miércoles, 15 de julio de 2009

¿A qué huele La Habana?


Un amigo que viajó recientemente a La Habana me ha dicho que la ciudad huele a petróleo y a mierda. El olor del asfalto medio derretido por el calor (sí, por eso eso cuando llegué por primera vez a Nueva York me recordó a La Habana), del combustible mal digerido por cacharros de la era de los carburadores y todo tipo de detritus humanos y animales recalentados por el sol del trópico. Esos eran los olores que recordaba junto a otros más específicos como el olor nocturno a salitre y galán de noche en mi barrio en Playa, el sintético del aire frío que salía de los cines del Vedado o la Habana Vieja y su aliento de agua podrida. Pero no son suficientes. Gracias a la iniciativa de Orlando Luis Pardo (Boring Home Utopics) puedo acceder a imágenes de rincones poco relevantes de la capital o a los sonidos a traves de youtube pero a la distancia en materia de olores hay que resignarse a la memoria. O no. Si quieren ayudarme. Se trata menos de un ejercicio de nostalgia que del intento de reconstruir la ciudad en sus detalles más esenciales para propósitos que tienen menos que ver con el pasado que con el futuro. De ahí que a aquellos que tengan una referencia más fresca de la ciudad les propongo participar en esta encuesta: ¿A qué huele La Habana ahora mismo? ¿A qué huelen sus diferentes barrios? Y de ser posible ¿A qué huele esta o aquella esquina por insignificante que sea? Se aceptan todo tipo de colaboraciones con la única condición de que sean lo más precisas posibles. Y si no responden seguiré insistiendo.

65 comentarios:

BARBARITO dijo...

No puedo aportar nada demasiado original, pero ahí va (...siempre es lo mismo, la primera impresión al regresar cada vez a La Habana): Na' más aterrizar huele a calor y a petroleo mal quemado. Al deambular por sus calles es un 'cocktail odorifero'... a moscas, a detritus urbanos, a aguas albañales, a contenedor repleto de basuras...
¡¡Pobre Habana!! ...y aún así la quiero. Me confieso enamorado de ella -desde siempre- y le soy fiel.

Anónimo dijo...

Hola Enrisco!
Te escribo desde Cuba aunque no lo creas. He leído varias veces tu blog y no soy de la "Brigada de Respuesta Rápida" de la UCI ni mucho menos. Ni averigues como ando colado en la Red.
Tu encuesta sobre los olores de La Habana me ha llamado la atención y decidí brincarme todas las barreras que tengo que sortear para dejar un comentario en un blog.
Es cierto que el que tiene la peste no la siente y se necesita tomar distancia para poder percibir algo tan sutil como un olor, pero por ejemplo, a mi Centro Habana, esas calles de Galiano y Neptuno, sobre todo Neptuno, alrededor de las tiendas La Epoca y un poco mas allá, siempre me dan el olor de gas de la calle, probablemente algun salidero...
Como dicen el otro amigo y tu mismo en el post, hay mucho olor a basura, a orine y ese olor que recuerdas de los cines ya no lo encontrarás si regresas algun dia. Sé de lo que hablas, pues también lo recuerdo de hace algunos años, pero hoy son pocos los que conservan su aire acondicionado, entonces entrar a un cine es someterte a un vaho similar al de una guagua o algun lugar herméticamente cerrado y en donde hayan muchas personas sudando. Es bien fuerte.
Un abrazo desde Cuba y sigo tu blog. Eres super divertido!

Anónimo dijo...

En mi barrio, un reparto de San Miguel del Padron, se huele a a gaz y a chiquero de puerco,mas todas las otras pestes mezcladas.

lapiz y nube dijo...

Maravillosa tu encuesta, Enrisco. Yo recuerdo algunos olores de la Habana. Tu has mencionado el mas clasico: la peste a petroleo en el Malecon, muy intensa sobre todo en algunos segmentos del muro en la Habana Vieja.
Antes, unas tres decadas atras, las pizzerias tenian un olor -muy agradable- a harina horneada. Nunca mas, ni en La Habana ni en ninguna otra parte, he vuelto a reconocerlo. Con frecuencia, cuando entro en un restaurante italiano, lo hago, entre otras cosas, con la esperanza de percibir nuevamente aquel olor de las pizzerias habaneras.

Tambien recuerdo olores a aguas albañales, a orine, a humedad en los muros, y ese peculiar olor a gas en la calle Neptuno que menciona el anonimo desde Cuba.
Saludos. Me ha encantado este post. Muy original.

Irisdebrito dijo...

La única vez que he estado en La Habana, fue en el 2003. Y una de los recuerdos que me traje fue precisamente el olor intenso de las frutas y de las flores. Las frutas que nos servían siempre estaban pasadas de maduras (por no decir casi podridas) y con las moscas volando alrededor, millones y millones de moscas que nuestros anfitriones (funcionarios del Ministerio de Educación) intentaban espantar inútilmente con unos ventiladores miniatura.... Guayabas, mangos, melones, supurando azúcar... Las flores te agredían con sus olores fortísimos...nunca he sentido un jazmín meterse en mi nariz como los que sentí esa vez en Miraflores...
También me quedó la triste impresión de la decrepitud (ya me habían advertido antes del viaje que la ciudad se caía a pedazos, lo que nadie me advirtió fue lo hermosa, hermosísima que había sido antes) Eso me golpeó. Pero esto es huele a otra cosa...

Anónimo dijo...

Enrique, muy buena idea, aquí van unos lugares y sus olores.

Calle M e/23 y 25, por el costado del Habana Libre salía (sale) un torrente de aire desde el hotel que huele a lo que yo consideraba como "cafetería americana". Jaja.

Las mesas del Bodegón de Teodóro que a las 6 p.m. olían a cerveza vieja.

Anónimo dijo...

El lobby de la Facultad de Filosofía e Historia a finales de los ochenta tenía un olor peculiar, agradable. Tres años después olía a mierda.

Las mesas del Coppelia olían a trapo sucio.

La calle frente al Palacio de los Capitanes Generales olía a brea por los adoquines de madera.

Anónimo dijo...

El olor a hierro ligado con salitre cruzando el puente de hierro de Miramar al Vedado. El olor del borde de las pizzas cuando se quemaban. El olor a mar cuando ibas bajando la loma para llegar a Santa Maria. El de los mejunjes para broncear en las playitas de 12/16. El olor dentro de un almendron a las 5 de la tarde

Lori dijo...

Yo aun no puedo describir el olor que produce la falta de libertad, pero aseguro que tiene su olor o hedor caracteristico. Cuando se está en una cola en espera de una respuesta gubernamental como la tarjeta blanca, o en las oficinas de la vivienda, te recorre un frio por la espina dorsal y el olor que exhala tu cuerpo y la de los demás que esperan es inexplicable.

Anónimo dijo...

Hola, Enrique!. La Habana huele a su crudo presente y a su oscuro futuro. Huele a humanidad en penosa temporada de escasez.
Sin embargo, me embriagan los olores de La Habana. Me llenan de recuerdos y nostalgia, y también de esa creatividad ilimitada para hacer de cada falta, un derroche de simpatía y humor.
Acá, mi modesto aporte.
Saludos,
Liliam

Anónimo dijo...

Hola, no soy habanero, pero estuve becado en 12 y Malecon, donde los olores predominantes eran el salitre de la brisa, y a "guardado" dentro del edificio. Luego el olor que mas fresco tengo es el del trapito de limpiar las mesas del Coppelia, que mezcla tan rara entre lacteo y mugre!
AM

100 % Gusano dijo...

¡Wao! La última vez que fui fue en el 2004 y todavía me impactó que los bebés siguen oliendo a Bebyto.
Me traje dos pomos, porque aquí no consigo algo que huela igual.
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La CUJAE olía a arcilla.
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El comedor Machado olía a rancio.

Enrisco dijo...

ernesto: reconozco en la memoria, ahora que lo dices, tres olores derivados del petroleo: el del asfalto recalentado por el sol, el de la gasolina y el luz brillante en plena combustion y el del petroleo crudo que se depositaba en la bahia y el malecon.
y el de las panaderias que prefiero incluso al de las pizzerias.
-anonimo, gracias por recordar el olor a trapo sucio de las mesas del coppelia que era el mismo por cierto que el de las cucharas.
-el del restaurant o cafeteria del habana libre (no se, nunca entre) era inolvidable. tanto que lo inclui en un cuento.
-el de la playita de 16 ya lo habia olvidado.
-ahora recuerdo el olor de flores podridas y formol del cementerio.

El Lechu dijo...

Recuerdo el salitre revuelto por el norte en la costa y las cosas increíbles traídas por la marea. Recuerdo el olor de pinos a lo largo de la avenida y de almendros en una esquina de la calle. Recuerdo, ahora con los ojos, la sombra de flamboyanes en otra calle y de ciruelos en el patio de la casa.

Ya no existen, me dicen, los pinos, ni los almendros; sé que no quedan los flamboyanes. Sospecho que tampoco los ciruelos están allí.

Ya no me interesa como huele La Habana.

luisc dijo...

pah, el primer olor que recuerdo es el de las cartas y paquetes que venían de los eeuu... nunca lo olvidaré....
el otro, el del "galán de noche" de mi casa y el de los pinos de mi barrio....
el hedor de la terminal de "el lido" también inolvidable...
el salitre en la costa y el del petróleo en la bahia...

adrian meshad dijo...

No pierdo la memoria del olor a hierro azufrado en el roce de las ruedas de los trenes y los rieles, tanto en la Terminal de Trenes de La Habana como, muy especialmente, en el crucero de Luyanó, que entronca la Calzada de Luyanó con la Calzada de Güines y a la altura del Puente del Arroyo Pastrana, otro hedor específico, que mezclaba las heces que arrastraba el arroyo con un olor característico, proveniente de algunos almacenes de madera alrededor, justo en el entronque de La Virgen del Camino y el comienzo de la Calzada de Güines.
En tiempos muy anteriores, el olor característico a la entrada de algunos cines, sobre todo en La Rampa, El América, Payret, Acapulco, etc., era producido por las alfombras, además del aire acondicionado. Por último, el Barrio de Colón olía a colonia barata, preferible 1800 de Crusellas, mezclado curiosamente con un olor que el otro dia comentaba con un amigo cubano de New Jersey, el de la madera de las chancletas, impregnadas de "peste a pie", mezcla de sudor y "micocylen" y la banda de goma que era hecha generalmente de "camara", el tubo inflable de caucho dentro de las "gomas" o llantas de los autos.

Anónimo dijo...

Un amigo mio que llego hace poco de "allá" me cuenta que visitó a un académico en provincia y que su casa olía a chiquero...sobran comentarios verdad?, bueno, mis recuerdos son en dependencia del lugar y de la época del año diversos, pero recuerdo el olor a luz brillante y ropa sucia en no pocas casas y no necesariamente de cuarterias, que son las que se "ven obligadas" a despedir esa "fragancia". Pobreza engendra pobreza y en Cuba estamos siempre "superándonos", ahora olemos a miseria.

L Λ v Z λ η dijo...

A croqueta con mucha harina y aceite.

Y meao, mucho meao.

PordiosCero dijo...

Bueno, recuerdo que cuando vivía en Nuevo Vedado, cerca del río Almendares, en las tardes de verano después de los aguaceros, el barrio se inundaba con un olor rarísimo (siempre después de la lluvia) y otras veces el olor a amoníaco de la Polar o La Tropical, con sus escapes cotidianos, que nos hacían salir de las casas en (ocasiones de madrugada) escoltados de la policía, hasta el parque frente al cine Acapulco , que estaba en una zona más elevada.

Anónimo dijo...

En el Ten-Cent de Galiano olía a manteca requemada de las frituras de harina con sirope de azúcar. Las calles cerca de la Terminal de Ferrocarriles tenían el olor del metal viejo frotado. La calle Apodaca olía a humo de buses y a gas de la calle. El Gran Teatro de La Habana olía a humedad que se mezclaba con los perfumes de las tiendas del Mercado Paralelo cuando había función. El segundo piso del Yara, en la parte exterior, olía a té helado con limón.

Anónimo dijo...

La esquina de 23 y 12, en el Vedado, olía a pizzas y a flores, de las florerias que hay alli cerca del Cementerio, en cualquier lugar cerca del malecón huele a mar mezclado con petroleo..cerca del rio Almendares siempre olía a mierda..y en mi casa, en la cocina que daba a un patio trasero de otra casa, olía a gallinero y se oía como gallinero,jiji.
El banco de sangre que dices esta en 23 entre 2 y 4, yo tambine donaba muchísima sangre alli cuando era jovencita, fuí donante destacada y todo, en fin...

el fume dijo...

Uno de mis olores favoritos en la infancia era el de las panaderías. Aquí afuera nunca me han olido igual.
Un olor menos agradable pero que seguramente también disfrutaba en mi niñez era el del zoológico al caminar por 26.
Un tercer olor que recuerdo era el de la zanja de aguas albañales en la calle Pedro Pérez, de camino al estadio, el Latino.

Anónimo dijo...

centro habana, huele a sudor a charco viejo y a perfume barato, a las 7pm a talco en los cuellos y a manteca de puerco, cafe y todo lo que invente la gente para comer a medianoche,si te coge la brisa marina, huele a lo que tengas colgado en el balcon y te aconsejo!!! mejor que este limpio.

saludos jk

lapiz y nube dijo...

Como me he reido. Es verdad que las sillas de Copelia olian a trapo sucio...al igual que las cucharas. Los mercados campesinos olian a fango. Una vez pase por el parquecito que esta frente a Copelia, en 21 y L. Habia como treinta o cuarenta adolescentes rockeros, con sus melenas largas y tirados unos encima de los otros. En conjunto tenian un fuerte olor a ricitos de maiz (se escribe asi?).

Adriana dijo...

La Habana sería un paraíso para Jean-Baptiste Grenouille. Pero no voy a hablar de la ciudad entera, porque sería un comentario muy largo. Además, yo más soy más santosuareña que habanera.

Las calles de Santo Suárez huelen a combustible quemado por el día y a flor blanca (jasmín, galán de noche, muralla) por la noche. Excepto Diez de Octubre que además del olor a polución tiene un tufo a orine detrás de las columnas, y un olor muy fuerte a basura en las esquinas. Eso cuando está seco, cuando llueve todo huele a tierra mojada, excepto Diez de Octubre que entonces huele a rayo encendido.

Cada casa tiene un olor individual (a diferencia de las de Miami que todas huelen a ambientador de supermercado o a saché de dollar store).
Mi casa huele a comida rica.
La de un amigo en el Vedado huele a libro viejo.
La de otro huele a cuero.
Otra huele a perro que se mojó.
Otra a gallina.
Otra a gasolina.
Otra más a pintura y a pasta de pulir.
Y así...

Anónimo dijo...

Enrique, me autodenomino Espía de Ichi, ya que Ichikawa me puso el título, aunque no lo creo, no lo fuí allá, no lo soy aquí. Mandé lo de los trapos del Coppelia y algo más. En el Habana Libre tampoco entré. Pero se olía desde afuera.

Otros olores: El olor de las maletas de los de la llamada "comunidad" a principios de los 80 = freedom.

Saliendome del tema, el olor a cloro de las aceras de Madrid.

Se que no has ido a Cuba desde tu destierro, pero llegando ahora se huele el olor a cuerpo humano en cada amigo. Ellos nos dicen que olemos a yuma, en dos días nos mezclamos de nuevo.

Luego incita a un recuerdo de sonidos (ruidos), el NTV a las 8, la Calabazita 1 y 2, la novela de turno, o el de las aventuras.


El orine de La Habana, como CaR

Adriana dijo...

El segundo comentarista me ha hecho recordar otro olor que ya no existe: el del ICAIC de antes, que era una mezcla de aire acondicionado, afiche y madera.

También me vinieron a la cabeza otros olores de Santos Suárez, también desaparecidos.
Por ejemplo el de la picuala de Pepe Pratts que se sentía en la Primaria Antonio Maceo, sobre todo de noche.
El del comedor de Mariana Grajales, al fondo del Cepero: olor metálico (por las bandejas, supongo) que me daba una cosa en los dientes, más sancocho (pescado, arroz sin lavar, leche hervida), y a medianía de cuadra uno super fuerte a gato muerto.
El del taller del Grupo Diez de Octubre (en los sótanos de la Primaria Mariana Grajales): madera y ratón muerto.
El del Gallito de Santa Catalina: disco de queso, helado de mantecado y café.

Anónimo dijo...

Oh, el olor de las maletas en los ochenta, y principio de los noventa... ¿qué pasó con ese? Más nunca lo he vuelto a sentir.

Anónimo dijo...

Otro olor habanero es el olor a gas por los tanques de gas al fondo de la bahía por Luyanó. O la peste del Almendares.

El aroma del lobby de la Biblioteca Nacional. Las gavetas de fichas de la biblioteca de la UH.

El olor a petróleo, mierda, aceite, salitre, gas quemado de la brisa de la bahía... mmmm, yummy.

Anónimo dijo...

Para terminar (de mi parte):

El olor de la Pomorin.

El olor de los proyectores manuales rusos, a quemado.

El olor asqueroso de las revistas soviéticas.

El olor de los juguetes "Blue Label" de Hong Kong, básico, no básico y dirigido.

El olor de las pescaderías argentinas, las azules de metal.

El olor a polvo de cualquier sala de teatro.

El olor de los extranjeros. Había unos seres bien raros que no he encontrado en ninguna ciudad del mundo.

El asfalto, como pintura de Dalí, derritiendose con nosotros.

El humo espeso de las Ikarus cubanas, al que perseguíamos en feroz carrera.

La peste a grajo "cubana". Aquí le dicen B.O.

La basura podrida, desde una esquina, hasta el latón familiar.

El "olor a cucaracha". Solo los cubanos lo podemos determinar.

El olor rancio de los aires acondicionados, asqueroso, pero sabroso en medio del infierno.

En el cementerio, y tu lo sabes, ese olor a flor de funeraria. Olor a muerte.

El espía.

Anónimo dijo...

El olor a pluma quemada de las casas de los santeros, el olor del Champu Fiesta (nunca supe xq venia en frascos de cristal), el olor que daban las calderas del comedor de la beca cuando estaban haciendo chicharos... Uf!! ese me repugnaba tanto que aun no los como. Ah! y no recuerdan en "Memorias del Subdesarrollo" cuando Serigio y la chica interpretada por Daisy Granados estan en el Museo Hemingway, y tienen la misma conversacion de los olores, ella dice que todo huele a "americano", y el le pregunta por el olor de los Rusos, y que cual olor le gustaba mas, el de los americanos o el de los rusos, ja ja... Maestro!
Saludos!
AM

Adriana dijo...

Me siguen llegando olores a la cabeza. Olores de ahora.

La esquina de Santa Catalina y Diez de Octubre, además de tener ese "olor a Diez de Octubre" que ya describí antes, huele a agro. O sea, tierra colorá, verdura podrida y cualquier cosa que estén vendiendo en ese momento.

El cine Alameda huele a guardado. El de la Rampa también. Es que no tienen aire acondicionado...

El Cochinito huele a comedor obrero antes del Período Especial.

El malecón y la bahía siguen oliendo como olían veinte años atrás: salitre y un olor a agua podrida que viene y va.

Adriana dijo...

A mí me encantaba como olía la revista Misha. Los olores de los libros de cuento nuevos que imprimían en Rusia me gustaban también.

Otro olor que me fascinaba: el olor a imprenta que emanaba delos estanquillos. Ese me gustaba todavía más que el de La Polilla, donde me compraban casi todos los libros.

Adriana dijo...

Otro más: el de las aulas, sobre todo el de los pupitres, que huelen a madera contrachapada, bagazo, pintura vieja, metal oxidado y sudor.
Ese olor todavía existe.
Igual que el de los baños, que huelen a orine, a catarro y a agua sin cloro a medio estancar.

Anónimo dijo...

Muy bueno tu post.. como siempre.
Sobre los olores,.. de acuerdo con todos los descritos.. no los voy a repetir. Me vino a la mente esta anécdota: La primera vez que fui a Cuba de vacaciones, el vuelo de 3 horas y media de Managua a la Habana se convirtio en una odisea de retraso y espera de 12 horas, llegue al dia siguiente, después de la espera en el aeropuerto, un calor tremendo, sin haber podido bañarme, cargando maletas, en fin.. un desastre.. dos horas más tarde llegué a casa de mis abuelos y abracé a mi primo. Nunca pude olvidar su expresión: que rico hueles, que rico... yo pensé que era un chiste pesado, pero no... el olor del suavizante de ropa para él era desconocido, por lo que pudo distinguirlo en medio de todo los demás olores que a mi me tenian tan incómoda.. desde entonces cada vez que puedo le mando un gran frasco de suavizante de ropa, que guarda como tesoro y administra su esposa para que le dure, hasta que le llegue el otro.. a eso olía la ropa de las maletas de los 80.. a detergente y suavizante.. ese día lo descubrí.

ERMV.

Adriana dijo...

otro olor viejo: el de los carnavales: madera contrachapada acabada de cortar + cerveza

y otro más: el de las difuntas carnicerías: motadella y sangre.

Adriana dijo...

Ah, y los gimnasios tenían una peste a pata impresionante.

Adriana dijo...

Sigo con los olores viejos: el de los Caballitos del Mónaco, que olía a algodón de azúcar, y el de la parada de la 37 (Diez de Octubre y Santa Catalina) que olía a maní y a veces también a pescado.
Y qué decir del olor a pie de guayaba de la dulcería que quedaba frente por frente al Alameda? Al lado había una farmacia, que olía a crust de pastel (ahora no me acuerdo cómo se dice eso en español) mezclado con medicina.

Por cierto que ya los hospitales no huelen a hospitales. Ahora no huelen a nada.

Fantomas dijo...

Mientras en Cuba viaje a la Habana par de veces en la decada de los 70de niño pudo ser 74-78. Nunca se me olvidara el olor de la habana

Era como petroleo, goma quemada , quizas mezclado con olores de la Bahia, o los humos de la guaguas

Ese olor me cautivo. No era desagradable sino todo lo contrario
Era un olor unico en su clase y cuando hacia un a brisa de aire frio mucho mejor

Anónimo dijo...

Hola, me vienen a la mente varios olores, recuerdo el olor a luzbrillante o alcol de reververo en los solares, q venia compensado con el del coquito, solar de 12 entre 17 y 19. Recuerdo el olor a huevo culeco que empezaba en guanabo y te acompabnaba hasta Varadero, a veces mi prima vomitaba. Recuerdo el olor a flor de peo (habia que escachar la fruta y escupirla, existe fuera de Cuba)en el parque de 15. Recuerdo el olor a saco que tenia el arroz de la bodega, que para mi era olor a cucaracha, que cada vez que lo comento me preguntan si yo he olido alguna vez una cucaracha, pero es verdad lo que dijo alguien antes, ese olor lo conocemos solo los cubanos. Y para cerrar con broche de oro la peste a meao de borracho en los banos publicos durante los carnavales.

Anónimo dijo...

Habanera soy!
Nacida y criada en el Vedado, emigrante desde 1992. Siempre retengo en la memoria los olores de mi ciudad. A la salida del aeropuerto huele a petroleo quemado, a sudor y a mugre. Luego de 2 dias,ya en mi habitual paseo por las calles de mi infancia,me atacan los recuerdos,el del policlinico 15 y 18 huele a alcohol de 90 nada mas asomarse a la puerta, y en los pasillos el tipico olor a creolina,mezclado con polvo y salideros de agua,goteos de pilitas sin zapatilla.Al bajar la rampita que te conduce al area del dentista dentro del propio policlinico,ya no se siente ese olor a enjuague dental o anestesia que me daban mareos del miedo.jejejje
Al paso por el puente Almendares,se siente fuertemente el olor a aguas estancadas,a gasolina quemada y motores viejos,el olor a Pino de los arboles ya no se siente. Subiendo por 26 como quien va para el zoologico,todavia me detengo ante alguna mata de almendras que me encuentro por el camino hacia la shopping La Mariposa,ese olor a almendras es algo que me hace feliz(almendras cubanas)En Europa jamas he sentido ese aroma.Pero el olor mas rico,es el olor del mar,bajando hacia el astillero de chullima,pasando el puente de hierro(que esta ya permanentemente destruido y hay que dar la vuelta completa)Siga caminando hacia la primera avenida en Miramar y el olor a mar es indescriptible,mezcla de cangrejos muertos en la carretera,con salitre y yodo. Ese! Ese olor lo llevo a dondequiera que vaya! Es lo que me devuelve la razon cuando ya me siento que debo regresar o voy a enloquecer de nostalgia! Ese es mi olor favorito! El mar de mi Cuba. Sin ese olor no puedo vivir. Te quiero Cuba!

Jaime Blas dijo...

El olor que se ha mantenido igual, desde que lo percibí siendo un niño, es el olor de las casas de tabaco y sus alrededores.
El que más extraño es el ya mencionado que hace referencia al olor de las gavetas de fichas de la biblioteca de la UH. Pasaba horas y horas en ese lugar.

Sobre hedores han opinado bastante y muy acertadamente.

Jaime Blas

Anónimo dijo...

El olor de las casas de tabaco es único. Mi familia se ha dedicado a eso toda la vida en Pinar del Río. En México intenté crear una empresa de producción de puros y nunca fueron iguales, no vendí ni 100 cajas. Es olor a Cuba, como el de un vaso de ron solo, o el olor de la cerveza aguada en perga.

Olores habaneros también se me grabaron el del humo negro de las guaguas de los setenta, el olor de los camiones de basura, similar al de los latones desbordados en las esquinas, el olor a humedad del yeso en los rincones de las casas, el olor y el ruido que hacen las ollas de presión Pronto en cualquier casa los sábados mientras tu mamá o tu mujer hacen "limpieza general" malhumoradas.

El espía.

Liena Diaz dijo...

El olor a cafe tostado de la Calzada de Dolores, en Cienfuegos... y el mismo olor, a las 4 de la tarde, cuando las mujeres de mi familia se reunian para tomarlo y contar las cosas del dia.
El olor a cingenol de las clinicas estomatologicas (me daba deseos de trabajar).
El olor de las montannas de Pinar del Rio.
El olor podrido del mangle.
El olor a mar (y libertad).

J.Campos dijo...

Bueno,
Yo no sé ustedes, pero por detrás del Hospital Militar de Marianao, en el Residencial Zamora, popularmente conocido como "El Palo Cagao", corre el Río Quibú, que desemboca sin muchas ceremonias en las playas de Marianao.
Ese río huele a mierda en sus días buenos. En sus días más cabrones hay que andar con la nariz en el sobaco, pa poder respirar.

Y pensar que en los 80 le construyeron una planta purificadora pa que pasara cerca del Palacio de Convenciones.

Anónimo dijo...

Hace como dos annos atraz estaba en Cuba y monte en el carro (tenia las ventanillas cerradas y el AC on) a dos jovenes vestidos de verdeolivo que me pidieron botella (un ride), los monte y el olor a sudor agrio de sus ropas inundo todo el carro que me obligo a apagar el A/C y bajar las ventanillas. Luego conversando con otra joven que recogi luego de dejarlos a ellos, le comente el incidente (ella olia a limpio) y me dijo, imaginate tu, que esa gente no tiene para lavar el uniforme, se pueden pasar hasta un mes con el mismo. Aun recuerdo ese olor desagradable y lo asocio con las carencias de alla.

EthnoCuba dijo...

Yo nunca he olvidado el olor a lubriyante (lubrillante?). Me contagié de piojos y mi cabeza fue empapada de esa sustancia continuamente durante 24 horas. El olor quedo en mi cabello por semanas. El picor también. El lubrillante no mató a los piojos.

Anónimo dijo...

Para los extranjeros que se preguntan cual es nuestro “olor a cucaracha” tan mencionado sólo tienen que adquirir dishwashing detergent de la variedad “Apple Scent”. Cuando aquello se mezcla con el agua en la esponjita es cucaracha pura. Yo creo que los americanos no tienen codificado en sus narices ese olor y lo aceptan como “aroma”. Para los nostalgiosos que quieran un “regreso olfatorio” tipo La Magdalena de Proust, se los recomiendo. A los demás, ni se les ocurra comprar el susodicho. En casa hubo que botar la botella entera.

Anónimo dijo...

Ayy! mi madre casi me orino de la risa con tu comentario de cucarachas, la esponjita de fregar y los americanos...acabaste conmigo!Ta'bueno eso!jajajajaja me voy a comprar una botellita de washing up a ver,para comprobar!Seguro no me vendran a la nariz los recuerdos de Magdalena,pero si los de maleta de escuela al campo.Ustedes se recuerdan la peste que tenian esas maletas?Co....s!Y las letrinas?Candela!
El olor de las casas de tabaco en Pinar del Rio durante las escuelas al campo,me daban nauseas y coser hojas de tabaco es el horror mas grande a que puedan poner a unos ninos tan chiquitos(12 anios) como eramos nosotras en aquella epoca,nos llenabamos de pinchazos y las manos se nos hinchaban y se nos ponian negras,y esa peste nunca se me olvida,los cujes enormes que cargabamos,con tremendo mal olor tambien a polvo y a ratas. Ese olor nunca se me olvidara,es el olor a trabajo forzado.

lapiz y nube dijo...

Oye, A, tremendo trauma con el lubrillante. O como decian las sennoras mayores: "ya llego LA LUBRILLANTE" (a la bodega). Lo mejor contra los piojos era pelarse al calvo.

Yo soy Medea dijo...

Muchos olores:

- el olor de la fosa desbordada de la esquina
- el olor a salidero de gas de balon de los edificios
- el olor a perfume de la ""comunidad" "Cafe"
- el olor a hijoeputa sudao
- el olor a que "esto huele mal"
- el olor a campo ( yerba reseca)cuando se va por alguna carretera entre pueblos
- el olor a banno que no se limpia hace mil annos del hotel "El Globo" en Pinar del Rio
- el olor a cigarros "Populares"

Ah! que divertido seria que los olores igual que las fotos nos llegaran por internet, aunque pensandolo bien siempre habria algun gracioso, entonces se inventarian los antivirus para los olores fetidos... toda una tecnologia por descubrir.

Chez Isabella dijo...

Enrisco, genial tu post! Mira yo recuerdo algunos que nadie ha mencionado, quizas sean muy especificos, pero reconozco que tengo una capacidad olfativa algo extraordinaria. Aqui van los olores que recuerdo de La Habana:

-El olor a salitre y brea que se siente al cruzar la Bahia, camino a Regla o Casablanca. Es un recuerdo persistente que me sacude; cierro los ojos y lo siento en mi propia médula. Ah!

-El olor de la cafeteria de Artes y Letras, donde nos vendian unos panes infernales con una pasta de espaguetis, a finales de los 80. A eso olia, a esa pasta.

-El olor a libro viejo y a madera de la biblioteca de Artes y Letras y también de la Biblioteca Nacional, pero los de esta ultima olian mas a polvo.

-El olor del pavimento después de la lluvia, como una mezcla de traza de hierro, aceite y combustible.

-El olor de la tierra mojada y la yerba fresca después de la lluvia, muy fuerte en el patio de la casa de mi abuela en San Miguel del Padron; también en el patio de una casa en Playa donde fui feliz.

-El olor de las visceras de los animales cocidas sobre sartenes en los dias de sacrificio en las ceremonias de los santeros.

-El olor a vela, a plumas y sangre que se mezcla con el que acabo de evocar de fondo, una mezcla que me revuelve el estomago hasta dejarlo expuesto con mi vomito.

-El olor del humiero, un caldo purificador que preparan también con muchas yerbas y otras cosas en esas ceremonias. Estos tres ultimos olores se escapan con frecuencia de muchas casas en Guanabacoa, San Miguel y Regla.

-El olor a orine rancio mezlado con sudor y semén, en los pasillos y algunos portales de La habana y el Vedado.

-El olor a leche dulce que te alcanzaba desde que entrabas a Coopelia.

-El olor a humedad callada de las tardes en algunas iglesias del Vedado.

-El olor del incienso en las iglesias, diferente porque se confunde con las emanaciones de la madera en aquellos recintos cerrados.

-El olor a mantequilla que salia del Ten Cent del Vedado cuando aun preparaban arepas, que se mezclaba con el dulce inconfundible del sirope (antes de los 80).

-El olor a empanada y pastelitos de la dulceria La Suiza, al lado del Ten Cent del Vedado.

-El olor a cangrejo y cerveza en pergas que olian a parafina, emanaciones del carnaval habanero.

-El olor de los uniformes planchaditos de los becados reunidos en el parque de 15 y 18 los domingos. Combinado con un olor a talco y colonia barata.

-El olor a sopa rancia, que sabia a trapo de cocina de los comedores escolares.

-El olor a mojo criollo en los 31 de diciembre.

-El olor de lo bunhuelos de mi abuela.

Oye, y ya, que me has dejado ahogada en un mar de nostalgia! Si quieres podemos preparar una enciclopedia de olores habaneros. Saludos y gracias por darme la motivacion para este excelente ejercio. Me copio todo esto que aqui te he puesto para escribir algo luego.

apenao dijo...

La Habana huele a mierda fina. La mas fina del mundo. Recuerden la educacion de nuestra pueblo gracias la revolucion. Los cubanos, gracias Fidel, somos seres escogidos para lo mejor...

Anónimo dijo...

No sé a que huele La Habana, ni ayer, ni hoy,(soy oriental) pero llegué a New York en el año '68 y nunca olí esos olores raros que mencionas; yo me considero una exiliada de dos islas Cuba y Manhattan, por eso mi defensa de mi New York.
Me gusta mucho tu blog, te felicito.

Adriana dijo...

El olor del algodón recien planchado siempre me recuerda a Radio Reloj.

Y el de la masa de las croquetas de carne a "La Pasión de Silvia Eugenia", novelita radial que ponían por Radio Martí a eso de las dos de la tarde.

Adriana dijo...

Ahora me acordé de otros olores gloriosos (y otros no tanto):
el del pan de ajonjolí de Toyo,
el del cake de nata blanca de La Gran Vía,
el del muy añorado jabón rosado que daban (es un decir) en la bodega,
y el de aquel jabón de lavar que empezaron a "dar" a principios del período especial que olía mierda, literalmente.

PepitoReglano dijo...

Toda mi vida vivi en Regla y recuerdo el olor a salitre mezclado con petróleo. Cuando vas por Via Blanca y pasabas frente a la fabrica de galletas.. ahhh.. que recuerdo ese... y la antorcha de la refinería, el olor a gas.

Anónimo dijo...

¿Alguien se acuerda de los camiones del plan porcino?

Orlando Luis Pardo Lazo dijo...

La Habana huele, por supuesto, a ácido fénico, como el Petrogrado de una novela sobremuriente que leí casi de niño: huele a nada, a mezclas efímeras, a mixtura vacía, a mixtificación. La calle Zanja huele a esputo chino y a mojoncitos de canes, o acaso al revés. Los cines perdieron su olor a felpa barroca con aire acondiciorrepublicano y ahora hieden a meaíto de maricones ancianos. También a piel con un sudor rancio de siglos. Los periódicos huelen a papel y punto, la tinta se les vaporizó en algún momento de su deshidratación textual. La ruta 23 es herrumbre y vidrio y humo y bandas de frenos requemadas por las contorsiones sobre el asfalto líquido de las doce del día. Las doce del día te quitan hasta la respiración. Zapata y 12 huele a flores y es horrible y humillante y alguien debería parar ese holocausto de pétalos podridos. 26 y Zoológico ya no huele a excremento sino a plátano seco y a azul. Quinta Avenida es hierba recién cortada. Mi madre huele a miedo y pastillas de vieja. Los correos todavía huelen a pegolina, aunque ya no hay pegolina (esto es un misterio más grande que Cuba). El pelo de Yoani Sánchez huele a frío y a futuro y es excitante y sobrecogedor ser su contemporáneo. Huelo mis manos y tecleo “huelo mis manos”. Los sexos de las muchachas huelen nerviosamente a tristeza. La posada de Maloja casi esquina Infanta olía a nata almidonada y jabón. La lluvia de noche huele a verde y a ciclón y un poco a electricidad, aunque no truene, que es el olor, creo, del ozono. El malecón es sal y óxido. Fidel es inodoro. La pantalla de un televisor Electrón-216 huele a chasquido y a limpio y otra vez a ozono. Jorge Alberto Aguiar Díaz olía a tabaco fresco. La mantequilla ahora huele a agua. El pan, a polvo. Hay zonas de la bahía que son fuel puro y sin embargo su fetidez es respirable. Las iglesias huelen a mi madre y a mentira que no acabará del todo hasta no acabar del todo con nosotros. La revista ENCUENTRO DE LA CULTURA CUBANA importada de contrabando por valija diplomática huele a nylon y a ese extraño aromatizante de los aviones o las aduanas o el extranjero (las he conservado cerradas durante semanas como botín odorífero). Los carros patrulleros huelen a plástico. Las aceras del Hotel Habana Libre, sobre todo la de 25, huele a pescado freído con delicadeza (este olor lo recuerdo invariable al menos desde 1977, pues mi padre trabajaba enfrente, entre olores a cartón de files y tinta fresca de cuños y al bicarbonato de unos helados grasientos que daban de merienda). Mi padre muerto olía a amarillo y todavía se me aguan los ojos al escribirlo. La Terminal de Ómnibus tiende a oler a desinfectante, como los hospitales, y ese tufo higiénico hace sospechar que todo está percudido debajo. La Ciudad Deportiva huele a tierra colorada. La Fuente Luminosa, a guajacón. Los ríos casi todos huelen a una espuma de vómito que no llega a provocarme arqueadas. Los libros de viejo perdieron su dignidad polillosa y apenas huelen a cucaracha. La escuela primaria Nguyen Van Troi, en Lawton, recientemente parece haber recuperado su atávico olor a crayola. La Loma del Burro huele a brujerías en descomposición y a semen (puede que sean las brujerías en descomposición las que huelan, entre tantas otras cosas, a semen). El túnel de la bahía huele a una especie de hollín. La Cabaña huele a aire de mar puro, casi insípido. No sé qué más. Es suficiente por el momento. Tecleo con ambas manos y tecleo “tecleo con ambas manos”. Ya.

Maria Antonia dijo...

ademas de los clasicos de asfalto mojado y de galan de noche, y tambien del de las revistas sovieticas conque forrabamos los libros, la habana era para mi bastante inolora hasta que comence a rentar habitaciones a extranjeros y estos me decian que olia a smog! el anho pasado, cuando fui de visita y viaje por la via blanca, casi desierta, el olor a gasolina y petroleo se mantuvo en mi nariz durante todo el trayecto, a pesar de los muy escasos automoviles con los que nos cruzamos.
este anho, lo peor fue el olor a sudor y a churre del chofer de un almendron que me llevo a santa fe. y los malabares que tuve que hacer para, comprimida como estaba entre el y el pasajero que iba en la ventanilla, evitar que mis hombros rozaran su piel sudada y sucia y, de paso, que el no se diera cuenta de mi asco.

maria antonia dijo...

un holor que desaparecio con los 90s fue el del pan horneado. De la panaderia de la playa de Guanabo, en 5ta avenida y la calle 476 (o 474), salia el mejor, y era siempre un placer, cuando bajabamos a la playa, o de regreso de esta, comprar aquel pan recien horneado, que se nos anunciaba desde dos manzanas antes, por la libre y tan caliente que quemaba las manos.

Anónimo dijo...

Hola
Quisiera agradecer tan ilustre propuesta, además de un ejercicio a la memoria.
La nostalgia me trae el recuerdo de los olores únicos de las discotecas de la Habana en los 90´s. El Jhonny´s o Club Rio tenía un peculiar olor a cigarrillo rubio, aire acondicionado y cuerpos sudados con perfumes caros. La discoteca del Comodoro, era similar pero se le incorporaba el salitre y el clásico olor a cerveza. No he sentido olores semejantes nunca más en ningún otro lugar del mundo. Por lo que moriría por olfatear una vez más esa amalgama de olores.
Creo firmemente que es el olor del pasado, de su momento, de toda una generación que disfrutó esos 90´s únicos e irrepetibles aunque después de las descargas tenian muchos que soportar el olor a orine en las Ikarus.

Enrisco dijo...

me hablas de lugares en los que nunca entré aunque conocía su fama. de hecho no recuerdo haber ido a ninguna discoteca en la habana (ahora caigo en que las unicas discotecas que me han gustado son las de Cartagena de Indias). pero gracias por compartir sus olores. las ikarus en cambio las monte bastante y no puedo decir que las extrañe.

Anónimo dijo...

A que olia el estadio de baseball??alguien recuerda??

Anónimo dijo...

Nieto de tabaqueros, uno de mis olores favoritos es el de las tabaquerías. Desde muy chiquito las visitaba, sobre todo cuando me llevaban los domingos de trabajo voluntario.
Un saludo desdesde la distancia.