jueves, 24 de noviembre de 2022

Richarlison: esplendor en la hierba


En el papel Serbia era el equipo más difícil que debía enfrentar Brasil en la fase de grupos pero el papel es un material engañoso. En el papel era imposible que el Titanic se hundiera. El primer tiempo fue de estudio. Es decir: Brasil acampó en el área de Serbia pero no se decidía a atacar con todas sus armas. Como era de costumbre Neymar rodaba por la hierba casi tanto como la pelota. En cambio, el portero de Brasil, con su bigote de jefe de sector, se esforzaba menos que un filatelista (una imagen algo difícil de explicar a un miembro de la generación Z que ni siquiera ha visto un sello en su vida).

En el segundo tiempo Brasil pareció tomarse algo más en serio el partido y empezó a bombardear la portería rival aunque en principio no obtuviera resultado. Mientras tanto Neymar estaba más perdido que el pollo en La Habana. Pero ni falta que hizo. Con él o sin él Brasil andaba lanzado al ataque. El portero brasileño mientras tanto tomaba clases de bordado que le resultaban más entretenidas que el juego.

Por fin en el minuto 63 Vinicious lanzó un metrallazo que al ser rechazado por el portero serbio fue rematado por el brasileño Richarlison quien embocó la pelota sin problemas en la portería. Diez minutos más tarde Vinicius le dio un pase a Richarlison que este -de espaldas a la portería- levantó con la izquierda, se lanzó hacia atrás, se acomodó en el aire en cámara lenta como si estuviera en “The Matrix”, se hizo un selfie y con la pierna derecha remató la pelota que quedó clavada en el fondo de la portería y en la memoria de todo el que lo vio. Los brasileños pudieron haber anotado unos cuantos goles más pero el entrenamiento con Serbia se puede considerar satisfactorio.

2 comentarios:

Alí Reyes dijo...

Cierto. Ese gol fue como el pare para hacer el mateo de voleibol. Así parece en teoría, pero la realidad es que es más difícil pues se hace con los pies, el jugador queda de espaldas a la arquería y da media vuelta en el aire y casi a ciegas.
De verdad que no quiero imaginarme la cantidad de horas que invirtió este jugador para perfeccionar ese shute.

Anónimo dijo...

Excelente.