Como cada año me
obligo a pensar cuáles han sido para mí los libros mejores o más recomendables
entre los que he leído de tema cubano. Este año empezaré hablando de historia
con dos títulos que se refieren a un tema hasta ahora explorado de manera muy
incompleta y es el desarrollo de la comunidad cubana en Nueva York en el siglo
XIX. Y es curioso que tras décadas de sequía historiográfica aparecieran en el
plazo de meses los dos estudios más importantes que se hayan hecho hasta ahora
sobre el tema. Uno de ellos es Sugar, Cigars, and Revolution: the Making of Cuban New York de Lisandro Pérez que es el estudio más completo que se ha hecho
sobre la comunidad cubana neoyorquina en el siglo XIX haciendo un uso inteligente
y exhaustivo de las fuentes disponibles. El otro título al que me refería es Suspect Freedoms: The Racial and Sexual Politics of Cubanidad in New York, 1823-1957 de
Nancy Raquel Mirabal y que abarca un período más extenso pero centrado en temas
más específicos como sugiere el subtítulo. Muy recomendables leerlos en
paralelo.
Y hablando de temas
poco estudiados otra lectura recomendable de este año lo ha sido Los últimos días de Batista de Jacobo Machover que responde más a su subtítulo de “Contra-historia
de la revolución castrista” y se basa en primer lugar de una lectura crítica de
los libros que escribió Batista sobre sus últimos años en el poder. Una buena
entrada a un terreno todavía inexplorado. Y si de mundos por descubrir se trata
hay pocos libros tan recomendables como El soviet caribeño de César Reynel
Aguilera, una suerte de historia secreta del Partido Comunista cubano desde su
fundación hasta mediada la década del 70.
De poesía
recomendaría dos libros muy distintos entre sí, escritor por espíritus de distinte
intensidad pero semejante exquisitez en el trato con la palabra. Uno de ellos
es Lejos de casa de Gleyvis Coro Montanet, un desgarrado tratado sobre la
inmigración y el exilio con todo lo que tienen en común y lo que los distancia
y del que hablaba aquí. Otro es Rap del humo de Rolando Davidson bastante más
inclasificable y del que las primeras palabras que vienen a la mente son
sencillez y ternura.
En teatro el gran
acontecimiento editorial del año es la antología Cuba Queer reunida por Ernesto
Fundora quien nos trae los más disímiles autores cubanos del siglo XX y
principios del XXI reunidos en torno a una sensibilidad común.
En cuanto a
narrativa mis lecturas se concentraron en el pasado. En concreto en una de las
generaciones menos atendidas y más vitales de toda la literatura cubana: me
refiero a la del Mariel sobre la que escribí aquí para el congreso del LASA en
Barcelona y aquí respondiendo a la invitación a presentar la colección dedicada
a Mariel de la editorial Hypermedia. Esta colección contiene -además de
clásicos como Boarding Home de Guillermo Rosales, La loma del Ángel de Reinaldo
Arenas o La travesía secreta de Carlos Victoria- dos libros inéditos que serán
cada uno de ellos clásicos en su propia especie. Uno de ellos es El gen de Dios, de Juan Abreu, trilogía compuesta por tres novelas: Garbageland, Orlán Veinticinco y Ángelcaído libro único en la literatura
cubana, y en cualquier otra del género distópico-poético. El otro es la
colección póstuma de relatos Curso para estafar y otras historias de
Leandro Eduardo (Eddy) Campa que resulta difícil de elogiar sin tener la
sensación de quedarse corto.
Pero el interés de
esta generación no lo agota esta colección de Hypermedia. Pienso en otros dos
autores, dos hermanos. Uno de ellos es Nicolás Abreu Felippe con Al borde de la
cerca: los 10 días que estremecieron a Cuba, recuento día a día de la increíble
experiencia de estar encerrado con otras once mil personas en los predios de la
embajada peruana en La Habana en 1980. Lo dantesco no como metáfora sino como
experiencia real y cotidiana. La otra es la pentalogía El olvido y la calma que
finaliza con Dile adiós a la Virgen
también incluida en la colección Mariel de Hypermedia pero antecedida por Siempre
la lluvia (finalista en el concurso Letras de Oro, 1993), Sabanalamar
(Ediciones Universal, Miami, 2002) y El instante,
una de las sagas literarias más ambiciosas y deslumbrantes que conozca la
literatura cubana.
Y hay más, mucho
más pero de momento dejémoslo así.
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