La periodista Sarah Moreno me entrevistó para El Nuevo Herald sobre el premio a mi novela Turcos en la niebla. Acontinuación les dejo la entrevista completa:
2-Háblame de la novela premiada y de la trilogía que tienes en mente.
Turcos en la niebla transcurre en estos tiempos, más o menos en la misma zona en que vivo en el condado de Hudson, Nueva Jersey, justo frente a Manhattan y la trama se construye a partir de los monólogos entretejidos de cuatro personajes, uno de los cuáles se encuentra en un momento límite de su vida y va a terminar arrastrando a los demás. Es una novela fundamentalmente sobre la amistad pero también sobre la emigración, el exilio y sobre toda la incertidumbre que es vivir tiempos como estos. “Está más perdido que un turco en la niebla” es una expresión que le escuché a un amigo argentino para indicar que alguien estaba totalmente desorientado. Otro título alternativo era Los náufragos de Bergenline que es la principal calle comercial que atraviesa Union City y West New York, pueblos que desde mediados del siglo pasado han tenido una alta concentración de cubanos. Tanto como para que llamaran a esta zona Havana-on-the-Hudson o el Miami del Norte. Las otras dos novelas que componen la trilogía se ubican una a finales del siglo XIX y otra a mediados del XX y ambas centradas en la comunidad cubana en Nueva York.
3. ¿Cuándo saldría publicada la novela?
En marzo del 2019.
5-Tu experiencia como historiador, ¿cómo te ayudó para esta novela y para la trilogía en general? En tus investigaciones para la trilogía, ¿qué hallazgos hiciste que hasta ti, una polilla del tema, te sorprendió?
Para Turcos en la niebla no investigué mucho. En libros, quiero decir. Se trata de historia viva que te est’a pasando por al lado y hay que estar atento a ella. Si empecé la trilogía por el presente es porque pensé que era la época que requeriría menos investigación. Así que me puse a escribir esta novela mientras investigaba la vida de los cubanos en Nueva York en el siglo XIX un tema sobre el que hacía diez años no había casi nada escrito pero del que acaba de salir un libro del historiador Lisandro Pérez (“Sugar, Cigars and Revolution”). De haberlo tenido entonces me hubiera ahorrado muchísimo tiempo. Pero en el fondo me alegro, porque no hay dos visiones iguales de una misma época. Mi trilogía parte de una realidad: los cubanos hemos tenido una presencia continua por casi dos siglos en esta zona, un lugar esencial para entender el mundo moderno. Sospecho que experiencia y la consiguiente recreación de una idea de lo nacional desde tanta distancia haya marcado de muchas maneras la construcción de la nación cubana incluyendo algunos de los principales emblemas de lo cubano como la bandera, el escudo, los Versos sencillos de Martí y la Cecilia Valdés de Villaverde. Pero también ha servido para imaginarse la posibilidad de vivir como cubanos fuera del marco geográfico de la isla. Hay una canción de Boris Larramendi que resume eso de una manera muy sencilla: “En Central Park,/ al lado de Strawberry Fields,/se forma tremendo rumbón… / Y no es la Habana”. Saber eso es muy útil cuando se ha vivido bajo un régimen que te intenta convencer que fuera de él no eres nada.
6-Has ganado otros premios en España ¿te parece que hay un interés especial últimamentre en la literatura cubana escrita fuera de Cuba? ¿Al fin es una revancha para los escritores cubanos exiliados, que tradicionalmente han sido postergados y hasta censurados por los premios en España?
Hace diez años gané el Premio Iberoamericano de Relatos “Cortes de Cádiz” con el libro ¿Qué pensarán de nosotros en Japón? y ahora el Premio Unicaja Fernando Quiñones de novela. Siempre he pensado que los premios son una lotería y no voy a cambiar de opinión porque yo sea el afortunado. No creo en revanchas ni en justicias poéticas (o novelescas como en este caso). Cuando uno gana la lotería lo celebra pero no se anda buscando explicaciones. Si me obligo a hacerlo podría pensar que el desastre de Venezuela y el ascenso del chavismo español de Podemos les ha hecho ver a los españoles que el caso cubano no es tan particular como se piensa. Que algo podrían aprender de nosotros. Pero no me hago ilusiones. Prefiero pensar como la madre de otro amigo que decía que si le servía un bistec no preguntara de dónde lo había sacado y se lo comiera. Y es que un bistec en Cuba puede ser tan inalcanzable como la lotería aquí.
7- Ya tienes agente literaria en España? ¿Y si no es así por qué todavía no la tienes?
No, no tengo. Pero no por falta de intentarlo. En verdad no he insistido demasiado porque las agencias están saturadas de manuscritos y la mayoría de ellas de entrada te dicen que no los aceptan a menos que te los pidan. Y, parafraseando a Groucho Marx, nunca entraría a un club que rechace a gente como yo.
1- ¿Qué
significa para ti este premio? ¿Por qué es importante?
Es el
premio más importante que haya ganado hasta ahora. No solo por el nombre, el
monto, o porque implica la publicación en una editorial tan importante como
Alianza. También porque luego de pasarme más de tres décadas escribiendo y
publicando libros de relatos, ensayos, colecciones de artículos y hasta
memorias esta es la primera novela que escribo. Una novela que es parte de un
proyecto mucho más ambicioso que he llamado Trilogía Cubana del Hudson. Y me
gusta especialmente porque lo escribí porque era exactamente lo que quería
hacer, no porque pensara ganar algún concurso. Pero luego de llevar una década
trabajando en ese proyecto un estímulo así viene de maravillas. Aunque cuando
contraes el vicio de la escritura ya sabes que vas a persistir hasta el final,
recibas o no premios. Incluso si te castigan. 2-Háblame de la novela premiada y de la trilogía que tienes en mente.
Turcos en la niebla transcurre en estos tiempos, más o menos en la misma zona en que vivo en el condado de Hudson, Nueva Jersey, justo frente a Manhattan y la trama se construye a partir de los monólogos entretejidos de cuatro personajes, uno de los cuáles se encuentra en un momento límite de su vida y va a terminar arrastrando a los demás. Es una novela fundamentalmente sobre la amistad pero también sobre la emigración, el exilio y sobre toda la incertidumbre que es vivir tiempos como estos. “Está más perdido que un turco en la niebla” es una expresión que le escuché a un amigo argentino para indicar que alguien estaba totalmente desorientado. Otro título alternativo era Los náufragos de Bergenline que es la principal calle comercial que atraviesa Union City y West New York, pueblos que desde mediados del siglo pasado han tenido una alta concentración de cubanos. Tanto como para que llamaran a esta zona Havana-on-the-Hudson o el Miami del Norte. Las otras dos novelas que componen la trilogía se ubican una a finales del siglo XIX y otra a mediados del XX y ambas centradas en la comunidad cubana en Nueva York.
3. ¿Cuándo saldría publicada la novela?
En marzo del 2019.
4- Por qué
elegiste contar la vida de los cubanos en Nueva York, ¿qué nos enteramos en la
novela que no sabíamos?
Las vidas
que cuento en Turcos en la niebla son
ficticias pero trufadas por tramas e historias que circulan continuamente por
esta zona. Entre mis amigos hay excelentes narradores que se pasan la vida
haciendo historias que les han sucedido a personajes de la zona en diferentes
épocas y he sido muy atento a la hora de escucharlas y recogerlas. En ese
sentido es una novela muy oral. Mi trabajo ha sido intentar crear a partir de
ahí personajes creíbles, consistentes y humanos e integrarlos en una historia
común dramática y divertida al mismo tiempo. Y en medio de eso reconstruyo cómo
ha sido la vida de los exiliados en esa zona en las últimas décadas, una vida
que en muchos detalles es distinta a la de los cubanos en Miami pero en otros
aspectos tiene mucho en común con estos. Y hasta con la vida de comunidades
exiliadas en todo el mundo ya sean judíos, polacos, húngaros o chilenos.5-Tu experiencia como historiador, ¿cómo te ayudó para esta novela y para la trilogía en general? En tus investigaciones para la trilogía, ¿qué hallazgos hiciste que hasta ti, una polilla del tema, te sorprendió?
Para Turcos en la niebla no investigué mucho. En libros, quiero decir. Se trata de historia viva que te est’a pasando por al lado y hay que estar atento a ella. Si empecé la trilogía por el presente es porque pensé que era la época que requeriría menos investigación. Así que me puse a escribir esta novela mientras investigaba la vida de los cubanos en Nueva York en el siglo XIX un tema sobre el que hacía diez años no había casi nada escrito pero del que acaba de salir un libro del historiador Lisandro Pérez (“Sugar, Cigars and Revolution”). De haberlo tenido entonces me hubiera ahorrado muchísimo tiempo. Pero en el fondo me alegro, porque no hay dos visiones iguales de una misma época. Mi trilogía parte de una realidad: los cubanos hemos tenido una presencia continua por casi dos siglos en esta zona, un lugar esencial para entender el mundo moderno. Sospecho que experiencia y la consiguiente recreación de una idea de lo nacional desde tanta distancia haya marcado de muchas maneras la construcción de la nación cubana incluyendo algunos de los principales emblemas de lo cubano como la bandera, el escudo, los Versos sencillos de Martí y la Cecilia Valdés de Villaverde. Pero también ha servido para imaginarse la posibilidad de vivir como cubanos fuera del marco geográfico de la isla. Hay una canción de Boris Larramendi que resume eso de una manera muy sencilla: “En Central Park,/ al lado de Strawberry Fields,/se forma tremendo rumbón… / Y no es la Habana”. Saber eso es muy útil cuando se ha vivido bajo un régimen que te intenta convencer que fuera de él no eres nada.
6-Has ganado otros premios en España ¿te parece que hay un interés especial últimamentre en la literatura cubana escrita fuera de Cuba? ¿Al fin es una revancha para los escritores cubanos exiliados, que tradicionalmente han sido postergados y hasta censurados por los premios en España?
Hace diez años gané el Premio Iberoamericano de Relatos “Cortes de Cádiz” con el libro ¿Qué pensarán de nosotros en Japón? y ahora el Premio Unicaja Fernando Quiñones de novela. Siempre he pensado que los premios son una lotería y no voy a cambiar de opinión porque yo sea el afortunado. No creo en revanchas ni en justicias poéticas (o novelescas como en este caso). Cuando uno gana la lotería lo celebra pero no se anda buscando explicaciones. Si me obligo a hacerlo podría pensar que el desastre de Venezuela y el ascenso del chavismo español de Podemos les ha hecho ver a los españoles que el caso cubano no es tan particular como se piensa. Que algo podrían aprender de nosotros. Pero no me hago ilusiones. Prefiero pensar como la madre de otro amigo que decía que si le servía un bistec no preguntara de dónde lo había sacado y se lo comiera. Y es que un bistec en Cuba puede ser tan inalcanzable como la lotería aquí.
7- Ya tienes agente literaria en España? ¿Y si no es así por qué todavía no la tienes?
No, no tengo. Pero no por falta de intentarlo. En verdad no he insistido demasiado porque las agencias están saturadas de manuscritos y la mayoría de ellas de entrada te dicen que no los aceptan a menos que te los pidan. Y, parafraseando a Groucho Marx, nunca entraría a un club que rechace a gente como yo.
2 comentarios:
Amena entrevista y esperando poder adquirir la novela. Buena recompensa este premio por tu obstinación en escribir, un logro muy merecido. Me parece que cachicambiaste la cita de Groucho: "I don't want to belong to any club that would accept me as one of its members”. Saludos.
Miguel, por eso dice que parafrasea y no que cita a Groucho.
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