lunes, 14 de enero de 2008

Lo último de Chago

La editorial Verbum de mi queridísimo Pío Serrano acaba de sacar dos títulos de gente no menos entrañable. Uno es ¿Entonces, qué? de Chago (L. Santiago Méndez Alpízar para sus editores) un tipo a quien es difícil no querer aunque más de una ex mujer (de Chago) ande dispuesta a llevarme la contraria. Un poeta, aunque se defienda de esa acusación respondiendo como si fuera una ofensa: “Más poeta eres tú”. El otro es “El poscastrismo y otros ensayos contrarrevolucionarios" de Julián B. Sorel, el seudónimo del agudo autor de Nacionalismo y revolución en Cuba, 1823-1998. Libros tan frescos que todavía no aparecen el catálogo de la editorial pero no tanto como para no se comentado con anterioridad por otros blogs. De Sorel me ocuparé luego. Empecemos por Chago y su ¿Entonces, qué? que reune poemas de varios libros previos, éditos e inéditos. Los poemas de Chago tienen la virtud de parecerse a su autor justo hasta el punto en que los que creemos conocerlo descubrimos que en realidad no lo conocemos tan bien. Esos versos hirsutos y feroces contrabandean ingentes dosis de ternura que el poeta en vivo consigue disimular con no poco éxito. Un poeta en estado natural, sin vergüenzas, o con la única de disimular lo mejor posible ese amor que lleva dentro. Compartiendo a grito pelado visiones suyas u otras que le habrá tomado prestadas a su inseparable porro (Efory Atocha es el nombre de su blog). Entonces se le agradece tanta vitalidad, tanto fervor impúdico, tanta familiar extrañeza. “Con una delicadeza en la obscenidad, hizo de los márgenes un reino incorruptible” dice de Chago otro poeta, Jorge Luis Arcos. Y de su poesía añade que es “auténtica, rota, inacabada, con un ritmo interior antiguo, casi salvaje, que escapa siempre hacia la oscura pradera, hacia la otra noche, hacia la otra ciudad". Del libro elijo dos poemas. Los dos, en parte, por su brevedad y por ocuparse el primero de un tema recurrente en este blog: el patriotismo. El otro es un apasionado poema de desamor (¿O lo son los dos?). Para los que quieran comprar el libro pinchar aquí.

Poética martiana

He partido de todo
Ahora sólo queda hacerse un hueco
No hay lugar para echar raíces
No basta una casa
Estos que te mojan son mis mares
He partido de todo para llegar a ellos
Estoy a salvo de una patria


Poema

Calmo al tiempo y resisto a tu ceguera

León vencido
Abandono la brutal seguridad con que retienes

Juego a encontrar mi muerte
A servirme del equívoco

Ya estás fuera

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otro "Chago" que debes recordar es Chago Armas, el de "Julito 26" del periódico Revolución del comienzo: aunque equivocado fue consecuente con sus ideas y luchó en la Sierra con Camilo. No como el conspirador palaciego René de la Nuez que de dibujante suplente acomodado de Zig-Zag se hizo el super-revolucionario el primer día y no paró hasta que no marginó a Chago y a muchos más. Bien vale recordar el gesto de Chago cuando el Salón de Mayo en La Habana de 1967: en su espacio del mural colectivo que cerraba la exposición y donde el tema era la revolución, pintó una pinga. ¿Desilusión? Algo tardía, pero al menos es más que lo que ha hecho el coronel de la Nuez.