Luego de meter en sus dos primeros partidos la misma cantidad de goles que los que hizo
España en siete partidos para conquistar la copa del 2010 los rusos podían
permitirse soñar. Por eso y por el empuje extra que siempre da el ser
anfitrión. Habría quien objetara que faltaba medirse con equipos mayores de
edad. Y Uruguay podía servirle de referencia como un equipo más o menos de su tamaño.
Si es por eso Rusia no irá a ningún lado. No solo por recibir tres goles (uno
en propia puerta) que pudieron ser muchos más. También porque ante una defensa adulta
fallaron más que el malo al final de las películas. El sueño no habrá terminado
pero parece que será más corto que lo que otros pensaban.
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