martes, 29 de noviembre de 2022

Masoquismo yuma


El partido Irán-Estados Unidos lo anunciaban como el inicio de la Tercera Guerra Mundial pero terminó siendo una telenovela. De las peores. De esas a las que la gente va a sufrir aunque sepa que al final todo terminará bien. De esas en las que uno se pregunta por qué el bueno es tan bruto y el malo tan inepto. Bueno, depende de a quién consideres el malo y a quién el bueno. Porque los jugadores iraníes, para demostrar que su rechazo al gobierno -ese que mata mujeres por el crimen terrible de dejar el pelo expuesto a las miradas ajenas- se habían negado a cantar el himno en el primer partido. En cuyo caso el bueno sería inepto y el malo, bruto.

Estados Unidos empezó dominando el partido aunque el dominio se traducía en correr de un sitio a otro con la pelota entre los pies sin demasiado peligro para la portería rival. Los iraníes, por su parte, no parecían la banda de islamistas sedientos de sangre del gran Satán de Occidente como los pintaba la propaganda. Más bien parecían una banda de hípsters con barbitas en camino al café más cercano para encargarle una bebida con un nombre más largo que el código de Hammurabi. El asunto es que en algún momento, casi sin quererlo, los yumas se encontraron con el gol. Lo anotó su mejor jugador, Christian Pulisic en el minuto 37 del primer tiempo. Minutos después parecía que la ventaja norteamericana sería más holgada con un gol de Tim Weah pero el juez de línea, amigo de las emociones fuertes, anuló el gol por un fuera de juego milimétrico.

En el segundo tiempo los yumas no se aparecieron con intenciones de rematar el partido. Eso queda para otros equipos con otra idea de la autoestima. Así que los hípsters persas fueron agarrando confianza y acercándose a la portería americana como si estuvieran en 1979 y aquello fuera la embajada americana en Teherán. Aquello se iba poniendo feo por minuto para los súbditos del imperio yuma pero sin ser demasiado esperanzador para los otros quienes fallaban sus ataques uno tras otro como stormtroopers en la Guerra de las galaxias. Y nada, que al final todo quedó como en el primer tiempo, 1-0 , pero con bastante más angustia.

Estoy a punto de unirme a la Iglesia Pare de Sufrir. Seguro que la primera condición que me impondrán es que deje de ver fútbol. Sobre todo si los que juegan son los yumas.

domingo, 27 de noviembre de 2022

Terror en la celda


Alemania luego de perder con Japón llegaba a su partido con España en situación desesperada: la solución a sus problemas pasaba por derrotar a la selección que había masacrado a los tiernos ticos 7 a cero. Como si la única opción que tuvieras de alcanzar litera en la cár el pasara por vapulear al mandante de la prisión. Y encima desde el inicio del encuentro el bully de la galera E (el grupo correspondiente en Qatar) se muestra dispuesto a hacerle a los alemanes lo mismo que le hicieron a los ticos.

Lejos están los tiempos en que se decía que el fútbol lo jugaban 22 jugadores y lo ganaba siempre Alemania. Incluso el mundial que ganaron en el 2014 se antoja lejísimos y los presos se preguntan si esa Alemania apocada es la misma que le ganó 7 a 1 a Brasil ese año. Y encima apenas en el minuto seis España le bajó un gaznatón a Alemania que amenazaba con noquearla pero Neur el portero ayudó a esquivarla a tiempo.

España parecía dominar el enfrentamiento cuando un lanzamiento de falta alemán fue cabeceado por Rüdiger pero fue decretado ilegal (porque en esta película de prisión eran muy estrictos con las reglas). Luego en el minuto 61 llegó el tanto español que dejó a los alemanes boqueando, como si les hubieran tumbado un diente delante de toda la galera. No parecía que los alemanes podrían hacerle daño a los españoles como no fuera por una equivocación del portero Unai Simón que se empeñaba una y otra vez en sacar las pelotas de enfrente de los delanteros contrarios. Pero no ocurrió así sino que en una equivocación en la salida de los gaitos los alemanes interceptaron el balón y no pararo hasta empatar el choque. Pero a estos alemanes, a diferencia de los de antes les bastó con el empate y así dejaron las cosas encomendando su pase a la siguiente ronda a lo que le puedan hacer a los ticos, los muchachos buenos de la galera que no obstante a primera hora le habían ganado a Japón, los culpables de que Alemania suden frío cada vez que entran a la ducha de la cárcel.

Adios a Canadá


Toda una vida había esperado Canadá para anotar su primer gol en mundiales y vino a conseguirlo contra Croacia -subcampeón mundial- apenas un minuto después de terminar de cantar el himno. Un resultado prometedor depende de cómo se vea. Porque el gol precoz de los canadienses despertó la furia croata durante los 89 minutos siguientes. Y la furia croata no es igual que la belga. Porque los croatas no descansaron ni siquiera cuando empataron en el minuto 44 del primer tiempo: siguieron insistiendo en los minutos de descuento hasta irse al descanso con el marcador a favor (2-1).

Pero Canadá, equipo joven y guapo no dejó de atacar para el segundo tiempo tratando de igual a igual a Croacia. El tipo de actitud que funciona con países con mucho nombre pero no tanto fútbol. Ese no era el caso. Croacia conserva tanto nombre como fútbol con sus veteranos Modric y Perisic -que no parecen enterarse de la edad que tienen- conduciendo el ataque y futbolistas más jóvenes aprovechando las oportunidades. Era como si peleara un minimosca con un peso completo y luego de sorprender el minimosca con un golpe de suerte al superpesado tuviera que soportar una pateadura. En el segundo tiempo el minimosca insistía pero el superpesado croata le mandó dos viandazos para ponerlo fuera de combate. O de la clasificacion para la siguiente ronda del campeonato, como es el caso.


La venganza de las remesas


Hay equipos que llegan al mundial con el nombre muy bien puesto pero el fútbol se lo dejan en casa. O en el pasado. Uno de ellos es Bélgica, segunda en el ránkin de la FIFA pero que a duras penas pudo sacar adelante su partido ante la aparentemente modesta Canadá. Hoy tenía enfrente a Marruecos, un equipo forjado en la emigración. 14 son los jugadores de la selección marroquí han nacido en el extranjero, lo que no es extraño en un país dedicado a exportar a su gente por tanto tiempo. Y de vuelta, además de remesas, recibe unos muchachones que juegan muy bien al fútbol.

En principio los belgas se tomaban el juego con tanta calma que los marroquíes trasplantados empezaron a coger confianza. El primer aviso serio de que los marroquíes estaban midiendo a los belgas y no era para coserles un tuxedo llegó al final del primer tiempo con un lanzamiento de falta de Ziyech. El misil le dio en el pecho a Courtois y entró pero fue anulado porque otro de los jugadores marroquíes estaba en fuera de juego mientras le obstruía la vista al portero belga.

El siguiente lanzamiento de falta marroquí, fue en el segundo tiempo. Esta vez fue pateado por Sabiri desde el lado contrario de la portería y burló a Courtois, quien no parecía muy contento con el chiste. Era, según mi cuenta, el primer gol de falta directa anotado en el mundial. Los de Bélgica se tomaron el gol con la característica furia belga que consiste en dejar pasar el tiempo como si no hubiera nada mejor que observar cómo la hierba del estadio hace fotosíntesis. Y en medio de la peculiar furia belga (Lukaku, el máximo goleador histórico de la selección no tocó el balón durante su estadía en el césped), ya en tiempo de descuento, Aboukhlal metió un gol tras magnífica jugada de contragolpe sellando el partido en favor de la selección de las remesas. El juego terminó con un montón de jugadores marroquíes arrodillados con sus cabezas en dirección a la Meca. O de la oficina de Western Union más cercana, vaya usted a saber.

sábado, 26 de noviembre de 2022

Vuelta a la normalidad argentina


¿Realmente alguien pensó que México tenía alguna oportunidad contra Argentina? Pero como la televisión hispana en Estados Unidos tiene que responder a su audiencia que consiste de un argentino cada cincuenta mexicanos (la estadística me la acabo de inventar pero sospecho que me quedé corto) en los días previos al juego se hablaba como si los mexicanos tuvieran alguna posibilidad. No es que Argentina no pueda perder porque ya lo demostró gloriosamente en su juego contra Arabia Saudita. Pero una cosa es que la albiceleste caiga víctima de su propio ego, un ego del tamaño de Júpiter (el planeta, no la moto) y otra es que se dejen eliminar del campeonato en su segundo partido. Porque si es cierto que los mexicanos se entusiasman en cada mundial y se dicen en voz alta que “sí se puede” y que esta vez serán campeones lo cierto es que ninguno se lo cree. Por mucho que se entusiasmen perder en los mundiales es una convicción grabada en el alma de cada mexicano como si lo estuviera en la piedra del calendario azteca. Los argentinos en cambio se creen cosas y la eliminación de su selección en la fase de grupos sería sentida como si a cada uno de los argentinos se le muriera la madre, la mascota y la batería del teléfono al mismo tiempo. Y en el caso de los jugadores será mejor que pidan asilo en un país enemigo como Brasil antes de asomarse por Ezeiza. El entusiasmo mexicano existe para atraer anunciadores. El argentino es necesario para alejar la fatalidad, el destierro o terminar protagonizando un tango.

Todo lo dicho para no poder explicarme cómo fue que los jugadores argentinos no le arrancaron el corazón de los mexicanos y se los comieron en el primer minuto de juego como lo demandaba su derrota a manos saudíes. Sí, los argentinos estuvieron plantados desde temprano en el área mexicana pero como si estuvieran de picnic, no como si les urgiera vengar la afrenta del juego anterior. Apenas se asomaban por los alrededores de la portería con algún orden mientras los del “sí se puede” despejaban las amenazas sin problemas.

Messi no estaba especialmente iluminado, pero ya sabemos que a Messi le basta acordarse de que está en un campo de fútbol para que encuentre el camino de la portería. Eso fue lo ocurrió en el minuto 64. Di María le pasó el balón fuera del área y Messi se sacó el taco de billar que tiene por pie izquierdo y coló el balón justo por la esquina izquierda de Memo Ochoa. Una vez ubicada la localización de la portería Enzo Fernández recibió la pelota de un corner sacado en corto y puso la pelota justo en la esquina en la que Ochoa apenas podía estirarse para salir bien en la foto. No hacía falta menos para que Argentina volviera a suspirar y su ego a expandirse por el resto de la galaxia.    

Mbappe contra los vikingos


Francia es el campeón, Francia ganó su primer juego, Francia tiene a Mbappé. Dinamarca en cambio solo tenía un pie de estatura por encima del promedio francés lo que descartaba el corner como posibilidad ofensiva francesa. Y un nivel de concentración mayor en su principal objetivo: no perder. Y en el primer tiempo los daneses se salieron con la suya en lo de no perder y el partido terminó empatado a cero.

Pero, insisto, Francia tiene Mbappé quien se encargó de hacer, junto con Theo Hernandez una pared tan linda que no hubiera desentonado en el Taj Mahal dejando que el primero anotara el primer gol del juego en el minuto 61. No obstante el gol relajó a los franceses como si estuvieran consumiendo alguna droga recreativa, algo que no es recomendable cuando tienes delante vikingos sin d’eficit de concentración. Así, apenas siete minutos después del gol francés llegó el empate danés con un cabezazo de Andersen.

Fue entonces que Francia pareció apagar su momentáneo porro y volver a entrar en el juego lo que siempre es una mala noticia para el contrario. Excepto si intentan marcar con los corners, algo en lo que Francia estuvo insistiendo por 20 minutos. Cuando ya parecía que el juego terminaría empatado Griezmann, a quien lo único que le faltó hacer sobre el terreno fue chapear el césped, lanzó un perfecto centro a -¿adivinan?- Mbappé que metió en la portería con el muslo. Igual lo hubiera hecho con la lengua o las pestañas. Así le daba el triunfo a Francia, la clasificación y se pone al frente de los goleadores empatado con el ecuatoriano Enner Valencia, con tres cada uno. Ya los franceses pueden relajarse todo lo que quieran. Al menos hasta octavos de final.

Remember Khashoggi


Arabia Saudita venía de ganarle a Argentina. Y de recibir cada jugador un Rolls Royce de premio regalado por Mohammed bin Salman. Bin Salman es un príncipe que tiene su propia idea sobre lo que es un plan de estímulos materiales y atención al hombre. Y también del castigo. Bin Salman fue el mandó a matar al periodista Jamal Khashoggi y a cortarlo en pedacitos de manera que pudieran sacarlo de la embajada saudí en Turquía sin que se notara el bulto. Lo cuento para que se lleven una idea de lo estimulados que podían estar los jugadores saudíes. Demasiado estimulados quizás.

En el primer tiempo los saudíes atacaban continuamente pero quien se adelantó en el marcador fue Polonia en el minuto 39. Minutos después el árbitro, ya fuera porque le gustan los Rolls Royce o para no terminar como Khashoggi decretó penalti a favor de los árabes. ¿Quién lo puede culpar? Bueno, si de algo pudo habérsele culpado al árbitro fue de no lanzar el penal él mismo porque los saudíes no solo fallaron el disparo sino también el remate cuando el portero polaco lo rechazó.

Tampoco era para desesperarse. El primer tiempo de los saudíes contra Argentina también había terminado 0-1 y en el segundo, luego de recibir un inspirador discurso de su entrenador en los camerinos parecido al “This is Sparta” en “300”, remontaron en el segundo tiempo. Pero algo no funcionó esta vez. No es que los saudíes dejaran de insistir, pero el que por fin anotó fue Lewandowski, que llevaba dos mundiales sin celebrar un gol. Esta vez, aprovechando que uno de los defensas estaba pensando en los adornos que le iba a poner al Rolls Royce que le regalaron en el primer partido tuvo un descuido que el delantero polaco no perdonó, poniendo todavía más interesante la clasificación del grupo C. Y preocupado a la defensa saudí que ahora mismo debe andar recordando a Khashoggi.

viernes, 25 de noviembre de 2022

Ecuador y Países Bajos: una historia de amor



Ecuador, el Brasil de los pobres, entró a enfrentar a Países Bajos, el País Anteriormente Conocido Como Holanda con tremendo miedo escénico. Se entiende que tener enfrente a un tres veces finalista en mundiales y que te lleva 36 puesto en el ránkin mundial intimida un poco. Como pedirle el teléfono a Scarlet Johanson. Y Scarlet Johanson aprovechó el apocamiento ecuatoriano para meterle un gol a solo cinco minutos de empezar el partido.

Pero el País Anteriormente Conocido Como Holanda, como las jevitas demasiado confiadas en lo buena que están, empezó a creer que todo lo que tenía que hacer era pasearse por el terreno en puyas y con la cartera Louis Vuitton colgando del brazo. Y ese fue su fallo porque los ecuatorianos se dieron cuenta de que era un partido de fútbol y que tenían piernas como los otros y se empezaron a coger confianza y a acercarse a la puerta de Scarlet a tocarle el timbre y mandarse a correr pero entonces alguno se preguntó si no era mejor meter un gol y ya. Y ese alguien fue Enner Valencia, el veterano que venía de anotar dos tantos contra Qatar, quien aprovechó un rechace del portero para con todo el aplomo del mundo marcar su tercer gol del torneo.

Y nada, que Ecuador se quedó con el teléfono de Scarlet Johanson pero por mucho que insistió no pudo salir con ella. Quiero decir, que quedaron empatados, pero no empatados como una parejita, sino a un tanto como en el fútbol, lo cual, después de todo, no es mal resultado. Ya sea en el juego o en el amor.

El gol más caro del mundo


Qatar, la Norcorea de los ricos, venía de ser derrotada por Ecuador, el Brasil de los pobres. Qatar se había gastado 200 mil millones de dólares en un mundial y ya estaba en peligro de ver eliminada a su selección. Es como organizar un banquete regio y aparte de probar los aperitivos lo único que te permitan sea pagar la cuenta. ¡Tantas cosas que compraron los qataríes para este mundial y se les pasó comprar un poco de suerte! O al menos podían comprarse un par de árbitros. ¿No se habían comprado la FIFA completa? Pero cuando el partido con Senegal iba empatado a cero en el primer tiempo y un defensa senegalés atropelló a Afif, el delantero qatarí, el árbitro no decretó penal. Si luego la policía qatarí no le mete ni una multa de tráfico al árbitro tendré que repensarme lo de la Norcorea de los ricos.

Cuando por fin se abrió el marcador fue gracias a la defensa qatarí que le regaló la oportunidad de anotar a Boulaye Dia, gesto que el senegalés aprovechó sin pensárselo siquiera una vez. Luego, en un tiro de esquina, Senegal se anotó el segundo tanto, esta vez de un cabezazo soberbio. Ya en el segundo tiempo Senegal andaba relajado y Qatar insistía, pero sin suerte. A veces el que tapaba los disparos era Mendy, el portero, pero a veces era otro delantero qatarí el que se interponía entre el disparo y la portería. Pero tanto va el cántaro a la fuente hasta que anota un gol. El recién llegado Muntari cabeceó un centro magnífico a la red y por fin pudimos descubrir el color de las dentaduras qataríes: blanco, como el del resto de la humanidad.

Ya los locales podían soñar al menos con un empate y luego seguir soñando con ganar y hasta con pasar a la siguiente ronda del festín que tanto les ha costado y probar al menos el primer plato. El sueño les duró cinco minutos. El tiempo que a Senegal le tomó en anotar el tercer gol del partido. Entonces las dentaduras de los qataríes volvieron a recogerse y el clima espiritual a parecerse al sofocante clima literal de Qatar mientras los locales sacaban cuentas de cuánto les habrá costado el único gol que han marcado en el campeonato. ¿Han escuchado la expresión “vender cara la derrota”? Pues Qatar no es que las venda caras, sino que las compra. Carísimas.

jueves, 24 de noviembre de 2022

Richarlison: esplendor en la hierba


En el papel Serbia era el equipo más difícil que debía enfrentar Brasil en la fase de grupos pero el papel es un material engañoso. En el papel era imposible que el Titanic se hundiera. El primer tiempo fue de estudio. Es decir: Brasil acampó en el área de Serbia pero no se decidía a atacar con todas sus armas. Como era de costumbre Neymar rodaba por la hierba casi tanto como la pelota. En cambio, el portero de Brasil, con su bigote de jefe de sector, se esforzaba menos que un filatelista (una imagen algo difícil de explicar a un miembro de la generación Z que ni siquiera ha visto un sello en su vida).

En el segundo tiempo Brasil pareció tomarse algo más en serio el partido y empezó a bombardear la portería rival aunque en principio no obtuviera resultado. Mientras tanto Neymar estaba más perdido que el pollo en La Habana. Pero ni falta que hizo. Con él o sin él Brasil andaba lanzado al ataque. El portero brasileño mientras tanto tomaba clases de bordado que le resultaban más entretenidas que el juego.

Por fin en el minuto 63 Vinicious lanzó un metrallazo que al ser rechazado por el portero serbio fue rematado por el brasileño Richarlison quien embocó la pelota sin problemas en la portería. Diez minutos más tarde Vinicius le dio un pase a Richarlison que este -de espaldas a la portería- levantó con la izquierda, se lanzó hacia atrás, se acomodó en el aire en cámara lenta como si estuviera en “The Matrix”, se hizo un selfie y con la pierna derecha remató la pelota que quedó clavada en el fondo de la portería y en la memoria de todo el que lo vio. Los brasileños pudieron haber anotado unos cuantos goles más pero el entrenamiento con Serbia se puede considerar satisfactorio.

Taquicardia en el banco


Ronaldo -desempleado hace apenas unos días- venía a hacer historia en el partido de Portugal contra Ghana y lo consiguió con la ayuda desinteresada del árbitro: un leve empujón en el área se convirtió en penalti que Ronaldo pateó como si fuera la cabeza del dueño del Manchester United que lo acaba de despedir del equipo y convertirse de paso en el único jugador que ha anotado goles en cinco mundiales diferentes.

Ghana, no obstante, no tenía entre sus planes comportarse para mayor gloria de Ronaldo y André Ayew lo empató a los pocos minutos. Fue entonces que el juego se puso interesante: las defensas se relajaron como ante la llegada del covid y los portugueses anotaron sendos goles de Joao Félix y Rafael Leao. Ya los portugueses se veían contando los tres puntos de la victoria y mandaron a descansar a Ronaldo y a Joao Felix cuando Bukari anotó el gol en el minuto 89 que convirtió el partido de comedia romántica en puro suspenso.

Los nueve minutos añadidos al final del partido fueron más emocionantes hasta ahora del mundial. Hubo de todo, incluido asalto con alevosía cuando Iñaki Williams, importado del País Vasco (su hermano juega por España) se le acercó por atrás al portero Diogo Costa en el momento que iba a sacar el balón, se lo arrebató y estuvo a punto de anotar el empate que sacó, in extremis, uno de los defensas. El juego terminó 3 a 2 y Ronaldo, sentado en el banco con el corazón a 130 pulsaciones por minuto.

Los Pepillos del Oriente empatan con la Banda Oriental


Hasta no hace mucho Corea (la que no es “popular” ni “democrática” pero al menos es habitable) paseaba su chealdad asiática por lo campos de juego con más o menos fortuna ("más" en su caso son los cuartos de final que alcanzó en el 2002 cuando Corea fue la sede del mundial y los árbitros, parte de su plantilla). Pero ahora los coreanos son más conocidos como Los Pepillos del Oriente (no confundirlos con Buena Fe), y vienen imponiendo moda con sus bandas de adolescentes, sus telenovelas y hasta han llegado a ganar un Oscar a la mejor película. Uruguay, en cambio, tiene en su haber dos campeonatos de cuando los mundiales se transmitían por radio o, en su defecto, con señales de humo.

Al principio los coreanos tuvieron contra las cuerdas a los uruguayos (o más bien los encerraron en su mitad del terreno). Eso duró lo que la energía premium de Los Pepillos del Oriente. Cuando los coreanos empezaron a funcionar con energía solar los uruguayos tomaron la iniciativa y entre una cosa y otra hicieron un par de disparos a los postes, hazaña más difícil que insertarla en la portería, algo que nunca consiguieron. Con Luis Suárez todavía celebrando Halloween disfrazado de hombre invisible poco pudo conseguir la ofensiva charrúa. Por él entró Cavani, otra gloria del pasado que tampoco tuvo contacto carnal con el balón. Así, con sus jugadores más jóvenes y talentosos como Fede Valverde y Darwin Núñez jugando retrasados Uruguay no pudo cambiar el marcador de como estaba al comienzo. Ambos equipos salieron con un punto del empate a cero, más experiencia y unos cuantos calambres.

Suiza S.A. 1, Camerún, víctima del colonialismo



A primera hora se enfrentaban Suiza y Camerún. Suiza, también conocida como "la Qatar de los Alpes" está acostumbrada a importarlo todo, desde el cacao para su chocolate hasta el dinero para sus bancos. (Por eso el equipo de Suiza parece una filial de la ACNUR, la agencia de la ONU de ayuda al refugiado. Porque los suizos serán estrictos con lo de dar la nacionalidad pero si eres un jugador capaz de llevarlos a un mundial va y te dan un pasaporte). Como decía, acostumbrada a importar Suiza importó el gol que le dio la victoria sobre Camerún... desde el mismo Camerún. El goleador de su victoria 1 a 0 fue Dreel Embolo nacido precisamente en el país africano. Así se cumplió el sabio proverbio que dice "Camerún que se duerme le llevan los jugadores". 
Por ahí debe estarse cocinando un libro que lleve por título: "Los Mundiales de fútbol: fase superior del colonialismo".

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Los bélgicos se salen con la suya


En el partido que jugaban contra la favorita selección de Bélgica (segunda en el ránkin de la FIFA) los canadienses (número 41 del escalafón) salieron como si se hubieran tomado la poción mágica de Panoramix, el druida de la aldea de Asterix. Los futbolistas que vinieron del frío consiguieron apabullar a los bélgicos (como dice un socio mío) al punto que los tenían peleando entre sí como si estuvieran decidiendo quién debía fregar los platos al final de la comida. Tanto dieron los de Canadá que hasta consiguieron un penalti. Pero en la portería estaba Curtois, tipo inmenso espiritual (es un decir) y físicamente a quien la portería le queda dos tallas más estrecha, como camisa de reguetonero, y el pobre Davies no pudo hacer otra cosa que fallar.

No obstante, los canadios insistían hasta que... llegó el gol bélgico: un balonazo que cazó Batshuayi al primer picón y lo enterró en el fondo de la red. No hizo falta más. Los norteamericanos del norte no dejaron de insistir aunque sin tino ni suerte y terminaron así perdiendo por la mínima. Bélgica salió aliviada de no terminar como Argentina o Alemania y los canadianos, extenuados, preguntándose si les alcanzará la poción mágica para el próximo juego.

Pura vida a la española

 


¿Se acuerdan del tiki taka? ¿Ese sistema de juego con el que España ganó el mundial del 2010? ¿Ese con el que se cogían la pelota para ellos solos y luego ganaban uno a cero? Pues hoy la selección española presentó una versión mejorada. Prestan la pelota de vez en cuando pero cuando la agarran meten todos los goles que puedan. Siete le cayeron a Costa Rica. Uno menos que los que anotó España en siete partidos durante el mundial de Sudáfrica. Goles muy bien repartidos donde cinco jugadores se anotaron un tanto y Ferrán Torres, yerno del entrenador, se fue con dos.

Claro que para eso contaron con el auspicio de la selección más hospitalaria del Mundial hasta el momento: Costa Rica. Los ticos eran el equivalente a ver pasar a un desconocido frente al bohío y convidarlo a tomarse un café y luego quedarse a almorzar. Dejaban acomodarse a los delanteros, apuntar y dispararle a quemarropa al bueno de Keylor Navas. Solo faltó que celebraran los goles con los españoles. Y el área española los ticos -como los amantes despechados de los boleros- no la tocaban ni con el pensamiento. “Pura vida”, la expresión que identifica a los tico se volvió hoy consigna española. Habrá que esperar a ver cómo funciona la selección de Luis Enrique frente a un rival menos generoso.

Pablo Milanés como drama colectivo


No pensaba mencionar el tema pero una breve entrevista desde Radio Francia Internacional me empujó a opinar sobre el fallecido Pablo Milanés. Hablé primero de lo obvio: de su importancia como cantante y compositor para la música cubana. Luego me concentré en lo menos evidente, su drama como persona. El de resultarle sospechoso desde el inicio de su carrera al mismo régimen que admiraba y ser enviado a esos campos de castigo conocidos como UMAP. También mencioné el drama de intentar ser una persona decente en circunstancias perfectamente indecentes. Como su desencanto con la llamada Revolución Cubana fue aparejado con la comprensión de que su público en el exterior de Cuba -ese que le generaba ingresos- seguía necesitándolo como representante de un sistema en el que el músico creía cada vez menos. (Soy testigo del desencanto de sus admiradores izquierdistas cuando ya no percibían en Milanés el fervor que iban a reavivar en sus conciertos). También mencioné que entre la común abyección de sus compañeros de fila en la llamada Nueva Trova la ausencia de su firma en las cartas de apoyo al régimen en las circunstancias más abominables resultaba bastante elocuente.

Mi intervención en la radio francesa debía limitarse a dos minutos de manera que dejé muchas cosas fuera. Como que cuando el régimen cubano le clausuró la Fundación PM Pablo se limitara a echarle la culpa a la “burocracia mundial”. O que, cuando en un concierto suyo un grupo de periodistas y disidentes reclamaron libertad para el músico Gorki Águila, Milanés volviera a hacer silencio mientras los golpeaban y encerraban (aunque al parecer luego hiciera discretas gestiones para que los libertaran a todos). El silencio parece haber sido un elemento fundamental en la carrera de Milanés, algo paradójico viniendo de alguien cuya profesión y reconocimiento provenían justamente del buen uso de su voz.

Medio en broma suelo decir que el castrismo es mi maestro espiritual a la inversa: intento actuar justo al contrario de lo que este intentó enseñarme. Mientras el castrismo se empeña en mezclar como una sola ética, estética y política para anular la grandeza de cualquier artista que se le oponga yo intento deslindarlas y no contaminar el juicio sobre la persona con la opinión que me merece el artista ni condicionar uno y otra a las acciones del animal político. Pablo Milanés es, en cambio, un caso ejemplar de alguien a quien las circunstancias apenas le dejaron espacio para ser él del todo ni como artista, ni como persona, ni como ciudadano.

En estos días una acólita del régimen insistía en la abominable teoría de que los artistas cubanos deberían agradecer a la Revolución su mera condición de creadores. Como si los cubanos hubieran tenido que esperar al castrismo para brillar en las artes. Pablo Milanés es un caso de estudio de cómo un artista con un inmenso talento natural es maltratado por el poder, usado hasta la saciedad y luego manipulado como rehén permanente del sistema. Alguien que por lejos que se encontrara de su secuestrador nunca se sintió libre de su influencia, de su espectro. Quizás el dolor que recorre a muchos cubanos en estos días es, a la vez que reconocimiento al talento, identificación con un drama que -a diferentes niveles- tuvieron la desgracia de compartir.

Pin pin, cayó Berlín, pon pon, ganó Japón


Alemania llegaba con sus cuatro campeonatos, sus jugadores inmensos que hacían parecer a los japoneses, un equipo de escolares, personajes de manga. Y la verdad que los alemanes no hicieron mucho por su causa hasta que empezaron a acercarse a la portería japonesa. No es que hicieran mucho daño, pero no hay peor gestión que la que no se hace. Si acampas frente a la portería contraria por un buen rato algo van a conseguir tus jugadores o el VAR. Pues en una esas el portero japonés intentó cabalgar sobre un jugador alemán como si de un cowboy de rodeo se tratara lo que fue sancionado con un lanzamiento desde el punto penal. La falta la cobró Gündogan quien abrió el marcador para Alemania, más o menos como todo el mundo esperaba.

Lo inesperado fue que luego de fallar unas cuantas oportunidades Alemania se tomara con tanta calma el asunto de rematar al equipo manga. Pero, como debieran saber los alemanes desde su infancia, nunca des a un Pikachu por muerto. Los japoneses atacaban, fallando más que el sistema eléctrico cubano, pero al menos iban perdiendo el miedo escénico. En una de esas dispararon, Doan recogió un rebote que dio el portero Neuer y empató el juego. Al rato, en el saque de una falta Asano recibió el pase y mientras el defensa alemán que corría a su lado jugaba a ser el VAR reclamando un fuera de juego el japonés siguió acercándose a la portería hasta fusilar a Neuer a quemarropa y marcar el gol de la ventaja. Todo Japón celebró el gol registrándose temblores de 7 grados en la escala Richter. En los minutos finales los alemanes trataron de hacer lo que no habían hecho en todo el juego, pero entonces fue a ellos a quienes les tocó hacer de termoeléctrica Antonio Guiteras. Pese que hasta Neuer, el portero alemán, se pasó los últimos minutos frente a la portería contraria tratando de cazar alguna pelota a cabezazos el marcador terminó como para que Chano Pozo lo resumiera en una conga: Pin pin, cayó Berlín, pon pon, ganó Japón.

martes, 22 de noviembre de 2022

Francia evita ser Argentina

 


Francia, la campeona de la última edición, habrá pensado que su partido con Australia consistiría en aceptar la rendición de su rival con la misma tranquilidad del que va a Hollywood a recoger un Oscar honorario. Pero ya en el minuto 9 Francia estaba debajo en el marcador y corría el peligro de convertirse en Argentina 2, que hoy perdió con Arabia Saudita. Cosa terrible esa de volverse argentino: andar tomando mate y creerse que se es el mejor luego de haber ganado su último mundial hace 36 años.


Ante tamaño peligro Francia hundió el pie en el acelerador y empató el juego por cortesía de Mbappé y luego se fue arriba por un gol de Giroud cortesía de la defensa australiana. Esta incluso dejó un defensor retrasado para asegurarse de que ningún atacante contrario quedara en fuera de juego. Luego, entre el minuto 67 y el 71 del segundo tiempo Francia, para espantar de una vez el peligro de parecer Argentina, marcó otros dos goles obra de los mismos de antes. Con su segundo gol del partido Giroud se convirtió en el jugador que más goles ha anotado por la selección francesa que ya desde ahora se perfila como candidata al Oscar honorario.

Lewandowski, solidario


Los equipos de México y Polonia decidieron continuar con la huelga de goles iniciada en el partido anterior entre Túnez y Dinamarca ya fuera para protestar por las condiciones de trabajo en Qatar, la discriminación a las mujeres o la prohibición de las cervezas en los estadios. Vaya usted a saber. No obstante, el dios VAR quiso apiadarse de los fanáticos que habían acudido al estadio a gritar sin poder refrescarse con el fermento de cebada regalándoles algún gol, penalti mediante. La beneficiada con el penalti fue Polonia y se encargó de cobrarlo Robert Lewandowski, el terror de las porterías europeas. Pero si Lewandowski es supermán en Europa con su selección se convierte en Clark Kent. El portero mexicano Memo Ochoa, en cambio, volvió a vestirse de superhéroe volando hacia su izquierda y parando el disparo polaco con sus superguantes.

Llegado ese punto hasta el dios VAR se rindió. Poco podía hacer ante dos selecciones tan entusiastas en llevar el balón de un extremo a otro del terreno como incapaces de introducirlo en la portería contraria que es, hasta nuevo aviso, el objetivo principal del juego. De manera que la humanidad disfrutó de 180 minutos ininterrumpidos sin goles mientras Lewandowski con su penal fallado reafirmaba su secreta solidaridad con el sexo femenino o los bebedores de cerveza. No obstante, sospecho que su gesto no será muy apreciado.

Dinamarca vs Túnez: sin novedad en el frente (ni en la retaguardia)

 

Un partido entretenido para ser un empate a cero. O sea, una mierda envuelta en esparadrapo en la categoría de juegos decentes. Dinamarca llegaba como favorito para ganarle a Túnez pero ni los daneses eran tan vikingos como los suponían ni los tunecinos, cojos. Eso bastó para equilibrar el partido hasta mantener vírgenes ambas porterías. Entre eso y que el árbitro no le permitió al VAR que se pusiera a repartir penaltis a diestra y siniestra los minutos fueron pasando sin tener que poner a funcionar el marcador. De manera que han bastado los dos primeros partidos del día para desconfigurar los pronósticos del simulador y para que la copa vuelva a ser, al menos hasta cuartos de final, impredecible.   

Messi se contempla la punta del zapato

 


Pensé extender mi boicot de lunes, miércoles y viernes contra el Mundial de Qatar a los juegos que empezaran a las cinco de la madrugada, hora del este de Estados Unidos. Además, ¿a quién le interesaría lo que tenía que decir sobre la esperada goleada de Argentina -la candidata del simulador de la FIFA a ganar la copa- contra Arabia Saudita? El número 3 en el ránkin mundial contra el 51. Si tenemos en cuenta que los saudíes andan en el ránkin justo detrás de Qatar, derrotado por Ecuador en el partido inaugural, cabía esperar que el juego serviría para que Messi y su manda empezaran a estirar las piernas y de paso cada delantero se fuera con un par de goles para el hotel.

No vi el juego pero el resumen disponible ayuda dar una idea. Nada más empezar el partido el VAR le regaló un penalti a Messi para que el hombre engordara sus estadísticas anotando en el cuarto mundial de los cinco que ha asistido (hubo uno, el del 2006, en el que Pekerman apenas lo utilizó, ¿recuerdan?). Aquello parecía el inicio de una goleada argentina pero el VAR, como Dios, da y también quita: en el resto del primer tiempo el VAR anuló tres goles argentinos pero ¿quién se iba a preocupar con el simulador de la FIFA otorgándole el mundial por anticipado a la albiceleste?

Llegó entonces el segundo tiempo en el que, apenas empezado Saleh Al Shehri empató el partido y cinco minutos después Salem Al Dawsari desde el borde del área se sacó un cañonazo justo a donde el portero Dibu Martínez no pudo llegar. Argentina desde hace cuatro mundiales es un equipo messidependiente. Todo depende si ese día Messi tiene la vista enfocada en la portería contraria o en la punta de sus propios tacos. Hoy Messi estaba concentrado en detectar alguna suciedad imaginaria (o real) en sus zapatos. Resultado: Arabia Saudita ganó su primer partido que se siente como si hubieran ganado una de las cruzadas; Argentina se aferrará al recuerdo de 1990 en que abrió el mundial perdiendo 1 a 0 contra Camerún y terminó disputando la final con Alemania; y el simulador de la FIFA ha demostrado ser bastante más impreciso que aquel pulpo Paul del mundial del 2010.

domingo, 20 de noviembre de 2022

Ecuador gana por no presentación


En el partido inaugural Qatar venía de comprar la sede para el Mundial junto con diez de sus 26 jugadores, nacionalizados ante la incapacidad de las qataríes de producir la suficiente cantidad de hijos futbolistas. Y sin embargo, en medio de tal fiebre compradora se les olvidó comprar también un poco de fútbol. No obstante, cuando un nuevo dispositivo tecnológico anuló el primer gol ecuatoriano a causa de un off side indetectable al ojo humano, muchos pensaron que encima de todo Qatar había comprado el partido. Por suerte esta sospecha se diluyó cuando minutos más tarde el árbitro cantó un penal clarísimo a favor de Ecuador que el capitán Enner Valencia cobró con la tranquilidad y el aplomo con que un jubilado reclama la pensión que le corresponde. 

El juego a partir de entonces continuó sin noticias del anfitrión que luego de tanto soborno y preparación para la competencia al parecer se le había olvidado presentarse al terreno de juego. Fue así que el capitán Valencia anotó su segundo gol, esta vez de cabeza, sin ser molestado por nadie. Quizás se trate simplemente de que los qataríes son los mejores anfitriones del mundo y les parece una descortesía estarle haciendo goles a los visitantes. Los ecuatorianos lo entendieron así y luego del segundo gol decidieron dejar las cosas como estaban y conformarse con una victoria discreta por no presentación. Que Valencia -el único ecuatoriano que parecía tener una idea clara de donde se encontraba la portería-saliera cojeando 
del partido a mediados del segundo tiempo ayudó a mantener el marcador tal y como lo había dejado.

 Anotación al margen: en demoledora respuesta al sexismo imperante en ediciones anteriores donde los camarógrafos de televisión se esmorecían enfocándose en mujeres ligeras de ropa en esta ocasión han presentado las gradas con la mayor cantidad de tela por metro cuadrado. Tanta tela blanca hace recordar más bien los balcones de Centro Habana luego del lavado. Un espectáculo edificante, sin dudas. 

Mi boicot al mundial de Qatar: lunes, miércoles y viernes

 

Caricatura de Alen Lauzán



Por Enrisco

La disyuntiva no es si hay que boicotear la copa del mundo en Qatar. El verdadero problema es por cuál de las tantas razones que existen debemos dejar de ver el mundial del 2022. Enumero las más evidentes.

-Porque los qataríes sobornaron a toda la FIFA para obtener la sede del mundial.

-Por haber sobornado al resto de la humanidad (incluidos los fanáticos que asistirán a los juegos con los gastos pagos).

-Por los 6500 trabajadores que murieron construyendo las instalaciones de la competencia.

-Por los innumerables derechos humanos que se violan allí cada día ya sean los de las mujeres, los del movimiento LBGTIQ+ o los de los fabricantes de chicharrones.

-Por la prohibición de tomar alcohol.

-Por establecer la competencia -y el país- en medio del desierto.

-Por las tremendas desigualdades económicas existentes entre los qataríes… y el resto de nosotros.

-Por celebrar el mundial en pleno curso escolar.

-Por invitar a Maluma a cantar en la inauguración de los juegos.

Como ven sobran los motivos. Desde haber desplazado en la lucha por la sede a países menos favorecidos como Japón o Estados Unidos hasta poner a los futbolistas a jugar en lo que los meteorólogos definen como una “subsede del infierno” pasando por los derechos de los alcohólicos a maltratarnos el hígado como mejor entendamos. O porque la gran mayoría de la humanidad reciba menos dinero por matarse trabajando de sol a sol que el qatarí promedio por no hacer nada.

No obstante, al mundial Qatar le han salido defensores. Sin ir más lejos el actual presidente de la FIFA, el ítalo-suizo Gianni Infantino, acusó a Occidente de “hipocresía” por las críticas y añadió que Europa “debería pedir perdón por los últimos 3000 años antes de dar lecciones morales” seguramente en referencia a las continuas violaciones de los derechos humanos de los gladiadores en el coliseo romano. Otros, como el gobernante ruso Vladímir Putin agradece la oportunidad de que en el próximo mes pueda lanzar alguna que otra bomba atómica en Ucrania sin llamar la atención de la humanidad, concentrada en la repetición de las mejores jugadas del día, y hasta sin levantar sospechas sobre quién fue el autor del ataque. Habrá quien diga incluso que en Qatar a las mujeres se les trata de maravillas y que el velo femenino se estableció para prevenir las pandemias mucho antes de que la hipócrita humanidad se haya cubierto la cara con mascarillas a causa del covid.

Maluma, en cambio, no se ha defendido ni él. Todo lo que respondió al ser cuestionado fue: “Solo vine aquí para disfrutar la vida, disfrutar el fútbol y la fiesta del fútbol”. Y con “fiesta del fútbol” quiere decir los cheques de los jeques, por supuesto.

En mi caso personal todas las razones enumeradas para boicotear los juegos me parecen perfectamente atendibles, pero ninguna más decisiva que la penúltima: la de celebrar la competencia en pleno curso escolar. Llevo diez mundiales -o sea, cuarenta años- deteniendo mis actividades habituales para seguir los juegos por televisión. Por si fuera poco, desde el 2010 venía escribiendo una breve reseña de todos los juegos disputados. Pero hasta aquí llegué: por mucho que me guste el fútbol no permitiré que mi amor por el deporte interfiera con mis principios. Esta vez he decidido imponer mi más enérgico boicot los lunes, miércoles y viernes que dure el mundial. Se objetará que mi boicot coincide con los días que imparto clases en la universidad y es cierto, se trata de una increíble coincidencia. El resto de los días me comprometo a ver los partidos con el gesto fruncido pensando en los derechos de todos los seres humanos que sufren en manos del régimen qatarí y de Maluma incluidas las mujeres, la comunidad LBGTIQ+, los amantes de la cerveza y los fabricantes de chicharrones.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Ida Camejo (1935-2022)


Al vacío que ha dejado Ida Camejo entre todos los que la conocimos no acabamos de verle el fondo y sospecho que cada día que pase se ensanchará más todavía. Mujer sencilla, bondadosa, generosa y al mismo incisiva y más lista que el hambre. Con apenas un sexto grado no le hicieron falta diplomas ni títulos porque su inteligencia clara, que nunca la abandonó, le hacía entender la vida como pocos y la ayudó a esquivar los espejismos en los que encallaron tantos de su generación.
Siempre me consideré su hijo postizo, pero eso no me hacía especial. Fuimos muchos los que con apenas acercarnos a su casa nos sentimos atrapados por su cariño. La puerta de su casa en Buenavista se abría por la mañana y no se cerraba hasta la hora de acostarse. Por ahí entraba y salía todo el barrio a buscar algo que casi siempre encontraba. Fue por ella y por sus hijos, por ese hogar abierto a todos creado por ellos, que hasta hoy me siento hijo adoptivo de Buenavista. (Ahora que lo pienso, Buenavista estaba llena por el amor de madres así, infinitamente generosas, pero incluso entre ellas Ida era especial). A su casa iba a jugar de niño. Y de joven a presentarle mis novias y a comer sus dulces que defendía de la voracidad del resto de sus hijos, mis hermanos de la costumbre, del alma. Ida no apelaba a esos viejos trucos de escamotearnos el cariño ni a ponernos a competir porque sabíamos que su amor siempre alcanzaba para todos pero los dulces, en cambio no eran infinitos. "Ese no lo toquen que es el de Enrique" decía y el resto de sus hijos se resignaba a obedecerla. Y así sabías, en esa Habana permanentemente hambrienta, que no hacía falta otra prueba de amor.
Al salir de Cuba seguimos en contacto. Una vez, al colgar el teléfono lloré desconsoladamente ante la posibilidad de no volverla a ver. Por suerte dos de sus hijos se mudaron a Miami y la trajeron. Así pude volverla a ver cada vez que viajaba a aquella ciudad. Me complacía verla tan lúcida como siempre, sin esos ataques de nostalgia que paralizan a tantos viejos en una ciudad tan aséptica y árida para muchos. Ida encontraba la forma de disfrutar de los pequeños placeres que le ofrecía Miami con tanta o más intensidad con que lo hacía en Buenavista. Nos sentábamos en la terraza de su hija empeñados vaciar bolsas de maní y a despellejar la vida y los recuerdos que teníamos en común. Ida me hablaba lo mismo de su infancia en el valle de Viñales que de su juventud cuando fue dueña de una tiendecita en Buenavista hasta que la Revolución con su infinita generosidad se la arrebató para disolverla en la nada.
Pero su incesante sentido del deber le impedía a Ida entregarse por completo a los placeres miameses. Viajaba a cada rato a Buenavista a ocuparse del hijo que había quedado atrás, de los nietos que como todos los de su generación sueñan con irse alguna vez de allí. "El barrio se está quedando vacío, Enrique. ¿Recuerdas todos los niños que había antes? Ahora solo quedamos los viejos"
Vi a Ida por última vez este verano, lúcida y pícara como siempre, enamorada de su familia y de la mía, si es que todavía caben esas distinciones, porque mis hijos habían aprendido a quererla con la misma facilidad que yo y del resto de los que la conocimos. Como siempre que la veía deseé que esa no fuera la última vez sin darme cuenta que lo que deseaba, al menos en la que a mí respecta, era que fuera inmortal. Y eso siempre es demasiado pedir.
El fin de semana pasado me llamaron para avisarme de que había sufrido un derrame cerebral. Irreversible. Su muerte era cuestión de tiempo. Su fin de este lado de la existencia, donde las palabras Buenavista o Miami tienen sentido, llegó ayer a las tres de la tarde. Evito acaparar el dolor de su pérdida para mí solo. Fuimos muchos los que Ida tocó en vida porque ella era como un planeta, con su propia fuerza de gravedad que nos arrastraba a ella sin ningún subterfugio emocional, solo con su bondad transparente y con su gracia. Por eso Buenavista y Miami desde ayer se han llenado con sus huérfanos. Abrazo grande a todos ellos: a Jesús, a Mamita, a Tatá, a Luis Carlos, a Fidelito, a Alejandro y a todos los que tuvimos la suerte de compartirla.
Pero recuerden: ese pozuelo con dulce de fruta bomba que está en el fondo del refrigerador ni lo toquen, que es el mío.

martes, 15 de noviembre de 2022

Y que nadie me hale la manga..

 Hace años escribía sobre la importancia que tiene la celebración de los cumpleaños para el ego del inmigrante pues el ego es la única posesión segura que tiene. "Cuando todo cambia en rededor el ego es la única referencia estable" dije en "Siempe nos quedará Madrid". Dentro de los rituales de cuidado y conservación del ego tienen espacio privilegiado los cumpleaños. Y he hecho algo que no se debe hacer con lo que uno escribe: tomármelo en serio. De ahí que cumpleaños se han convertido en fiestones en los que me paso el día cocinando para medio barrio y que celebro con los amigos músicos y los otros, los que más disfrutan. Este año los amigos decidieron sorprenderme a mí. Guiados por el impulso incontenible de Mary Lou -que tiene en su currículum la producción del video de “Me voy” que lanzó la carrera de Cimafunk a la estratósfera- decidió movilizar a mis amigos y a los suyos para obsequiarme con un regalo monstruoso. Un video con canciones, poemas y dedicatorias de varios músicos a los que admiro muchísimo: empezando con un poema de María Luisa Pérez y siguiendo con intervenciones de Danny Rojo y su banda, Alejandro Frómeta, Raudel Collazo “Escuadrón Patriota”, Frank González, Paquito D’Rivera, Boris Larramendi, El Funky, David Oquendo, Vanito Brown, Oscar Sánchez, Alejandro Gutiérrez, Nam San Fong y el pianista Ahmed Alom. (Disculpen el “name dropping” pero me aterra haber dejado fuera a alguien).

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El regalo estaba coronado con el videoclip de una de mis canciones favoritas: “Villa de París” ese bellísimo homenaje que dedicara el malogrado Raúl Ciro de "Superávit" a Matías Pérez y, con ello, a los inagotables deseos de volar de cada uno de nosotros, de despegarnos de la realidad aunque sea un poco. Para redondear la sorpresa el video se filmaría en buena parte en mi casa mientras yo, andaba en cualquier otro sitio, ajeno a esa tremenda conspiración de cariño.

El resultado, al menos para mí, es entrañable.

El video empieza en el estudio de la pianista Narriman Piña y su esposo Sergio Valdés -creador, entre otras cosas, de la banda sonora de la película “Juan de los Muertos”- quien se encargó de hacer un nuevo arreglo a la canción. De allí la imagen se multiplica por los estudios de Alexis Romay, Nayle Sosa, Ricky Castillo y Daniel Jordán. Las voces están a cargo de la propia Mary Lou, la artista plástica Camila Lobón (quien también editó el video), Mika Cuellar, Liliana Héctor y Alexis Romay. Luego el video penetra en mi casa y va recorriendo las habitaciones junto al rostro de mis amigos, mis hijos, mi mujer, encargada del espionaje íntimo que hizo posible todo ese complot.
Emociona tanta belleza y buen gusto y al mismo tiempo avergüenza que mis amigos se hayan tomado tanto tiempo y trabajo en ese regalo. Y la única manera que se me ocurre de lidiar con esa vergüenza es pensar que solo fui un pretexto para mostrar el cariño que nos tenemos todos por acá y el talento que existe para reflejarlo. La sencillez y el gusto con que está hecho el video hablan por sí mismos. Todo trae la emoción añadida de que hayan elegido, entre todas mis canciones favoritas, la de alguien tan querido y admirado como Raúl Ciro, un tipo cuya extraña capacidad de repartir amor era solo comparable con su talento para expresar ese amor en canciones.
Cuando mi hija me insiste en la suerte de tener amigos tan buenos y talentosos como los míos la única explicación que le encuentro es que si tengo algún talento es el de disfrutar la felicidad de tenerlos justo cuando pasa y no cuando esos momentos son apenas carne de nostalgia. Pero tampoco en eso soy particularmente talentoso: si algo caracteriza a los componentes de la tribu a la que pertenezco es reconocer la felicidad de tenernos los unos a los otros.
Gracias a todos y disfruten del video.

martes, 1 de noviembre de 2022

Déjà vu, all over again (o la mala memoria del tío Sam)

¿Si nos ha funcionado siempre por qué no nos va a funcionar ahora? Se habrá preguntado la cúpula del poder cubana el verano pasado, cuando se veía arrinconado por las protestas populares, las presiones norteamericanas, la falta de perspectivas económicas y por la presencia ominosa de esos hoteles que no dejan de construir y no consiguen llenar. Y se acordaron del tío rico que siempre termina por sacarles las castañas del fuego. El tío Sam, ese mismo. Porque hace tiempo están peleados y eso está muy bien en la percepción universal del asunto pero una cosa es la guerrita verbal y algo muy distinto la pelea en serio. Y las medidas aprobadas por Trump y ratificadas por Biden -destinadas a reforzar la presión sobre el entramado financiero de GAESA y el resto de la cúpula gobernante- hacían que la cosa tomara visos de seriedad.

La solución estaba frente a los ojos de todos. La misma que cuando los vuelos de la Libertad, cuando Camarioca, cuando el Mariel, la Crisis de los Balseros o la de los migrantes por Costa Rica en el 2017. Un buen ariete humano de unas cuantas decenas de miles de emigrantes que forzaran a negociar al tío rico y gruñón. Y, como el Mar Rojo ante Moisés, se abrió el éxodo a Estados Unidos a través de Nicaragua. Esta vez se les fue la mano. 225, 000 personas en apenas un año. Casi el doble de cuando Mariel. Y siguen. Por fin el gobierno de Biden está dando señales de rendirse. 

Sobrevivientes del hundimiento en Bahía Honda

La señal más clara de capitulación hasta ahora: ante el hundimiento de una embarcación por parte de los guardacostas cubanos y la muerte de cinco personas la respuesta de la embajada norteamericana en La Habana ha sido la de referirse a un “accidente”, advertir de los peligros de la “migración irregular” y anunciar que se van a ampliar las “vías seguras y legales de migración”. En resumen, se oculta el crimen, se regaña a la víctima y se anuncia la recompensa al asesino.


Luego vendrán señales de otras aperturas y toda la etiqueta que sigue a estas situaciones que se repiten cíclicamente en las relaciones entre ambos países. (Siempre con gobiernos demócratas, por cierto). Como si la computadora encargada de Cuba en el Departamento de Estado tuviera sistema operativo pero careciera de memoria. Cualquier trato será criticado por los republicanos en alta voz aunque agradeciéndolo en silencio, porque ¿quién va a querer más hispanos en este país? Y mientras tanto, Cuba sigue donde mismo. Sin hundirse del todo, pero tampoco sin acabar de salir a flote.