Según Ichikawa, la de arriba es una caricatura atrevida. Sería una gran sorpresa porque el último atrevimiento de Tomy del que se tiene constancia fue haber venido al mundo. Luego de eso, obediencia mansa y estricta. Salvando las distancias (siderales) recuerda el caso de Velásquez, pintando Las Meninas como una especie de invitación al rey para que posase para él. Velásquez pintó al rey en el espejo convexo que se ve al fondo de su cuadro más famoso y Tomy nos entrega el borde la manga del mono deportivo y una mano demasiado atlética para ser la de un señor de 82 años. Cumple así con el estricto código castrista –curiosamente similar al musulmán- de no representar al Líder en imágenes pintadas a mano. (En cambio todos estos años han empapelado el país con sus fotografías: como si Su imagen sólo pudiera ser confiada a la objetividad del mecanismo de las cámaras; como si pasar por el filtro de las intenciones o la habilidad del artista entrañara automáticamente algún peligro). No creo en el atrevimiento de Tomy, ese oxímoron. Eso está mandado a hacer (no es posible pensar en otra cosa) para decir en imágenes lo que ya se ha dicho por otras vías: que el Octogenario ha vuelto a asumir el mando. Que la renuncia del año pasado ha sido –de facto- revocada. Pero así y todo entiendo por qué al Ichi le parece atrevida: la adulación cuando sobrepasa ciertos límites de indecencia empieza a parecerse al atrevimiento.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
sábado, 2 de mayo de 2009
Atrevimiento
Según Ichikawa, la de arriba es una caricatura atrevida. Sería una gran sorpresa porque el último atrevimiento de Tomy del que se tiene constancia fue haber venido al mundo. Luego de eso, obediencia mansa y estricta. Salvando las distancias (siderales) recuerda el caso de Velásquez, pintando Las Meninas como una especie de invitación al rey para que posase para él. Velásquez pintó al rey en el espejo convexo que se ve al fondo de su cuadro más famoso y Tomy nos entrega el borde la manga del mono deportivo y una mano demasiado atlética para ser la de un señor de 82 años. Cumple así con el estricto código castrista –curiosamente similar al musulmán- de no representar al Líder en imágenes pintadas a mano. (En cambio todos estos años han empapelado el país con sus fotografías: como si Su imagen sólo pudiera ser confiada a la objetividad del mecanismo de las cámaras; como si pasar por el filtro de las intenciones o la habilidad del artista entrañara automáticamente algún peligro). No creo en el atrevimiento de Tomy, ese oxímoron. Eso está mandado a hacer (no es posible pensar en otra cosa) para decir en imágenes lo que ya se ha dicho por otras vías: que el Octogenario ha vuelto a asumir el mando. Que la renuncia del año pasado ha sido –de facto- revocada. Pero así y todo entiendo por qué al Ichi le parece atrevida: la adulación cuando sobrepasa ciertos límites de indecencia empieza a parecerse al atrevimiento.
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7 comentarios:
amén.
amen
Ichi-men
men
Lo que pasa es que hay que invertir la imagen. Las vueltas del cordón del teléfono repiten el numero del diablo (666 o 616, en cualquier caso 6 es lo que sobra, ¡solavaya!) La verdad, ¡admiro la sutileza de Tomy! ¡Lástima que haya que pasar tanto trabajo para darse cuenta!
Yo veo mas de 6 vueltas...que dices?!
Carmen
Es tan buen caricaturista que me dan ganas de llorar...
Tomy de la Nuez?
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