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viernes, 20 de julio de 2007

Chick Ferrari 14 (FINAL)


Capítulo XIV

Bajo el empuje de sus atacantes Chick ha caído en el suelo. Cada intento por defenderse de sus mordidas es inútil. O visto de otro modo, es muy útil para que sus atacantes se multipliquen instantáneamente. Cada golpe que lanza contra estos no consigue otra cosa que acrecentar su número. De hecho, ya el cuerpo de Chick ha desaparecido bajo una treintena larga de chiquillos que se le echan encima.
-¡Vamos Chick que tú puedes!- grita el Medio Lamo-azafata en un rapto de optimismo. Ha apostado todo lo que tiene (su cuerpo para ser exactos) a favor de Chick. Si pierde deberá masticarse a sí mismo para que el caníbal desdentado con el que hizo la apuesta se lo pueda tragar sin problemas.
Mientras tanto, Chick, mordido por todas partes, está a punto de darse por vencido.
Ya se ha dado por vencido. Para que no queden dudas se ha metido las manos en los bolsillos y así dar a entender que no piensa hacer nada más en su defensa. Es entonces que sus dedos tropiezan con los caramelos que la azafata le ha dado como casi póstumo regalo. Sin tener muy claro por qué, Chick toma un puñado de caramelos y los lanza al aire. Por unos segundos sus atacantes dejan de serlo para disputarse los caramelos, pero una vez devorados estos vuelven a lanzarse con los dientes en ristre sobre la carne de Chick. El detective en ese mismo instante atina a formular la siguiente conclusión: “El Mal es de apariencia insignificante, se reproduce al menor contacto... y le encantan los caramelos” tras lo cual piensa que si sobrevive a esta experiencia toda esa sabiduría acumulada podrá servirle de algo. Lanza otro puñado de caramelos pero se da cuenta de que el alivio es demasiado fugaz para buscar alguna esperanza en él. Entonces recuerda una frase que oyera alguna vez en los labios de su abuela y en cuyo significado nunca había logrado penetrar. La frase es esta: “haz bien y no mires a quien”. Chick, cerrando bien los ojos empieza a repartir caramelos a diestra y siniestra. En ese instante es que logra lo que de ningún otro modo hubiese conseguido.
El Mal, repartido ahora en medio centenar de chiquillos, luego de tragar los caramelos que les lanza Chick empieza a reducirse en el cuerpo de cada uno de sus representantes hasta desaparecer...
“El Mal es diabético” concluirá Chick más adelante.
Pero ahora Chick sigue todavía con los ojos cerrados esperando el próximo ataque del Mal. Entonces se siente zarandeado de un lado a otro hasta que reconoce la voz de Ford K. Brown en las siguientes palabras:
-¡Hemos ganado Chick! ¡El Mal ha sido derrotado!
-¿Y cómo anda tu apetito? ¿No te quedan ganas de comerme?
El rostro perplejo de Ford K. Brown le revela a Chick que el jefe de los Generosos Caníbales del Espacio ha perdido el gusto por la carne humana. Bueno, no del todo, porque en lugar de las mordidas que cabía esperar, Chick recibe un andanada de besos y abrazos por parte del jefe de los caníbales y sus seguidores.
-¡Somos y seremos eternamente buenos y nadie en esta galaxia podrá impedirlo!
-¡Viva nuestra eterna bondad!
A duras penas Chick logra escurrírsele a los ex -caníbales y reunirse con sus compañeros de viaje que, extrañamente, no están entregados a las muestras de amor al prójimo que ha contagiado a los caníbales.
-¿Ahora qué se supone que ocurra? ¿El bien durará eternamente? –pregunta Chick- ¿Tendremos que abrazarnos y besarnos todo el tiempo hasta el fin de nuestros días?
-Tampoco tienes que envanecerte demasiado, Chick -le dice el sordo ateo que parece bastante mejorado de su oído o está prestando más atención de la habitual al movimiento de los labios del detective.– El alcance de tu victoria sobre el Mal es limitado. Sólo durará un par de milenios y su área de influencia se limita a esta galaxia.
“¿Cómo hará para estar tan bien informado?” se pregunta Chick y ahora comienza a sospechar si el sordo ateo no tendrá comunicación telepática permanente con radio Celestial, la emisora que conduce San Pedro en persona. No obstante, prefiere no preguntarle. No quiere dejar mal parado el ateismo del interlocutor.
-Además –sigue diciendo el sordo- esa Bondad no te alcanza a ti que luchaste contra el Mal ni a nosotros que te apoyamos. Esas son las reglas del juego.
El sordo se sigue extendiendo sobre otras consecuencias de la victoria de Chick hasta que al final este le pregunta.
-¿Estás seguro que la derrota del mal tiene validez solamente para esta galaxia?
-¿Qué? ¿Te parece poco?
-No, no es eso –responde pensativo antes de preguntarle al capitán de la nave a qué distancia se encuentra la galaxia más cercana.
-Sólo un par de millones de años luz.
-Perfecto. ¿Habrá en el camino algún sitio donde repostar?
El capitán hace un gesto ambiguo que podría traducirse como “supongo que sí pero no estoy dispuesto a jurarlo así que no me culpen si no encontramos ninguno”. Chick entonces se dirige a todos sus compañeros de fatiga.
-Escuchen: luego que el Mal ha sido vencido quedamos nosotros como sus únicos portadores en toda la galaxia. ¿Acaso debemos exponer a la humanidad al terrible peligro de ser los únicos portadores del pecado original?
El murmullo que se levanta como respuesta podría resumirse en un “¿Por qué no?” o un “ “¡Que se jodan!”
Chick, siempre atento al sentir de la masa, decide cambiar de estrategia.
-Imagínense un mundo donde por bien que nos vaya no podamos despertar envidia en el próximo. Un mundo en que no podremos provocar rencor en nuestros enemigos porque no existen ni rencor ni enemigos. Un mundo en que no podamos pensar mal de los demás porque el Mal no es posible ni bien de nosotros porque el Bien es cotidiano e irrelevante...
Pocas veces Chick ha estado tan convincente. Diez minutos han sido suficientes para tener la nave lista para partir con todos sus tripulantes dentro.
Ya despega rumbo a lo desconocido la nave que alguna vez se limitara a recorrer la distancia existente entre la Tierra y la luna. Chick revisa con la vista cada rincón del sitio que en los últimos meses se le ha hecho tan familiar. Ahora, frente a él está parado el cuerpo del Medio Lamo que, fiel a su alma de azafata reparte bebidas y comida entre los pasajeros.
-Whisky J&B lunar por favor –dice Chick.
-Por supuesto cariño.
-No te preocupes –dice Chick tomando la peluda garra de la azafata – Todo saldrá bien. –añade aunque sin aclarar si se refiere a la recuperación de sus cuerpos originales, el embarazo del Medio Lamo o al viaje a la galaxia más cercana. Ahora Chick toma un sorbo de whisky. Sí, ya sabe de antemano que extrañará el sabor del licor extraído de las entrañas de la luna. Lanza ahora una última mirada a su galaxia natal. Entonces Chick descubre algo que no le ocurría desde que era niño, más exactamente un día en que unos chicos le quitaron su pelota de fútbol: tiene el rostro inundado de lágrimas que corren hasta formar un charquito en la barbilla.
-¿Qué pasa Chick? ¿Te ocurre algo? –le pregunta solícita la azafata.
-Nada, nada. Es que soy alérgico al whisky.
La nave parte mientas en el espacio las estrellas están más brillantes que nunca... o al menos así les parece a todos...

FIN

miércoles, 18 de julio de 2007

Chick Ferrari 13


Capítulo XIII

-¿Y si venzo qué obtendré? –pregunta Chick.
-No se puede estar todo el tiempo pensando en uno mismo –le aconseja Ford K. Brown mientras con un cuchillo corta una lasca del grueso brazo que pertenece al actual cuerpo de Chick.
-¿En qué quieres que piense? ¿En ti y en tus caníbales? –pregunta Chick envalentonado por su absoluta falta de perspectivas.
-No, pero sí podrías pensar en lo bien que funcionaría el universo si el Mal pudiese ser derrotado, aunque no te oculto que las probabilidades son inexistentes –dice Ford K. Brown dejando escapar una risilla irónica – Yo no pienso prometerte nada. No nos faltan deseos de meterte el diente pero si vences al Mal pudiera ser que se nos quitara el apetito. –concluye al tiempo que se echa a la boca un trozo de carne que le acaba de cortar a Chick.
-¿Y si a pesar de vencer al Mal todavía conservas deseos de comerme? –dice Chick con un tono de indiferencia bastante bien logrado- No es que me preocupe. Sólo pregunto por curiosidad.
-Será entonces porque no podemos hacer por ti nada mejor que pasearte por nuestro sistema digestivo.
Ford va a llevarse a la boca un trozo de carne de Chick que acaba de cortar cuando irrumpe en la habitación una mujer ya entrada en años que le arranca la carne de la mano y tirándole de la oreja se lo lleva a rastras mientras no para de gritarle:
-¡Cuantas veces te lo he dicho, cuantas veces!
Chick está agradeciendo mentalmente la providencial aparición de la señora cuando el jefe de relaciones públicas de los Generosos Caníbales del Espacio le comenta:
-Es la madre del jefe máximo. Muy buena persona ella, pero eso sí: no soporta que los hijos estén picando la comida antes de que la sirvan.
Mientras lo conducen hasta el calabozo donde lo esperan el resto de sus compañeros de viaje se tantea sus adiposas y maltratadas carnes y piensa en el mejor modo de entrenarse para una pelea contra el Mal. El combate será a la mañana siguiente pero aún así cree que podrá hacer algo. Hacer cuclillas, levantar pesas, perseguir gallinas. Como en las celdas seguramente será difícil conseguir gallinas tendrá que conformarse con atrapar ratones con la mano. No obstante todos sus planes se ven interrumpidos por los saludos y las palabras de consuelo de quienes han corrido tantas aventuras junto a él.
-Ánimo Chick –le dice Krim, uno de los hermanos siameses- después de todo...
-...hay cosas peores que la muerte –completa la frase No-Do, el otro componente del dúo.
-No te preocupes amigo –le dice el sordo- No estarás solo en el otro mundo por mucho tiempo. Prometieron comernos en cuando terminen contigo. Además, cuando llegues puedes preguntar por mis padres que se murieron el año pasado.
Una pequeña multitud se agolpa en torno a Chick para pedirle que trasmita todo tipo de recados a sus familiares en el más allá. Chick los escucha con fastidio preguntándose por qué está tan arraigada la idea de la invencibilidad del Mal. Ahora los que lo rodean abren paso al capitán de la nave, al Medio Lamo, embutido en el cuerpo de la azafata y a esta última que conserva la monstruosa figura del Medio Lamo.
-Chick, sólo te pido que en un momento como este olvides todas las diferencias que pudimos haber tenido en el pasado. –Chick no responde pero piensa que lo que no puede olvidar son las diferencias corporales que tienen en el presente.
-Sabes algo hermano –le dice ahora el Medio Lamo, atenuado por su apariencia femenina- siempre estaré orgulloso de ti. Aún con ese estúpido cuerpo de vieja gorda.
La azafata en cambio, envuelta en el repelente cuerpo del Medio Lamo se le acerca y le dice al oído.
-Sé que este no es el momento apropiado pero quiero que sepas que vamos a tener un niño. Sólo que ahora crece en el cuerpo que ocupa el alma de tu hermano.
A Chick solamente le faltaría que su antiguo cuerpo se le acercase y le dijese: “sigue adelante Chick, esta es la película más fascinante en la que he participado”. Eso es justamente lo que le ocurre como para recordarle una vez más que su cuerpo ahora está ocupado por el alma tonta de Marilyn Monroe. “Ya me gustaría a mí encontrarme con su cuerpo original. ¿Dónde lo habrá dejado?” piensa mientras busca el modo de escabullirse hacia la cama donde pasará la última noche de su vida. Cuando al fin lo logra encuentra junto a su cama al monstruo con alma de azafata.
-Me di cuenta de que tendríamos un niño cuando vi a tu hermano desmayarse al llegar aquí.
Chick mira a su alrededor y encuentra razones suficientes para despertar las náuseas de cualquiera, aun sin estar embarazado.
-Adivino lo que estás pensando pero una mujer enseguida se da cuenta de esas cosas –dice mientras lo acaricia con su garra derecha.- Aunque si quieres podemos intentarlo de nuevo...
Chick recorre una y otra vez con la vista el cuerpo intruso y peludo de la azafata y el suyo propio hasta que al fin dice:
-Por favor, esta noche preferiría estar solo.
-Está bien, -responde su deformada amante- pero antes déjame darte algo para que te lleves al otro mundo. Quizás allá pueda serte útil. –y le entrega al detective un paquete de caramelos-. Nunca llegué a repartirlos entre los pasajeros pensando que algún día podrían ser necesarios y ese día ha llegado. Espero que te ayuden a recordarme.
Chick piensa primero si habrá dentistas en el más allá y luego que cuál será su tarifa. Hace de tripas corazón y le da un beso de despedida a la azafata. Ahora está solo en su lecho pero no logra conciliar el sueño. Frente a él como en una película desfilan todas la imágenes de su propia vida. Su primera comunión, su primer juego de fútbol, el encuentro con su padre en Santa Rita del Valle.
Chick comienza a preocuparse.
Ha oído decir que ese tipo de imágenes acuden a la mente cuando la muerte está más cerca que la ropa interior. Reconoce entonces el momento en que cuando era niño estuvo fisgoneando a una prima mientras se duchaba. Luego ve a otra mujer desnuda y justo cuando empieza a entusiasmarse con la visión esta se oscurece. Chick primero se molesta y luego piensa que esa interrupción puede ser un buen presagio. Es entonces que escucha unos silbidos y recuerda que la imagen pertenece a la primera película porno que fue a ver al cine y que la torpeza del proyeccionista le impidió ver la película hasta el final, un trauma del que todavía no ha podido recuperarse. Llega el amanecer y el detective se da cuenta que durante toda la noche no ha hecho otra cosa que contemplar imágenes de su propia vida.
-Cortando unas cuantas escenas y con un happy end no estaría nada mal como película. –se dice a sí mismo segundos antes de que lo llamen a comparecer a la pelea.
El estadio donde se va a celebrar el combate es circular como otros en los que ha estado. La diferencia es que esta vez es a él a quien le toca estar en el centro. De un momento a otro saldrá por la puerta frente a la que se encuentra parado el Mal. Nunca ha imaginado sus formas pero ahora hace un intento. Escamas, tentáculos, ventosas, fluidos pegajosos y malolientes. Cuando termina de hacerse una idea de conjunto se da cuenta que no habría podido imaginar algo más parecido a su hermano el Medio Lamo.
Sin embargo, lo que sale corriendo ahora hacia él es un chiquillo de unos doce años. Antes de que las primeras neuronas de Chick tengan tiempo a desperezarse, el chiquillo le está mordiendo la pierna. Chick intenta apartarlo de una patada y lo logra con más facilidad de la prevista, sólo que por efecto del golpe ahora, en lugar de uno, del suelo se levantan dos muchachos idénticos que se levantan a morderlo.
“Si el primero es el Mal, el segundo es el Peor” es lo último que piensa Chick antes de que los dientes del Mal vuelvan a hincarse en su pierna.

viernes, 13 de julio de 2007

Chick Ferrari 12


Capítulo XII

Cantando una alegre canción marinera sobre un náufrago que abrió una taberna en una isla desierta, Los Generosos Caníbales del Espacio empiezan a arrastrar hacia sí la red en la que acaban de capturar a Chick y a sus compañeros de viaje. Estos últimos se hallan en estado que se podría calificar de histeria si quisiera dársele una explicación a los continuos cabezazos que se dan contra las paredes y el techo de la nave. Esto quizás se deba a que los Generosos Caníbales del Espacio insisten en el derecho que tienen los ocupantes de la nave a escoger entre ser devorados crudos o cocinados. En el segundo caso sus captores se reservan el derecho a usar la receta que estimen conveniente.
-Eso sí, según establece nuestra cocina tradicional, en cualquier caso serán comidos vivos para asegurar que la carne se encuentre lo más fresca posible.
Ya llegan a lo que se puede considerar tierra firme o algo por el estilo. Un grupo de hombres armados entra a la nave. El que parece algo así como un teniente con deseos de ascender pregunta:
-¿Quién de ustedes es Chick Ferrari?
Chick se alegra por partida doble. Por un lado de que su fama haya llegado hasta ese rincón del universo. Por otro, de que con su actual cuerpo de señora madura sea imposible que lo reconozcan. Así es. Todos señalan para el cuerpo de Chick, poseído en ese momento por el alma de Marilyn Monroe.
-Vamos, que no queremos perder tiempo. Nuestro jefe, el temido Ford K. Brown y su hermano Ford A. Pache están ansiosos por conocerle.
El cuerpo de Chick mueve la cabeza en negativo gesto mientras de él sale la voz de la Monroe:
-Me niego a presentarme a nadie sin ver antes a mi peluquero.
-Me decepciona usted. No lo creíamos un dechado de virtudes pero nos sorprende esa dependencia de su peluquero. Pensábamos que era usted un hombre de pelo en pecho pero ya veo que si los tenía se ha hecho la permanente.
-¡Qué simpático! –exclama Chick –Monroe- Así que de pelo en pecho –dice mientras mete su mano dentro de la camisa. Peor en lugar de uno de sus inmortales pechos tropieza con una maraña de vellos. Marilyn piensa en Jack Lemmon y Tony Curtis. “Ahora han cambiado los papeles. Estamos filmando la segunda parte de Con faldas y a lo loco y me toca a mí disfrazarme de hombre. Soy tan entretenida que no me doy cuenta de nada”.
-Discúlpenme, pero es que desde que hice la película en que terminaba suicidándome con un teléfono en la mano tengo la memoria cada vez peor. –dice el falso Chick- Según el guión, ¿Qué es lo que se supone que deba decir ahora?
-¡Basta! –grita Chick desde su cuerpo de soprano venida a menos- Yo soy el verdadero Chick Ferrari y no permitiré que ese farsante eche por tierra mi prestigio:
-Mire –le dice el teniente- no sé qué decirle pero si lo que dice es verdad no creo que su prestigio quede mejor parado.
La azafata que ha encarnado en el cuerpo del Medio Lamo interviene:
-Créale. Cuando se trastocaron las almas y los cuerpos yo enseguida descubrí que él no podría ser otro que Chick. Un corazón enamorado nunca se equivoca.
-Por las dudas me los llevo a los tres a nuestro Departamento de Relaciones Públicas y allí aclararemos todo.
Si no le hubiesen advertido que se trataba del Departamento de Relaciones Públicas, Chick pensaría que se trata de un salón de torturas. Para mayor confusión le han sujetado los brazos a unas cadenas que cuelgan del techo y cada medio minuto un tipo de aspecto bastante desagradable le aplica en la piel un hierro candente mientras le pregunta que quién es en realidad. Al principio a Chick le da lo mismo que hagan lo que hagan con un cuerpo al que no le tiene demasiado aprecio. Tras comprobar que las quemaduras le duelen lo mismo que si fuese su cuerpo de toda la vida, decide complacer al encargado de Relaciones Públicas. Sucesivamente confiesa ser Monserrat Caballé, Rocío Jurado y Celia Cruz aunque su disposición a cambiar de identidad no consigue disminuir la frecuencia con que es atormentado.
A unos metros de Chick su cuerpo original no lo está pasando mucho mejor. Su actual ocupante, Marilyn Monroe, quizás recordando a Jack Lemmon no para de gritar: “Soy un hombre, soy un hombre” mientras piensa que en Hollywood están exagerando en la búsqueda de realismo. La puerta se abre y por ella entra el que no hay que ser exageradamente intuitivo para suponer que se trata del mismísimo Ford K. Brown, el jefe máximo. Incluso encima de sus cejas lleva escritas con diamantes las palabras “jefe máximo”. El que en cualquier otra circunstancia pudiera ser definido como un torturador le informa:
-Teníamos dudas de que esta señora fuese Chick Ferrari. No obstante, luego de una sesión de trabajo hemos conseguido que negase que es Chick Ferrari. Por tanto podemos decir ahora con pleno convencimiento que efectivamente se trata de Chick Ferrari.
-Escúchame Chick, que no me gusta perder el tiempo. Quiero hacerte una proposición: si traicionas a tus compañeros y vienes con nosotros podrás salvar tu vida.
Chick escupe la cara del jefe máximo. No es que no desee traicionar a sus compañeros. Incluso lo haría por puro placer. Sólo que no recuerda ninguna película en la que en esa situación el que está amarrado no responda a una proposición de ese tipo con un escupitajo. El jefe máximo en cambio no ha visto nunca una película y en vez de darle una bofetada y ordenar que reanuden las torturas le lanza a su vez una escupida. Chick cree entender el juego y se la devuelve. El jefe máximo lo toma como un desafío a su capacidad de lanzar escupitajos y le propina otro. Así están durante media hora, sólo interrumpidos por algún que otro alto que el jefe hace para tomar agua. Chick protesta y le llama tramposo pero el jefe máximo no se inmuta y continua así hasta que se detiene y dice:
-Bien, ahora que ha quedado clara mi superioridad te ofrezco una última oportunidad –haciendo caso omiso a las protestas de Chick diciendo que él ha sido el ganador lo escupe y prosigue. –te daré una oportunidad para que se salven tú y tu gente. Ya que está visto que no eres un rival de mi talla deberás vencer a un contrario que he elegido para ti. Si vences serás libre. Si pierdes prefiero dejar a tu imaginación lo que te va a suceder aunque dudo que seas tan imaginativo.
-¿Y cuál es ese rival? –pregunta Chick.
-¿Qué te parece el mismísimo MAL en persona? Hasta ahora nunca ha sido derrotado. Es un buen rival pero no se lo digas porque le ofende que le digan bueno…

lunes, 9 de julio de 2007

Chick Ferrari 11


Capítulo XI

Pese a estar muerta la azafata no deja de dar vueltas por la nave con un carrito ofreciendo té y café. Alguien protesta por lo aguado del café. La azafata se disculpa diciendo que no se le puede pedir más a un café fantasma. El sordo mira por la ventanilla, como intentando extraer algo de la oscuridad del agujero negro. De pronto su rostro empieza a iluminarse como si se hubiera sacado alguna desconocida lotería mental.
-¡Ya lo tengo! ¡Ya lo tengo! –y sale corriendo hacia la cabina. De repente, todas las almas chocan al unísono contra el asiento que tienen delante. Luego la nave empieza a volar marcha atrás hasta estremecerse con impacto sobrecogedor. Salido de su aturdimiento, Chick nota que a su alrededor todo tiene la apariencia de un televisor mal sintonizado. Todo el mundo aparece duplicado por un halo bastante uniforme. Frente a Chick, el coreano introduce su índice doble en dos de los cuatro agujeros de su nariz. Un repentino frenazo lanza entonces a todos hacia adelante.
-¡Bien, lo he logrado! –grita el sordo desde la puerta de la cabina. –He hecho dar marcha atrás a la nave para que nuestras almas se volviesen a fundir con sus respectivos cuerpos que venían detrás de nosotros, atraídos también por el agujero. El último frenazo ha sido para un ajuste final.
Uno se queja de que así y todo el café sigue siendo una mierda. Chick está auxiliando al coreano que, tras el frenazo, tiene el dedo hundido en uno de sus orificios nasales hasta el nudillo.
-No le retire el dedo bruscamente -dice el único médico que hay en la nave.-Debe haber penetrado hasta el encéfalo, y si se le saca el dedo puede producirse un derrame cerebral. –luego le pregunta al coreano sobre lo que ocupa su mente en esos momentos. Éste responde que huellas dactilares.
-Confirmado. El dedo le ha penetrado hasta el cerebro. De modo que habrá que operar en cuanto haya condiciones. Y usted señora, cuide que no haga movimientos bruscos.
Chick no entiende por qué el médico se ha dirigido a él llamándole “señora”. Va a buscar la pistola que tiene en la cintura cuando descubre que un vestido rojo-capa-de-torero lo cubre hasta mediados de la pantorrilla. Más arriba le cuelgan dos pechos, digamos que enormes, para no pecar de exagerados. Chick se empieza a angustiar.
Por su parte, el sordo pide atención para comunicar algo importante. Entonces le grita a uno de las primeras filas:
-¿Es que no piensas parar de hablar?
El aludido responde que está masticando chicle. El sordo no entiende y discuten durante un rato más. Cuando por fin todo se calma el sordo anuncia:
-Señores debo comunicarles que mi solución no ha resultado del todo bien. Hemos descubierto que en el cuerpo de nuestro querido Chick Ferrari ha encarnado el alma de Marilyn Monroe.
Efectivamente, ahí está alguien con la apariencia de Chick tirándoles besos a todos mientras canta “Happy birthday mister president”.
-Los agujeros negros como este –continúa explicando el sordo- abundan en almas errantes que intentan encarnar en el primer cuerpo que les pase por al lado. Así que si descubren alguna anomalía corporal intenten tomárselo con calma hasta que podamos encontrar una solución. Y por cierto ¿Quién de ustedes tiene el alma de Chick?
Chick, embutido en su cuerpo de vieja trata de inscrustarse aún más en el asiento. No le gustaría que nadie se diera cuenta que su alma está alojada en ese cuerpo ridículo. Sólo de pensar en las várices, el reuma y la menopausia se estremece. Siente entonces cómo una mano le acaricia la cabeza a la vez que escucha que le dicen:
-No te preocupes pequeño, yo me ocuparé de ti. Algo me dijo enseguida que seguías siendo el mismo Chick de siempre.
Chick mira a su lado. Allí esta parado el Medio Lamo en lugar de su amada azafata. Por fin, de la boca del Medio Lamo vuelve a salir su dulce voz.
-Sí querido, estoy condenada a este cuerpo hasta que alguien me desencante o me opere. Pero mientras tanto creo que haríamos muy buena pareja. Todo es cuestión de tener paciencia y adaptarnos.
Chick piensa unos instantes en las descomunales proporciones del Medio Lamo. “Adaptarnos”, piensa antes de lanzar un suspiro. La vida a veces exige pruebas demasiado duras. De la cabina emerge esta vez el cuerpo del capitán que al parecer en este caso sí contiene el alma correspondiente. Hay gente con suerte.
-Señores, una fuerza desconocida nos está expulsando hacia el otro extremo del agujero negro. Con un poco de suerte dentro de algunos minutos estaremos nuevamente en libertad.
El júbilo se apodera de la nave. Sin mediar ningún acuerdo todos comienzan a cantar al unísono “Si Adelita se fuera con otro”. No-do, uno de los hermanos siameses, exhibe una voz asombrosamente hermosa mientras Krim, su hermano no para de decirle “Che Carlitos, estamos volviendo”. Chick se revuelve en el asiento. Hubiera preferido que Gardel hubiese encarnado en su cuerpo y no esa rubia tonta de la Monroe. Ya van saliendo del agujero negro. Sin embargo algo los detiene a la salida de éste. A través de la ventanilla pueden verse las cuerdas de una red. Todos escuchan cómo de un altavoz sale la siguiente advertencia:
-No intenten escapar. Somos los Generosos Caníbales del Espacio. Le quitamos la carne a los ricos para dársela a los pobres.
Chick luego de palparse su generosa anatomía actual, empieza a rezar.
(Continuará en el próximo capítulo)

jueves, 5 de julio de 2007

Chick Ferrari 10


Capítulo X

-Para salir de aquí -ruge el Medio Lamo- tendrán que pasar por encima de mi cadáver.
Acto seguido hace justamente lo contrario: camina por encima del más cercano de los fugitivos, el copiloto de la nave, hasta asegurarse de que, efectivamente, es un cadáver.
-¡Mierda! -exclama el Medio Lamo- me he ensuciado los zapatos nuevos.
-Lo ha pisoteado como si fuera una alfombra....-exclama Krim- uno de los guardias siameses.
-...si al menos tuviera tatuada en la espalda la palabra “Bienvenido” -completa No-do, su hermano.
-¡Alto! -grita Chick - ¿Es que piensas pasarte la vida pisoteando gente?
-Para nada -responde Medio Lamo- si no se ponen pesados, en sólo 10 minutos terminaré con Uds. Y basta de explicaciones ¿Quién te crees que eres para decirme lo que debo hacer?
-Tu hermano mayor -dice Chick con firmeza.
Los siameses Krim y No-do lo apoyan.
-Antes de morir el Gran...
-Lamo lo reconoció.
Medio Lamo emocionado se abalanza hacia Chick. El detective, no obstante, prefiere hacerse a un lado a toda velocidad.
-Está bien hermanito -dice Chick- pero preferiría que frenaras tus impulsos.
-¿Estás ahí? -pregunta Medio Lamo- Entonces ¿A quién estoy abrazando?
-Se llamaba Luis Felipe, era un buen chico -explica Chick.
-Pero... ¡qué débiles son los terrícolas! -dice el Medio Lamo soltando lo que queda del muchacho -¡débiles y asquerosos!- insiste mientras se limpia las manos en la ropa.
-Bueno, dejémoslo así -dice Chick- no debemos perder tiempo. Tenemos que irnos.
-¡No puedes dejarme! -grita el Medio Lamo- Ahora que papá murió, ¿qué haré solo en este castillo?
-Puedes jugar a armarlo y desarmarlo -sugiere el capitán de la nave- Me refiero al castillo por supuesto. Vamos Chick, no te dejes conmover por este monstruo.
-No hables así de mi hermano -le advierte Chick- si nos apretamos un poco cabrá en la nave. Además, ¿quién sabe si nos puede ser útil?
Todos parten rumbo a la nave siguiendo las indicaciones de Krim y No-do. Ya muy cerca de ella observan que está custodiada por tres guardias armados hasta los dientes. Si se les acaban las balas podrán lanzar los empastes que están cargados de explosivos.
-Al gobierno de Santa Rita del Valle, le pone nervioso.... -comienza Krim.
-...cualquier cosa que sirva para salir del planeta -continúa No-do- Han llegado a prohibir...
-... hasta la venta de globos -termina Krim.
Cuentan que antes, más de una familia había intentado escapar reuniendo globos que supuestamente compraban para sus niños. Medio Lamo señala al guardia que custodia la nave.
-¿Paso por encima de sus cadáveres ?
-Tranquilo, hermanito. No debemos llamar la atención -explica Chick- Tengo una idea mejor.
Chick llama a una de las azafatas de la nave y la empieza a desnudar.
-Realmente es una idea muy buena -dice el capitán de la nave- pero no creo que sea el momento más adecuado...
Chick silencia al capitán con un gesto. El gesto consiste en cerrar la mano y lanzarla abruptamente hacia la mandíbula del capitán. Luego, termina de desnudar a la azafata y le da instrucciones :
-Paséate por delante de los guardias y atráelos hasta aquí. Nosotros nos encargamos del resto.
La azafata sigue las instrucciones. Dos de los guardias deciden seguirla mientras que el tercero se mantiene indiferente. Una vez dominados los que le seguían los pasos a la azafata, Chick decide cambiar de planes. Ordena al jefe de Antártida Helada e Independiente (AHI), que se desnude y haga lo mismo que la azafata. Este desfila frente al guardia que permanece inmutable. Chick comienza a desesperarse. Luego, se sigue desesperando. Dos minutos más tarde, también. Ya va a empezar a dar gritos cuando ve frente a él a su perra Mercedes que le está ladrando.
-¿Por qué no?- se pregunta Chick en voz alta.
Como la perra no para de ladrar, le explica con gestos lo que debe hacer. La perra sale corriendo alegremente hacia la nave. El guardia comienza a juguetear con ella y luego de mirar en derredor se la lleva hasta un bosquecillo situado al lado opuesto a donde se encuentran Chick y sus acompañantes.
-¡Aprovechemos ahora! -Chick da la señal- y todos salen corriendo hacia la nave. Ya en su interior comienzan a discutir. No se acaban de poner de acuerdo sobre los asientos que ocupaban anteriormente.
-¡Cállense de una vez! -grita Chick- o tendrán una larga conversación con mi hermano.
La calma vuelve a la nave. Incluso tres de los que discutían con mayor violencia les ofrecen el asiento en disputa el Medio Lamo que, no obstante, prefiere viajar de pie. Ya van a partir cuando Chick exclama:
-Un momento. ¡No podemos dejar a Mercedes sola!
-Pues si quieres, puedes quedarte allá abajo con ella.
Chick sin hacer caso abre la puerta de la nave.
En ese momento la perra se acerca corriendo y hablando en inglés :
-¡Fuck you, bastards !
-¡Milagro! -grita Chick- ¡Mi perra habla!
-¡Chick, you are a son of a bitch! -sigue diciendo Mercedes mientras Chick emocionado la toma en sus brazos.
Ahora Chick ve acercarse al guardia que estaba con la perra. Está enfrascado en la ardua tarea de disparar y subirse los pantalones a un mismo tiempo.
La nave comienza el despegue cuando suenan las alarmas de todas las baterías antiaéreas del planeta. Ya están en el aire. Poco falta para que se hallen fuera del alcance de los misiles de Santa Rita del Valle. Empiezan a suspirar aliviados cuando sienten un terrible estallido que hace crujir la nave envolviéndola en una descomunal bola de fuego. El humo se empieza a disipar y Chick mira a su alrededor. Todos los viajeros permanecen sentados tranquilamente. Eso no tendría nada de extraño si estos no tuvieran una inquietante transparencia. A su lado el sordo ateo le grita :
-Me temo que estamos muertos, Chick. Aunque me duela reconocerlo nuestras almas se han desprendido de su envoltura material. Ahora el alma de la nave, con todos nuestros fantasmas dentro, viaja hacia la eternidad.
El alma de Chick, resignada, se tumba sobre el alma de su asiento.
Piensa que luego de tanto ajetreo no le vendría mal un descanso aunque sea eterno. Extrae de su chaqueta fantasma un cigarrillo igualmente fantasma. Lo va a encender pero el resto de las almas protestan: no porque estén muertos tienen que soportar que se fume en la nave.
De pronto, de la cabina de la nave emerge inquieta el alma del capitán.
-Tenemos un problema Chick.
-Ya lo sabemos - dice este - Estamos todos muertos.
-Me refiero a algo peor.
-¿Algo peor que estar muertos? No me hagas reír.
-No creo que sea gracioso esto: un agujero negro nos está atrayendo inevitablemente hacia él.
-¿Y eso qué significa?- pregunta nerviosa el alma de Chick
-Que en vez de eternidad pasaremos toda nuestra muerte en ese jodido agujero negro.-dice apesadumbrado el capitán fantasma.- Desde mi más tierna infancia le he tenido miedo a la oscuridad y a las cucarachas. No quiero ni imaginarme que nos toque un agujero negro con cucarachas.
Chick mira por la ventanilla. La nave fantasma ya comienza a adentrarse en la compacta oscuridad del agujero.
(Continuará en el próximo capítulo)

miércoles, 4 de julio de 2007

Chick Ferrari 9


Capítulo IX

Chick Ferrari avanza por el pasillo que lo conduce a la habitación del Gran Lamo inmerso en profundos pensamientos. Ya empieza a sentir una aguda punzada en los tímpanos. Sus guardias Krim y No-do han sido hermanos siameses antes que los separaran mediante una delicada operación que dividió el cerebro que compartían a partes iguales. Cada oración que uno inicia debe ser concluida por el otro. Como es de esperar comparten casi todas sus ideas y gustos que sólo se dividen cuando se trata de apoyar a los dos mayores rivales del fútbol de Santa Rita del Valle: el Imperial y el Orbita Loca. El fútbol es de hecho el único motivo de discusión de los dos gendarmes. “Para seguir el fútbol...” -dice Krim, “basta con medio cerebro”- concluye No-do. Tal es la compenetración existente entre los hermanos que si Chick saliera bruscamente de entre ambos, sus cabezas chocarían entre sí. La ignorancia de Chick al respecto les permite llevarlo sin sobresaltos hasta la habitación donde lo espera El Gran Lamo.
-Entre hombre, que el Gran... - dice No-do mientras abre la puerta de la habitación.
-Lamo no se come a nadie -concluye Krim.
-¡Ja! -exclama No-do.
-¡Ja! -continua Krim y se siguen alternando hasta completar una carcajada.
Chick penetra en la habitación mientras los guardias se aseguran de que la puerta quede cerrada tras él. Afuera Krim decide continuar la discusión interrumpida minutos antes.
-Ni soñando tu equipo podrá conseguir todos los campeonatos que ha ganado el Imperial - ya dijimos que únicamente hablando de fútbol se podían permitir una oración completa.
-¡Olvidas quien ganó el último campeonato!- replica No-do- ¡El Orbita Loca!
-Sí, después de quince años sin saber lo que era ganar. Y eso porque a última hora el Imperial falló un penalti.
Eso era cierto. Hay que explicar aquí una peculiaridad del fútbol que se juega en Santa Rita del Valle. Hasta hace unos años utilizaban, en lugar de un balón, unas piedras redondas muy comunes en el planeta. Recientemente han empezado a usar en su lugar cabezas de esclavos decapitados que, en comparación con las piedras, son mucho más aptas para ser pateadas. En el partido decisivo del último campeonato el jugador del Imperial que debía cobrar el penalti, al patear la cabeza, el pie se le había quedado trabado en la boca abierta del decapitado.
-Eso le pasa por ignorante. ¿Quién no sabe que el lugar idóneo para patear una cabeza es el occipucio. -exclama No-do.
-¡Occipucio! Con lo asqueroso que suena - responde Krim. Se escuchan gritos que salen de la habitación donde Chick está siendo sacrificado sexualmente por el Gran Lamo. Sin embargo, los gritos en vez de dolor expresan una sorprendente alegría.
-Parece que ... -dice No-do
-Le está gustando -concluye Krim.
Van a continuar su discusión cuando la puerta se abre y de ella emerge el gigantesco y repugnante cuerpo del Gran Lamo con un jubiloso Chick a su lado.
-No-do, Krim, les presento a mi hijo.
Los guardias no dan crédito a lo que acaban de escuchar.
-Felicidades Señor. El niño es .... -dice No-do.
-Idéntico al tipo que acabamos de traer. -completa su hermano.
-No sabíamos que los terrícolas .....
-Se reproducían tan rápido. -termina Krim.
El Gran Lamo pacientemente les explica que el terrícola y su hijo son la misma persona. Gracias a la innata capacidad para distinguir el ADN a simple vista, Chick ha descubierto que comparten un intenso parecido genético. Sí, el Gran Lamo había sido unos de los cuatro secuestradores de avión que violaron a su madre en un vuelo Buenos Aires - Katmandú. La razón de su conversión en el Gran Lamo fue el mal de Ganímedes, una brutal enfermedad venérea contraída en un vuelo Madrid - Júpiter.
-Vamos papá, quiero que conozcas a mis amigos.
-No tan rápido hijo, que aún no he aplacado ciertos deseos que me hizo traerlos aquí.
-En ese caso -replica Chick, recordando todas sus cuentas pendientes con el capitán de la nave - Para empezar te tengo una oferta que no podrás rechazar.
Los cuatro marchan hacia el sótano donde están encerrados los compañeros de viaje de Chick. Ante la puerta el Gran Lamo detiene a Chick y los dos guardias con un gesto.
-Prefiero entrar primero y escoger por mí mismo.
Es lo último que se le escucha decir. Al entrar en el sótano estalla un horrendo chisporroteo. Los prisioneros le han tendido una trampa con cables electrificados. Chick se arroja sobre el montón de carne quemada de lo que hasta ese momento ha sido el Gran Lamo Ronga.
-Papá, papá, no te vayas.
-¿Qué te ha dado Chick? -le pregunta el jefe de Antártida Helada e Independiente. ¿A qué viene tanto cariño por ese monstruo?
-Hum. -dice satisfecho el capitán de la nave. -Ese olor a carne asada me ha abierto el apetito .
Se escucha un descomunal rugido.
-¿Y eso qué es? - pregunta Chick .
-Es el hijo del Gran Lamo- responde No-do.
-... que se ha despertado.- añade Krim.
-¡Mi hermano! -grita Chick.
-No se haga ilusiones. Si Medio Lamo llega hasta aquí, lo que quede de nosotros ... -empieza Krim.
-... No alcanzará para untarlo en un pan.- concluye No-do.
Todos salen corriendo hacia la salida del castillo.
-¡No nos deje solos señor ...! -le suplica Krim a Chick.
-Déjenos ir con ustedes -lo apoya No-do.
-Como quieran. Si vienen con nosotros sólo puedo garantizarles sangre, sudor y lágrimas.
-Eso -empieza No-do.
-Me suena - remata Krim.
Ya están en la salida del castillo. Únicamente les queda transponer el portón de la entrada. Sólo que hay un detalle que no pueden pasar por alto: El Medio Lamo está parado frente a la entrada.

domingo, 1 de julio de 2007

Chick Ferrari 8


Capítulo VIII

Todos se lanzan hacia la cabina de la nave pero algo los detiene: la puerta que está cerrada.
-¿Alguien tiene la llave?
-Yo -dice el capitán de la nave- pero se me ha quedado adentro. De todas formas el copiloto debe estar ahí.
Golpean la puerta. Luego esperan la respuesta. Se escucha una risita nerviosa y segundos más tarde una voz que dice:
-¡Cretinos! ¡Esa no es la contraseña!
-Parece que el copiloto se ha encerrado para fumarse unos porros, así que mejor olvídenlo- explica el capitán- Les sugiero que cada cual encomiende su alma al Señor o en su defecto que haga lo que más le guste.
Chick mira a la azafata y esta lo mira a él y en menos tiempo del que se necesita para no hacer nada ambos yacen desnudos, uno sobre otro en el suelo de la nave. Chick está debajo. A los pocos segundos todo su ser siente una sacudida descomunal, fulminante. Chick se pregunta si habrán vuelto sus viejos problemas de eyaculación precoz. Luego piensa que posiblemente ya está muerto y abraza con fuerza a la azafata para asegurarse que no entrará solo en el reino de los cielos. Alguien grita:
-¡Nos hemos salvado!
Chick reconoce la voz del jefe de Atlántida Helada e Independiente(AHÍ).
-Justo antes de chocar con el meteorito -continúa- Dios se ha compadecido de nosotros pobres pecadores y ha empujado la nave a través del espacio.
-Nada de eso -dice el sordo ateo que ha leído los labios del terrorista antártico- Nos salvó sin querer. No lo perdí de vista hasta el último momento. Estaba tranquilamente viendo cómo íbamos a convertirnos en mierda galáctica y entonces estornudó. Fue su estornudo lo que nos salvó de chocar con el meteorito. Por mi parte no tengo nada que agradecer a ese cabrón.
-Los designios de Dios son inescrutables -dice el jefe de AHÍ.
-Pobrecito. -dice la señora que cubre su cuello con un zorro vivo- Tanto tiempo allá afuera como lleva. Seguro estará resfriado.
-¡Miren, miren! -alerta el capitán- el divino estornudo no sólo ha evitado la catástrofe sino que nos ha empujado hasta Santa Rita del Valle, el planeta que estábamos buscando.
Efectivamente. Frente a ellos está el planeta donde, según ha explicado el capitán, todos verán satisfechos sus deseos. El planeta de las infinitas riquezas y la bondad eterna. Allí podrán tener a manos llenas todo lo que habían soñado: oro, piedras preciosas, uranio, yacimientos de queso parmesano, pantanos rellenos de caviar y la transmisión continua del culebrón más famoso de toda la galaxia: Paula Amalia, la hija de la parafernalia. (ver capitulo 5). Chick, por su parte, no pierde la esperanza de encontrar a su padre...
-Disculpen que interrumpa sus ensoñaciones -dice el capitán insistiendo en su mala costumbre de leer pensamientos ajenos- pero faltaba decirles una cosa. En Santa Rita del Valle no se admiten extranjeros.... excepto que declaren ante las autoridades de inmigración que van a ofrecerse voluntariamente como esclavos. Pero no se preocupen, como en el planeta no saben qué hacer con los esclavos los pondrán en libertad de inmediato.
Incluso a Chick le parece perfecta la solución. Se vuelve hacia la azafata y le promete que se casarán en cuanto terminen los trámites de aduana. Ella le pregunta si todas sus prácticas sexuales son tan explosivas como la anterior.
-Soy bastante sensible a los cambios de gravedad nena, así que no te prometo nada -dice Chick- y empieza a preparar las condiciones para el desembarco. Va en busca de su perra Mercedes y del pequeño alien que recogió en la luna y da instrucciones de cómo descargar las cajas de whisky J&B lunar. Ya frente a las autoridades de inmigración todos declaran venir como esclavos voluntarios. El policía que toma declaraciones los mira extrañado.
-¿Lugar de origen? -pregunta.
-Planeta Tierra. -responde Chick- el tercero del sistema solar, contando de adentro para afuera... creo.
-A sí, la Tierra: Beethoven, Shakespeare, Superman ...¿Y Walt Disney? ¿Sigue congelado?
-Hace mucho que no sé de él -responde Chick bruscamente- Oiga ¿Qué espera para soltarnos?
-Más despacio señor -habla calmoso el policía- No sé si sabe que hace unos meses encontramos cuán útiles pueden ser los esclavos. Por ejemplo, ahora tenemos una extraña epidemia que está acabando con nuestras ratas y el gobierno necesita esclavos para experimentar en ellos un medicamento eficaz que las salve.
La señora del zorro se desmaya mientras el animal levanta las orejas. El policía aclara que no es seguro que los dediquen a experimentos. Primero serán llevados al recién inaugurado mercado de esclavos para ser subastados.
-Quizás solo les toque cuidar niños o los compre el ayuntamiento para construir un mausoleo a la Rata Desconocida -la del zorro volvió a desmayarse- hasta luego y que tengan suerte.
En menos tiempo del que necesita Chick para desnudarse son llevados al mercado de esclavos de la ciudad. Allí la puja se concentró entre el Centro de Investigaciones del gobierno y el ayuntamiento de la ciudad. Sin embargo, cuando todo parecía indicar que nadie desafiaría la última y descomunal oferta del Centro de Investigaciones, resuena una poderosa voz en la plaza duplicando el precio. Los terrílocas (incluido el pequeño alien) suspiran aliviados ...
.........
Luego de haber sido comprados en la subasta como esclavos Chick y sus compañeros de viaje han sido conducidos al sótano de una gran mansión. Se abre una puerta y entra una mujer regordeta y sin dientes.
-Prepárense -dice- mi Señor está impaciente por empezar.
-¿Empezar a qué? -pregunta Chick.
-¿Es que no saben que mi señor es el Gran Lamo Ronga?
-¿Y eso qué significa?
La criada cuenta entonces que su amo es considerado la mayor amenaza sexual del planeta. Durante años ha aterrorizado a todo ser viviente de los alrededores. De ahí que su médico le aconsejara comprar esclavos para satisfacer sus deseos. Histeria terrícola. La criada espera a que amainen los gritos:
-Falta que sepan una cosa. El primero que sea penetrado con toda seguridad morirá. Luego, cuando termine com los demás, los dejará en libertad.
Todos los ojos se dirigen al capitán de la nave. Él es el único culpable de que estén allí.
-No se precipiten -explica el capitán- ¿Qué harán cuando salgan? Sólo yo sabría como sacarlos de aquí. Sugiero que se ofrezca en primer lugar el mejor de todos nosotros, alguien que siempre ha estado dispuesto a ofrecer su vida por los demás. Si señores, por supuesto que me refiero a Chick Ferrari.
Chick no sabe qué decir. Lo abruma la admiración con que todos lo observan. La azafata con la que ha estado liado sentimentalmente las últimas 5 horas le pide:
-Sí Chick, nadie como tú para ese sacrificio. Ve, no temas, siempre te recordaré...
Como si obedecieran una orden secreta, decenas de gargantas terrícolas gritan a coro :
-¡Sí Chick, siempre te recordaremos!
El pequeño alien se le aproxima y mientras un lágrima suya corroe el piso dice:
-Ánimo Chick. Tu sacrificio no será en vano.
Incluso su perra Mercedes lo empuja con el hocico hasta la puerta que se abre. Por ella (la puerta, no la perra) se asoman un par de guardias armados.
-Estoy listo -anuncia a los guardias y lanza una última mirada hacia sus compañeros de viaje. Los guardias lo sujetan por los brazos y antes que la puerta se cierre escucha una voz que dice:
-Yo siempre le vi cara de maricón.
Chick lanza un suspiro y flanqueado por los guardias camina con paso seguro hacia donde lo espera El Gran Lamo Ronga.

miércoles, 27 de junio de 2007

Chick Ferrari 7


Capítulo VII

El alien obedece las ordenes de Chick y entra en la pecera. Chick con la pecera bajo el brazo se dirige a las afueras de la estación de bombeo donde lo espera un grupo de pasajeros de la nave y les explica la situación. No todos están de acuerdo en viajar con un alien pero al final aceptan, unos conmovidos con su tierna figura y otros con la pistola de Chick. Luego se dirigen a las bodegas del J&B lunar y cargan con todo su contenido hacia el avión. Con el capitán preocupado por el exceso de peso la nave parte finalmente hacia Santa Rita del Valle, el planeta donde los espera la felicidad eterna.
Luego de dos horas de vuelo un señor comienza a mirar insistentemente por la ventanilla que le corresponde. Grita.
-¡Es Él ,es Él! ¡Dios esta allá afuera!
-¿Qué pasa hombre? ¿Has visto un tipo grande de barba blanca flotando en el espacio? –pregunta Chick.
-Sí, sí -dice el viejo terriblemente excitado.
-Pues seguro que se trata de alguna publicidad de las Navidades de Júpiter y ese que estás viendo es Papá Noel.
-¿Como piensas que puedo confundir un vulgar anuncio con la imagen del Señor? Si digo que es Él, pues es Él.
Todos en la nave se lanzan hacia las ventanillas de estribor con lo que esta se inclina un poco hacia ese lado. Chick aparta de un empujón a una viejecilla que miraba por la ventana y, efectivamente, se encuentra con la luminosa imagen del creador.
-Pidámosle un deseo -grita un integrante del comando Atlántida Helada e Independiente.
-Idiota- le replica su jefe- ¡es el Todopoderoso, no una estrella fugaz! Somos afortunados con sólo contemplar Su imagen.
Casi todos en la nave sucumben a un ataque de misticismo. Sólo Chick, el alien, un coreano que filma la escena con una cámara de vídeo y uno que no ha dejado de dormir, parecen conservar la calma.
Una mujer se ha hincado de rodillas en el pasillo de la nave y no para de decir:
-¡Dios mío, Dios mío, Dios mío!
-Discúlpenla -suplica el marido- ...ella siempre ha sido bastante posesiva.
Chick en cambio piensa que le gustaría hacerle unas cuantas preguntas al Omnisapiente. Por ejemplo:
-¡¿Dónde esta mi papá?! -grita a voz en cuello.
Al momento todos empiezan a preguntarle a gritos al Señor sobre algo que perdieron. Una azafata pregunta por una tortuguita que perdió cuando niña, otra por su virginidad y una vieja pregunta por un billete de lotería premiado que extravió hace cinco años.
-¡Y el anillo que perdí en las vacaciones del 2053! -reclama la señora que lleva el zorro vivo en el cuello. El zorro en cambio permanece en silencio sin apartar la vista de Dios.
-¡A callar idiotas! -ruge el capitán de la nave.- ¡Paren de una vez de hacer estupideces! ¿No se dan cuenta que el Señor nos está hablando? ¿No comprenden que hemos sido elegidos para escuchar Su mensaje?
Efectivamente, Aquél está moviendo los labios, sólo que el hermetismo de la nave impide escucharlo. Una angustia suprema se apodera de todos: ¿es que las divinas palabras serán perdidas para siempre?
-¡Ya lo tengo! –dice el capitán de la nave- Ese que duerme está sordo pero sabe leer los labios.
En segundos lo despiertan y le explican la situación. El sordo accede a traducir el movimiento de los labios de Dios.
-Eso sí, que quede claro que además de sordo, soy ateo.
Ya frente a la ventanilla todos están pendientes de su traducción.
-¿Que dice? -lo apremia el capitán.
- Ahora está pasando la publicidad.
- ¿Coca cola?.
- No, está recitando el inicio del Génesis. Parece que piensa que con ese tamaño uno tiene que creer todo lo que diga.
-¡Basta de herejías y limítese a traducir!
El sordo sigue observando atentamente. De pronto palidece y mientras la imagen del Creador se va disolviendo le gritan.
- ¿Qué dijo?
-Que...-traga en seco y sigue- en cinco segundos ... chocaremos con un meteorito.

martes, 26 de junio de 2007

Chick Ferrari 6


Capítulo VI

Para salir de dudas, Chick saca su pistola y dispara tres veces al estómago del gerente. Este ni siquiera pestañea. Chick, que se ha inclinado hacia el boquete que han dejado las balas, justo encima del ombligo, da un salto hacia atrás. Algo se está moviendo allí. Finalmente ese algo dice :
- Por favor, no vuelva a disparar. Prometo portarme bien...
Más que las palabras, el tono con que estas han sido pronunciadas han tranquilizado a Chick. De cualquier modo sigue apuntando hacia el orificio del que ha salido la voz. Siempre que puede Chick prefiere evitar sorpresas.
- Está bien.- dice - Sal despacio y con las manos en alto. Si llegas a hacer algo extraño no dudaré en volarte la tapa de los sesos o cualquier cosa que tengas en su lugar.
Del estómago del gerente muerto (sí, no hay que hacerse ilusiones, el gerente hace horas que es cadáver) salen lentamente dos chorritos gelatinosos y detrás de estos una figura informe y viscosa. Chick no es novato en lo que a aliens respecta pero, ciertamente, nunca ha visto ninguno tan pequeño. El equivalente a un niño de cuatro o cinco años, calcula. El pequeño alien salta de la barriga del gerente al escritorio y desde allí le dedica a Chick una graciosa reverencia. Luego dice :
-Le agradezco señor que no se haya apresurado a hacerme saltar en pedazos. Si todos en este universo fuesen como usted, este mundo funcionaría mucho mejor.
-Ahórrate los halagos, mequetrefe, y no te hagas ilusiones. Si te he dejado salir vivo es porque me pica la curiosidad de saber quién eres y qué hacías dentro de ese pobre tipo- a Chick le pasa por la cabeza que sólo la fuerza de la costumbre puede hacer que se refiera al detestable gerente como “pobre tipo”. Rápidamente se sacude la idea de la cabeza. No quiere exponerse a un derrame cerebral abusando de sus neuronas- Explícate rápido o de tí va a quedar menos de lo que eras cuando tus padres no se conocían.
El pequeño alien cuenta entonces cómo su profesora de astronomía lo había llevado a él y a toda su clase a que conocieran la luna de cerca. Después del recorrido didáctico llegó la hora de jugar a los escondidos. El decidió esconderse en una alcantarilla y estuvo avanzando por ella a oscuras hasta que sin darse cuenta ya estuvo metido en las tripas del gerente. Chick, al ver la puerta del servicio abierta y una larga estela de papel higiénico que llegaba hasta el asiento del gerente, comprendió todo.
-Por cierto- añade el alien- ¡Qué mal huelen los humanos!
-Mirá nene- responde Chick- puede que tengas razón, aunque también te digo que tenemos mejores facetas que la que has conocido. De todas maneras, eso no te da derecho a haber matado a ese pobre tipo.
-Juro que fue sin intención. Encerrado allá adentro empecé a sudar y el sudor nuestro es bastante corrosivo.
-Está bien pero en lo adelante ten más cuidado donde te escondes. Ahora te dejo que tengo cosas importantes que hacer. Chao bambino- se despide mientras gira en dirección a la puerta. Sin embargo lo retiene su perra Mercedes por el viejo método de morderle los pantalones. Chick se vuelve para encontrarse con la enternecedora imagen de un alien llorando.
-¿Qué pasa pibe? ¿Te parece tan fea mi espalda?
-No.- dice el alien sollozando mientras sus lágrimas empiezan a taladrar el escritorio de madera - No quiero que me dejes solo. Por favor, ayúdame a encontrar a mis padres .
Chick, que sabe por experiencia propia lo duro que resulta perder a un padre, se siente conmovido. Por una vez obedece a sus impulsos y toma una pequeña pecera que adorna la oficina y la vacía en el inodoro.
-¿No querían libertad? pues ya la tienen - le grita a los peces mientras descarga .
Luego se dirige hasta el pequeño alien y le dice.
-Salta dentro antes de que me arrepienta.

domingo, 24 de junio de 2007

Chick Ferrari 5


Capítulo V

Chick hace una pausa hasta que por fin le hace al capitán la pregunta que lo agobiaba:
-¿Allá todos los hombres son iguales?
-Bueno iguales lo que se dice iguales, no, pero se parecen bastante. Aunque las mujeres de allá dicen que sí, que todos los hombres son iguales.
-No, me refiero a que si hay justicia social y esas cosas- dice Chick, mientras aprieta con fuerza su amuleto, el ladrillo del muro de Berlín.
-Ya... pues en realidad en aquel planeta no hay mucha gente que quiera ser igual a nadie. Más bien quieren ser mejores. El país se ha dividido en dos grandes grupos de acuerdo al orden alfabético de los apellidos. De las cuatro semanas del mes, en las dos primeras los dos grupos se alternan en ser de la clase superior o inferior. En la tercera semana todos son iguales.
-¿Y en la cuarta ?- chilló la vieja que estaba llevando la cuenta.
-Pues en la cuarta todos son peores.
-Y en el caso de que a alguien no le guste ese ritmo de vida - pregunta uno de los de Atlántida, Helada e Independiente (AHI).
-Sucede que allí la gente sólo hace lo que le gusta y por consiguiente les gusta lo que hacen.... eso no falla ¿Más preguntas?
-Sí - dijo uno de los ladrones de joyas- ¿Hay policías?
-Su trabajo consiste en explicar a la gente cómo se llega a algún lugar y en soplar cuando alguien quiera encender un cigarro.
-¿Y no te persigue si has hecho algo malo? -pregunta el ladrón algo desencantado.
-Sólo en el caso que lo desees.
-¿Y qué se hace en el tiempo libre? -pregunta un azafata.
-Últimamente está muy de moda una droga alucinógena que reproduce en la mente los mejores momentos de la vida sexual de cada cual.
-Y si digamos uno no está muy conforme con su vida sexual- pregunta un monje budista. Tiene motivos para preocuparse. Su única experiencia sexual la tuvo un día al caer en el foso de los gorilas del zoológico de Manila: poco pudieron hacer los animales cuando los empleados del zoológico con el pretexto de rescatarlo empezaron a abusar del monje.
-No, no se preocupe -dijo comprensivo el capitán después de haber hurgado telepáticamente en los recuerdos del monje- puede optar también por las experiencias sexuales de un conocido o de algún personaje famoso. Eso sí, en ese caso le aconsejo prudencia, pues puede llevarse una sorpresa.
-Una duda que tengo.-habla Chick -¿Hay whisky?
Esta vez el capitán tuvo que bajar la cabeza y reconocer que en Santa Rita del Valle se desconocen las bebidas alcohólicas. En al aire huele a motín. Chick interviene.
-Eso no es problema. Tengo un conocido en la estación de bombeo de J&B de la luna que me debe un buen favor. Pasamos, nos aprovisionamos y seguimos camino.
Todos lo apoyan entusiasmados y sin tener muy claro por qué, empiezan a entonar el himno del planeta Saturno. Sin embargo, cuando van por la segunda estrofa recuerdan a coro que el himno de Saturno no tiene letra y se callan de repente. Para devolverles el ánimo Chick anuncia que, por fin, va a bañarse. Hay aplausos agradecidos. Al rato sale de las duchas con una toalla al cuello silbando el Himno de la alegría, que sí tiene letra, pero no se la sabe. Todos observan admirados como su habitual piel morena ha dado paso a una más sonrosada. Ferrari sostiene incómodo las miradas. Va a preguntar si nunca han visto a nadie acabado de bañar. Por suerte la nave inicia su alunizaje y los pasajeros se entretienen con sus cinturones de seguridad.
Cuando Chick desembarca en la extractora de J&B, percibe algo extraño, como si la realidad que lo rodea estuviese ligeramente mal sintonizada. Va directamente a la oficina del gerente de la estación y ya frente a él le espeta.
-¿Qué pasa? ¿No me esperaba tan pronto amigo?
- Por favor. Si pudiera hablar más alto que no le oigo bien.
Chick no le prestaría demasiada atención a la frase si no fuese porque el gerente está exageradamente pálido y las palabras que acaba de pronunciar no parecen salidas de sus labios perfectamente cerrados, sino de más abajo. Para Chick la cosa está clara. O el gerente es ventrílocuo¸ o tiene un alien alojado en el estómago, que le habla desde ahí.

viernes, 22 de junio de 2007

Chick Ferrari, detective espacial 4


Capítulo IV
-Ahorita que los veo tan indecisos sobre el rumbo del avión quisiera proponerles, si me disculpan la intromisión, el mejor destino que se pueda imaginar. Les hablo de Santa Rita del Valle, un planeta que queda saliendo del sistema solar a mano izquierda. Por cierto. ¿Queda algún secuestro por hacer?
-¡Así no vale! ¡Luego se pierde el factor sorpresa!- grita uno.
-Por favor, si yo sólo trato de ponerme de acuerdo con ustedes y para eso necesito saber. A ver levanten la mano quienes, por alguna razón, estaban pensando en desviar el avión de su rumbo original.
Todos en la nave levantan la mano. Al parecer, incluso los que han participado en los secuestros anteriores están esperando una segunda oportunidad. Sólo falta Chick.
-¿Qué pasa guey? ¡No me diga que ahorita quiere hacerse el buenote! No se me achicopale y reconozca que no quiere volver a ver ese pinche planeta.
Chick se siente como cuando niño reconocía ser el único en la clase que no había hecho los deberes. ¿Cómo explicarle los íntimos lazos que lo unen a su madre, su portalito, su bombilla de mate y a los niños jugando fútbol en la calle? El capitán de la nave tomó de nuevo la palabra.
-Pues no tiene que explicarse guey. Soy telépata. Parece que hace mucho que usted no pasa por la Tierra. Desde el mes pasado está prohibido tomar mate y jugar fútbol fuera de los estadios, so pena de recibir nosecuantos latigazos en las plantas de los pies.
- De acuerdo, pero quiero saber otra cosa ¿de qué parte de México es usted?
- De ninguna. Soy noruego pero como siempre quise ser brasileño me inscribí en un curso de adopción cultural y fui el mejor de mi graduación. ¿Quiere que le cante un corrido?
-Amigo, créame. -dice Chick casi paternal. -O se confundió usted o lo han estafado. Entre México y Brasil hay ciertas diferencias... Pero no se ponga así que los machos no lloran.
-Pues eso mismito me decían en el curso -dice el frustrado carioca mientras se enjuga las lágrimas.
-No pasa nada. -dice Chick- ¿Y qué hay de ese planeta maravilloso?- pregunta para levantarle el ánimo
El rostro del capitán de la nave se ilumina y comienza a decir :
-Pues el planeta Santa Rita del Valle que es como se llama, fue descubierto por un náufrago español de la famosa expedición que dio la vuelta al sistema solar para demostrar que éste era redondo y no cuadrado como alguna gente pensaba. Me lo encontré una vez que recalamos en Neptuno y él estaba por allá de paseo. En aquellos tiempos yo viajaba en una canoa espacial para demostrar que unas huellas encontradas en ese planeta no era obra de extraterrestres sino de indios baruyo. Pues ese señor me condujo hasta Santa Rita del Valle y quedé totalmente deslumbrado. Allí abunda todo lo que se pueda desear: oro, plata, piedras preciosas, uranio, manganeso, árboles de caucho natural y de caucho artificial.
-¿Hay queso parmesano?- pregunta un señor de patillas grises mientras juguetea con su corbata.
-Hay inmensos yacimientos de queso parmesano a cielo abierto...
-¿Y jamón de bellota?
-Cada primavera los árboles se pueblan de racimos de jamones de bellota, chorizos, salchichones, arenques ahumados...
-¡Puaf ! Detesto los arenques ahumados.- dice un gordo que intenta recolectar la cera de su oreja derecha con el dedo índice.
-Hay también inmensos pantanos llenos de caviar- dice el capitán.
-Justo lo que menos me gusta.- declara el gordo mientras se chupa el índice.
-También hay telenovelas.....
-¿Sí? -pregunta una vieja que lleva enrollado en el cuello un zorro vivo para que nadie piense que es una imitación.
-Las mejores de este lado de la galaxia. La última vez que estuve pasaban Paula Amalia, la hija de la parafernalia.
-¿Y ya terminó ?- pregunta la vieja.
- No, todavía debe estar por el capítulo 6500.
-Como quien dice está empezando. Justo ahora Paula Amalia descubre que su madre biológica le ha estado ocultando cuál es su madre física, la química y la psicológica.
-¿Vamos hombre ! ¿a qué esperas? ¡vámonos a Santa Rita!- rugen todos los pasajeros.
-No tan de prisa –dice Chick dirigiéndose al capitán- Todavía hay una cosa importante que quiero aclarar.
[continuara]

jueves, 21 de junio de 2007

Chick Ferrari, detective espacial 3


Capítulo III
-¡Papá!- repite Chick avanzando hacia el secuestrador.- Dime si eres tú.
-¡Cabrón, siéntate si no quieres que terminemos convertidos en meteoritos!
Chick regresa a su asiento. No porque tema a la amenaza de su secuestrador. Gracias a su potente visión ya ha comprobado que en el ADN del viejo gritón no hay rastros de su propio código genético. Siempre le sucede igual. En todos los piratas aéreos cree ver el rostro de su padre. Eso tiene su explicación: Chick fue concebido durante un secuestro aéreo. Hace muchos años cuatro terroristas irrumpieron en un vuelo Buenos Aires -Katmandú. Enloquecidos por un alucinógeno experimental, habían decidido montar una orgía en pleno secuestro. Recuperados de sus respectivas violaciones habían caído en cuenta que bajo ellos había una única mujer, una tuerta, que sus alucinaciones respectivas habían multiplicado por cuatro.
- Ya decía yo que me sentía demasiado incómodo- decía uno de ellos mientras ponía su bragueta en orden.
El problema siguiente fue librarse de la tuerta que se abrazaba a las ocho piernas de los terroristas invocando la regla del Islam que autoriza la poligamia. Los integrantes del comando, islámicos por pura vocación pues lo integraban desde un chino hasta un irlandés, dudaron por un instante. El jefe del comando sacó sus cuentas y luego concluyó que Alá no había dicho nada de contentarse con un 25 % de mujer. Se libraron de ella por el disuasorio procedimiento de asestarle un puñetazo en la nariz. La futura madre del no menos futuro detective quedó cegada puesto que el golpe le había desviado el tabique nasal hasta obstruirle el único ojo sano y así lograron escapar. Ella juró que se vengaría aunque nadie se explicaba por qué al niño que nació nueve meses después le dio en apellido la marca del coche en que habían huído los secuestradores una vez llegados a tierra. La razón de aquello se la dio a Chick cuando hubo alcanzado la mayoría de edad.
-Para que tengas alguna pista el día que decidas vengarme.
Desde entonces Chick Ferrari juró que su vida se consagraría a dos objetivos. 1) Reunir dinero suficiente para devolver la nariz de su madre a su lugar de origen y así pudiera recuperar la vista. 2) Encontrar a su padre. Lo que haría entonces prefería decidirlo cuando llegase el momento que ahora por desgracia aún se encuentra lejos. De regreso a su asiento Chick le pide a la azafata un café con una pizca de cognac.
-He dicho que nadie se mueva ¿o es que todavía no se me entiende ?
Chick estira entonces su mano hasta su maletín. No es que allí esté su pistola que en realidad viaja en la barriga del avión junto a su perra Mercedes. En momentos así el contacto con su amuleto, un ladrillo del muro de Berlín, le devuelve la calma. Ya está casi relajado. Una azafata le pregunta entonces al secuestrador que a dónde desea que se desvíe el vuelo. Antes que éste le pueda contestar, tres mujeres saltan sobre él y comienzan a acariciarlo, lamerle la oreja y aflojarle las ropas.
-Síndrome de Estocolmo agudo. - dice en tono profesional un médico que se sienta cerca de Chick.- La conocida compenetración que sienten los secuestrados por sus secuestradores, pero mucho más violento. En los últimos tiempos se han dado casos...
Chick no sigue escuchando. Ha notado que la granada ha rodado de la mano del secuestrador. Con calma y seguridad la recoge y se dirige hasta el baño de caballeros. Una vez dentro echa el artefacto al retrete y tira de la cadena. Instantes después se escucha en el exterior de la nave una explosión. En la Luna alguien la confunde con una estrella fugaz y pide un deseo. Cuando Chick regresa a su asiento comprende que algo ha cambiado. El avión ha vuelto a ser secuestrado, esta vez por un comando más numeroso y armado con ametralladoras de mano. Chick reconoce entre ellos al médico experto en el síndrome de Estocolmo. A duras penas contiene el deseo de abrazarlos a todos gritando “¡Papá!” y entonces dedica unos segundos a observarlos detenidamente. “Estos tampoco” se dice y le pregunta a la azafata que le trae el café.
--¿Y estos quiénes son?
-Son de ahí. - le responde la chica con una sonrisa que se transforma en mueca cuando el detective le vierte encima el café. Si algo Chick no soporta son las respuestas estúpidas e imprecisas. “Así que son de ahí ” masculla. Ahora se fija en la bandera que despliegan los terroristas y reconoce en ella el símbolo de AHI (Antártida Helada e Independiente): un iceberg que empieza a derretirse. Chick empieza a consolar a la ofendida azafata mientras el comando lanza consignas en contra del calentamiento del planeta y la presencia de científicos en la Antártida. Están exigiendo como medida educativa para los secuestrados (“cómplices todos del calentamiento del planeta”- declaran) que el vuelo se desvíe hacia el sol para que vean lo que es calentamiento. Ante el brusco cambio del rumbo del avión todos sus ocupantes ruedan por el piso. Si de caer se trata Chick prefiere hacerlo sobre la azafata a la que estaba consolando. Cuando todos empiezan a levantarse Chick prefiere mantenerse donde está. No obstante la azafata le dice que prefiere que se dé una vuelta por las duchas del avión. Pero Chick no llega a levantarse.
-¡Quédense en el suelo!- gritan par de tipos armados con lanzacohetes. - Esto es un secuestro.
-Ya lo sabemos- gritan a coro los pasajeros del avión.
- Rectificamos- dicen los chicos de los lanzacohetes-- ¡esto es otro secuestro!
Esta vez Chick no se hace ilusiones de que alguno de ellos sea su padre. A pesar de todo les echa una ojeada. No lo son. Se presentan como ladrones de joyas fugitivos. La azafata jefa les pregunta sobre el destino del secuestro. Discuten. Uno quiere ir lo más lejos posible. “Plutón o un poco más allá.” El otro prefiere Saturno, el paraíso de los ladrones de joyas por aquello de los anillos. Siguen discutiendo y mientras, Chick pregunta si le permiten ir a ducharse. Antes que le respondan, el capitán de la nave ha asomado la cabeza por la puerta de la cabina.
-Señores- dice en voz alta y acento mexicano que contrasta con su aspecto nórdico- si no les molesta tengo una proposición que no podrán rechazar.
- ¿Qué? ¿El Caribe? - pregunta una vieja de las primeras filas.
- No, algo muchísimo mejor- dice el capitán en tono seductoramente misterioso.


miércoles, 20 de junio de 2007

Chick Ferrari, capítulo 2


-¿Está seguro? –preguntó el hombre cuando Chick lo acusó del asesinato de su jefe.
-Amigo, no me gusta hablar por gusto. –dijo Chick apuntándole con la pistola. No es que sienta amenazado pero no puede quitarse la costumbre de explicar la solución de un caso con la pistola en la mano cuando su interlocutor es el culpable- Es obvio que mató a su jefe en la oficina o al menos en un lugar con oxígeno. Este tabaco lo delata. Luego al ver su rostro reflejado en esa calva resplandeciente no resistió la tentación de peinarse frente a ella. Ahí tiene un pelo suyo. Puede quedarse con él.
Mientras el subdirector recupera su cabello Chick concluye su exposición.
-Por cierto también se exprimió una espinilla.
-Genial. Yo desconfiaba de su talento pero ahora no tengo ninguna duda. Mis amigos me decían que si yo mataba a alguien usted me descubriría en menos de media hora. Así que hicimos una apuesta y lo demás puede imaginárselo.
A Chick le pasó como un relámpago por la cabeza la pregunta de por qué había escogido justamente a su jefe para la apuesta. Sin embargo prefirió ir a lo suyo.
- Y bien: mis honorarios...
-¡Oh sí!. Sólo que no podrá ser en yenes. Ya sabe, aquí en la luna nos pagan en rupias.
-¡Oh mierda! -exclama Chick y lanza un escupitajo con el que derriba una cucaracha lunar que pasa volando. Cuando llega al suelo la cucaracha ya es fósil. Mientras, Chick piensa que lo más seguro es que tras dos horas de viaje a la tierra las cotizaciones varíen y pierda un montón de dinero en el cambio. Entonces lo más conveniente será cambiar las rupias por pesos mejicanos y luego estos por yuanes chinos para después con los yuanes ir a Angola a comprar kuanzas. Kuanzas en mano iría a Colombia y compraría aguacates para finalmente venderlos en Reikjavik por yenes. Sólo así podrá evitar la devaluación de sus honorarios e incluso obtener alguna ganancia. Sin embargo eso equivale a pasarse el día dando viajes y alejarse otra vez de su portalito y su mate.
-¿Me puede decir como descubrió que el pelo y la espinilla eran míos?.
-Nada especial. Sé distinguir el ADN a simple vista. Me bastó comparar el del cabello que encontré en la cabeza de tu jefe con su información genética.
-Eso no es justo.
-Justicia. Esa palabra no tiene cabida en esta tierra -y añade señalando a su planeta natal - ni en aquella. Lo de detectar el ADN a simple vista es un don con el que nací y no puedo renunciar a él sólo por que un asesino me lo pida. Así que guárdeme el secreto y yo no le comentaré a nadie el asunto de la apuesta. Por cierto, ¿en qué consistía la apuesta?
-Nada complicado. Una cena para mis amigos incluido el whisky de reserva de la compañía. Muy fácil de cumplir ahora que soy jefe. Usted me entiende. El dinero manda.
-No se equivoque amigo. Esto lo hago para poder pagar una operación para que mi madre recupere la vista.
-¿Es ciega su madre?
-Sólo tuerta, pero sucede que tiene la nariz tan larga y desviada que le tapa el ojo bueno. Así que bastará con que le enderecen el tabique nasal.
-Debe ser duro eso. Espero que tenga suerte y todo salga bien.
Eso también espera Chick. De regreso a la Tierra, en su asiento de avión piensa en el momento en que su madrecita pueda verlo de nuevo. Una aeromoza se le acerca y le ofrece un trago.
-Un whisky cualquiera menos J&B por favor.
La aeromoza le sonríe mientras le sirve el trago, pero antes de que nada más ocurra, en el pasillo del avión se ha parado un tipo y ha empezado a gritar.
-¡Oigan bien, tengo una granada! ¡Si no hacen lo que les digo la haré estallar!
A Chick se le ha iluminado el rostro y exclama.
-¡Papá! ¿Eres tú?
(Continúa en el siguiente capítulo)

CHICK FERRARI, DETECTIVE ESPACIAL.

Corría el año 1996 del nacimiento de nuestro Señor y yo era un indocumentado más en el reino de España. Después de pasar por los trabajos más peregrinos finalmente encontré un puesto de editor en una revista que recién se fundaba: La Tribuna Hispana. El dueño era un personaje siniestro que manejaba una agencia de envío de dinero y que un día había tenido la feliz idea de ahorrarse el dinero que gastaba en publicidad publicando una revista consagrada a ensalzar las virtudes de su empresa y vender anuncios a otros interesados. Lo que gastaba en la imprenta se lo ahorraba, por supuesto, en los empleados. Las 60 páginas de la revista las armábamos entre Otto Treto, ex diseñador de Alma Mater con un talento increíble y yo (por cierto, si alguien sabe de Otto hágamelo saber que hace tiempo que perdimos contacto). Para llenar esas 60 páginas, además de algunas colaboraciones, tuve que desdoblarme en cinco o seis autores (ni Fernando Pessoa llegó tan lejos con sus heterónimos) que lo mismo hacían críticas de cine, hablaban de política internacional o describían países que nunca había visitado. Uno de esos autores era Enrisco que para divertirse ideó a “Chick Ferrari” una noveleta por entregas en once capítulos (a uno por mes) que contaba las aventuras de un detective espacial. Como de esta historia apenas saben una decena de amigos que visitaban mi sitio anterior he decidido presentarla aquí. Los once capítulos los dividiré por la mitad (enteros serían demasiado extensos para un blog e iré publicándolos más o menos a diario hasta que se acaben. Sin más los dejo con el primer capítulo.



Capítulo I: De la Luna a la Tierra.

-¡Carajo que te calles, que no me dejas pensar!- le grita Chick Ferrari a Mercedes, su perra, pero no obstante esta no deja de ladrar. Es lógico que Mercedes no le haga caso sobre todo si Chick tiene la escafandra herméticamente cerrada y los gritos rebotan en el cristal del casco. Si algo le revienta al detective de venir a la luna es que por culpa de la escafandra no puede fumar. Mercedes sigue ladrando. El subdirector de la estación de bombeo se le acerca y le dice por el intercomunicador personal.
-Ya encontraron la rodilla derecha pero la cabeza sigue sin aparecer.
Chick Ferrari patea el suelo impaciente. Lo han contratado para investigar la desaparición del director de la estación de bombeo de whisky natural más importante de la luna (J&B lunar) un yacimiento con sólo 10 años de explotación y hasta ahora han encontrado pedazos del director enterrados por todas partes. Ya falta muy poco para completarlo.
-¡Esa cabeza tiene que aparecer!- dice Chick y da un paseillo.
-¿La cabeza es la clave del crimen?- pregunta el subdirector.
-No, pero odio tener que investigar algo por partes- y mirando que la perra escarba en el sitio que acaba de abandonar - ¡Mercedes!, ¿se puede saber qué haces?
La perra sigue hasta dar con lo que a todas luces y sobre todo a la de la linterna de Chick es una cabeza humana.
-¡El jefe!- se apresura a decir su ex-segundo con esforzada aflicción.
Chick aparta de un puntapié a Mercedes y se ocupa personalmente de exhumar la cabeza.
- Si la dejo es capaz de comérsela y dejarme sin qué trabajar- explica mientras sacude el polvo lunar del cráneo del que fuera el director de la estación de bombeo. Una cabeza espléndidamente calva que entre los dientes aún sujetaba un costoso habano.
-Ser o no ser. He aquí el dilema - dice sin soltar la cabeza - En la escuela hicimos Hamlet pero nunca pudimos conseguir una calavera decente.
-¿Tiene ya alguna sospecha?
-Si, suicidio.
-¿Está seguro?.
-Más bien estoy apurado. Hace tres horas estaba por fin a punto de hacer lo que deseaba desde hace años: sentarme en mi portalito con mi bombilla de mate y ver a los pibes jugar un picadito en medio de la calle. Entonces recibo la llamada de vos. Los enamorados pueden opinar lo contrario pero yo no soporto esta luna de mierda. Así que lo mejor para todos es que haya sido suicidio. Me pagan y santas pascuas.
-Lo siento pero el suicidio no lo pagamos. Sólo verá el dinero si nos entrega al asesino. Oiga ¿qué es lo que está haciendo?
-¿No lo ve? Me estoy quitando este casco estúpido.
- Pero es que la atmósfera de aquí...
-No creo que esté peor que mis pulmones y además tengo ganas de fumar. -dice Chick al tiempo que arranca el habano de los dientes de la víctima. Lo enciende con gesto firme y ensayado y mientras lanza la primera bocanada examina detenidamente la cabeza. Instantes más tarde sus ojos se clavan en el rostro del director.
-¿Insiste en que le diga quién es el asesino?.
-Por supuesto ¿para qué si no lo he traído desde la Tierra?
-Eso mismo digo yo: para qué carajo me trajo hasta aquí. Sobre todo si debe saber muy bien que el asesino es usted mismo…
[continuará]