domingo, 9 de septiembre de 2007

¿Tiene la palabra el camarada Máuser?

Andrés Reynaldo publica en El Nuevo Herald un artículo sobra la posibilidad (y hasta la necesidad) de una transición cubana dirigida desde el ejército. Dentro de la repelencia natural que a uno le dan los militares no está de más atender esos argumentos. Como material complementario una entrevista al general polaco Jaruzelski sobre la transicion en su pais publicada en su día por la revista Vitral.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mhhh .... argumento interesante e importante...

Empecemos diciendo que aborrezco las soluciones militares, pero pongamos algunas interrogantes:

Llegado el momento (o sea Castro se muere) el pais arriesga el baño de sangre producto del odio sembrado durante todos estos años:quien no mejoró de trabajo por culpa de una opinión dada en mala fé durante una "verificación" en el CDR, o su hijo no entró a la Universidad por la misma razones, quien no se pudo ir por el Mariel y sufrió actos de repudio (humillaciones, palizas) y buscarà su revancha, quien tiene un familiar preso y torturado ....

quien lo evitará? quien será el arbitro que evitara una semana de caos y venganzas? si los tanques no amanecen ya en la calle para evitar los linchamientos ...

PisicorreVerde

Güicho dijo...

Estos planteamientos, aunque escritos de una forma congruente, pecan de una enorme ingenuidad. No sólo porque ignoran la tradición de desastres y los catastróficos resultados de toda y cada iniciativa militar en la historia latinoamericana, sino también porque suponen la existencia de un espíritu de cuerpo y una estructura autónoma de mando que ese ejército nunca tuvo. A más tardar en 1989 acabó toda posibilidad de que se engendrase algo parecido. El alto mando es un grupo de señores con unos ingresos algo mejores que defender. Sin capacidad de movilización. Y herméticamente vigilado para todo lo que no sea negocio. La tropa, con material bélico y sueldos al nivel de Zimbabwe y sometida al más intenso lavado de cerebro, no tiene acceso ni a sus armas de reglamento. Pobres, cívicamente descerebrados, y sin consciencia del uso controlado del arma, porque nunca la usan fuera de escasas prácticas de tiro y guardias, esas fuerzas armadas le serán tan útiles al futuro cubano como el bisturí al intestino de su máximo jefe.

Infortunato Liborio del Campo dijo...

La transición vendrá (o viene)de manos de los militares, que sí son un cuerpo que manda en el pais, no solo en el ejército y en el complejo militar-turístico-industrial, sino en otros muchos ministerios y órganos de poder, desde el ministro del azucar, el del MICONS, turismo etc. En realidad toda la infraestructura política ha sido militarizada, son los hombres que realmente mandan en cuba en los altas esferas y otros muy afines a ellos. Ahora se reforzó con Ramiro. En realidad es Raúl el que ha administrado la economía desde la caída de la URSS, mientras Fidel quedó como ministro de propaganda y de la batalla de ideas, es decir escuelas, hospitales, radio y televisión.

Anónimo dijo...

ok, todo muy bien pero ... como se evitará el baño de sangre? el rencor y la violencia aún agazapada asomó la nariz cuando el maleconazo del 94 ... o es que no hay forma de evitarlo? Caligula dijo una vez: " habra mucho terror antes de la calma ..."

no hay solución?

Pisicorre...sin Manolo

Güicho dijo...

Coño, Pisicorre, qué tétrico futuro pronosticas!

Yo no creo que sea forzosa una rebambaramba de violencia en Cuba. Primero porque los actuales dueños del patio no van bajar la guardia y dejar que suceda lo que venga. De hecho sólo si se entregan, pierden de verdad. Y además tampoco es que los cubanos estemos locos por desenfundar los cuchillos. En el sur de La Florida hay muchos miles de ex-revolucionarios. Y entre ellos unos cuantos con las manos sucias -generalmente de mierda, pero también de sangre. Y cuantas carnicerías, o al menos ajustes de cuentas higiénicos han habido en el último decenio? 1.000? 100? 10? 3?

Los pronósticos socio-políticos seguramente son los más imprecisos. Pero por más que el F-4 se apure con el reclutamiento, no alcanzará el quorum para una fuerza invasora. Los americanos, por su lado, ya aprendieron en Irak que desmantelar abruptamente las estructuras totalitarias tercermundistas lleva al caos. Haití les enseñó que el desorden lleva al bote. Y a diario nosotros les recordamos que el bote lleva hasta la Florida.

Así que si nadie se vuelve loco, y Chavez se queda en Caracas, habrá un lento tira y encoge, un pacto aquí, un negocio allá, hasta que la oposición interna sea suficientemente fuerte para que el PCC-FAR tenga que compartir márgenes de poder, y Cuba se encamine lentamente a la democracia. Será jodido para algunos, pero en la suma de los intereses involucrados lo más saludable.