miércoles, 11 de enero de 2012

Sobre el estado de la cuestión

En El Pequeño Hermano, un blog que leo con menos frecuencia de la que me gustaría pero siempre con placer, veo un post que trata de resumir la realidad política cubana de la manera más honesta posible. Concluye así:


Creo que va siendo hora de quitarnos las máscaras y mirarnos las arrugas al espejo: los Castro ganaron. Se van a morir en el poder. Lo cederán cuando les dé la gana, o cuando le dé la gana a la biología. Y los millones de cubanos (desmotivados pero presentes) en las plazas públicas cada Primero de Mayo; los cientos de centrohabaneros congregados ante un hogar desafecto para derrochar repudios, ofensas, golpes; y los que miraban con extrañeza a mi amiga, una santiaguera que pretendía encontrar a sus coterráneos en pie de guerra y los encontraba en pie de fiesta, son su innegable trofeo de vencedores.
El dictamen, ajustado y sin concesiones, no me sorprende. ¿Por qué habría de hacerlo si retrata la misma sociedad que dejé atrás hace dieciséis años con el agravante del tiempo transcurrido desde entonces, del afianzamiento geológico de ciertas miserias? Ningún pueblo retratado bajo una dictadura como la cubana luce mejor sino hasta que se desembaraza de ella. En lo único que discrepo con el post es en su presupuesto (implícito) de que la oposición a una monstruosidad como el castrismo debe basarse en sus mismos términos: asumir que uno articula los verdaderos deseos del pueblo; suponer que este, por arte de magia, un buen día se sacudirá su opresión convertida en costumbre; imaginarse un desfile triunfante por las calles de La Habana que convierta el pasado en un mal sueño.

No es por eso por lo que uno debe oponerse a una tiranía como el castrismo, de aliento largo y erosivo. Si decide hacerlo –y en eso estoy seguro que El Pequeño Hermano y yo estaremos de acuerdo- no es porque imagine a un pueblo deseoso de romper sus cadenas –metáfora pobre y manoseada hasta sacarle brillo a esas mismas cadenas- sino porque le resulta injusto que viva así y porque mientras una sola persona se resista a vivir en dictadura vale la pena defenderla. Por eso y no por imaginarse triunfante alguna vez en una guerra que el país todo perdió hace mucho tiempo. Los tiranos -que por algo lo son- suelen imponerse en sus míseras batallitas por imponer su voluntad y cuentan como una victoria cada día en el poder. Y sin embargo vale preguntarse: pese al modo en que imperó sobre la sociedad española durante más de treinta años, pese a todas las lágrimas y el moco derramados ante su muerte ¿quién diría hoy que Franco ganó?

10 comentarios:

versioncorta dijo...

Las cosas son relativas. Respecto a la historia como proceso de largo alcance, claro que el comunismo y todas sus secuelas son irrelevantes, meras desviaciones. Pero para los millones de victimas en su corto tiempo de vida, es absolutamente trascendental. A FC la historia no lo absolvera pero a todos nosotros nos gano, lamentablemente.

Anónimo dijo...

El "Canedian"

Gracias Enrisco! Me gusto mucho lo que escribiste.

Yo tambien lei ese post y me gusto pero me senti que habia cosas que podian ser dichas pues me parecia que ese dia Ernesto estaba o muy "ostinado" o muy cansado. Lo digo sin animos de faltarle el respeto, me gusta mucho lo que escribe pero ese dia me senti asi.

Hoy leyendo lo que decias, me percate porque me gusta leerlos: ustedes ponen en palabras lo que a uno solo se le asoma como bruma en la mente :)

Saludos!

Enrisco dijo...

definitivamente perdimos todos incluidos los castristas que ven a sus hijos escapar del pais que ayudaron a destruir, o esa aristocracia chusma y pobrisima que ellos se han montado con su estetica a lo Pablo Escobar. la derrota es indiscutible pero las unicas victorias que valen son las que duran.

Matheus dijo...

Buscar vencedores y/o perdedores seria de total inutilidad a estas alturas. La nacion en su totalidad perdio, hablar de algun vencedor seria un eufemismo pirrico. No obstante todavia me causa gran pesar ver como (por la razon y los metodos que sean)son capaces de llenar las plazas y convocar marchas a estas alturas del "juego". Ahhh...esa plebe.

Anónimo dijo...

Enrique no seas cabezon y acaba de irte a la Habana un par de semanas.

Omar

Alexis Cundejo: dijo...

Yo creo que mas que ganar FC, perdio nuestra tierra. Ya no hay arboledas, hay marabuzales. Ya no hay arroyos, hay pantanos infectados de Clarias. Ya no hay cayos virgenes, hay hoteles Meliá para turistas. Ya no hay ciudades, hay ruinas. El daño va más allá del daño a las personas y familias porque nosotros tenemos el poder de irnos y cambiar una realidad por otra. Lo que se fastidió allá no tiene arreglo, al menos en mucho tiempo.

Miguel Iturralde dijo...

Estoy de acuerdo con Matheus sobre lo de los vencedores y vencidos. Lo interesante del caso cubano es como todos nos hemos acomodado a los vaivenes de un régimen que en otros sitios, por mucho menos, tendría un oposición interna de consideración.

Hay que darle crédito al régimen por su capacidad de reinventarse, por usar un término muy de moda. Por ejemplo, de un ateísmo de estado inamovible a una tolerancia religiosa cuestionable, pero efectiva en aparencia. Han sabido cuáles válvulas de escape abrir en cada momento sin ceder un ápice en los planos político y económico. El Período Especial es otra prueba. Además, el sistema ofrece un aspecto de viabilidad tan confiable que lo hace exportable a otros países.

Ahora, en algún momento el poder tendrá que ser delegado a otros Castro más jóvenes, u otros de apellido diferente, pero comprometidos con el engendro político existente en dicho momento. ¿Y cómo se puede seguir gobernando a un país que no produce casi nada, que depende del dinero de sus exiliados, del turismo y de las dádivas de sus aliados, renglones éstos muy volátiles? ¿Qué se puede esperar de esa masa "desmotivada pero en pie de baile" que se presta a seguir el juego?

Saludos.

Enrisco dijo...

Omar: que mania teha dado por convertirte en mi agente de viajes. ya que estas en eso te recomiendo darte una vuelta por Cartagena de Indias. Lo mismo que La Habana pero mucho mas relajado y disfrutable. y lo mejor de todo, no hay que pasar por ningun consulado. con Cuba me pasa lo mismo que con los restaurantes: si me tratan mal no regreso a menos que me haya enterado que cambiaron de administracion. pero no me hagas caso. cada cual tiene sus manias.

Anónimo dijo...

Enrique.
No hagas caso a Omar, yo acabo de regresar del paraiso y creeme no se te perdio nada por alla que no sea ver a la familia, lo cual solo aplica para quien tiene mucha parentela cercana y joven que de ninguna otra manera podra ver regularmente.
He de tragarme la lengua por eso y comprar el salvoconducto (ellos le dicen pasaporte).
La isla lo unico que inspira es tristeza y eso que no conoci la Habana como era, cuando empece a registrar ya los Cagastro lleveban 2 lustros haciendo aquello lo que hoy es.
Estuve en muchisimos lugares y lo unico que tiene un cambio en lo cosmetico es una parte de la Habana Vieja, que calculo ahora puden decirle la Habana Nueva. Te digo cosmetico porque no se salva de toda la apatia de la gente y de lo inoperante de todo ese macabro mecanismo.
Los Cagastro aprendieron lo de su padre terrateniente pero mal, la finca se les fue de las manos.
Para los que dicen que El hermano menor ha hecho empresas rentables manejadas por las FAR, les recuerdo que el negocio es de ellos 100%, no dejan actuar a la competencia y el rendimiento se logra facil, todo al 500% restale lo que se pierda y le roben, si se lo dejan al 300% rinde igual. A otro con ese cuento.
Hay muchas versiones de lo que vendra pero creeme que lo veo como te dije segun Ichikawa, los herederos diran que ellos no participaban que era cosa de los viejos decrepitos, y ademas pediran olvido y perdon en nombre de la patria, unas alianzas aqui y alla y adelante. Eso siempre funciona.

Peyo el afrocan.

Anónimo dijo...

Si hubiese algún tribunal con suficientes credenciales, y dictaminara que definitivamente la victoria le pertenece a los Castros, solo digo: me alegro y enorgullezco de estar del lado de los vencidos.