miércoles, 20 de junio de 2018

Die Slow

A los cuatro minutos, con gol de cabeza de Cristiano Ronaldo el partido prometía. Un nuevo hat trick de Cristiano, goleada portuguesa. Acción, violencia y lenguaje de adultos. Nada más lejos de la realidad. Como si primero viéramos los avances de una nueva entrega de Die Hard y luego nos pasaran una película danesa sobre las dificultades de una viejita para recuperar su pensión. Y en el papel de la viejita la selección de Marruecos, que había perdido su primer partido y una nueva derrota lo sacaría de un mundial. Una viejita que se acercaba a duras penas al área chica para entonces mandar la pelota a cualquier sitio menos a la portería. Y ese era el lado emocionante de la película porque por parte de Portugal se hacía todavía menos. Al parecer a Cristiano –ese personaje de cine mudo en pleno siglo XXI- le ha dado un ataque de modestia y tiene vergüenza seguir marcando goles para luego tener que enseñarnos sus músculos abdominales. O quizás haya subido medio kilo de más y teme que se le note. Y a joderse los que se levantaron a las 8 de la mañana para quedarse con cuatro minutos de avances vertiginosos y otros 86 de puro relleno.

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