Hoy en Diario de Cuba publica texto mío sobre la pintura de Ariel Cabrera Montejo. Un honor tener la oportunidad de escribir sobre un artista talentosísimo y único. La galería de imágenes de su obra es imperdible:
Resulta llamativo que tras tantos años la veneración hacia el mambí se conserve uniformemente intacta. Tanto en la historia oficial como en la imaginación popular, tanto desde el Gobierno como desde el exilio: los vigilantes de Miami son tan mambises como los de La Habana. Resulta más curioso aún luego de que se instituyera como rutina intelectual cuestionar la divinidad de José Martí (que no la grandeza), herejía impensable décadas atrás.
El mambí, ese peón del ajedrez simbólico nacional, ha sobrevivido casi intacto a las batallas de nuestro imaginario histórico, donde incluso el rey-apóstol se ha llevado no pocos cocotazos dialécticos. Parte del mérito es lingüístico y publicitario: la audacia que tuvieron nuestros libertadores de apropiarse de un insulto enemigo y convertirlo en orgulloso blasón. De manera que la frase "mi abuelo era mambí" siga sirviéndoles a los cubanos como evidencia de su prosapia. Como si se olvidara que hubo tantos o más nativos peleando al lado de la metrópoli como soldados independentistas.
El caso del pintor Pedro Pablo Oliva, quien tuvo el infortunio de que su abuelo rematara a Martí de un balazo, no es más que eso: mala suerte de un pintor que a cada paso se siente obligado a devolvernos en imagen al prócer que nos arrebató su abuelo. Como si él fuera descendiente de todos los que pelearon contra el bando de Martí. (Que desde hace 58 años estemos gobernados por los hijos de un soldado que combatió a nuestros abuelos "buenos" es, en cambio, una calamidad colectiva.) [Seguir leyendo]
3 comentarios:
Para mi de lo mejor del arte cubano en este momento. De esos tipos que desde ya te preguntas con qué se aparecerá después. Admirable. Muy bueno también tu texto Enrisco. Abrazo para ambos!
Excelente artículo. Me parece que el artista tiene muy buen dominio de la técnica y el estilo impresionista (que conste que de pintura no sé nada, simple apreciación visual de los ejemplos mostrados en DDC) pero si tengo la impresión de que algunos de los temas puedan ser refritos de “postales de relajo” circa 1900 cosa que no disminuye en nada la excelente factura.
cuando todas las vertientes (Florida y Morón) del arte de la cruelmente llamada posmodernidad devienen en oscuros callejones
sin salida alguna, se aprecia como frescos alisios, estas severas (Sarduy) instantáneas pornohistóricas. Algo asoma del gélido país de la siguaraya de Lorenzo Garcia Vega, más una criolla erótica en pespuntes de Georges Bataille...
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