Las preocupaciones de Virulo

En Juventud Rebelde una curiosa entrevista al humorista Virulo a quien se le nota muy preocupado. Por un lado opina que el gran defecto de los humoristas en Cuba es que “se han quedado tan enganchados en la cotidianidad, en lo inmediato de los problemas nacionales, que han dejado en muchos casos de ser una expresión artística”. Una declaración interesante de quien se hizo famoso en Cuba por atreverse a criticar los taxis. Reconoce que lo que más le “preocupa es que el humor se convierta en una maquinaria de denuncia, de confrontación, de crítica, y deje de ser una historia”.
Por otro lado no deja que inquietarle que en Cuba “la gente que tiene más dinero es, a veces, la de menor nivel cultural, la más marginal”. Y como no puede faltar cuando algún intelectual cubano quiere levantar su voz en público la emprende con el reguetón:

«Ejemplo básico es el reguetón, contra el que no tengo nada como ritmo —tengo uno incluido en el espectáculo—, pero es una manifestación muy marginal, y ocurre algo extraño: muchas veces los marginales son los que tienen dinero para gastar CUC en un lugar equis, y llenarlo para oír manifestaciones de ese corte.
«Luego, la falta de clase en definir qué es lo positivo y lo negativo en la cultura trae una confusión horrible, en la que, de repente, esas expresiones se convierten en las más importantes para mucha gente, porque son los artistas que mejor viven, los que más cobran, los que ostentan, como hacen todos los marginales, con el carro y el no sé qué, y en fin, con una vida que a lo mejor otros quisieran llevar.
«En un país donde se supone que a través de 50 años se ha hecho crecer el nivel cultural de la población, esas manifestaciones son incompatibles y absurdas».

Definitivamente el gran problema que hay en Cuba es el reguetón: ¡Cómetelo Pánfilo!