Uno ve el resultado
del España- Irán y puede pensar que simplemente se adscribieron a la moda
contagiosa del uno a cero que azota este mundial. Que llegados al resultado que
está haciendo furor ambos equipos hicieron todo el esfuerzo posible por
mantenerlo. Nada más lejos de la realidad. En realidad aclaremos que si no
hubiese intervenido la casualidad y el rechazo de un defensa iraní no hubiera
dado en la pierna de Diego Costa no se hubiera roto el empate a cero en un gol
que subió a la cuenta del hispano-brasileño pero cuyo único mérito consistió en
pasar por ahí y tener sus dos piernas completas.
También hay que aclarar que luego del tanto
hispano-chiripero los descendientes de Jerjes no se quedaron cruzados de
piernas. Incluso hasta anotaron un gol y lo celebraron como si hubieran ganado
la batalla de Maratón pero luego el VAR decidió que no, que el gol persa había
sido anotado en fuera de juego. Y uno piensa que de haber VAR cuando las
Termópilas quizás Leónidas y sus trescientos se hubieran salvado. El caso es
que los ahijados del ayatollah volvieron a estar a punto de empatar por lo
menos en una ocasión más en que a Piqué le hicieron un caño que será un hito
anticatalanista o antiespañol, según se mire. O sea, que fue un uno a cero pero
peleadísimo que le servirá a España para clasificar y a Irán para empezar a
doblar camisas y acomodar matriuskas en el fondo de sus maletas.
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