Iba a ser un juego histórico. Literalmente. Nada de lo que ocurriera
afectaría el presente. Tanto egipcios como saudíes estaban eliminados pero eso
no les impediría conseguir cosas importantes. Como que Arabia Saudita
consiguiera su primera victoria desde 1994. O que Egipto anotara su primer gol
que no fuese de penal en un mundial desde 1934. O que ganara su primer juego
mundialista desde los tiempos en que Mahoma todavía no escuchaba voces. Y mucho
de eso se logró. Arabia Saudita ganó y el egipcio Salah anotó un bello gol de
vaselina. Por si fuera poco Egipto puso a jugar a su portero suplente que con
ello se convirtió en el jugador más viejo en un mundial, en el portero más
viejo en parar un penal y en recibir un gol segundos antes de que concluyera el
partido.
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