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lunes, 29 de enero de 2024

Pioneros en Manhattan*

Poster de la expo de María Antonia Cabrera Arús y Meyken Barreto

A mediados de los años setentas el recientemente fallecido periodista mexicano Jacobo Zabludovsky decidió hacer un experimento. Entrevistaría a los hijos de los funcionarios de la embajada cubana en México DF. Nada complicado. Preguntas elementales como “¿A quién quieres más?”, “¿Qué quieres hacer cuando seas grande?”. Nada que alarmara a los funcionarios que debían autorizar la entrevista. La segunda parte del experimento era -al parecer- igualmente inofensiva, y consistía en hacerle las mismas preguntas a niños mexicanos. Lo verdaderamente revelador fue presentar en televisión en conjunto el resultado de ambas encuestas. Así mientras los niños locales afirmaban amar más a su mamá o a su abuela y de grandes querer ser como cierto futbolista o personaje de comic los cubanitos decían querer más a Fidel o a la Revolución y cuando crecieran serían como el Che o sacrificarían su vida por la Patria. Zabludovsky trascendió por sus entrevistas a gente famosa en todo el mundo, por su conducción durante décadas de programas noticiosos en su país, pero la noche de aquella emisión le cambió la vida al menos a una persona. “Me sentí como un robot” me contó muchos años después uno de aquellos niños cubanos. Verse soltando aquellos lugares comunes de la propaganda oficial uno tras otro cuando resultaba bastante más natural querer más a la abuela que al gobernante del país. Como resultado de esa experiencia aquel niño decidió que en lo adelante dedicaría todos sus esfuerzos a escapar de aquel país al que su padre representaba.

Por supuesto que fue esa una experiencia bastante rara para los niños cubanos de aquella generación. Para la casi totalidad de los niños cubanos, aquellas consignas, aquellos lugares comunes fueron lo más normal del mundo. La exposición “Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood” que acaba de clausurarse en Nueva York al cuidado de María Antonia Cabrera Arús y Meyken Barreto es un intento de reconstruir aquella “normalidad” aunque la colección de juguetes, uniformes, diplomas, expedientes escolares, libros etc. expuesta en una sala en medio de la Quinta avenida neoyorquina resultara una suerte de naufragio doble. Por una parte el naufragio de un proyecto abandonado hace bastante tiempo (aunque sus efectos sigan vigentes) y por otra el desamparo intraducible que enfrentan esos mismos objetos en una ciudad tan ajena como es el Nueva York de 2015. Aunque puede que me equivoque en lo segundo y no haya ciudad más afín a tal exhibición que esa, obsesionada con el reciclaje de modas y exotismos.

El milagro puro de que haya sobrevivido esa muestra de objetos que en casi cualquier parte del mundo hubiesen ido a parar al más allá de los tarecos inservibles es parte de la historia que cuenta esta exposición. La historia de generaciones aferradas a cuanta cosa les pasara por delante, tarecos insignificantes que de pura escasez se volvían únicos, irremplazables. La historia de generaciones educadas en el materialismo dialectico e histórico por un sistema que al mismo tiempo llevaba a cabo una guerra a muerte contra la materia misma. La historia de familias individuales y concretas cuyo coleccionismo, voluntario o forzoso, encuentra sentido en una exhibición como esta. En cualquier caso una historia muy poco excepcional si se tiene en cuenta que hubo una época en que un tercio de la población mundial estaba sometido a experiencias similares. En una conferencia complementaria a “Pioneros…” un grupo de especialistas se encargó de compartir sus experiencias en diferentes partes del antiguo bloque comunista, experiencias que resultaron muy afines en lo esencial, incluyendo ese sentimiento compartido de “normalidad”.


Tan complejo como necesario es intentar reconstruir el pasado reciente no solo desde los textos constitucionales, declaraciones, leyes, estadísticas o reconstrucción documental de episodios famosos sino también desde la más elemental y rutinaria materialidad. Sobre todo en un caso como el de la sociedad cubana de las últimas cinco décadas y media en que los archivos donde se deberían reconstruir el pasado del país son usualmente inaccesibles, las estadísticas falsas, y abismal la distancia que separa las descripciones periodísticas de la realidad y la realidad misma.

Una reconstrucción material de la vida cotidiana bajo el castrismo en su etapa clásica revela sin esfuerzo la esquizofrenia de aquella normalidad. No sólo por la desoladora pobreza de un régimen establecido para “satisfacer las necesidades siempre crecientes de la población” sino por la contradicción entre las declaraciones de principios sobre sus intenciones de “garantizar la formación multifacética de la niñez y la juventud” y un “desarrollo pleno de las nuevas generaciones” y las muy escasas opciones que ofrecía fuera de la “moral comunista”, la “fidelidad a la Revolución”, “el odio al imperialismo” y “el amor”, “a las instituciones armadas” y “a la clase obrera y a su partido de vanguardia”.

La inmediata identificación que se produjo entre buena parte de los visitantes cubanos con los objetos que exhibía “Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood” revela que, pese a la inevitable brevedad de la muestra, esta era lo suficientemente representativa. Eso dice no poco de lo uniforme de una sociedad con un repertorio material –y espiritual- tan escaso. Y es que pese al extremo cuidado de las curadoras en diversificar la muestra, en extenderla no solo al plano escolar estatal sino al familiar y privado, pese a su insistencia en los modos alternos de quienes sentían la necesidad continua de defender su individualidad frente a las imposiciones estatales lo que queda patente era el carácter ubicuo de una ideología pero también de una ética y una estética que apenas dejaba espacio a la inocencia simbólica.

Llamaba la atención en la exposición que en medio de tanta pobreza material hubiese un muestrario tan amplio y variopinto de certificados, diplomas, medallas, bonos de trabajo voluntario. Se trata de eso que en la nomenclatura del régimen se conocía como “estímulos morales”, una palanca fundamental, aseguraban los teóricos (empezando por el Che Guevara) en el establecimiento de una sociedad comunista. “Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material –decía el Che- hay que hacer al hombre nuevo. De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente”. Y estos papelitos impresos pueden servir de excelente ilustración de en qué consistía esa moneda “moral” que supuestamente servía para comprarte el ascenso en el escalafón de la nueva sociedad. Porque la normalidad en que debía transcurrir la vida de los niños cubanos no debía desconocer el hecho de que lo que en realidad se trataba de producir era un tipo diferente de ser humano que ayudara a construir una sociedad desconocida hasta entonces. Un espécimen que de acuerdo con los principales textos que delineaban su diseño sería mitad trabajador, mitad soldado y en general lo bastante infantil e inocente como para estar a salvo de cualquier influencia corruptora y, de paso, anular por completo su capacidad de decisión.


Y en esto hay que reconocer la transparente honestidad del régimen cubano cuando declaraba en sus Tesis y resoluciones en la formación de la niñez y la juventud al Primer Congreso del Partido Comunista que “Uno de los objetivos supremos que tiene ante sí el Partido Comunista de Cuba es la formación del hombre comunista, cuya acción social esté condicionada, desde las edades más tempranas, por un modo de vida que conduzca, indefectiblemente, a interiorizar en él los rasgos de carácter, convicciones y moral comunista”. Y no se trataba de una bravuconada al estilo de las tantas empresas faraónicas en que se enredó el régimen en aquellos años. A diferencia de esos otros casos, para este proyecto totalitario de fabricar “hombres nuevos” en serie le sobraban los medios. Así podía permitirse convocar a los “diferentes organismos del estado, las organizaciones políticas y de masas, los medios de difusión masiva, la familia y la sociedad toda” a “actuar al unísono y regidos por una misma política en este proceso formativo, complejo e integral”. Más oscura pero no menos disuasoria era la advertencia del régimen contra los intentos de “desviar” la “conciencia socialista y deteriorar sus valores políticos, morales, culturales y filosóficos” de las “nuevas generaciones”. Es en el acápite “Sobre la formación de la niñez y la juventud” de las “Tesis y resoluciones del Primer Congreso del PCC” donde se llama a mantener “una política de firme rechazo a toda manifestación negativa, y aplicarse a un plan permanente que, junto a la política de persuasión, contemple las medidas adecuadas contra las manifestaciones antisociales que atenten contra las normas de convivencia social y de la moral comunista”. Y en artículo 8 del “Código de la Niñez y la Juventud” de 1978 (todavía vigente) se enuncia que “La sociedad y el Estado trabajan por la eficaz protección de los jóvenes ante toda influencia contraria a su formación comunista”.

No obstante un régimen que en las tareas de vigilar y castigar era tan constante como discreto ha dejado poca huella material de sus empeños represivos. Incluso así “Pioneros…” ofreció a la curiosidad del visitante uno de aquellos “expedientes acumulativos” que resumía el paso de cada estudiante por el sistema escolar y al que irían a parar las famosas “manchas” con que a cada rato amenazaban los profesores ante algún comportamiento considerado inaceptable. No sé hasta qué punto sea transmisible a un no iniciado el terror del estudiante ante la amenaza de que una “mancha en el expediente” le descarrilaría la vida en una sociedad que se consideraba a sí misma poco menos que perfecta. Hay ciertas modulaciones de aquella normalidad totalitaria que son intrasmisibles. Hubiera sido útil, sin embargo, haber creado algún dispositivo para acceder al interior de tal expediente, aunque solo fuera para apreciar el interés del sistema por informarse sobre la afiliación religiosa y política de los estudiantes y de sus padres y sobre su grado de “integración revolucionaria”. Quiero pensar que tales detalles no le pasarían desapercibidos a un público tan sensible a este tipo de curiosidad estatal por sus propias convicciones públicas y privadas.

Sobre el éxito –debatible- de este minucioso sistema de modelaje humano la exposición “Pioneros” fue menos explícita pero sin dejar de ser sugestiva. Como muestra de lo que se esperaba de un estudiante una vez que pasara por los niveles de enseñanza primaria y secundaria en “Pioneros” se exhibió el curioso pero no inusual juramento que se exigía en 1969 a los estudiantes del instituto tecnológico Julio Antonio Mella. Un juramento que lo mismo comprometía a “renuciar [sic] al ejercicio libre de nuestra profesión poniendo todos nuestros conocimientos al servicio de nuestro pueblo o de cualquier pueblo del mundo que lo necesite” que a “cambiar, si fuese necesario nuevamente las herramientas de trabajo por las armas para defender los logros de nuestra Revolución contra un ataque de nuestro más odiado enemigo; el imperialismo norteamericano”. Como aquellos pioneritos de la embajada cubana en México estos estudiantes juraban estar “dispuestos a legar por el porvenir de la humanidad nuestras vidas, si fuese necesario, para destruir a los enemigos de los pueblos y así hacer más patente lo que Cuba a diario ratifica ante Latinoamérica y el mundo, el lema de: PATRIA O MUERTE VENCEREMOS”. Más interesante aún es el acápite del juramento en que el estudiante rechazaría “erigirle un altar al Dios Dinero y postrarle a sus pies la conciencia de los hombres” en nombre del principio basado en “crear riquezas con la conciencia y no conciencias con la riqueza”. Interesante y hasta irónico si se ve cómo en estos días generaciones de cubanos educados en esos mismos principios se entregan al experimento capitalista con un entusiasmo imposible de hallar en casi ningún otro sitio del mundo.

Foto de Geandy Pavón

Pero no se puede decir que aquel otro experimento por el que pasaron los cubanos que crecieron en la Cuba post revolucionaria y que intentó reconstruir la muestra de “Pioneros: Building Cuba's Socialist Childhood” fuera un total fracaso. Sus efectos, duraderos, se pueden percibir en buena parte de aquellas generaciones, donde quiera que se encuentren. Si no en el entusiasmo por el antiguo proyecto para el que fueron formados, al menos en la desazón y la perplejidad que les ocasiona a aquellos viejos hombres nuevos el mundo ajeno a aquella “normalidad” en la que crecieron; en la incapacidad para entenderse a sí mismos como parte de un mundo para el que, después de todo, no fueron creados. De algo de esa perplejidad ante el mundo –ante esa normalidad capitalista dentro o fuera de Cuba- parecían hablarnos las fotografías del artista Geandy Pavón incluidas en la exhibición que muestran a una niña completamente uniformada como “pionera” frente a diferentes emblemas de esa otra realidad: una tienda de Target, el perfil de Nueva York, un viejo carro norteamericano o el ratón Mickey. El desamparo expresado en esas imágenes puede ser el reverso de la tendencia de sucesivas generaciones de cubanos a asociar ciertas experiencias, objetos o referencias culturales a esa forma de la felicidad que es no entender nada. De ejercer la nostalgia allí donde parece menos comprensible. O como diría la madre de un amigo de manera más elemental y diáfana: “Allí el que se salva queda bobo”.

Bibliografía

Guevara, Ernesto. “El socialismo y el hombre en Cuba”

“Ley No. 16 Código de la Niñez y la Juventud”

“Tesis y resoluciones del Primer Congreso del PCC: Sobre la formación de la niñez y la juventud”

“Tesis y resoluciones del Primer Congreso del PCC: Sobre la Plataforma Programática del Partido”

*Artículo aparecido en Diario de Cuba el 11 de octubre de 2015

 

jueves, 27 de febrero de 2020

Algo más que alfabetizar


Nube de palabras del discurso de Fidel Castro anunciando campaña de alfabetización el 10 de octubre de 1960

No se crean que el chicharrón es carne. La famosa campaña de alfabetización de 1961 fue planeada desde el comienzo como una operación militar: se enviaron miles de alfabetizadores a territorio en pie de guerra para que sirvieran lo mismo de evangelizadores de las bondades de la revolución, de informantes sobre el movimiento de las guerrillas enemigas que de mártires en potencia.
El discurso donde Fidel Castro anuncia que llevará adelante la campaña de alfabetización es de hecho el despliegue de un plan de batalla: por las veces que se mencionan las palabras "maestros" (28), "escuela" (15), "enseñar" (11), "libros" (9) y "cartilla" (5) “estudiantes” (4) se menciona 32 veces la contrarrevolución, 26 veces se habla de ofensivas, 18 de milicias, 15 de luchar, 9 de combatir, 12 de armas, 10 de terrorismo, 9 de guerra, 8 de ejército, 7 de mercenarios, 8 de escoria, 4 de fusiles.
Si por un lado Fidel Castro intentaba minimizar a la oposición armada refiriéndose a esta siete veces como “grupitos” (de contrarrevolucionarios, de alzados, de mercenarios) por otra parte afirma que el imperialismo está movilizando “toda su escoria de decenas de miles de gangsters y de criminales”.
Con la prensa ya bajo su control Fidel Castro contaba con sacarle el jugo a cada mártir que produjera su temeraria decisión de enviar miles de alfabetizadores en su doble función de maestros y servicio de inteligencia. Y en efecto, seis de ellos (Conrado Benítez García, Modesto Serrano Rodríguez, Tomás Hormiga García, Delfín Sen Cedré, José Taurino Galindo Perdigón y Manuel Ascunce Doménech) fueron asesinados por los alzados: pocos si se contrasta con la situación en que se les había puesto a los alfabetizadores o si se los compara con los 95 campesinos fusilados por las guerrillas antibatistianas por supuestas delaciones.
A la larga la operación tuvo un éxito aplastante: no solo porque se logró reducir el analfabetismo de un 22% a un 3% sino porque una campaña de tan criminal temeridad sigue considerándose modelo educativo para todo el planeta. Recuerdo que hacia el año 2000 hablaba con una pareja de ecuatorianos cuando el hombre me puso una vez más como ejemplo el dichoso caso de la alfabetización. Pero antes de poderle responderle la ecuatoriana le recordó a su compatriota que en Ecuador se había eliminado el analfabetismo por completo hacía tiempo sin necesidad de hacer una revolución. Ni de mandar a nadie a morir, habría añadido yo, pero no era cosa de ensañarse cuando hasta su compatriota le había quitado la razón.

lunes, 13 de noviembre de 2017

La Lenin, Valls y yo

Hace unos días me enviaron un cuestionario acerca de los rumores sobre el inminente cierre de la alicaída escuela Lenin. Mis respuestas fueron extensamente citadas en un reportaje posterior de la periodista Sarah Moreno. Aquí les transcribo todas mis respuestas:
  
Se rumora que va a cerrar la Lenin. ¿Te alegra, te toma por sorpresa? ¿Lo ves como un sintoma más de la decadencia de la educación en Cuba?
Sí, me sorprende. Sabía de la debacle del sistema educativo cubano pero no pensaba que llegara tan lejos como para arrastrar consigo su “joya” más preciada. Al menos si se habla de las escuelas creadas después de 1959 en los niveles primario y medio. No sabía siquiera que desde hace tiempo de la escuela funcionaba apenas un tercio de lo que había sido antes. Pero más que síntoma de la decadencia de la educación en Cuba es una muestra del desinterés de las clases dominantes cubanas por siquiera disimular lo poco que les importa dicha decadencia: resuelto el problema educativo de sus hijos y nietos con las escuelas privadas extranjeras que se han ido abriendo en Cuba todo el discurso igualitario al que todavía echan mano se hace cada vez más vacío. Y no me alegra, por supuesto. ¿Cómo me va a alegrar que los muchachos cubanos que no pertenezcan a las élites tengan menos oportunidades de acceder a una educación de calidad que antes.

Cómo definirías la escuela, y ya en lo particular, cómo recuerdas el tiempo que pasaste ahí (por cierto, de que año a qué año).
Debí de entrar en séptimo grado en 1979 pero no me gustó la idea de estar internado y pasé mi secundaria en la calle. Pero en el momento de entrar en el preuniversitario en 1982 ya se rumoraba que todas las escuelas serían mudadas para el campo. Así que al aparecer una nueva oportunidad de entrar en la escuela accedí. La escuela acababa de ser remozada para usarla como Villa Olímpica para los Centroamericanos de 1982 así que estaba en bastante buen estado. Aun así ya se escuchaban recuentos nostálgicos de glorias pasadas cuando estudiaban allí los hijos de Fidel Castro y él mismo visitaba la escuela a cada rato. Una época en que las piscinas estaban llenas y la comida era mucho mejor. Parece ser también la época de oro del bullying: tiempos en que los hijos de dirigentes campeaban por sus respetos aterrorizando a los muchachos más débiles. La escuela que recuerdo es la más exigente del país (a excepción quizás de la Humbolt 7) y la mejor equipada. Aunque ese equipamiento era engañoso. Era una escuela-vitrina en la que muchas de sus instalaciones solo se usaban en caso de visitas de delegaciones nacionales o preferiblemente extranjeras. Piscinas que apenas fueron llenadas tres o cuatro semanas en el curso de tres años; tabloncillos que se pasaban la mayor parte del tiempo cerrados y de pronto te halaban, te daban un short y te metían a correr detrás de una pelota para que un grupo de extranjeros se asombraran de la buena vida que nos dábamos; laboratorios de idiomas que nunca vi por dentro. Y no es que soportáramos callados esas falsedades porque mucho que las criticamos en cuanta reunión había. El poeta Jorge Valls luego de pasar en la prisión política “Veinte añosy cuarenta días” como reza el título de sus memorias carcelarias al sacarlo lo llevaron directamente a ver la Lenin. Querían que comprobara todo lo que había hecho la revolución a la que tanto se había resistido*. Eso fue en 1984, cuando yo todavía andaba en aquella escuela ornamental protestando por ese engaño gigantesco o convirtiéndome en el peor jugador de fútbol que haya jugado nunca en esa escuela. Por lo demás éramos adolescentes haciendo vida de adolescentes, para bien y para mal. De allí me gradué en 1985.


Alguna vez hemos comentado que la gente de la Lenin se creían mejores, es verdad esto? ¿De dónde crees que surge esa percepción?
Puede que sí se creyeran mejores sobre todo si debían compararse con muchachos de otras escuelas pero la Lenin resultó para muchos una cura de humildad. De ser los primeros expedientes con las notas más altas en sus respectivas escuelas la mayoría pasábamos a ser estudiantes promedio donde solo unos pocos sobresalían. Si no mejores seguramente se sentirían distintos al resto de los muchachos. Eran seis años de una vida bastante enclaustrada, siguiendo las mismas rutinas, conociendo a las mismas personas, compartiendo vida con ellos: era inevitable que tuvieran modos de convivir y hasta hablar muy específicos. Una de las primeras cosas que tuve que hacer al entrar fue aprender ese dialecto de la Lenin con palabras, giros y chistes muy específicos. Y los apodos espectaculares que les ponían a los profesores. Incluso la manera de usar el uniforme con el monograma rojo, las corbatas (que solo se usaban al salir de la escuela) o las medias blancas de las muchachas contribuía a marcar una diferencia. Yo y en general los que entramos en décimo siempre nos sentimos un poco intrusos, siempre nos sentimos “los nuevos” en comparación con los que estaban allí desde séptimo grado. En fin, existía una dinámica más o menos común de todo grupo que tiene ciertos privilegios en un ambiente más bien miserable.

A diferencia de personas de otros países que se sienten orgullosos de las escuelas a las que asistieron, ¿crees que no es motivo de orgullo, o más bien algo que uno esconde, el hecho de que fue a la Lenin?
En lo personal por todo lo que te dije anteriormente  no me avergüenza pero tampoco me enorgullece demasiado. Al fin y al cabo fueron tres años de mi vida y no seis como ocurrió con la mayoría de mis compañeros de graduación. Pero en general lo que me encuentro es orgullo de haber pertenecido a una escuela de élite. A casi todo el mundo le encanta sentirse especial, por una razón o por otra. En mi caso más importante fue la Universidad de La Habana donde estudié cinco años y viví experiencias mucho más decisivas. Pero es innegable que la Lenin es una de las escuelas más grandes y con mayor tradición en los últimos cincuenta años de historia cubana (gracias sobre todo a que las anteriores fueron eliminadas). Donde quiera se encuentra uno con antiguos estudiantes de la Lenin con los que, al margen de las diferencias de todo tipo, puede establecer un tipo de complicidad muy especial. Los pobres que se encuentran en medio de ese intercambio no saben qué hacer porque no entienden nada de lo que decimos. Y los compadezco.


*El poeta y ex prisionero político Jorge Valls dice en sus memorias: “En el Instituto Lenin el director me facilitó una serie de estadísticas para demostrarme lo bien que funcionaba todo. Era un colegio de lujo, con muchos jardines, museos y patios de recreo. Me acordaba de la hija de Osvaldo Figueroa, a la que habían expulsado de aquel colegio porque su padre era un preso político que no había aceptado el plan de reeducación. Pensaba en cómo aquello la había puesto en contra de su padre”

viernes, 7 de abril de 2017

La nueva escuela

Para el que crea (todavía) que las escuelas en el campo se crearon con fines educativos y no para que el Estado los usara como mano de obra (porque se había apropiado de mucha más tierra de la que podía atender):
"En nuestra sociedad, hoy, mañana y siempre, los bienes materiales tienen que producirlos todo el pueblo. Y esto además se combina felizmente con la forma de educación perfecta, la forma de educación que encaja con los conceptos marxistas y con los conceptos martianos. [...] Nosotros un día visitamos la escuela y los alumnos estaban en esos días de exámenes —era por trimestre, creo que es la prueba trimestral—, estaban de pruebas. Entonces en esos días de pruebas no iban al trabajo productivo. Y yo dije: bueno, aquí ha prevalecido un criterio docentista, aquí no ha prevalecido un criterio revolucionario. No quiero decir ni mucho menos que en el ánimo de los compañeros de esa escuela prevalezcan criterios docentistas. No. Son compañeros muy revolucionarios, muy conscientes, y están dirigiendo magníficamente bien la escuela. Pero es indiscutible que una cosa tradicional, conservadora, se había impuesto. Yo dije: bueno, ¿qué ganamos nosotros con esto? A la hora de la prueba le damos más tiempo para estudiar, y liberamos al estudiante de sus obligaciones cotidianas. Creamos un vicio. ¿Qué vicio? El vicio del finalista, el vicio de no atender en clases. […]
Pero si nosotros empezamos porque cuando llega la prueba no hay trabajo, el resultado es que empezamos a crear la antítesis trabajo-estudio: el vicio del finalismo, el estudiante neurasténico además —porque es ese estudiante arrancándose los pelos, comiéndose las uñas; se está todos esos días de exámenes en una tensión terrible. ¡Y hasta le creamos el reflejo de la tensión y del superintelectualismo en los días de prueba!
El estudiante debe estar siempre listo para responder una pregunta. El estudiante debe estar al día. El estudiante debe atender las clases. El estudiante debe estudiar todos los días.
Y yo dije: y lo que más me duele es que ustedes hicieron una suspensión total. Si hubieran dicho: vamos a rebajar una hora o dos, bueno: ya es una hora. Pero, ¿el absoluto? ¿Supresión total del trabajo productivo en los días de pruebas? Ellos comprendieron, y realmente después suspendieron el método de no realizar trabajos... Porque además, me parecía que entrañaba la violación de un principio, el que decíamos: no menospreciar la actividad productiva. Daba la impresión que en ese momento la actividad productiva se menospreciaba y que prevalecía todo lo docente, creándose todos esos vicios secundarios que nosotros señalábamos"
Fidel Castro, 25 de abril de 1971

jueves, 26 de mayo de 2016

La campaña y la guerra


Para muchos ha sido uno de los logros más indiscutibles de la Revolución Cubana. La masiva campaña de alfabetización de 1961 que llevó la tasa de analfabetismo desde un 22% de la población adulta (sí, una de las más bajas de Latinoamérica en aquellos días me recordará alguien, pero altísima para los estándares actuales) hasta apenas el 3%. Para otros se trataba de un perverso plan de adoctrinamiento del campesinado cubano donde las primeras palabras que se armaban con la letra “F” eran “Fidel” y “fusil” y donde se daba por terminado el aprendizaje con una carta al Comandante en Jefe. Hay otros, menos, que lo consideran como un proyecto de importancia estratégica, militarmente hablando. Como una manera de infiltrar los campos cubanos, en aquellos días infestados de guerrillas anticastristas a lo largo del país, con maestros improvisados que harían las veces de activistas políticos, informantes del castrismo y –llegado el caso- mártires de la Revolución que usaría profusamente sus nombres en las campañas para demostrar la maldad infinita de los que se oponían al gobierno: un escudo humano avanzando alegre y despreocupado sobre el campo enemigo.
Una versión bastante retorcida. Incluso tratándose de Fidel Castro.
Veamos qué decía éste en los días previos al inicio de la campaña. Tomemos, por ejemplo, el discurso de clausura del primer Congreso Nacional de Consejos Municipales de Educación (algún día habrá que contar cuántos primeros congresos celebró el castrismo de cosas que no tuvieron continuidad) celebrado el 10 de octubre de 1960 y en el cual el líder de la Revolución anuncia la campaña y explica sus objetivos.

“Nos estamos proponiendo algo muy ambicioso, una tarea difícil y que, en realidad, va a poner a prueba la capacidad de todos nosotros, va a poner a prueba la capacidad de nuestro pueblo, ya que nos estamos proponiendo hacer en un año lo que no pudieron o no quisieron hacer otros en 58 años. Es decir que nos proponemos en el año 1961, que ya lo hemos calificado como el Año de la Educación, erradicar el analfabetismo en nuestro país”
Y como no se contaba con número suficiente de maestros la solución sería convertir a “todo el mundo en un maestro, todo el que sepa leer y escribir”. Pero tanto o más que de la monstruosa campaña educativa que se estaba gestando Fidel Castro habla del avance de la contrarrevolución.

“Dijimos que íbamos a hablar de educación primero y de problemas contrarrevolucionarios luego. Hemos hecho al revés: hemos hablado de problemas contrarrevolucionarios primero y falta decir algo breve —pero breve de verdad— sobre el objetivo fundamental de este congreso”
El objetivo fundamental del congreso era la organización de la campaña de alfabetización y sin embargo durante la mayor parte del discurso de clausura el principal orador no deja de hablar de la contrarrevolución, incluso cuando haga todo lo posible para disminuirla.

Es decir que para combatir los grupitos contrarrevolucionarios del Escambray, movilizamos a las milicias del Escambray, 1 000 milicianos campesinos. Pero, además, para que no pudiera moverse un solo contrarrevolucionario, le movilizamos 700 milicianos campesinos de la Sierra Maestra y del Segundo Frente de Oriente (APLAUSOS) y, además de los responsables, es decir, de los jefes de milicias de la capital que están en entrenamiento en la provincia de Matanzas, movilizábamos también una compañía que se iba turnando”
Pero al mismo tiempo reconoce que no va a ser tan fácil hacer desaparecer los focos de resistencia al gobierno incluso tratándose de “grupitos” porque para algo está el imperialismo:

“¿Quiere decir que desaparezcan los hechos de terrorismo y de sabotaje? ¡No!, es posible que aumenten; es posible, a mayor cantidad de recursos, a mayor asistencia, a mayor apoyo del imperialismo, movilizando toda su escoria de decenas de miles de gangsters y de criminales, movilizando sus millones y millones de dólares, facilitándoles explosivos, facilitándoles medios para hacer los sabotajes; es decir que tendrá su auge, pero tendrán también su declive”
Nótese como aquellos “grupitos” súbitamente se convierten en “decenas de miles de gangsters y de criminales”. La estrategia contra estos sería organizar “militarmente al pueblo en las milicias” y “civilmente en comités de vigilancia colectiva”.
¿Por qué organizar entonces la campaña de alfabetización en momentos en que el país estaba enfrascado en una virtual guerra civil? Esta es la manera en que racionaliza Fidel Castro su plan de poner en riesgo la vida de decenas de miles de adolescentes cubanos:

la misión de nosotros en el país no es derrotar contrarrevoluciones, sino hacer revolución; esa es nuestra misión en el país. Nuestra misión en el país es crear; combatimos porque queremos crear; combatimos porque tenemos que defender lo creado; combatimos porque queremos seguir adelante; y, sobre todo, no estamos aquí por combatir, sino estamos aquí para crear.

Lo que sí sería una victoria de la contrarrevolución sería que atrasara los planes de la Revolución, que atrasara los planes de la reforma agraria, los planes de educación, los planes de industrialización, los planes de construcción de viviendas, los planes de desarrollo general de nuestra economía; esa sí sería una victoria de la contrarrevolución y por eso a la contrarrevolución hay que ganarle la batalla no solo en el campo militar; hay que ganarle la batalla en el campo de creación revolucionaria
Lo que Castro plantea como dos problemas distintos (la derrota de la contrarrevolución y el cumplimiento de la anunciada campaña alfabetizadora) los asume como uno solo: la campaña alfabetizadora será al mismo tiempo un arma para derrotar a la contrarrevolución. Si en las ciudades contaba con la organización de los CDR en el campo necesita algo que complete esa “organización civil del pueblo” que ha concebido “para vigilar a los contrarrevolucionarios, para reprimir sus actividades y para estar preparados en caso de lucha, cumplir la misión que corresponde a esos comités que deben estar organizados manzana por manzana, barrio por barrio, ciudad por ciudad, y campo por campo”.
(No sería esa después de todo la única vez que un objetivo en apariencia beneficioso para el país, independientemente del gobierno que lo emprendiera, formara parte de la estrategia de control totalitario del castrismo. Me cuenta mi padre que el plan de reforestación de los principales macizos montañosos del país fue diseñado de acuerdo con una vieja obsesión castrista: la de crear las condiciones para que en el futuro no fuera posible un alzamiento en las montañas como el que le sirvió para llegar al poder.)
Muchos años después una película que señala uno de los puntos más altos de nuestro más bien pobre realismo socialista “El brigadista” resolvía en un solo personaje el dilema que planteaba Fidel Castro en el discurso mencionado: el alfabetizador tímido y un tanto miedoso que al final de la película supera su repugnancia por la violencia matando a un alzado. Una metáfora atrevida e insidiosa pero no muy distante de lo que había ocurrido en realidad. Porque Castro –como todos los buenos aprendices totalitarios- es un seguidor hiperbólico de Clausewitz, de esos que convierten cualquier cosa en medio para hacer la guerra. 

domingo, 3 de mayo de 2015

Sic

Esto, que acabo de tomar de un muro de Facebook, es un crudo testimonio de la efectividad del sistema educativo cubano en la justificación del régimen  que le da sentido: 



"todo el trabajo que pase en cuba y lo que aprendí hoy me esta dando mucho Resultado en el país que estoy,lo mismo te esta pasando a vos y a mi muchos que critican y hablan de mas y con esto que te digo amigo mio no dejó de saber que nuestro paiz carezca de muchas cosas y que fidel se haya mandado muchas cagadas y muy malas pero también nos salvo del abuso de Machado que tenia a nuestro pueblo de esclavos y cuba era el puterio de los llanquis un caso mi abuela Juana crió a sus hermanos menores que e ya planchando con una plancha que se pone al carbón y no podía salir a la. Calle por que es negra y como estas muchas cosas mas que le paso quizás vos o los que te Rodean la familia no sufrió nada de estas cosas,pero la mía si amigo"

domingo, 23 de febrero de 2014

Conducta

Acabo de ver "Conducta" la película de Ernesto Daranas que en estos días han estrenado en La Habana con sus aires de "Nuestros hijos", actuaciones más o menos previsibles (qué fácil les queda a los actores cubanos y sobre todo a las actrices esos mohínes de disgusto) y ese coqueteo constante con la solución sentimentalona. Pero de todo eso lo salva la dignidad del director- guionista, la de la profesora Carmela, la de la actriz que la encarna Alina Rodríguez, la de todos los niños, la de las vidas -nada peliculeras- que no se resignan a disolverse en la mierda que las rodea. Es difícil no querer a un país tan jodido aunque sólo sea por la convicción de que nadie lo va a hacer por uno.

jueves, 21 de febrero de 2013

El hermano

Una amiga recién llegada de Cuba me cuenta que en la escuela de su hijo de siete años habían mandado a pedir fotos de patriotas. El hijo de la maestra más “comecandela” y castrista de la escuela se aparece con un cartón lleno de fotos de personajes de la historia cubana y entre ellos fotos de Fidel y Raúl Castro. “¿Quién ese?”, pregunta uno de los niños señalando la foto de Fidel. Y replica el que había traído las fotos -imagino que orgulloso de sus conocimientos históricos: “Ese es el hermano de Raúl”. 

¿Recuerdan el viejo chiste que contaba que en los diccionarios dentro de un siglo Fidel Castro sería definido como un “dictador de la época de Los Van Van”? Parece que no habrá que esperar tanto.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Reflexiones leninistas (II y final) [con post data]



Lalenin por el lado académico sobresalía entre otras en las que había estado antes sin deslumbrar. En cuanto a los profesores había de todo. Desde profesionales muy capaces (y ocasionalmente sádicos) hasta aquellos que uno se preguntaba cómo los dejaban enseñar en cualquier escuela (aunque estos últimos eran los menos, es cierto). El nivel de las clases era notoriamente alto sobre todo en matemáticas y física aunque todavía no se había transformado en preuniversitario de ciencias exactas. Y la exigencia académica era muy superior a la de los preuniversitarios de la calle, razón por la que muchos de los que entraron conmigo e incluso de los que llevaban años en la escuela decidieron irse para que les subiera el promedio y alcanzar la carrera de su preferencia. (Eso provocó que en varias ocasiones los padres de los estudiantes exigieran a los ministerios de educación y de educación superior la adopción de exámenes de ingreso para compensar la diferencia de exigencia con otras escuelas, medida que no se adoptaría hasta unos cuantos años después). 

Lalenin por otra parte era, al menos en los tiempos en los que estudié, un grupo igual de heterogéneo que cualquiera que antes había conocido: proporciones similares de seres simpáticos y antipáticos, feos y hermosos, honestos e hipócritas. Pero no en todo era igual de representativo del mundo del que provenía: como mismo había mayor concentración de estudiantes brillantes y menor de la de los brutos sin remedio allí había un número desproporcionado de hijos de ministros, directores de organismos, altos oficiales y una proporción muy baja de negros lo que daba pie a los racistas de la escuela a decir que esa era la mejor muestra de la inferioridad de los negros en cuestión de inteligencia cuando era más racional verlo como muestra clara de que las diferencias sociales que se decían desaparecidas permanecían casi intactas.*

Como casi siempre ocurre con nuestra adolescencia y juventud la mayoría de los recuerdos que guardo de Lalenin son amables y divertidos, supongo que bastante mejores que lo que ella guarda de mí (pregúntenle a la Tícher si todavía anda por estos lares). Eso y amistades creadas en esos años (aunque las más sólidas y duraderas aparecerían luego, durante mis años universitarios o incluso después). Al graduarme cada año me reunía en el cumpleaños de nuestro último profesor guía con mis antiguos condiscípulos y era un compromiso agradable que se interrumpió cuando salí de Cuba. Sigo manteniendo contacto con un puñado de ellos aunque haber compartido la misma escuela años atrás va cediendo en importancia a otras afinidades más profundas.

Dicho esto entiendo el entusiasmo por el reencuentro entre gente que compartió las mismas circunstancias cada día de seis decisivos años de su vida como entiendo la cara de fastidio de un no leninista cuando se ve en medio del fuego cruzado de gente que acaba de descubrir que estuvieron en la misma escuela y comienza a hablar en un idioma incomprensible para él –porque Lalenin tenía su propio y peculiar dialecto- de una topografía que desconoce -el tanque de clavados, el Cake, la Cuatro, la Cinco, la Dos, los Aéreos- y de personas –viejos profesores, subdirectores de internado, un barbero- que no le despiertan el más mínimo interés. La cofradía creada en torno a Lalenin es un fenómeno digno de estudiarse ya sea como reproducción espontánea de un modelo asociado a grupos de élite en todo el mundo y en todos los tiempos o como la invención de un modo distinto de socialidad al que se pretendió implantar en aquellas escuelas.

Si llama más la atención el fervor de estos reencuentros reales o virtuales entre antiguos estudiantes de Lalenin es por la ausencia de cofradías similares entre los graduados de otras escuelas. Algo me dice que nunca veré una asociación de ex estudiantes de Manuel Bisbé, la escuela en la que pasé la secundaria, o incluso que la de graduados de la Universidad de La Habana o  de cualquiera de sus facultades demorará mucho en aparecer. Aun en el recuerdo de haber coincidido en una misma escuela somos unos privilegiados aunque sería absurdo que por ello, por conservar ese recuerdo, los ex lenineros se deban sentir culpables.

A pesar de que veo en esa nostalgia leninera un ejemplo más de una tendencia global a identificarse con la más desarraigada y menos plena de las edades -la adolescencia- supongo que se deba a un sentimiento auténtico de hermandad o al reconocimiento de un sentido de pertenencia donde escaseaban otros asideros. Pero la identificación con un grupo y unas circunstancias tan heterogéneas suele ser tramposa: siempre se cae corre el riesgo de ser parte de lo que el escritor Kurt Vonnegut definiría como un granfalún. “Un grupo de gente que abiertamente escoge o reclama tener una identidad o propósito compartido pero cuya asociación mutua realmente carece de sentido”.

Pero tampoco hay que pedirle demasiado a ese recuento de canas, libras e historias compartidas que se celebra cada tanto tiempo. Ni quiero incurrir en la labor fácil y mezquina de afearle la nostalgia a nadie. Si se trata de otra variante del culto más leal de nuestra generación -el de la amistad por encima de cualquier distancia- ese impulso que lleva a unos a saltarse un continente para asistir a la boda de un amigo o ayudar a quien no se ha visto en un cuarto de siglo como si se tratara de un pariente muy cercano no puede considerarse de otra manera que como admirable. Si se trata en cambio de un orgullo desmedido por haber pertenecido a una élite que lo mismo ha dado profesionales respetables que a esforzados chivatos entonces de lo que hablamos es de la vieja arrogancia de los tuertos en el país de los débiles visuales. Porque aquí entre nosotros, yo estuve ahí y no era para tanto.  

*Post data: La escuela también sobresalía por la vigilancia ideológica sobre los estudiantes. Recuerdo que cuando aparecieron unos letreros de una pulgada escasa de alto que decían “Abajo Fidel” en un baño del docente apenas un par de horas después del descubrimiento todos los integrantes del grupo de limpieza de los pasillos fuimos llamados a la dirección. Allí fuimos interrogados no sólo por el director de la unidad sino por unos señores que no pertenecían a la escuela y en los que no era difícil adivinar su condición de oficiales de la seguridad del estado.

Pero estuve envuelto en un incidente todavía más ridículo y penoso si cabe. En los meses finales de doce grado llegué a escribir una parodia sobre lo que en aquellos días me parecían manifestaciones de la hipocresía institucional de la escuela. La obrilla era fruto de una mezcla de las lecturas obligatorias de la época con el disgusto con que soportábamos los enmohecidos dulces que recibíamos a la hora de la merienda y llevaba el elemental título de “Galileo y el masarreal”. Creo que había hablado con un par de amigos del asunto porque mi idea era convencer a unos cuantos para llevarla a escena en una de aquellas noches de asueto que llevaban el título no menos obvio de “la recreación”. Pues un día se me acerca un estudiante al que no le había hablado de aquella pieza -que ahora imagino bastante lamentable- para sondearme sobre ella. El modo en que condujo sus preguntas –con un tono calculador, frío y falsamente paternal- y sus consejos me hacían ver que no sólo se había leído subrepticiamente “Galileo y el masarreal” sino que su acercamiento al autor había sido inducido por alguien más, alguien previsiblemente superior y “experto” en el tema, un jefe de la Juventud Comunista de la escuela o algo por el estilo. Quien me interrogaba sólo quería saber las motivaciones que me habían llevado a escribir aquella farsa en una libreta –algo bastante obvio puesto que la calidad de la merienda no era un secreto para nadie. También trató de convencerme de que a ese tipo de preocupaciones debía darles otra salida, usando los “canales correspondientes” supongo que diría.

Lo curioso y triste del asunto para mí en ese momento fue quien se había dirigido a mí estaba en los puestos más altos del escalafón de notas y era por demás un magnífico atleta, alguien a quien todos los demás admirábamos sin recato. Triste porque ni siquiera lo hacía por obligación porque en aquellos momentos no pertenecía a la Juventud Comunista. Con todos sus méritos escolares y deportivos todavía no había sido admitido en la UJC porque -según se rumoraba- tenía un pariente cercano viviendo en los Estados Unidos. No era difícil darse cuenta que su conversación conmigo era uno de los “trabajitos” que le habían encargado para que demostrara sus aptitudes para integrar la organización que se preciaba de reunir a los mejores. En aquél momento mi admiración por alguien a quien le sobraban méritos para ser aceptado en cualquier sitio  que se propusiera se resquebrajó un poco. Ahora, un poco más viejo más bien siento lástima por todos nosotros, por aquella vida en la que una obrita mierdera causaba tanta inquietud y en la que nada valíamos si no éramos capaces de renunciar a la más elemental de nuestras lealtades.     

viernes, 14 de septiembre de 2012

Reflexiones leninistas (primera parte)



Nunca he sido un leninista convencido. Y no me refiero a las ideas de un calvito ruso que mandó a matar a la familia del zar, niños y criadas incluidos, con la misma tranquilidad con que se mandaba a preparar un baño. Aunque no, si uno lo piensa bien al calvito ruso prepararse para entrar en el agua debía ponerlo mucho más tenso que hacer derramar sangre de los enemigos de clase. Me refiero al interés que me suscita haber sido estudiante de la escuela que lleva el nombre del calvito ruso, empezada a construir hace cuarenta años e inaugurada dos años después por otro ruso con bastante más pelo, sobre todo en las cejas. (Un amigo mío tiene su propia teoría de por qué se fundó aquella escuela más o menos exclusiva. Los triunfadores de la revolución del 1959 en su esfuerzo por sacarle réditos a un país que habían virado al revés habían descubierto que los hijos que habían tenido con las mejores mujeres disponibles en los meses posteriores a su entrada triunfal en La Habana iban a tener que estudiar en el mismo sistema educativo que ellos habían creado para los muchachos del resto del país. Llegaba la hora de crear escuelas más o menos tan exclusivas como aquellas en las que habían estudiado ellos mismos en el antiguo régimen. Y darle entrada también a otros muchachitos no necesariamente herederos de la nueva aristocracia para mantener la ilusión de que después de todo aquello seguía siendo una revolución de los humildes, con lo humildes y para los humildes).

Quiero dejar claro que no se trata que reniegue de haber estudiado en una escuela que tomaba su nombre de un asesino ruso aunque ahora que lo pienso tampoco es para sentirse orgulloso. Si carezco de ese sólido sentido de pertenencia que suele abundar entre los que han estudiado allí es en parte porque a diferencia de la mayoría de ellos sólo pasé tres años en aquella escuela, de décimo a doce grados, la mitad de lo que pasaron muchos de mis condiscípulos. O sea, una parte menos sustancial de mi adolescencia, esa edad tan definitoria en casi todos los sentidos. (La razón por la que no entré en séptimo grado es una historia aparte: la resumiré diciendo que no me hacía gracia pasar la secundaria internado y mi familia se tiró al piso ante lo que veían como una traición a sus esperanzas de que entrara allí. En décimo luego de ciertas expulsiones en masa en Lalenin volvieron a abrir plazas y ante la amenaza –que se cumpliría algo más tarde- de que enviaran a todos los preuniversitarios a internados en el campo decidí complacer a mi familia con tres años de tardanza). La otra razón por la que mi orgullo de haber estudiado en esa escuela es más bien moderado es la misma que la de Groucho para resistirse a entrar en sociedades exclusivas. Desconfío de un club que se rebaje a admitir a gente como yo.

Entré a la escuela cuando buena parte de la generación de los hijos de los vencedores se había graduado así que quizás eso explique por qué ya no era la sombra de lo que se contaba de ella al menos en lo que respecta a sus condiciones materiales. Había laboratorios, un tabloncillo magnífico, tres piscinas, es cierto, pero la comida escaseaba, los laboratorios y el tabloncillo apenas abrían sus puertas para recibir una inspección o una visita de alto nivel (en la curiosa concepción cubana del “alto nivel” cualquier grupo de extranjeros clasificaba como tal) y en esos tres años la única piscina que se llenó no pasó de funcionar más allá de tres o cuatro semanas en total. (El laboratorio de inglés era una leyenda que le escuché a los pocos afortunados que decían haber estado en su interior y había hasta un estudio radial en el en la única vez que conseguí entrar con unos amigos de puro asombro y felicidad improvisamos una fiestecita). Cuando le dije a una señora que me encontré en Washington DC y que estaba muy orgullosa de que su hijo hubiera estudiado en “una de las mejores escuelas del mundo” que Lalenin era bastante menos de lo que aparentaba quiso asesinarme con la mirada y no la culpo: pese a todas las carencias y falsedades éramos, en los estrechos confines de la isla, unos privilegiados absolutos (y si eso éramos dentro de la isla ¿por qué no del mundo?) Bastaba que nos visitaran estudiantes de otros internados y ver sus rostros hambreados, machacados por el sol y los uniformes que parecía que se iban a deshacer mientras caminaban, el asombro con que miraban nuestros cubículos de cuatro literas (los de ellos serían de treinta o más) y los espejos que les parecían objetos de otro mundo para darnos cuenta de lo afortunados que éramos.

[Continuará]

Abajo: "Qué bien te quedaba" videoclip de Boris Larramendi dedicado a aquellos años leninistas.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Bolívar murió en...

Tomado del facebook de Teriana Zumbado. Aunque no lo aclara debe ser de un examen tomado en Venezuela.


martes, 3 de julio de 2012

Los jimaguas Yu

Acabo de recibir un mensaje desde Cuba del que les copio este fragmento:

"También quería escribirte para explicarte que hace algunos años
participo en el examen de las pruebas de ingreso para entrar a la
Universidad y si bien la lista de disparates es infinita, este año hay
una que supera cualquier espectativa, qué lástima que no aparezca esta
barbaridad en Leve Historia de Cuba. Resulta que a Ignacio Agramonte
lo mataron los Jimaguas Yu, especie de ninjas asesinos contratados por
España"

Post data: un par de comentarios que me llegan por facebook.

Hace muchos años, revisando las pruebas para quienes aspiraban a estudiar periodismo nos tropezamos con respuestas como estas:
Mencione países con costas en el Mar Negro
R/ Angola y Mozambique.
Y los muchachos que aspiraban a ser locutores de la emisora también me sorprendieron adjudicándole a Leonardo Da Vinci una obra llamada "La mulata", también conocida con La Gioconda.

..............

Pero qué tú puedes esperar si en los "objetivos" para la prueba final de sexto grado de historia este junio, que mi sobrino tenía en una lista, aparecían una serie de héroes y sus principales características. De Jesús Menéndez se mencionaba: fue el primer negro que entró en la Casa Blanca antes que Obama. Dime algo?

 

domingo, 22 de abril de 2012

Historia y destino


Guicho me dejó este comentario un par de post atrás:
La mayoría de los cubanos hace rato que no saben lo que es moral o amoral. Apenas saben lo que es peligroso o fácil. 
Décadas atrás, cuando los cubanos eran bobos, se habría podido desestabilizar al régimen con algo tan simple como el video de Castro I matando a Cienfuegos o el de Castro II con el miembro de un miembro del M-26-7. Ahora, no. 
El grado de degeneración nacional se puede analizar en condiciones de mercado libre en Miami. En las empresas donde los cubanos son mayoría se frena, aisla y aniquila a los empleados productivos para que no fastidien el ocio de la masa. El "aunque yo no goce te voy a joder" se practica de forma generalizada doquier que se juntan los hombres nuevos. Así que con el cayo lleno de ellos no hay que pensar en Kant, sino más bien en Dante.
Este comentario me recuerda una época en que recién graduado de licenciatura de Historia me puse a buscar trabajo como profesor de Historia de nivel medio con la intención de "abrirle los ojos a las nuevas generaciones". Buena parte de la apatía y la confusión entre los jóvenes cubanos proviene, me decía, del adoctrinamiento que recibían en las escuelas sobre la historia de su país en la cual el régimen bajo el cuál vivía se mostraba generoso, liberador y, sobre todo, inevitable. Primero intenté buscar trabajo en la escuela Lenin en parte allí había estudiado y en parte porque en ella se educaba lo que iba a ser la élite del país en unos años. Pero no tuve ni que llegar a la escuela para que mi plan se frustrara. Apenas tomo la guagua rumbo a la escuela para hacer mi solicitud cuando como me encuentro con un antiguo condiscípulo, un tipo que destacaba en mis años del preuniversitario por sus bromas pesadas y una inteligencia bastante inferior a la media. Cuando le pregunté en qué trabajaba me respondió sin empacho que atendía por parte de la Seguridad del Estado la mitad del parque Lenin y toda la escuela en la que habíamos estudiado. Fue así que al enterarse de mis intenciones de solicitar trabajo que me dijo que si quería conseguir trabajo no tenía más que hablar con él -como si no lo estuviéramos haciendo en ese momento- pues bastaba que estuviera de acuerdo en “colaborar” para conseguir el puesto de profesor. Por supuesto que le dije que no, que no hacía falta que me ayudara, que trataría de conseguir el puesto por mis propios medios. Por supuesto que no me dieron el trabajo.
Insistí en mi empeño hasta terminar como profesor en un tecnológico de gastronomía y comercio, un sitio que se correspondía con el séptimo y octavo círculos del infierno diseñado por Dante, los dedicados a almacenar a los que incurren en la violencia y el fraude. No obstante, padeciendo de una condición que puede describirse como impermeabilidad a la realidad, persistí en mi plan de compartir con mis estudiantes una versión bastante distinta de lo que se enseñaba por aquellos días en las escuelas. La respuesta de los muchachos, enredados en los inicios de esa debacle conocida con el eufemismo de “Período Especial”, fue casi nula. Daba más o menos igual que les dijera que Mella había sido expulsado del Partido Comunista cubano o que años después ese mismo partido se hubiese aliado a Batista. Faltos de referencias y de interés yo debí ofrecerles una imagen más o menos extravagante de un tema que no les interesaba para nada, dijese lo que dijese de él. 
El curso transcurrió como un largo malentendido hasta que llegó la clase en que tocaba hablar de Camilo Cienfuegos. Resultó ser que todos los estudiantes asumían que a Camilo lo habían matado entre Fidel y Raúl algo en lo que yo era bastante más cauto, convencido de que los historiadores, al igual que los jueces, deben trabajar con pruebas no con sospechas o rumores. Mis razonamientos les importaban poco: la convicción de que Camilo Cienfuegos lo habían asesinado era tan firme como su apatía hacia el pasado del país. Como hacía apenas unos minutos habían estado inscribiéndose en una lista para participar en un trabajo voluntario les pregunté cómo era que podían asumir con tanta tranquilidad que los dos máximos dirigentes del país había matado a su compañero de lucha y al mismo tiempo ofrecerse a trabajar gratuitamente para los asesinos. En ese momento me miraron como si les hablara en un idioma especialmente hermético. Como si no entendieran qué relación pudiera haber entre un crimen cometido hacía más de treinta años con el cumplimiento de ciertos rituales. No tardé en reconocer que a pesar de los diez años que le llevaba a mis estudiantes yo era mucho más ingenuo que ellos, por usar una expresión suave. Desde entonces han pasado dos décadas y me pregunto en qué términos se puede todavía hablar con aquellos muchachos o incluso con sus hijos para convencerlos de que su destino es menos fatal de lo que la realidad les ha inculcado.  

lunes, 17 de mayo de 2010

Para hoy

Un amigo boricua me envía la convocatoria que aparece abajo para hoy martes. Antes explicaba brevemente la situación:
Querido Enrique,
Como habrás escuchado el estudiantado de la Universidad de Puerto Rico ha estado en huelga desde hace más de tres semanas en contra de los aumentos de matrícula y la eliminación de exenciones de matrícula y otros cortes administrativos. El gobierno y la administración universitaria han incrementado en los pasados días sus tácticas opresivas y el viernes movilizaron la Fuerza de Choque al recinto de Río Piedras con el propósito de cerrar completamente la entrada al campus: no dejan entrar ni a los periodistas. Ya ham habido varios heridos a partir de los abusos de la policía y para colmo ésta ha estado prohibiendo que se le lleven alimentos y agua a los estudiantes que todavía están dentro del recinto. Los estudiantes han manejado la situación con aplomo y ecuanimidad, celebrando la huelga de manera democrática, con eventos artísticos y creativos y sin atisbos de violencia.
Más información en Diálogo Digital.

Demostración de Apoyo a los/as Estudiantes en Huelga en Puerto Rico: Martes, 18 de mayo a las 5:30pm, en el 135 W calle 50 en Manhattan


Compañer@s y compañeras:

La situación en Puerto Rico está que arde. En los pasados días el estudiantado universitario ha dado excelentes muestras de combatividad y resistencia. Ante ello el gobierno ha respondido con la intolerancia y la represión policial.

Ayer, en una asamblea celebrada en el Centro de Convenciones de PR, una amplia mayoría del estudiantado presente decidió seguir adelante con el proceso huelgario a pesar de los intentos de intimidación por parte de la administración universitaria. Durante el día de hoy viernes 14 se han reportado diversos casos de brutalidad policiaca. Temprano en el día se ha cortado el suministro de agua dentro del recinto de Río Piedras, se han desalojado las residencias universitarias y hasta se han efectuado arrestos de personas que sencillamente intentan llevar agua y comida a los estudiantes que protestan dentro del recinto.

Ante esa situación decenas de ciudadanos, junto con artistas, líderes comunitarios y padres se han estado allegando a las líneas de piquete para por un lado dar la voz de alerta al país y por el otro proteger al estudiantado ante la clara amenaza de una gran represión.

En la tarde de hoy los trabajadores en Puerto Rico anunciaron un paro general el próximo martes en solidaridad con el movimiento estudiantil y en repudio decidido a la política de confrontación del gobierno colonial del país. También se ha hecho una exhortación al pueblo para allegarse a los portones de los distintos recintos de la Universidad de PR.

Nosotros en Nueva York estaremos respondiendo...

El próximo martes 18 la Red de Apoyo a los Trabajadores y Trabajadoras en PR, instancia coordinadora de diversos grupos políticos, sindicales y comunitarios en NY convoca a la comunidad de Nueva York y áreas cercanas a hacer suyo el repudio a la actitud facistoide del gobierno del país, a solidarizarnos con los trabajadores del país y en particular a divulgar la situación y darle nuestro apoyo al estudiantado universitario en pie de lucha...

El gran piquete se llevará a cabo el martes 18 de mayo de 2010 a partir de las 5:30 de la tarde, frente a las oficinas el gobierno de Puerto Rico (PRFAA) en el 135 Oeste de la Calle 50 entre las 6tas y 7ma Ave.

...este martes 18 de mayo... todos a protestar a PRFAA (las oficinas del gobierno de Puerto Rico en Nueva York) Por una universidad pal pueblo, por un país justo...

http://www.ustream.tv/channel/radiohuelga

RIEGA LA VOZ... DALE FORWARD... RIEGA LA VOZ... DALE FORWARD... RIEGA LA VOZ... DALE FORWARD... RIEGA LA VOZ... DALE FORWARD... RIEGA LA VOZ... DALE FORWARD...

viernes, 7 de mayo de 2010

Test

El truco es viejo: hacer, cámara en mano, preguntas al primero que pase y constatar la ignorancia ambiente sobre temas elementales de historia o geografía. La diferencia en este video no es sólo que se trata de un país que justifica su autocracia política con la excelencia de su sistema educativo. O que entre los entrevistados aparezcan varios maestros a quienes se le supone un mínimo de conocimientos. Lo más terrible, para mí, es la pobreza de la expresión, el dominio nulo del idioma incluso cuando las respuestas sean medianamente correctas. Ver cómo se mueven torpemente por las palabras hasta que encuentran una frase comodín, esas que forman parte del adoctrinamiento diario. Ver como les cambia el rostro al sentir la confianza que les ofrece el discurso del poder. Escucharle a una de las entrevistadas la única verdad incontestable que ha producido su gobierno: “Fíjate que cincuenta años y todavía estamos ahí”. Sólo que no puede evitar confundir las personas gramaticales. El “ellos” por el “nosotros”. Y esa confusión es otro de los méritos que "ellos" se pueden atribuir con limpieza.



H/T: el lector anónimo que me lo recomendó.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Jama y libertad, segunda parte




Esta vez no se trata de un borracho. Ahora son estudiantes del Instituto Superior de Arte. Empiezan protestando por la comida. No se atreven a darle nombre a la protesta. “¡Esto no es una huelga!” dice uno. Tantos años de aprendizaje del miedo que ni siquiera el miedo tiene nombre. ¿Cuántas veces no ha pasado antes? Se preguntará cualquiera que asistió a una de las tantas micro huelgas por el mismo asunto en los últimos cincuenta años. Pero hay diferencias. Primero es que tenemos las imágenes y las voces no mucho después de haberse producido. No es el grito aislado que sólo nos llega a través de rumores. Luego está lo rápido que salta la palabra “derechos” para pasar sin transición a hablar de libertad de expresión, de recordar -por ejemplo- el por qué alguien estudia arte.

No es ese el comienzo de una revolución, ni falta que hace. Es simplemente el síntoma compartido de muchachos que se sienten frustados y que no han tenido miedo a expresarlo. Que se dan cuenta que caen fuera de las prioridades del gobierno y que los futuros deportistas y represores cibernéticos comen mejor que ellos. Que están en el sitio de los no privilegiados. Justo en la posición en que los derechos empiezan a importar. “No pueden botar a toda la escuela” dice una y está en lo cierto. No lo harán. Les bastará con expulsar a los cabecillas –o asustarlos lo suficiente- y mejorar la comida durante unas semanas para que todo se disipe. Pero de cualquier manera bendita sea la era digital que no permite que esto quede en una gritería en un comedor. Que los derechos que esos muchachos exigen no quede únicamente como asunto de ellos.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Invitación

Esta mañana me encuentro en mi correo un mensaje enviado por marcel@cubaeducationtours.ca. El texto es el que sigue:


Greetings from Cuba Education Tours,

We're honored to extend a warm invitation on behalf of the Cuban people for you to come down and visit.

They want to meet you, get to know you, and show you around. They feel they have a great country, history and culture to share with you -- much of which has been hidden for too long.

Cubans are renowned for their kind effusive hospitality, sense of humor and heartfelt candor. They also hope to establish lasting friendships for understanding and cooperation with you.

They've asked us to arrange four special learning and cultural programs for 2009. We're happy to oblige.

These are the only people-to-people tours for Americans and Canadian available this year. They're fun and filled with joy and fresh insights.

* Boomers Whole Cuba Tour over U.S. Thanksgiving holiday

* Cuban Holiday Discovery Tour for Christmas and New Years

* 51st Anniversary of the Cuban Revolution Tour spanning New Years

* Teachers Introduction to Cuba Tour during New Years

Check out costs and detailed itineraries at http://CubaFriends.com

Please call or write us with questions. We are here to help you experience Cuba firsthand. Our Canadian, American and Cuban staff ensures your island encounter is without equal. We've endeavored to refine a new standard for green social tourism that lets you to witness the real Cuba and its people safely, with peace of mind. You'll return with enduring memories and many new amigos.

Looking forward to meeting you in the Pearl of the Caribbean.

Marcel Hatch
Education Director
Cuba Education Tours
2278 East 24th Avenue
Vancouver, BC V5N 2V2

1-877-687-3817 Canada and US
+ 604-874-9048 International

B.C. Travelers Assurance Fund Registration No. 34338

Providing educational and ethical Cuba travel since 2000
________________________________________________________

* Consider sharing our letter with your colleagues, friends and family.
In doing so you'll help us assist the Cuban people.

• To cancel Cuba Education Tours mailing: http://cubatraveller.ca


Lo que más me llama la atención es la parte que dice que los cubanos “sienten que tienen un gran país, historia y cultura que quieren compartir contigo –buena parte de los cuales han estado escondidos por demasiado tiempo”. Al parecer la invitación incluye una gira por las cárceles cubanas.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Adios a las guatacas

Parece haber llegado el fin de las escuelas en el campo. No serán muchos los que las extrañen sin certificar su masoquismo. El resto recibirá la medida con alivio y tienen buenas razones. Más de cuatro décadas no alcanzaron para mostrar las bondades del sistema. Creí en los rumores que anunciaban su fin por la sencilla razón de que los motivos que habían determinado su surgimiento desde hace un tiempo están en vías de extinción. No me refiero al pretexto de educar a las nuevas generaciones en las ventajas que proporcionaban combinar los estudios con ver el amanecer con el fango por los tobillos (en caso de que hubiese buen tiempo). La razón profunda era la crónica escasez de mano de obra en Cuba luego de que el Estado expropiara más de dos tercios de las tierras productivas del país. Como siempre ocurre en esos casos hubo que recurrir a la mano de obra esclava, en este caso adolescentes encadenados a un expediente escolar. De no cumplir con el trámite del fango y el desyerbe no podrían continuar sus estudios. Eso a menos que el estudiante se refugiara en el cimarronaje tibio de un documento que fingiera alguna enfermedad crónica incompatible con su presencia en los surcos. Esa es la verdadera razón de que en Cuba haya más adolescentes oficialmente asmáticos que en cualquier otro lugar del globo.

Ahora que las fuerzas armadas administran cada vez más territorio y el gobierno ha decidido prestar el resto a los que quieran sacarle algo a tanta tierra consagrada a la gloria del marabú parecen desaparecer las ventajas pedagógicas de viajar en carretas, bañarse en las turbinas y robar caballos. No diré que lamento que se prive a las nuevas hornadas de adolescentes de dominar el complejo mecanismo de una guataca. Para mí es un alivio que los hijos de mis amigos no ostenten el orgullo de pertenecer a la fuerza de trabajo más improductiva del planeta. Pero a las generaciones de padres que atravesaron la angustia de tener a sus hijos fuera de su alcance durante buena parte de la adolescencia no les hará mucha gracia descubrir que tras tanta verborrea educativa no había más que cálculo económico. Un cálculo que como quiera que se le mirase siempre tendió a cero.

jueves, 18 de junio de 2009

Mujer, esas cuatro letras

Uno de los resultados más apreciables en la existencia de la blogosfera cubana es la destrucción del mito de la educación cubana, insostenible tras tanto desastre ortográfico y sintáctico. Ahora me encuentro un mensaje aparecido en Penúltimos días en el que se reúnen algunos de los errores cometidos en los exámenes a los estudiantes de 5 y 6 año de las SUM (Sedes Universitarias Municipales) para determinar su dominio del español. Quien enviaba el mensaje intentaba disculpar de antemano a los estudiantes:
En honor a la verdad, los muchachos —algunos no tan muchachos— eran de carreras deportivas, de medicina, de estomatología, de oftalmología, pero también profesores generales integrales —carreras pedagógicas—; muchos de los cuales no habían estudiado nadita de nada en lo referente a cuestiones de ortografía y redacción —pa qué, si para sacar una muela (o un ojo) no hace falta saber dónde la palabra lleva el acento, o si lo lleva.

El resultado es una de las cosas más cómicas que haya leído en mucho tiempo. Y de las más tristes, porque da una idea bastante precisa del efecto que puede hacer en una población cincuenta años de propaganda política y salvajismo disfrazado de cultura. En esencia no son muy diferentes de los exámenes de historia que debía revisar a principios de los noventa cuando daba clases en un tecnológico. Sólo que en este caso se siente el efecto de años de esa Batalla de las Ideas en los que se ha impuesto un vocabulario que cada vez tiene menos sentido. Y el desparpajo con que la gente lo va repitiendo como si fueran palabras mágicas. Pero insisto, estos fragmentos que les pongo a continuación debería aparecer en cualquier antología de humor involuntario. Es de alguna manera la parodia más exquisita que las nuevas generaciones cubanas pueden hacer de cincuenta años de educación “revolucionaria”. Exponerla como lo que es: una sarta de tonterías que malamente han digerido para luego regurgitarla cuando se le piden cuentas por ello.

Pregunta 2. REDACCIÓN
José Martí expresó que la mujer “vivirá a la par del hombre como compañera y no a sus pies como juguete hermoso”.
Redacte un texto en el que exprese su opinión en torno a la idea martiana anterior.
Comienzos:
-José Martí quiso expresar con esta idea martiana (la frase más repetida)
-José Martí escribió en esta idea martiana.
-Nuestro Apostol con esta idea martiana.
-La opinión que tengo en tono a la idea martiana anterior.
-Para ser firme esta reafirmación.
-Mi opinión en torno a la idea martiana con relación a la frase anterior es que el Apostol quiso decir.
-Mi opinión acerca de esta idea martiana responde: a que la mujer.
-La idea martiana anterior requiere de mucha significancia para la humanidad.
-Estoy en el sentido general de la idea en completo acuerdo la mujer a lo largo de la historia ha demostrado.
-En el ideario pedagógico de José Martí tiene muchas ideas martiana allí se encuentra muchas ideas martiana algunas son pensamiento de dicho autor.
-En ese pensamiento, nos deja de manifiesto su visión ya que se ve a las claras la profundidad de su pensamiento tan adelantados puesto que su pensamiento esta cada día más actualizado con los momentos históricos que vive la humanidad y nosotros mismos.
-Esta idea martiana es una clara referencia literaria debido al yugo a que históricamente de modo especial en nuestra américa ha estado uncida la mujer.
-Mi opinión acerca de la idea martiana expuesta es que la mujer no es un objeto museable, que tiene igualdad de caracteres.
Consideraciones biologicistas:
-Considero que el hombre y la mujer deben tener los mismos derechos, ya que solo así se podrá lograr una verdadera evolución y desarrollo de la especie humana..
-La mujer ocupa un lugar primordial en la vida de todos los seres humanos, ya que de ella provenimos.
-Por eso tanto los hombres como las mujeres serán recordados como una misma fuerza, una misma raza, una misma unidad.
-La mujer y el hombre son seres humanos, que pueden hacer uno a otro lo mismo por igual.
-Su razón de ser no ha sido más que la de procrear la especie
-En todos los centros de trabajo existe la raza femenina, iluminando con su belleza el lugar.
-La mujer es el compuesto fundamental del cual se nutre el hombre a lo largo de la misma.
-Es el ingrediente fundamental en el compuesto de la vida de cada hombre.
Bíblicas:
-Dios creó a la mujer para que el hombre gozara de ella
Definiciones de mujer:
-Mujer, esas cuatro letras.
-la mujer es un baúl de amor incondicional
-la mujer es un medio mercantil para la obtención de grandes riquezas
-la mujer es el condón umbilical
-la mujer es el eslabón fundamental de la sociedad
-la mujer es la base de los sacrificios de la sociedad
-la mujer es una parte sostenible de la revolución, de la patria y de las ideas
-la mujer sirve como jurado a cualquier problema del ámbito social que nos aflije
-la mujer es el alma de los hombres
-la mujer es un ser dulce delicado y fuerte que debe generar ternura, pracer y alegría en su entorno.
-La mujer es una baluarta de la Revolución, privilegiada por la maternidad y sin derechos a la discriminación
-La mujer es madre representadora de la vida
- de la ella hay tantas cosas que escribir.
Más sobre la mujer:
- Saliendo hacia delante las mujeres superan todos los obstáculos.
- (las mujeres) somos un gran bastón en nuestra sociedad
- Las mujeres defienden sus derechos, sus deberes y su respeto ante la sociedad
- Las mujeres tenemos derechos y deberes a sustentarnos dentro de la sociedad
- Tenemos que seguir luchando por no vivir al lado de un hombre como un simple objeto anacrónico
- las mujeres tienen el carácter y la valentía para enfrentarse a los desmales que les prepara la vida
- las mujeres pueden desempeñar cualquier tarea que se les asigne, desde ama de casa.
- La mujer hay que verla desde un punto de vista a modo general
- No porque seamos el sexo más débil, vulnerables y sencillas hay necesidad de echarlas a un lado, tratarnos con indiferencia, o simplemente como personas decorativas.
- La mujer debe vivir alado de un hombre, no detrás ni debajo de él.
- En tiempos atrás la mujer fue el objeto disfunsional del hombre.
- Pero, la mujer no vivirá para morir posteriormente ignorante, utilizada solamente para la satisfacción conyugal
- La mujer aspira a participar en todas las labores que le sea posible para que en su pareja fluyan las ideas de los dos
- No estamos a los pies del hombre como juguete hermoso, sino a su lado como una flor de cuatro pétalos: revolucionarias, trabajadoras, compañeras y madres.
- Vivimos a la par de ellos y solo con la intensión de un único objetivo.
- la mujer siempre está dispuesta a cumplir cualquier tarea, no para estar de juguete hermoso a los pies de ningún hombre.
- la mujer goza de placeres, sufrimientos y vicisitudes, contratiempos que sufre el hombre
- la mujer no es su función someter ni ser sometida.
- Las mujeres en sentido general han demostrado que hay que constar con ellas en cualquier obra.
Sobre el hombre:
-Dígase hombre, ya se dice mujer
- Para José Martí el hombre no estaba completo si no había completa libertad de la mujer
- Construyendo hombro con hombro con el hombre
- El hombre como ser social nace de una mujer
-seamos protegidas y queridas por el ser que en ocasiones no genera de una forma creativa “el hombre”.
Consideraciones conyugales:
-El hombre y la mujer nacieron para quererse y no para que el hombre la tuviera como esclava ni como una cosa pasajera.
-que tanto el uno como el otro o el hombre, como la mujer deben transitar por las diferentes etapaz de la vida juntos
-no creo algo justo que la mujer se incremente como juguete del hombre
-No sería un acto humanitario que en una pareja de casados sea el hombre el que realice todas las actividades y que la mujer esté como un ser inútil sin hacer nada.
-Se puede ser esposa, madre y mujer a la vez
- [la mujer].en caso de ser casada no intervenir en los problemas del esposo, además de servirle sin derecho a protestar en todos sus caprichos y antojos, más aún en los momentos íntimos.
- El hombre y la mujer no deben crear diferencias entre ellos, siendo ellos el objeto esencial de la vida (.) El compañerismo es ayuda, apoyo, comprensión y sobre todo el camino a seguir para lograr una verdadera amistad, no es solo decirlo, sino demostrarlo y puede ser que entre esa amistad encuentren un juguete hermoso el cual puedan tener por siempre juntos a sus pies.
Antes [de la Revolución]:
- En la época de Martí, antes de nuestra era.
- En los años que le tocó vivir la mujer era por así decirlo un objeto inanimado (.) no podía ni escoger esposo, las decisiones eran tomadas por el padre, esposo o tutor, era un adorno en la casa para procrear, y dar el heredero que continuara con el apellido y linaje.
- Ella estaba entrenada para criar a los hijos, la costura y practicar la prostitución
- La mujer tenía que permanecer en la casa y ovedecer al hombre que fuece su esposo
- Las mujeres (.) son utilizadas para la corrupción y la prostitución y en el mejor de los casos son enpuestas solamente para el uso doméstico
Después [de la Revolución]:
- Con el triunfo de la Revolución, se creó la igualdad del hombre y la mujer, más que su compañera; o esposa es una amiga de la vidad cotidiana en todas las esferas, de la vidad; y la Revolución; es el sentido del momento historico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado, gualdar y libertad plenas, es ser tratado, y tratar a los demás como seres humanos.
- En la actualidad ya es el presente de la palabra “vivirá” y todas gosan de igualdad de derechos en cualquier esfera social o profecionalmente, y dígase a todos los niveles. Escogen a sus compañeros a su gusto y sin perder ningún poco de toda la libertad que poséen. Un ejemplo vivo de: “martí te lo prometió y Fidel lo cumplió”.
- En Cuba no existe la inferioridad con las mujeres
- El sexo femenino ha sabido imponerse ante las dificultades
- la mujer lleva a cabo sus ideas
Oficios:
- Hay mujeres directoras, presidentas, obreras, hasta caballitos
- .ejemplos altuales en la sociedad cubana, trabaja como conductora de omnibus en la motorisada de la Policia.
- .poder ser ingeniera, rastrera, militar o simplemente una futura maestra de educación especial como pretende esta cubana que hoy escribe y está dispuesta a dar el paso adelante para apoyar a la Gran Revolución.
- Contamos con un pueblo de Marianas, donde somos tanquístas, arquitectas, constructoras.
- Podemos observar y destacar como la mujer ha podido resaltar su figura femenina en el trabajo con fuerza (construcción, piloto y demás oficios que requieren de esfuerzos)
De nuestra historia:
- Ana Betancourt proclama la emancipación de la mujer a la incorporación de diferentes tareas en la lucha
- José Martí no quería a ninguna mujer vagueando por la calle.
- Siendo esto lo que predijo Pepe
- Pepe no se equivocó.
- Marina Grajales, Celie Sánchez, Haimée Sta. María y Vilmas, la secritoria de la FMC.
- Martí luchó por la igualdad del hombre por el hombre
- José Martí es externo y sus obras están dedicadas a la mujer
- María Mantilla es la hermana de Martí
- Es Martí quien valora el papel de la mujer en nuestra sociedad
- [ejemplo de mujeres valientes]: Flor Crombet
- Mientras tengamos un presidente como Raúl Castro y un Fidel que continua brillando en las montañas
- [La mujer tiene derecho] a coger un fúsil si fuera necesario para defender con uñas y dientes esta revolución creada por Fidel, Raúl, Martí.
- Es por eso que nuestro país nuestro comandante en jefe Fidel Castro Ruz y todo su partido.
- Aide, Celia y Vilma que fueron grandes estrellas (.) no se dejaron opacar por nadie, ni por un tirano, ni por el dolor de llagas incurables.
- existe nuestro propio distintivo que es la FMC
- .es la ya fallecida Vilma espín un logro de la revolución Cubana
- La FMC que es la Federación de Mujeres Comunistas
- Hay que pensar siempre con ideas martianas
- Y, pero a pesar de todo.
- Cuya importancia de la misma sea importante
[…]
Finales:
- Y como dice la canción de Silvio Rodríguez.”me han estremecido un montón de mujeres, mujeres de fuego, mujeres de nieve”.
- A mi parecer esto seguirá siendo así si el reguetón con su carga sexista no lo cambia”
- Por lo tanto, nuestra cabeza pensante José Martí escribió esta frase sabiendo que algún día nuestro país llegaría a lo que el pensó. Muchas gracias.
Uso del vocabulario y errores ortográficos:
-La capacidad de la mujer hacido valorada.
-No se amutilaron ante el fuego de los fusiles
-Por eso hay que constar con ellas para lo que séa
- . a trabajar en Orgasmos Estatales.
-Visionó nuestro Héroe Nacional con su basta cultura
-La mujer ha sido indiscriminada
-Las mujeres sufrían de agusos
-No hay vuelta atrás para mirar gobiernos, costumbres, religiones que ven a la mujer sumiza al hombre
- .derecho a opinar hacerca.
- Hace muchos años atrás, la mujer cubana sufría de manera íntegra, era la persona encargada de los problemas caseros.
.como una profecionar ser independiente
- Un ejemplo muy virgente
- En todos los ambitidos de la vida
- Con esto y junto a otros deberes suministra su tiempo y cumple con todas las tareas
- De la mujer cubana en todos los celtores
- pérfiles ocupacionales
- La dignidá se conquista y no se regala, es comó la sal en el alimento, es el complemento de las virtudes.