viernes, 13 de junio de 2014

Chile 3, Australia 1

ILustración: Alen Lauzán


Chile entró en el partido que parecía que lo de Holanda con España iba a quedar un gesto cariñoso. Dos goles en quince minutos. A ese ritmo el juego terminaría 12 a 0 y con todo el equipo de Australia en la sala de espera del psicoanalista (porque tenían que aguardar a que los españoles terminaran con su terapia). Sin embargo tras los goles se apaciguaron y entraron en una fase rococó en la que para decidirse a disparar a puerta daban más vueltas que en un minuet o –para ajustarnos al contexto chileno- una cueca. Cahill, el delantero de las antípodas los devolvió a la realidad con su gol de cabeza: era un juego de fútbol y no un festival internacional de bailes folclóricos. Durante un buen rato no estuvo claro si los australianos empatarían con su fútbol más directo y menos destilado o los chilenos marcarían una distancia definitiva. Al final ocurrió lo último y no por casualidad. Sin ser sorpresa Chile ha dejado una de las impresiones más agradables de un torneo que recién empieza.

Ah, y es la primera reseña hasta ahora en que no he tenido que mencionar al árbitro, graciadió.

2 comentarios:

Miguel Iturralde dijo...

Muy certero tu comentario. Chile jugó un partido como se esperaba de ellos, están acoplados aunque tienen unas fallas que los dejan vulnerables a contra golpes y al juego aéreo, que Cahill aprovechó. Los australianos compensaron la falta de destreza con las ganas de jugar. Saludos.

Marcelo Salas Plana dijo...

Excelente serie de comentarios, concisos y bien humorados. Ya están siendo enviados a Cuba.

Saludos.