sábado, 20 de octubre de 2007

Otra sobre Victoria

Raul Rivero, desde las paginas de El Mundo repasa la vida del escritor Carlos Victoria.

Como Carlos Victoria era un especialista en soledades, exclusiones y olvidos no le tenía mucho miedo a la muerte, que es, como se sabe, todo eso y mucho más. De manera que esta semana cuando ella lo fue a buscar a un hospital de Miami, ya Carlos se había dormido.

Tenía 57 años y una obra narrativa que crecía todos los días porque a él lo único que le interesaba en esta vida -estoy seguro que también en las otras- era escribir. Escribir con esa prosa estricta, sin arrebol, dura y en la parentela del periodismo, el oficio que ejercía con nocturnidad para tener con que protegerse de la pobreza, otro fantasma que lo perseguía.

Ahora acaba de inscribir su apellido en el directorio de los escritores y artistas que han tenido que salir a morirse lejos de su país. Sus amigos de todo el mundo, sus compañeros de generación y los críticos recuerdan la secuencia de sus libros: Las sombras en la playa, El resbaloso y otros cuentos, Puente en la oscuridad, La travesía secreta (seleccionado mejor libro extranjero en Francia en 2001), La ruta del mago y El salón del ciego.

Ese trabajo y una novela inconclusa, Cuando mi nombre era Pablo, cierra el tiempo creativo de uno de los más importante narradores de Cuba. Aunque ninguno de sus libros se haya publicado en la isla y los funcionarios y escritores oficiales escondan sus historias y pasen a otro tema. Mucho más a partir de este otoño porque están sin defensa ante Carlos Victoria que vuelve de vencer a la materia.
La guerra comenzó contra un niño. Carlos tenía 21 años en 1971 y fue depurado (expulsado) de la Universidad de La Habana acusado de «diversionismo ideológico».
Regresó entonces a su ciudad natal, Camagüey. Allí se dedicó a escribir, como siempre, y a defenderse de la miseria hasta que, en 1978, fue arrestado por el Departamento de Seguridad del Estado (policía política) y le confiscaron todos sus manuscritos.

Perseguido, acusado de contrarrevolucionario y de homosexual, sin trabajo y sin poder publicar sus libros, Carlos Victoria salió de Cuba en 1980, cuando el éxodo del puerto del Mariel (al noroeste de La Habana), que sacó del país a un grupo de intelectuales y artistas -Reynaldo Arenas fue otro de esos viajeros- y, en general, a unos 125.000 cubanos.

El escritor recordó después aquel episodio: «Cuando ocurrió el Mariel yo vivía como si la vida no valiera nada. Me habían dicho durante tanto tiempo que yo no valía nada, que al negar aquello que se llamaba la patria, el socialismo o la revolución (o cualquiera de esos tantos nombres) yo negaba mi condición humana, mi dignidad, mi vocación de escritor, que a la larga comencé a creer que nada valía nada, ni esos nombres, ni esa isla, ni yo».

Carlos Victoria reconstruyó su vida en el exilio. Silencioso, discreto, lleno de generosidad. Vivía, sin embargo, un poco apartado del ruido de la ciudad y de la efervescencia de los amigos porque creía que el tiempo para escribir era su única fortuna.

Los voy a dejar con unas líneas de su relato de las horas finales de su salida de Cuba. Es decir, sus recuerdos de la primera vez que murió. Aquí están: «Recuerdo como una neblina los actos de repudio, con las golpizas y los escupitajos. Mi madre recibió uno en la mejilla. Recuerdo centenares de barcos, enormes multitudes. Recuerdo la costa de la isla, ese instante de dolor y alivio cuando uno dice adiós a una pasión que llegó a consumirte. El que no haya sufrido por un amor que se volvió tortura y del que hay que escapar si es necesario muerto, no sabe de qué hablo».

9 comentarios:

Anónimo dijo...

de persecusiones rivero debe saber , primero fue casi el perseguidor en jefe, luego fue perseguido por el jefe, ahora vive de haber sido perseguido, de tratar que olviden su etapa de perseguidor y de escribir sobre los perseguidos.

Anónimo dijo...

good anónimo... justicia a quien justicia merece.

Enrisco dijo...

Hay gente -coroneles de la seguridad, por ejemplo- que con cruzar el estrecho de la florida ya tienen. Raul Rivero fue a la carcel, la aguanto sin rajarse (a Padilla, les recuerdo, hubo que darle para que se callara) y recuerda a los presos en Espana donde eso no hace mucha gracia. Cual es el problema con eso?

analista dijo...

Enrisco

el problema es que la mayoría de los cubanos que viven dispersados por el mundo nunca fueron cubanos, sino cayeron ahí desde otra galaxia viajando por los contornos del tiempo. Porque los que se fueron a principio del años sesenta, que no vivieron su etapa "revolucionaria" son una minoría y dentro de esa minoría a la mayoría les importa un bledo Cuba. Pero al coronel de la DSE, al General, al agente Otto, al ayudante de Raúl, y otros verdaderos camajanes cuya única ideología es la económica, le hacen la fiesta en los programas televisivos. Y seguro que a ninguno de ellos los pasaron por las baquetas de la cárcel.

Anónimo dijo...

yo no es que me muera de entusiasmo por rivero ni por sus escritos, y conozco de él dos o tres anécdotas de horror y misterio de los días neblinosos y tristes del quinquenio gris mierda, pero eso fue ya tres décadas, y caer preso en cuba es más de lo que muchos de nosotros haríamos para purgar esos pecados. concuerdo con los otros panelistas en que los compatriotas no pecan de sistemáticos a la hora de cogérsela con los excastristas, porque me consta que en muchos hogares de miami donde no se halla un libro ni de cocina tienen por ahí tirado sweet cuban warriors, más vomitivo que la ipecacuana, y hace poco las multitudes aclamaron en miami a monsieurs les orishas, que siguen teniendo en su página web una entrevista donde uno de ellos se declaraba ferviente fidelista en fulas francos(yo, tú, él?). "Cuando se hace crítica social siempre se tiene un vínculo con la política, pero en ningún momento nosotros queremos encasillarnos como un grupo de protesta o anticastrista. Nosotros somos procastristas, somos un grupo procastrista. Nosotros estamos de acuerdo, porque todo el mundo sabe lo que pasaba en Cuba hace cuarenta años, y ahora podemos decir que desde hace cuarenta años Cuba es de nosotros. Antes lo que había eran gobiernos títeres."
lo que sí es cierto es que rivero, hasta donde sé y no sé mucho, ha evitado hacerse la autocrítica de sus años grises, cuando seguro él repudiaba activamente.

Anónimo dijo...

Enrisco,

cuando me refiero a perseguidor , no me refiero a victimas como Padilla, o Virgilio Pinera (por poner un ejemplo entre muchos) quien tambien hizo su cartica delatora en algun momento, u otros que por temor circunstancial no pudieron en un momento con la maquinaria que hacian funcionar en diferentes momentos por ejemplo Pavon, Jesus Diaz (por poner un ejemplo entre muchos) o Rivero, sabemos que ellos solo fueron soldados del maquinador en jefe.

por supuesto que rivero en un momento stoped and jugo un rol civico que no todos estan dispuestos a encarar.

creo que un aporte valioso seria un analisis de como funciona la maquinaria, el por que algunas personas son parte de ellas, como sicologicamente adaptan su conciencia para revatilizar la vida humana por debajo de los deseos del maquinador en jefe y en un momento decidir ellos a quien joderle la vida, sabiendo incluso que los jodidos en muchos casos son unos idealistas e ingenuos y creen en que la robulucion es una revolucion.
por supuesto la carcel en cuba es un precio que pocos estan dispuestos a pagar.

pero seria interesante el punto de vista de los carceleros (ex). ellos saben como funciona la cosa, y mas alla de denunciar ellos podrian esclarecer el porque de eso.

un exborracho puede ayudar mejor a un alcholico a dejar el vicio que uno que nunca lo fue, y asi por ejemplo un exadicto en lo que sea pueda ayudar a los adictos actuales.

Enrisco dijo...

Algo de confesion (poetica) hay en su poema "Preguntas" donde justamente se pregunta:

"Por qué, Adelaida, me tengo que morir
en esta selva
donde yo mismo alimenté
las fieras
donde puedo escuchar hasta mi voz
en el horrendo concierto de la calle."
Y hay una cosa a tener en cuenta: aquello ha durado demasiado, el tiempo suficiente para pasar de perseguidores a perseguidos y viceversa. Confieso que yo que no fui perseguidor pero tampoco demasiado perseguido los que mas me incomodan son esa faccion de los "viceversa" y no por conveniencia politica. Aceptar migajas de los que una vez te persiguieron es algo que por temperamento (soy escorpion) le queda bastante mas lejos a mi comprension.
En estos casos siempre recuerdo a Danny Devito en la pelicula "The Big Kahuna" cuando le explica a otro personaje lo que significa tener caracter:
"I'm saying you've already done plenty of things to regret, you just don't know what they are. It's when you discover them, when you see the folly in something you've done, and you wish that you had it do over, but you know you can't, because it's too late. So you pick that thing up, and carry it with you to remind you that life goes on, the world will spin without you, you really don't matter in the end. Then you will gain character, because honesty will reach out from inside and tattoo itself across your face."

Anónimo dijo...

Enrisco en esto no coincidimos.

Creo que es comprensible el cansancio de los heroes, (no me refiero a la seccion de Silvio o Amaury, here) , que se cansaron de viajar en botella y tomando de mala botella, pa viajar ahora en guagua con airea condicionado y tener su girita afuera de feria en feria y algun que otro Lasa (siguiendo con los mismos temas en privado). esos no danaron a nadie ni antes , ni ahora, es interesante como en aquel entonces eran perseguidos por "gusanos" y ahora muchos de aquellos fianas (ahora del lado oscuro del corazon de aca) los siguen censurando porque los consideran "oficialistas" . nada que unos nacieron para perseguir y otros para perseguidores (con una amplia gama intermedia , por supuesto)

tenemos pocos heroes vitalicios o martires en vida, pero prefiero no comentar de ellos,pa no joderles mas la vida de la que tienen, con tanto perseguidor alla y aca.

Anónimo dijo...

El gran drama de los intelectuales cubanos en el exilio, es que muy pocos tiene la camisa completamente limpia (Los que se quedaron en Cuba la tienen renegra). Hace poco un amigo me envío un artículo de Raúl Rivero de cuando era todavía reconocido en Cuba, donde criticaba el libro de un colega que era para vomitar. Así pasaba tambien con el gran Jesús Díaz, con aquella famosa cita sobre Cabrera Infante, o Norberto Fuentes, o Alcibiades Hidalgo y un largo etcétera que confirman la teoría del tejado de vidrio.

Sin embargo, para ser cínico, o mejor dicho, resignado, si es por la causa...