jueves, 31 de mayo de 2007

¿Quién es José Martí?

Una pregunta cuya respuesta han tratado de imponer desde la Cuba oficial o desde el exilio oficioso. Este documentalito que les propongo no trata de responder esa pregunta sino otra bastante más interesante: ¿cómo puede responder el cubano de a pie a esa pregunta? ¿qué va quedando en la memoria colectiva después de más de un siglo de imposición machacona de su imagen desde todas partes? Les adelanto la respuesta: un fervor perfectamente hueco o simplemente el hastío.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Todo un clásico

Ahí les pongo todo un clásico del humor en Latinoamérica: La Tremenda Corte. Al parecer fue filmado en México en los sesentas sólo con Anibal de Mar (el Tremendo Juez) y Leopoldo Fernández (Trespatines) del elenco original del programa de radio. Está en tres partes:
Parte 1


Parte 2

Parte 3

Habana Abierta y el goce

Hugo Stevenson, buen amigo y psicoanalista, valga la paradoja, me envía esta reflexión sobre Habana Abierta que ya apareció en su propio blog sobre psicoanálisis Pareja No Verbal que les recomiendo especialmente. Ahí los dejo con Hugo.


De todos los integrantes de Habana Abierta el único que yo encuentro radicalmente diferente por los temas que toca es Boris Larramendi. No todas, pero algunas de sus canciones reflejan ese aspecto de la relación de pareja que psicoanalíticamente hablando llamamos "goce".El goce es un tipo de placer, pero NO es el placer como tal. Existe un placer que encontramos en aquellas situaciones, personas y/u objetos que nos lleva a la calma y al equilibrio, a una sensación de bien-estar, que esta relacionado con el buen funcionamiento de la persona, con la buena salud, el comer bien, el "mente sana en cuerpo sano", el dormir las 8 horas, el estar descansados y tomar las vitaminas. El placer es cuantificable y tiene límites: 8 horas de sueño, con condón, solo con la esposa(o), tantos gramos, tantas calorías, tantas vitaminas. En esencia, es el placer que algunos imaginan existe en el paraíso, ángeles tocando música, calma total acompañada de un viento suave. Cuando se trata de parejas, el placer es lo que obtenemos -o creemos obtener- con la "buena mujer, buena madre, mujer seria, mi familia y mis amigos dicen que he tenido una gran suerte".El goce, por otra parte, es aquel tipo de placer que es intenso, excesivo, que no produce calma pero que se busca repetir una y otra vez. Relacionado con lo malsano pero sabroso, con las "buenas malas noches", con las horas robadas al sueño para seguir teniendo la experiencia, el goce no conoce el limite, no es cuantificable y afecta la salud; se corre el peligro de mirar o de ir a parar al infierno. El goce esta relacionado con aquello que ingerimos que sabemos es malo para la salud pero que igual tomamos. El goce, si lo relacionamos con las parejas, es lo que tenemos a veces con aquella persona que es tan difícil o tan mala, tan complicada, tan riesgosa, que los amigos y la familia desaprueba, que nos hace llorar y torturarnos con la duda, la que no ofrece garantías, solo peligros, con quien no nos queda la menor duda de que estamos cometiendo un error pero que...igual...no podemos dejar de visitar, con quien no podemos dejar de hablar y de apostar el pellejo en cada encuentro...Esos son los que nos hacen gozar.Volviendo a Boris, pienso en dos de sus canciones que propongo re-escuchemos. Una es "Una de dos" y la otra es "Marea pero me encanta". La primera habla de un hombre que le dice a su pareja "escoge, o te cuido o te doy delirio...y yo no puedo darte lo primero" (el lo dice mucho mejor, claro, por eso hay que escucharlas) y la segunda habla mucho mas directamente del goce en la voz de un hombre que ha aceptado, que ha optado por vivir una relación de goce porque se ha dado cuenta de que nada puede contra ella, que no funciona la terapia, dice, que sabe bien de que va el juego con esta persona y que, así y todo, ha decidido "quemarse en su salsa".Los demas integrantes de Habana Abierta han hecho canciones hermosísimas, con mucho swing, algunas muy tiernas; pero ningún otro ha siquiera tocado el tema del goce. Tal vez no sea coincidencia que Boris sea el único también que pueda producir una canción como "asere que bola?" o como "Canallona". La primera esta en todos lados en la web, pero la segunda solo unos pocos han tenido el privilegio de escucharla. Yo escuche una versión una vez, que un amigo me puso a través de una conversación telefónica y es un guaguancó dedicado a una persona tiránica y abusiva que el llama "canallona", y que es a la misma que se dirige en "Asere..." con aquello de "jode y mortifica, cuando te dicen todo así en tu carita..!"

Eric (mi hijo) recitando




Aquí aparece mi hijo recitando “Los dos príncipes” del inefable Martí en un homenaje que le hizo el Centro Cultural Cubano en el Instituto Cervantes de Nueva Cork con el cantante Mike Porcell como invitado principal. Fue su primera presentación pública y salió muy contento. Espero que la próxima vez aparezca recitando aquello de “yo soy un hombre sincero/ de donde crece la palma/ y antes de morirme quiera/ formar la guarapachanga”.

jueves, 24 de mayo de 2007

Correspondencia (real) con el Don Arturo Arango (y Parreño)


La debatida cuestión de la doble identidad que se me atribuye (Enrisco y Enrique Del Risco) estuvo presente en una iluminadora aunque breve correspondencia con el archiconocido escritor Arturo Arango. Hace años en algún ensayo este me atribuyó equívoca e indistintamente la personalidad de uno y de otro. Por eso algo molesto le reproché a dicho Arango el haberme confundido con el tal Enrique Del Risco. Arturo Arango, que luego ganaría más fama y gloria aún con la llamada Guerrita de los emails, tras la cual más nunca podrá hablarse de censura en Cuba (so pena de cárcel) en la breve respuesta que me dedica ya empezaba a afilar las armas de quien con el tiempo se convertiría en uno de nuestros más respetados rebeldes cibernéticos.

Estimado escritor Arturo Arango:
Ha llegado a mí, ya ni siquiera recuerdo como, (esos son los tristes resultados de la tan cacareada globalización: nos atiborra de información y a cambio nos arranca la memoria) un trozo de una polémica que sostuvo hace un tiempo con otro escritor cubano. Ni el contenido ni el resultado de la polémica me interesan aunque sí, y este es el motivo de esta misiva, la mención que usted hizo de mi humilde, pero no por eso menos respetable, nombre. Que me hubiera mencionado no es el problema sino que, a lo que logro entender, usted de algún modo insinúa que Enrisco y Enrique Del Risco son la misma persona. Supongo que cierta eufonía entre nuestros nombres respectivos fuera el origen de tal confusión pero una figura pública como usted debiera ser más cuidadoso y evitar errores que injustamente confundan y empañen mi nombre. Conozco al autor que menciona, Enrique Del Risco y por esa razón me extraña que alguien pueda confundir mi personalidad y obra, sencilla pero llena de vigor y claridad de estilo, con la de Del Risco, mucho más pretenciosa y, a la larga, ramplona. Él ha publicado un libro de lamentable título (Lágrimas de cocodrilo) mientras en cambio los míos (Obras encogidas y Pérdida y recuperación de la inocencia) desde su nombre tienen la mezcla de ingenio y lirismo que me caracterizan. Él concede entrevistas mientras que yo no, pues nunca me las han solicitado. Él aspira a ocupar algún escaño en nuestra República de las Letras en tanto que yo, humilde servidor de las letras, no me propuesto trascender, sino humildemente dar testimonio de mi tiempo, como paseando un espejo a lo largo de un camino para que al final, como ocurre con el espejo de cualquier camión, ese espejo termine cubierto por la huella de su tránsito por este mundo: o sea, cubierto de polvo. Y le pregunto estimado Arango ¿le gustaría que por ejemplo en algún artículo o viñeta yo anduviera confundiéndolo con su colaborador Parreño aunque siempre se les suela mencionárseles en conjunto? ¿O con la afamada Orquesta Arangón? Júzgueme por mis actos, pues toda persona, posea o no el don de la escritura es responsable de lo que hace. Pero para ello la primera condición es que se respete su identidad intransferible y no se le ande asociando con el primero cuyo nombre se le parezca. Esto me hace recordar una anécdota, lamentablemente verídica, que me ocurrió. Habiendo pedido un libro del poeta César López en la biblioteca municipal de la Habana Vieja, la bibliotecaria me respondió: “No te lo puedo prestar porque uno de los dos Césares, López o Leante, está prohibido y ahora no recuerdo cuál...o si son los dos”. Como comprende no es tiempo ni lugar de andar confundiendo la identidad de las personas de modo que le agradecería que reparara un error, que supongo no intencional, del modo que estime conveniente. Esperando que quede pronto subsanado su error se despide de usted, su servidor, Enrisco
PD. Y recuerde dármele saludos a su colega Parreño.




Enrisco: su carta me ha llenado de estupor y de vergüenza. Tiene usted toda la razón: pensé, hasta recibirla, que Enrisco y Enrique del Risco eran la misma persona. En realidad, no he leído libro publicado de uno ni de otro (no recuerdo haber visto sus libros), aunque sí creo recordar que alguna vez conocí a uno de ustedes dos, y seguí dando por sentado que eran la misma persona. Lo otro que me asombra es que hasta el momento nadie me haya sacado del error. Tiene usted toda la razón para enojarse, y le ruego acepte mis disculpas. Haré lo posible por enmendar ese lamentable error.
Arturo Arango

Muy querido escritor Arturo Arango y Parreño:
Valga su pronta y sabia respuesta (ya lo dice el proverbio "... rectificar es de sabios" y no seré yo quien le escatime su sabiduría) para elevar su cotización en la bolsa de valores de mi estima. A quien habrá visto alguna vez fue al tal Enrique Del Risco supongo que más dado que yo al roce social con lo más granado de la inteligencia habanera. Me dice que no conoce mi obra ni la de mi cuasi tocayo. Lo segundo apenas me interesa en lo anecdótico pero lo primero le confieso que me abruma en no poca manera. No se trata ya que mi insignificancia resplandezca con tal magnitud incluso ante sus escrutadores ojos (es que así trato de imaginármelos) sino que temo algo mucho peor aún. Cierto que mis dos libros publicados hasta el momento abundan en el defecto o virtud de la brevedad y vistos por el lomo apenas harían reparar la atención incluso de un atento observador como usted. Pero a mi temor lo abona la posibilidad de que por alguna razón, quizás la misma que lo indujo a cometer a usted mismo el error que le reclamé en la primera misiva, haya llevado a un funcionario, no menos oscuro que yo como escritor, a confundirme quien sabe si con alguno de los Césares (López o Leante) que antes le mencioné (¿o son uno los dos? que diría el apóstol) y por tal razón decidiera enviar mis libros junto con mi nombre al círculo infernal de los blasfemos y por tanto no aptos para la lectura. ¿Sabe usted algo al respecto? En tal caso ¿podría hacer algo para ayudar a limpiar a limpiar mi nombre deslindándolo ya no sólo de Del Risco sino incluso de los dos Césares. Tenga en cuenta que no tengo la suerte de usted, cuya fama y libros recorren todo el orbe y, por añadidura, en ejemplares más gruesos que los míos a la vista de cualquier visitante de librerías y bibliotecas. Yo mismo no me he podido sustraer a la curiosidad y he leído los lustrosos lomos de sus libros "Discurso sobre la agricultura en Cuba y medios de fomentarla", "Informe al Rey sobre la condición de los esclavos en Cuba" o "Estudio sobre los males y remedios que en la isla de Cuba tiene el ramo de tabacos". Se le nota un gusto por lo histórico más que loable. Mirando y buscando he ido poco a poco dándome cuenta del tamaño error que he cometido. En realidad usted y Parreño son uno los dos como los Césares de marras. No sabe la verguenza que siento ahora mismo luego de haberle pedido que saludara a su supuesto colega. Ya sabe lo sensible que soy al tema de la identidad y por eso mismo tengo preguntas adicionales que hacerle. ¿Cómo es que he encontrado que se llama en realidad Francisco y no Arturo como hasta ahora creía? ¿Qué explicación tiene que lo declaren muerto en 1837? Y en cualquier caso ¿qué explicación tendría que en el pequeño Larousse que poseo (ya sabe que lo de pequeño es sólo un eufemismo) no mencionen a ningún Arturo Arango y Parreño o ni siquiera a ningún Arturo Arango? ¿Se trata acaso de una conspiración de silencio? ¿O de la Conspiración de la Escalera? ¿O la de los Pasillos que es donde, según se dice,se suele conspirar en la UNEAC? Porque en tal caso debe saber desde ahora que contándome entre los afectados por el mismo mal puede también contar con mi computadora para librar las batallas que haya que librar y restaurar su alabado nombre que, por cierto, me gustaría que me aclarara cuál es en definitiva. Agradeciéndole su atención dé por sentado que para todo lo que le he dicho puede contar con este seguro servidor, Enrisco

Televisivo

Para dar inicio a la sección de videos comienzo con una entrevista en dos partes que me hicieron el año pasado en el programa Seguro que yes. En la primera parte, como verán, el presentador no se enteraba de nada. La segunda parte está mucho mejor porque se apareció una monja, la simpática Sor Dina.

Cuestión de principios

Este va a ser un blog muy personal, dedicado a los amigos y ocasionalmente a los enemigos aunque tampoco se le niega la entrada a los neutrales o, como se pudiera decir desde una perspectiva más amplia, el resto de la humanidad. Aquí aparecerán textos de Enrisco y de Enrique Del Risco, sujeto con el que a menudo se le confunde. Pienso además utilizar el blog para compartir todo tipo de materiales que me encuentro en la red. Espero también contar con los aportes de amigos y hasta de enemigos, que uno los evita pero que son como la sal de la vida pero crean más problemas a la presión sanguínea. El énfasis mayor será en el humor pero sin exagerar, que es bueno llorar de vez en cuando para descansar de lo bonita que es la vida. Espero que lo disfruten.