La derrota de
Alemania contra México no fue accidental como se encargó de aclarar el partido
de hoy contra Suecia. En el primer tiempo el ataque alemán era tan lento
y previsible como la evolución de la escoba. Y entre uno y otro los suecos
aprovecharon para colarles un gol. A inicios del segundo tiempo los alemanes
regresaron con mayores bríos pero sin demasiadas ideas, cual glande bajo los
efectos del viagra. Eso alcanzó para empatar pero los esfuerzos posteriores
fueron fracasando uno a uno hasta que en el minuto 82 al defensa alemán Jerome
Boateng le sacaron tarjeta roja. Si hasta entonces la victoria parecía difícil ahora
parecía tan remota como la paz en el Medio Oriente. Ya era el minuto 95 y Joachim
Low, el entrenador alemán, andaba comprando los tickets de regreso en
expedia.com cuando en el cobro de una falta al borde del área Toni Kross clavó el
balón en una esquina del arco sueco. Fue así como este equipo de alemanes
multiculturales y hipsters redescubrieron la épica. Y Kroos fue Aquiles.
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