y un racimo de plátanos.
Pero noventa minutos
no fueron suficientes para anotarle un miserable tanto a Corea. Ni siquiera
para la limosna de un penalti en el VAR. El ataque lento y previsible como en
los partidos anteriores y Mario Gómez, Hector y compañía fallando todos los
centros que les tiraban. Como si les hubieran dicho que en caso de empate clasificaba
el equipo que más goles fallara. También
hay que anotar que Corea contaba con un incentivo extra: de no ganar los
jugadores tendrían que pasar el servicio militar obligatorio. Ya hubieran
querido los alemanes un estímulo de esa clase. A juzgar por cómo corrían los
jugadores coreanos y cómo lamentaban sus
fallos puede concluirse que en Corea del Sur el servicio militar es una
experiencia horrenda. Casi tanto como la vida normal en Corea del Norte.
En el primer tiempo
México y Suecia empataban a cero. Ese resultado, combinado con el cero a cero germano-coreano
clasificaba a alemanes y mexicanos. Pero empezando el segundo tiempo los suecos
anotaron un gol. Y luego otro. Y otro más. Los alemanes estaban obligados
marcar al menos un gol. Y al fin llegó, en el minuto 90, un gol… coreano. Y
minutos después, gracias a que el portero Neuer se creía imprescindible en la remontada
alemana, los coreanos volvieron a marcar a puerta vacía. De manera que Alemania
por primera vez en la historia fue incapaz de rebasar la fase de grupos de un
mundial.
En Alemania,
sospechamos, se imponen ciertos cambios. Los más obvios es que todo el equipo
acompañe a Mario Gomez en su regreso al asilo de ancianos. La otra es que se
reimplante el servicio militar obligatorio para todos los alemanes menores de
30 años.
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