lunes, 12 de julio de 2021

Un domingo esclarecedor


Como es difícil exagerar la importancia de lo ocurrido ayer en Cuba exageremos pues, sin temor a equivocarnos. Acordemos que las protestas del 11 de julio de 2021 es el acontecimiento más sustancial ocurrido en la isla desde el 1ro de enero de 1959. Esta última fecha -recapitulemos- marcó el final de la dictadura batistiana y, al mismo tiempo el inicio de la subordinación absoluta de la voz del pueblo cubano a la del poder castrista. Este domingo, por primera vez desde hace 62 años, los cubanos han vuelto a escuchar su propia voz de manera masiva. No como parte de un grupo, partido, o gremio profesional, sino como nación. Y la trascendencia de algo así deja pequeña cualquier hipérbole.

Les recuerdo que hace apenas un mes nos asombrábamos cuando los gritos de unas decenas se hacían sentir en una calle habanera. Y lo impensable que nos parecía que se pudiera pasar de ahí. Que los gritos indignados de cientos de vecinos de San Antonio de los Baños hayan contagiado -internet mediante- a toda la isla en cuestión de minutos es un milagro que deberíamos acoger con el asombro y la humildad con que se asume lo sobrenatural. Lo natural hasta el domingo era la aparentemente infinita capacidad de aguante del cubano ante los continuos abusos del régimen. La falta de correspondencia en la isla entre injusticia e indignación, al menos pública. Tal parecía que el cubano solo era capaz de manifestarse masivamente en los eventos organizados por el mismo régimen que lo vejaba a diario, algo que los defensores de este último interpretaban como apoyo incondicional. La falta de reacción de los cubanos ante situaciones que en cualquier otro sitio hubiera llevado a la revuelta popular era tomada como la máxima prueba de la justicia del régimen bajo el que vivían.

El totalitarismo es, usemos la definición de la Lupe, puro teatro. Un teatro en el que la gente sufre y muere de verdad pero donde la apariencia siempre se interpone a la realidad. Ya sea tanto la apariencia de prosperidad o de dicha como la de armonía social u obediencia política. Pues toda la ilusión que creara por décadas ese teatro del absurdo fue destruida ayer domingo. No solo porque los cubanos abandonaron el papel de pueblo sumiso que hasta ahora parecían interpretar tan bien. O porque miles de nuestros compatriotas escucharon por primera vez a qué sonaba su voz en libertad. O porque descubrieran lo bien que suena esa libertad a coro y en plaza pública. También lo es porque ahora serán llamados mercenarios y vendidos como mismo otros han sido calumniados antes y comprobarán en carne propia la falsedad de las calumnias de rutina. Con todo y lo fotogénica que sea la imagen del carro de policía con la panza al aire y sus vencedores, embanderados, saltándole encima me quedo con las palabras. Quiero decir, con las consignas que miles corearon: desde el asombrado descubrimiento del “No tenemos miedo” hasta el esperanzado “Patria y vida” pasando por el viejo grito de “Libertad”. No parecía ser ese un pueblo que no sabe lo que quiere o siente. O que se conforma con llenarse la barriga y divertirse. Se sentía indignación, y mucha, pero también el deseo de un cambio profundo.

El mérito de este 11 de julio es, para mí, el de la claridad. Aclarar que el silencio de los cubanos no significaba aprobación o resignación sino miedo y que la repulsa al régimen está tan extendida como sospechábamos. A ese mismo pueblo por el que han hablado tantas veces, le viene bien pensar en voz alta por una vez en su vida, incluso a grito pelado, para conocerse mejor a sí mismo y entender mejor su fuerza. También el 11J permitirá entender mejor los límites de ese pueblo. Porque superado el aparentemente invencible obstáculo del miedo queda frente a sí uno mucho mayor: el del régimen que lo oprime. Ese régimen que ya no puede seguir con la pantomima de que representa la voluntad popular ahora que el pueblo le ha gritado en la cara que está harto. Pero también queda claro que no va a bastar que todo el país alce su voz cuando lo que tiene frente a sí una banda criminal bien armada, carente de escrúpulos y dispuesta a matar a cuantos hagan falta para mantenerse en el poder con el apoyo de sus aliados y la cobardía de la comunidad internacional. La primera víctima ha sido, como es de esperar, la verdad, con el régimen minimizando y tergiversando los acontecimientos de ayer. Pero -quede claro- no será la última. Debo aclarar que no creo que la libertad cubana esté a la vuelta de la esquina. No obstante el camino hacia ella parece mucho más definido de lo que nos parecía ese sábado en que el miedo cubano aparentaba ser inmortal.

9 comentarios:

Realpolitik dijo...

No es por gusto que el castrismo le quitó las armas al pueblo bien temprano, como cierto elemento quiere hacer en los EEUU. Mucho depende de lo que hagan o no hagan las fuerzas armadas del régimen, aparte de lo que les manden a hacer, que supongo será equivalente a matar como en China cuando lo de Tiananmen. Ya el "presidente" ha dicho oficialmente que la dictadura está dispuesta a todo para mantener el sistema "revolucionario," y a buen entendedor esas palabras son más que suficientes. Ayudaría la rápida y enérgica solidaridad del mundo que se presume decente, pero eso lo creo cuando lo vea. Siempre he pensado y dicho lo mismo: solamente los propios cubanos pueden sacar a Cuba del hueco, pues nadie ajeno lo hará por ellos. Quiera Dios que esto sea el principio del fin de la pesadilla, plaga y catástrofe totalitaria en Cuba.

Realpolitik dijo...

Por supuesto que Venezuela y Nicaragua han salido a la defensa de la dictadura cubana en esta situación, pero también lo ha hecho Méjico, en la voz de su miserable presidente--el cual culpa al "bloqueo." Los otros "latinos," que yo sepa, no han declarado solidaridad con el oprimido pueblo cubano que intenta liberarse, aunque a lo mejor algunos dirán alguito si es que llega a convenirles. Lo he dicho y lo repito: que nadie me ofenda ni me insulte con llamarme "latino," lo cual rechazo visceralmente.

Miguel Iturralde dijo...

Difícil superar la interpretación de los acontecimientos como lo has hecho aquí. Lo crítico que la gente ya no aguanta más y que la Revolución y los revolucionarios se queda en eso, en pandillas de matones y abusadores. Mi pregunta es, si las protestas se extienden, cómo asimilarán las ordenes de represión, ya no de un puñado sino de cientos y hasta miles, los dirigentes militares y policíacos de niveles medios, que después de todo, carecen como el resto del país. Saludos.

Anónimo dijo...

Cuando veo la foto de un cubano metido a la fuerza en un carro policial por dos sicarios mientras docenas de hombres simplemente observan sin intervenir para impedir el arresto de hecho aceptando el orden dictatorial y a sus agentes, veo que todavía hay mucho camino que recorrer y que queda todavía mucho reflejo condicionado por desmontar.
Quiero pensar que esto sea el comienzo del fin, pero no me ilusiono.

Anónimo dijo...

Hay que ver el ridículo tweet con el que se bajó Julie Chung del departamento de estado:
“Las protestas pacíficas están creciendo en Cuba a medida que el pueblo cubano ejerce su derecho de reunión pacífica para expresar su preocupación por el aumento de los casos/muertes por covid y la escasez de medicamentos. Encomiamos los numerosos esfuerzos del pueblo cubano movilizando donaciones para ayudar a los vecinos necesitados”.
(Peaceful protests are growing in Cuba as the Cuban people exercise their right o peaceful assembly to express concern about rising covid cases/deaths & medicine shortages. We commend the numerous efforts of the Cuban people mobilizing donations to help neighbors in need.)
El hincapié en que las causas son el covid es porque no se puede tocar la palabra “Socialismo” (si es para criticarlo) ni con el pétalo de una flor. Así están en USA.

Realpolitik dijo...

La portavoz del presidente de España y ministra de no se qué, aparentemente encarando a los medios con respecto a las protestas en Cuba, ha rechazado varias veces admitir que el gobierno cubano es una dictadura. Ha salido con evasiones como “Cuba no es una democracia,” supuestamente por razones de “prudencia.” Obviamente, la tipa responde a su jefe, Pedro Sánchez, o sea, esto no sorprende, pero no deja de ser despreciable. Si España, nuestra “madre,” no se presta a hacer mejor papel en este momento, ¿qué rayo se puede esperar de otros países? Ahí tienen a nuestros “hermanos latinos,” otros que bien bailan. Supongo que tendremos que conformarnos con el apoyo de gente totalmente ajena a Cuba, como Lituania, que nada nos debe pero tiene decencia y no es hipócrita. Vamos bien.

Alí Reyes dijo...

Hola Enrisco. Vengo del blog de MORGANA, que por cierto no escribió más desde hace como siete años. Pero bueno, entre sus seguidores te acabo de contactar.
Gracias por ponernos al tanto según tu perspectiva que, por cierto, es de los que sufren en carne porpia lo que pasa en la Isla así estén fuera de ella. No como los progres tarifados que hablan maravillas de la revolución cubana y leen De Monde en un cafetín de los parques Elíseos de París mientras se toman una taza de café con un croisam relleno de chocolate... ¡Cuánto me gustaría verlos en Cuba haciendo la cola de la tarjeta de racionamiento!
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Bueno mi hermano. Te estoy siguiendo desde el sur de Brasil

Ah... y al respecto de tu entrada, te voy a dejar algo acá que publiqué en el 2018

https://tigrero-literario.blogspot.com/2018/04/dictadores-de-izquierda-y-derecha-dos.html

ombre dijo...

Miseria humana: Josep Borrell, el reciente Ministro de Exteriores de España y ahora el nuevo Mogherini para la UE, ha declarado que las razones de la crisis en Cuba son Trump, los Estados Unidos y el “bloqueo.” Si el viejo fuera más repugnante, sería un charco de diarrea mezclada con vómito--pero no se trata solamente de Borrell, sino de España. Asco total.

Otro asco: La gente de Black Lives Matter, que no esconden su marxismo y ya se sabía eran pro-castristas, se han declarado a favor de la dictadura cubana en la crisis actual. Evidentemente, las vidas de negros cubanos no les importan—a no ser, supongo, que sean “revolucionarios.”

Itemp Journalism Project dijo...

Buenas señor Del Risco, mucho gusto por esta vía, soy Frank López Ballesteros, un periodista de investigación del Proyecto ITEMP de investigación (www.itempnews.org)

Deseo hablar con usted prontamente, si es posible. Este es mi correo. Le escribí igualmente en Facebook.
Mi correo es frlopezbll@gmail.com

Saludos