lunes, 2 de junio de 2008

La historia de hoy


Hace un par de semanas recibí una grata sorpresa. En una cadena de mensajes con que a todos nos bombardean a cada rato descubrí la dirección electrónica de un amigo del que hacía más de una década que no tenía noticias. Un buen amigo. Me puse en contacto con él y casi enseguida me respondió con el mismo entusiasmo con que le había escrito. Lo primero, lo usual: intercambiar fotos de la familia y un breve resumen de nuestras vidas desde el momento en que habíamos dejado de vernos. Él en Cuba tenía un buen trabajo que incluía el raro privilegio de tener acceso directo a Internet. Para evitarle problemas seguí escribiéndole desde otra dirección para no llamar la atención -sobre el “enrisco” que encabeza mi correo más conocido- a alguno de los revisores de correspondencia ajena que tanto abundan en la isla. En el transcurso del intercambio descubrimos que nuestros puntos en común no se reducían al pasado. Mi amigo también escribía así que pudimos sumergirnos sin mucho esfuerzo en un intercambio inocuo de lecturas, opiniones sobre literatura, música y cuanto tema humano o divino no tuviera que ver con ese asunto pedestre y sucio que los periodistas llaman “realidad cubana”. Simplemente disfrutábamos ese milagro sencillo de que nuestra vieja complicidad hubiese resistido tan bien al tiempo y la distancia. Y el precio de ahorrarme sarcasmos e ironías sobre “aquello” lo pagaba alegremente pues sentía que algo bastante más importante iba tomando forma. Hasta hoy. Respondiendo a un mensaje de mi amigo donde mencionaba el sitio -y las condiciones- en que vivía ahora le comenté cuánto apreciaba ese barrio a pesar de su fama terrible y que era una lástima que nadie hubiese movido un dedo por salvarlo de su creciente debacle. Un par de horas después recibí un correo de mi amigo. En él me informaba que escribía ese mensaje desde otra computadora. El último que me iba a poder escribir. Que le habían cortado su servicio de Internet permanentemente, a todas luces debido a mi “indiscreción”. No había una pizca de reproche en su mensaje, apenas el lamento de que se hubiera cortado la vía de comunicación entre nosotros dos. Ya le he escrito una larga y sentida disculpa por la indiscreción mía que le ha cerrado su comunicación con el mundo exterior. Ahora me queda desahogarme públicamente con las circunstancias que nos excede a nosotros dos, esas que aplastan derechos tan elementales como la comunicación y la privacidad de la correspondencia, esas que convierten a los adultos en menores de edad y lo distinto en enemigo; que reduce a los cubanos, en términos de comunicación, a una condición inferior a la de los de un prisionero en casi cualquier otra parte (ahí está la nutrida correspondencia de los Cinco Espías- Héroes para demostrarlo). Que no me creyera una palabra de los supuestos cambios que se están dando en mi país no me había preparado para aceptar con naturalidad que un profesional reconocido en su campo fuera despojado de una herramienta fundamental para su trabajo por el simple hecho de recibir un mensaje que contenía un comentario obvio e irrelevante. Es imposible conciliar cualquier discurso reconciliatorio con la rutina de la represión. O la supuesta eliminación de regulaciones absurdas con la perpetuación de un absurdo que engendra todos los demás. Sirva este ejemplo para refrescarle a los desmemoriados las continuas humillaciones que componen la vida de cubano en Cuba; que no hace falta ser disidente para que te vigilen y repriman; que la libertad es algo elemental no sólo se trata de elecciones o le concierne únicamente a los políticos. Y para recordarles a los que todavía creen en la posibilidad de los cambios dentro del sistema que el chicharrón nunca debe confundirse con la carne.

[Y como postdata este fragmento del Informe de la Comisión de Trabajo sobre Cultura y Sociedad del VII Congreso de la UNEAC que el caso que acabo de presentar no sólo contradice sino que hasta le confiere un giro perverso:]

Asistimos a una guerra promovida desde las nuevas tecnologías de la comunicación, la industria del entretenimiento y las estrategias de mercadeo, en la que el Socialismo ha perdido muchas batallas, principalmente por desarrollarlas en el escenario diseñado por el enemigo. Por empeñarse en combatir el contenido sin atender al medio transmisor del mensaje. Por no entender que en el proceso mismo de la transmisión de la información, y en la manera de organizarla, nos van diseñando un escenario en el que solo tendríamos, en el mejor de los casos, la posibilidad de alcanzar una "subalternidad" decorosa.

Prohibir el acceso a estas opciones, además de que no pasaría de ser un "gesto vacío", solo incrementaría su atractivo, sin prepararnos para una interacción adecuada con los canales a través de los cuales se procesa y distribuye la información en el mundo. Por otra parte, desechar el caudal de información que las tecnologías actuales ponen a nuestra disposición, equivaldría a un salto atrás en el tiempo y nos colocaría fuera de la realidad.

15 comentarios:

Bauta dijo...

Lo que mas pesa es la responsabilidad que se siente por el involuntario perjuicio al amigo, claro.

Pero lo que realmente encabrona es saber que a pesar de haber logrado sacudirnos la bota de encima todavía nos quedan espacios donde nos vemos obligados hasta a escribir en susurros y señas para no lastimar al amigo que todavía vive con el machete de Damocles colgando cerca del pescuezo.
Una puerca circunstancia.

Anónimo dijo...

Es una circunstancia de mierda la que imponen estos HP a nuestros seres queridos. Realmente lo sienro por ti y por tu amigo. Y una vez mas escupo con rabia sobre la inmundicia de esta gente que perversamente ha desgraciado a estas alturas a 50 años de nuestra Historia. Para los que lo defienden: La Historia YA no lo absolvio, por si le quedan dudas. de su miserable figura solo se acordaran de un viejo ridiculo en ropa deportiva que se esfumo del aire y no pudo dar la cara en su momentoo final, conun funeral de noche y a escondidas. No, no se lo esperaba. Pero se lo merece
Saludos desde TX

Jorge Salcedo dijo...

Estos compañeros te harán pagar caro cualquier afecto que hayas dejado puesto allá. No sólo la familia y los amigos. Cualquier sentimiento es un rehén potencial y una mina a explotar. ¿Amas? Paga. ¿Extrañas? Paga. Con el silencio o con moneda dura. Pero no te olvides de pagar. Alguien podría salir lastimado…

Anónimo dijo...

Por eso no le escribo a nadie alla. Hay que aguantarse las ganas. Ya habra tiempo de sobra para ponernos al dia. El espia de Ichi.

Enrisco dijo...

si salcedo, y eso es lo que me jode: que quien salio lastimado fue otro, otro que con solo comunicarse conmigo se estaba arriesgando y fue tan decente que ni parecia darle importancia. porque ahora que releo me doy cuenta que no fue nada de lo que dije. comunicarnos, ese fue el delito. y ante eso -te doy toda la razon- la unica opcion es el silencio.

Anónimo dijo...

No, por favor, silencio no. “¿Hay alguien ahí?”.
Brother, yo prefiero tu amistad. Cada cual es responsable de sus actos.
Te quiero mucho, hermano, pero me debes esa musiquita -reyes del 73, no te hagas el locoSinTiempo. Opción Pando (1Gb).
Ah, increíble, el otro día vi, en una tienda de uso, un disco, una placa, el LP de Manolo del Valle. Qué pintas…
“No renunciaré…”
Un abrazo, consortón. Tu amigo ya encontrará otra manera de comunicarse contigo, eso te lo aseguro. De eso se trata, de no parar nunca de comunicarse.
Cojones, “¿Hay alguien ahí?", qué no vendo un cuadro.
Ok, otra pastillita.
Y para que no quede duda alguna:
Raúl Ciro Hernández Gómez.
Calle Campanario 13, bloque 1, 2ºB. Cájar. Granada. España. CP 18199.
34 636275078, ó, 958 302412.
Avenida 41 # 7011, altos, entre 70 y 72. Playa. Ciudad de la Habana. Cuba.
537 2059816. (Preguntar por... Gladys, mi Señora Madre, pero con respeto. Cuidado)
Hasta otra vez, man.

Jorge Salcedo dijo...

Raúl tiene razón, cada cual es responsable de sus actos. Desgraciadamente, eso no alivia mucho la desazón que uno siente aquí cuando a alguien querido, allá, le pasan la factura por mantener el vínculo contigo. En el post anterior de Enrisco sobre las remesas, César Reynel Aguilera decía: "tantas como hagan falta, y tan pocas como sea posible!" Yo creo que eso también se puede aplicar al contacto con los seres queridos. Que cada cual encuentre su justo balance.

Anónimo dijo...

miren este poema empingao sobre la ausencia y esa responsabilidad de que hablan:

Habana

Le debo una excusa a esta ciudad
por tratarla de puta,
por relacionar mis fracasos
con sus grietas y sus marcas,
por pensar en doble sentido
todas sus calles
aún aquellas que sólo apuntan hacia el horizonte.
Le debo una disculpa a esta ciudad
por recordarla más bella,
por olvidar sus ruinas y las cábalas miopes
que alienaron mis sueños de juventud
a las promesas de un futuro inexistente.
Le debo una excusa a esta ciudad
por identificar sus barrios con mis muertos
por aquello de las pertenencias y el insomnio
por tenerle a cada esquina un sin-número de dolor
aún ahora,
después que el exilio me ha hecho un extraño.
Le pido una disculpa a la Habana
desde sus portales por darle al pasado una cara tangible
y no ese oscuro lugar de lo que nos pasa y se aglomera;
por tener que nombrar avenidas
con el nombre de las mujeres que amé
no por simple erudición cartográfica
sino por el maldito tiempo
que alimenta a mi mala memoria.
Le debo una disculpa a la Habana
aunque las veces que la he soñado
me haya parecido brutalmente ajena
y ya sé que eso no se perdona.

Jorge Salcedo dijo...

"Por pensar en doble sentido/todas sus calles"… A mí me gusta eso. Y todavía hay quien se queja de los anónimos…

Anónimo dijo...

Tu sabes que eso es mentira

Anónimo dijo...

Enrisco, si te consuela, piensa que a mí me ocurrió algo más doloroso: un amigo y colega brillante, bien informado, honrado, leal, vaya, entimbalado... me señaló desde Cuba algo como "haber escogido caminos oscuros" debido a la influencia de la prensa y el exilio de Miami. Lo jodido en este caso es que yo sé que esas frases fueron para las gradas, por si acaso alguien leía el email, porque en una conversación cara a cara él no me hubiera podido decir eso. Es una pena. Duele tanto que pienso lo mejor es no tomar el asunto en serio, dejarlo pasar...

Anónimo dijo...

Todos estos testimonios son la evidencia del dolor y la injusticia a que estamos sometidos: ellos y nosotros, todos donde quiera que estemos. Tantos corazones no pueden estar equivocados, persistan porque el mundo va a cambiar y Cuba también

Anónimo dijo...

Enrique,

es un poco tarde para este comentario pero voy a hacerlo de todas formas. No me quedó claro si alguien le dijo a tu amigo que el corte del servicio era a causa de la comunicación contigo o si fue una conclusión que tú o él sacaron. Normalmente yo sacaría la misma conclusión pero esta vez creo que pueda ser otra cosa.
Esta semana mi hermana (en Cuba) me escribió para decir que quitarían el servicio de e-mail internacional en su trabajo. Fue casi el mismo día que tú escribiste tu nota y mi hermana se acababa de enterar. Eso me dió a sospechar que sea la misma cosa, que sea una medida general de quitar el servicio de internet en varios lugares y que no tenga nada que ver con la correspondecia tuya con tu amigo.
Por supuesto que si es una cosa general es también una tragedia, por lo que significa para la comunicación entre tú y tu amigo, entre mí y mi hermana y entre un montón de otras gentes; pero quizás te sirva de cierto consuelo saber que nadie estaba castigando a tu amigo y que no fue ningún comentario tuyo el que le costó la conexión a internet. Probablemente fue la mariconá cotidiana de vivir en Cuba y que nos afecta también a los que no vivimos allá.

Enrisco dijo...

el problema es que a mi socio ya le habian hecho una advertencia la semana anterior. en el ultimo mensaje no me dijo explicitamente cuales fueron las razones del corte, creo que para que no me sintiera culpable, pero si esa era su intencion me hubiera comentado que el corte era para todos en su trabajo y no solo para el. siempre trato de buscar la explicacion menos tremebumda pero en este caso no me quedaban muchas opciones.

Anónimo dijo...

Enrisco, amigo, hoy por casualidad encontre su blog y lo lei. Quizas este comentario sea algo tardio y quizas ni se entere al estar casi a finales de junio, pero quiero decirle que no se sienta culpable. Mi correspondencia con mi familia, mi hermano, en Cuba se corto de la misma manera: recibiendo un correo de mi hermano desde otro servidor en respuesta al ultimo mio y explicandome lo mismo que su amigo le dijo a ud. Nosotros, mi hermano y yo, como dijo "Bauta" en su comentario hablabamos en susurros y casi en contrasennas, pero ni eso le basto a la censura del gobierno cubano.
A dos o tres personas a mi alrededor, que no se si aun estan enojadas conmigo cuando la euforia de los "cambios" en nuestro pais, tambien les dije que en Cuba esos "cambios" no son creibles ni significan nada, sino se respeta la libertad en toda su expresion en donde entra el poder comunicar aunque sea con un miembro de la familia o con un amigo, en su caso.
Reciba un abrazo de Bantu 46