lunes, 23 de abril de 2012

"Iglesia y Estado en una Cuba cambiante" (con post data)


Hoy asistí a la conferencia que ofreció el Bildner Center de Nueva York con la presencia de Roberto Veiga, editor de la revista católica Espacio Laical. El título era “Church and State in Changing Cuba”. El mundo está cambiando, anunció el presentador Mauricio Font y ese mediodía nos íbamos a enterar cómo Cuba estaba formando parte de esos cambios. El comienzo de Veiga sin embargo no fue auspicioso. Empezó citando frases del “presidente Fidel Castro” y explicó que no había en el país nadie más capacitado para llevar adelante dichos cambios que “el presidente Raúl Castro” (aunque más adelante dijo que el impulso y eficacia del presidente se veían disminuidos por una serie de funcionarios seleccionados para las máximas instancias del Partido y el Estado que eran poco aptos y demasiado viejos. No obatante Veiga nunca se tomó el trabajo de aclarar que quien los había elegido era justamente la figura más capacitada para llevar a cabo estos cambios).

Veiga no negó en ningún momento la necesidad de cambios aunque no se extendió en decir cuáles debían ser estos. Repitió, eso sí, cómo creía que deberían realizarse tales cambios: con mucha lentitud y cautela. Y descartó por tanto la posibilidad e incluso la conveniencia inmediata de multipartidismo y elecciones libres, algo demasiado complejo para lo que en su opinión el país no está preparado. Veiga hablaba de la necesaria actitud conciliadora que debía adoptarse para realizar dichos cambios y su discurso en general estuvo trufado de términos como “perdón”, “reconciliación”, “entendimiento”. Pocas veces fue tajante y las que recuerdo fueron para afirmar (mientras movía la cabeza afirmativamente) que la mayoría del pueblo cubano estaba interesado en una solución de izquierda; que el gobierno cubano gozaba de legitimidad de acuerdo con una parte significativa del pueblo cubano; y que (mirando alrededor con los ojos abiertos como si esperara algún ataque sorpresivo) el pueblo cubano quería hacer dichos cambios sin ninguna injerencia exterior.  

Asistí a la conferencia esperando encontrar en el mejor de los casos el discurso de intelectual católico más o menos autónomo ofreciendo su visión del tema. O al menos un portavoz directo y fiel de la institución que da cobijo a la revista que dirige. En cualquier caso me sentí frustrado. Si no hubiesen existido un par de pantallas a ambos lados de la mesa en que estaba sentado el panelista mostrando el título de la conferencia podía creerse que se trataba de un funcionario del ministerio cubano de exteriores de talante más bien flexible explicando la política de su gobierno para los próximos años. Sólo el uso ocasional de la tercera persona para referirse al gobierno no contribuía a alimentar esa impresión. No fue hasta los minutos finales de su exposición que el editor se refirió al papel de la iglesia en esos cambios y lo definió como el de “facilitador” de un diálogo entre el gobierno y el resto del pueblo cubano. Afirmó varias veces –y en eso también fue enfático- que la iglesia no tenía la intención ni el deseo de convertirse en poder en Cuba aunque hizo la salvedad de que si la Historia (asumo que usó las mayúsculas) determinaba que la iglesia debía asumir una posición de poder quizás no le quedaría otro remedio que hacerlo.

También aclaró que la iglesia en sus funciones de facilitadora no asumía a priori ninguna posición política. La única posición de la iglesia era “metodológica” y dicha metodología excluye la actitud de enfrentamiento y el aplastamiento del contrario y no parecía caber dudas que quienes sostienen esa actitud pertenecen en su totalidad a la oposición. Sobre el futuro de Cuba mencionó dos posibilidades sobre las que dijo que la iglesia no tenía preferencias: o se operaban los sosegados cambios anunciados en su conferencia o existía el peligro que llegaran al poder unos tecnócratas neoliberales que destruyeran lo alcanzado hasta ahora. Aunque ahora que lo recuerdo mencionó otra amenaza que había escuchado de labios de alguna fuente de inteligencia centroamericana: que las pandillas de Centroamérica esperaban un cambio de régimen para apoderarse del país.

Llegado el turno de las preguntas mencioné el mérito de haber dado la conferencia sin mencionar términos conflictivos como “dictadura” para después preguntarle cómo era posible que se pudiera intermediar entre dos partes cuando se silenciaba y descaracterizaba a una de ellas. También se le cuestionó su afirmación sobre la legitimidad de un gobierno que no ha organizado elecciones libres en 53 años, se le recordó las represiones de las últimas semanas ante el silencio cómplice de la iglesia y que en un régimen democrático incluso los que están en minoría deben tener representación pública y respetárseles sus derechos. Veiga descartó el uso de un término como “dictadura” porque –y es comprensible su razonamiento- no se intenta dialogar con alguien usando términos ofensivos. Negó el silenciamiento de una de las partes poniendo como ejemplo que ha invitado a su espacio de debates a figuras de izquierda y derecha como Alfredo Guevara y Carlos Saladrigas. Dijo estar en contra de los actos de repudio aunque quedaba claro que en ese caso hablaba a título muy personal. Y dijo que en Cuba no se reprime tanto sino más bien se coarta a las personas de hacer ciertas actividades. También afirmó que la legitimidad de un gobierno no siempre pasaba por las urnas pero para mi sorpresa no llegó a mencionar la que otorga la voluntad divina.

Al terminar la discusión me marché enseguida porque pese a la moda de la reconciliación en esos sitios no suele abundar gente con la que quedarse a conversar. Ya entraba en el elevador cuando me interpeló un señor alto y canoso. Se presentó en inglés como profesor de Ciencias Políticas y amablemente me dijo que mi intervención le había parecido interesante. Que era verdad que en toda la conferencia no se había usado el término “dictadura” (ni siquiera, ahora que caigo en cuenta, para referirse, como lo hizo el moderador, a la que dominó a Brasil entre 1964 y 1985: le llamó “régimen de derechas de carácter autoritario”). Pero lo que le parecía todavía más curioso al profesor era que el conferencista no hubiese mencionado ni una sola vez la palabra “democracia”.

P.D.: Yo tenía la sospecha de que Roberto Veiga era pariente del secretario general de la CTC hace tres décadas atrás. Ahora un amigo me confirma que el antiguo secretario de la CTC es el padre del editor de Espacio Laical. Eso no tiene mayor importancia si nos atenemos al viejo y respetable principio de que los hijos no deben cargar con las responsabilidades de sus padres pero mi amigo añade el comentario y la imagen que incluyo abajo:

Te adjunto una cita del "Cuba Annual Report, 1986" de Radio Martí. Mira lo que dice el papá de Veiga en 1986 (adjunto).



Corrían por entonces los vientos de la perestroika y la glasnot.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Admirable tu estómago! Por casualidad, sólo tú hiciste las preguntas incómodas?

Anónimo dijo...

Si la iglesia es llamada a una posicion de poder..? Eso seria genial: que no daria yo por ver a Jaime vestida de Ayatola!

cubasno dijo...

Me quito el sombrero, el tupé, el peluquín y la tonsura frente a tu fortaleza visceral, qué estómago, qué hígado y qué riñones para espantarte a semejante alimaña y después incluso hacerle preguntas civilizadamente sin mencionarle cariñosamente a su mamá. Y encima tener la fuerza de resumir aquello para si alguno no se ha enterado de dónde está la iglesia cubiche. Lo tuyo si es vocación de servicio, qué Félix Varela ni qué Padre Olallo. Otra de éstas y te armo una comisión beatificadora en vida, más rápido que Wojtyla con Marcial Maciel.

Oscar Visiedo dijo...

Al igual que el Partido Comunista, ¿cómo puede una institución autoritaria por definición ayudar a construir una sociedad moderna y libre?

Enrisco dijo...

los de las preguntas incomodas fuimos dos. una profesora de New Jersey y yo (los que preguntaron fueron seis en total). las demas preguntas fueron sobre el perfil de la revista, la impresion de los catolicos cubanos de haber recibido dos visitas papales en 14 años no siendo un pais especialmente destacado por su catolicismo etc. y la verdad es que no fui a hacer preguntas incomodas. la verdad es que esperaba algo mas de sutileza y menos de partidismo.

Anónimo dijo...

Sin duda que palabras como perdon y reconciliacion son esenciales, sin duda que las urnas no son la unica forma de establecer la legitimidad de un gobierno, sin duda, incluso, que se debe parar la violencia verbal de ambas partes y buscar un discurso mas moderado para poder dialogar. Ahora bien, el perdon y la reconciliacion debe partir del reconocimiento a disentir y a expresar ese disenso. Las urnas no son suficientes para generar la legitimidad pero sin ellas, y esto tambien sin ninguna duda, todo es ilegitimo. La violencia verbal de las partes enfrentadas debe cesar pero es mucho mas urgente que cese la violencia fisica del gobierno cubano contra todo ciudadano que difiere de su credo y se atreve a manifestarse publicamente sobre ello. Gracias, Enrisco, por haber estado alli y por hacer preguntas "incomodas".

Anónimo dijo...

MS: yo también me quito el sombrero ante tu grado de civilización.
cómo se logra eso?, qué abstracción se haces?

Anónimo dijo...

Enrique:

Todo lo que cuentas es exactamente lo que esperaba que dijera Veiga en la conferencia (por eso no fui). De hecho, esperaba más, esperaba que también dijera que todas las personas que expresan ideas diferentes a las del gobierno (Yoani Sánchez, Dagoberto Valdés, OLPL, Gorki Águila, Antonio Rodiles, Oswaldo Payá, las Damas de Blanco y los otros), son los verdaderos culpables de que Raúl no pueda hacer sus reformas, pues "dan armas al enemigo", que en este caso son esos viejos cuadros del PCC que tienen tanto poder y que con tanto valor se oponen a Raúl. (Ese es el corolario habitual a las otras tesis que expuso Veiga.) Pensé avisarte para ahorrarte el mal rato... pero recordé entonces un evento reciente al que me invitaste, y decidí dejar que fueras a escuchar a Roberto Veiga para que se te cocinara el hígado por dos horas. Estamos en paz. Abrazo,

T

versioncorta dijo...

Los cubanos deberiamos poder ganarnos el respeto de la opinion publica, como han hecho otros pueblos recientemente con sus acciones valientes. De lo contrario seguiremos oyendo en cuanto foro aparezca las mismas voces, tantos ventrilucuos como tienen en La Habana!. Nadie va a levantar nuestras banderas por nosotros; presidentes, intelectuales y pontifices a lo mas que llegan es a hacer veladas alusiones. Apenas dos o tres paises (EEUU, Checoslovaquia) han sido verdaderamente consistentes a lo largo de los annos en denunciar al regimen cubano. Las maniobras arteras, los metodos mafiosos de Fidel Castro para intimidar a tantos fuera de Cuba no serian suficientes si nosotros hicieramos nuestra parte. But it is what it is...

Eduardo Mesa dijo...

Gracias Enrisco

Eduardo Mesa dijo...

Gracias

Güicho dijo...

Otro protagonista de alguna cinta sodomita en el archivo fílmico del G2. Nada, que lo tienen clavado y le toca hacer de papagayo rojinegro.

Tigre, pero esto de las maras puede ser emocionante:

Ante el vacío de poder, tras la abdicación de Mariela Castro y la histérica desbandada de su guardia de travestis pretorianas, la bárbara flota de la Mara Salvatrucha desembarca en Batabanó sin encontrar resistencia por parte de la unidad local de guardafronteras, cuyos efectivos son casi todos oriundos de Jiguaní y están menos interesados en morir en tierra ajena que Vicente García. Sin embargo, casi al mismo tiempo la Mara Barrio 18 ha tomado el Mariel y se prepara para la batalla por La Habana contra sus eternos rivales...

Patria, Pueblo y Libertad dijo...

Un magnífico artículo que evidencia lo que hay por delante y por detrás de esta maniobra bochornosa y mal orquestada entre la jerarquía de la Iglesia católica y el castrismo. Es como tirarse a una piscina de barrigas delante de gente que sabe nadar. Quizás solo se pueda atribuir esta poco inteligente forma de actuar a cierta desesperación ante las circunstancias. San José, Costa Rica

chacho dijo...

Barbaro Guicho , solo te falto poner de ministro de economia a el chapo guzmany al cartel de los zetas al frente de la lucha anti drogas .

Francisco Escobar dijo...

Este "superlaico" tiene el mismo nombre del antiguo capo de la CTC, no debe ser coincidencia. Con respecto al asunto de la tesis "metodologica" de la Iglesia partiendo de que la base teorica "marxista-leninista"se mantiene- ya que en Cuba el sistema socioeconomico no ha cambiado- nos conduce a un oximoron porque el unico fundamento teorico que puede dar base a una metodologia catolica es la doctrina social de la Iglesia y en una de sus enciclicas fundamentales se define al comunismo como "teologicamente perverso", es decir enemigo de Cristo y del dogma fundamental de la redencion..

Cheito dijo...

Lo jodio es que viene aqui y lo dice, asi,tan campante, con la misma tranquilidad con que le compra un Ipod en Radio shack a su pinguero en Cuba y se suena un NY steak con papas fritas.

Anónimo dijo...

Gracias Enrisco por dejar por tus preguntas,es necesario estar presente en esta nueva ola de publicidad neo-castrista raulista light que trata de favorecer lo que es indefendible y ademas que quiere hacernos olvidar y exculpar lo que ya no tiene perdon.