Este partido era la
pesadilla de los que andan flojos en geografía. Suiza, Suecia. ¿Qué diferencia
hay? Suecia es la de los volvo y IKEA y Suiza la de los chocolates y los
relojes. O viceversa. Se anticipaba un partido parejo y lo fue. Tan parejos andaban
que amenazaban peligrosamente con un empate a cero hasta que llegó el gol sueco
en un disparo que rebotó en un defensa y despistó al portero suizo. Y en vez e
abofetearlo allí mismo y recordarle todos sus ancestros desde Noé a esta parte
el portero le hizo un gesto al defensa de que no se preocupara, que no era para
tanto.
Pero sí lo era. Sobre
todo porque los suizos no tenían mucha idea para atacar. Todos los esfuerzos se
le iban en enviar centros elevados al área chica. Sin tener en cuenta lo altos
que son los del equipo contrario. Era como si un padre de familia se gastara
todo lo que tiene en billetes de lotería. Ese nivel de probabilidades. Y no había
quien sacara de ahí a los suizos. Parece mentira que sea Suiza la que controle
las cuentas bancarias de todo el mundo y otorgue los premios Nobel.
Fueron los otros los que estuvieron a punto de marcar un segundo gol cuando se acababa el partido. Fue en una jugada en la que el árbitro primero decretó penalti y luego con la intervención del VAR degradó a falta fuera del área. Y fallaron pero en eso el árbitro pitó el final y los de la bandera de la Cruz Roja daltónica regresarán a casa. Donde quiera que esta esté.
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