En Cuba, claro, hay libertad. De unos para viajar a donde les plazca con los gastos pagos por el estado. De otros para comprar carros sin sobresaltos o fundar restaurantes y estudios de grabación. Incluso existe la libertad de decir que en el país existen problemas alimentarios siempre que se sea el presidente del país. También está la libertad de repetir que Cuba es el mejor de los mundos posibles. Pero eso son privilegios sólo al alcance de unos pocos o la repetición de muchos de las convicciones de esos pocos. Eso es privilegio. Hablamos de derechos. De que prosperar al margen del gobierno no sea necesariamente ilícito o decir una verdad incómoda –sea el presidente o el borracho de la esquina- no constituya delito. Simplemente un derecho. Así de sencillo.
2 comentarios:
Tan bien dicho como el primer "free pánfilo", fuera de sincronía de Boris. Así se habla, coño (perdón). Gracias.
Un abrazo.
Muy bueno, Enrique, no hemos hablado nunca, pero me lo llevo para colocarlo en mi blog, me parece fantástico, hay tantas tergiversaciones con esto de la campaña, que ya no se sabe quién es amigo y cuál enemigo. Yo me sumé, pero luego me resté igualito, debido a que decían que detrás de este lío estaba Busto, y porque lo conozco, imagínate, desde niñito, en los talleres literarios infantiles, pues por eso, después de tantas situaciones disímiles, no creo que sea honesto en una campaña como Jama y Libertad. De todos modos, cada cual tiene la oportunidad de mostrar su inocencia, hasta que se demuestre lo contrario, o no estamos en los Estados Unidos? Un saludo, Josán Caballero.
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