domingo, 4 de marzo de 2012

Dilema 2012: Heredia, del Monte o el Himno del Poeta Residente en el Exterior

Las cosas por su orden. Primero el compañero Padura* residente en la siempre fiel isla de Cuba participa con otros dos más en un panel en el que se habla de la posibilidad de que los escritores exiliados viajen a la isla o hasta publiquen allá. Desde el exilio varios escritores responden cada cual en sus propios términos pero con razones que vienen a ser una sola: ven improcedente la invitación a regresar aunque sea de visita porque la razón por la que pusieron mar u océanos por medio conserva plena vigencia. Pero Padura, en lugar de reprocharles sus remilgos hacia la exquisitez de una dictadura con solera de más de medio siglo, los acusa de envidiosos del éxito ajeno (podemos sospechar legítimamente que se refiere al éxito del escritor Padura) y de andar a la “búsqueda de protagonismo y hasta de soñadas dosis de poder”. (Esto de un escritor acusando a otro de buscar protagonismo no deja de resultarme divertido: si lo que les molesta es el protagonismo ¿por qué en primer lugar no se buscaron una profesión más inclinada a la humildad? Rellenador de fosforeras o forrador de botones, por ejemplo, que además de humildes tienen la ventaja de hasta ser legales en la isla en cuestión).

Lo realmente interesante en la carta del compañero Padura es su mención a un incidente ocurrido hace casi dos siglos entre el crítico y promotor cultural Domingo del Monte y el poeta José María Heredia. Heredia, “desterrado en México por sus ideas independentistas, pidió un permiso a las autoridades coloniales para realizar la que sería su última visita a Cuba, deseoso de ver a su madre antes de morir” y del Monte, residente en la isla, le afeó la conducta por haber escrito una carta que le pareció servil. Padura insinúa que él es algo así como un Heredia policiaco aferrado al carapacho de la Mantilla de sus amores mientras que los que han rechazado la invitación serían del Montes que por vueltas que da la historia se han quedado en la parte de afuera de la isla. La insinuación llega un tilín más lejos y tal parece que sus contradictores se las han arreglado para delatar la conspiración de la Escalera hacia 1844. La maldad no conoce límites, ni siquiera los que impone la irreversibilidad del tiempo.

Pero si se quiere que el ejemplo que propone el compañero Padura tenga validez en estos días debería hacérsele ciertos ajustes. Primero, por muchos esfuerzos que haga nuestro querido Padura no hay manera que le sirva el traje de Heredia: ni por su empeño en aferrarse a su residencia en Mantilla (un detalle que en mi opinión lo enaltece, al menos en su capacidad de encontrar alquileres bajos) ni por un éxito editorial que supera en mucho al que tuvo en vida el autor de la “Oda al Niágara”. Padura, compañero o escritor, deberá reconocer que en sus circunstancias geográficas y políticas anda más cerca del Domingo del Monte de 1836 que de Heredia. Es sin embargo un del Monte que ha optado por no recriminar a los desterrados de este mundo que visiten su país ya sea para ver a su madre moribunda o presentar una edición de su último libro sino que en cambio los insta a hacerlo. (Si cursa la invitación a nombre propio o en el del capitán general de la isla ya es otra discusión).

Si adoptamos una visión circular y budista de la vida y no toscamente anclada en la Historia y la Política, entenderemos que esa actitud indulgente en verdad honra al autor de la “Oda a Párraga”, nuestro estimado Padura. Pero también habrá que aceptar que si los tristes colegas de Heredia que andan regados por medio mundo se niegan a transformar el “Himno del Desterrado” en el “Himno del Poeta Residente en el Exterior” acusarlos de profesionales del odio o jornaleros de la envidia es una banalidad y un  exceso. Un exceso y una banalidad que calumnian los esfuerzos de Padura por dominar el arte de la reconciliación, arte más complejo –y menos rentable- que el de producir libros como “La novela de mi vida”.  

*Puede confundírsele con el escritor Padura sin demasiados riesgos: en la mayor parte de los párrafos escriben con idéntico estilo.

9 comentarios:

Jaime Blas dijo...

Sube el telón.
Heredia pide permiso para regresar a Cuba.
Baja el telón.

Sube el telón.
Heredia, reencarnado en Padura, pide permiso para "dialogar".
Baja el telón.

Sube el telón.
Autoridades del gobierno conceden los permisos.
Baja el telón.

¿Cómo se llama la obra?
El hombre que ama ser perro

Armando Tejuca dijo...

No va a existir entendimiento hasta que muchos (la mayoría residentes en la isla pero también fuera de la isla) entiendan que la cultura cubana debe ser espontanea, sin UNEAC y sin ministerios. Mientras la mayoría de los artistas nuestros crean que los ministerios de cultura resuelven el problema del apadrinamiento y la manutención de proyectos, ediciones o puestas en escena existirán estas proposiciones aberrantes que formulan desde la habana y muchas veces desde fuera de cuba. Ese infantil y mediocre perdón o entendimiento que está condicionado desde la silla en la que se sientan los voceros esta de mas, no es necesario.
Por otro lado… que buenas letras estas de Reynaldo, hace mucho no leía algo tan bien escrito. No hay palabra ahí que sobre.

Néstor Aragón dijo...

Enrique, comparto tu opinion sobre este incidente. Solo queria aclarar, para ser justos con el companero Padura, que no vive en Mantilla por lo bajo del alquier, si no que tiene casa propia.
un abrazo, N

Enrisco dijo...

gracias Nestor. Y claro, era una broma lo del alquiler. lo que no es broma es el impacto que causa salir de Cuba y ver cuanto cuesta un alquiler. tanto que hay quienes deciden volver a la plantacion con tal de que les paguen sueldos de afuera.

Enrisco dijo...

gracias Nestor. Y claro, era una broma lo del alquiler. lo que no es broma es el impacto que causa salir de Cuba y ver cuanto cuesta un alquiler. tanto que hay quienes deciden volver a la plantacion con tal de que les paguen sueldos de afuera.

Anónimo dijo...

Occupy Mantilla Now!

chacho dijo...

Saludos Enrisco , muy de acuerdo con tus apreciaciones acerca de esta diatriba que ya se va haciendo historica . Sucede que acostumbrados por mas de 50 años al padrinazgo del estado , ya hay gentes que no conciben la vida sin el dogal oficial , aunque gocen del privilegio de alquileres baratos con vistas al basurero y regados por albañales.

Francisco Escobar dijo...

En lo que ha escrito Leonardo Padura sobre Don Domingo del Monte y Aponte demuestra un soberano desconocimiento de la verdad historica y propina una ofensa a quienes han dedicado muchos agnos de su vida a demostrar con fuentes veridicas como el "Centon Epistolario", la "Revista Bimestre Cubana", las "Memorias de la SEAP" todo lo contrario de lo que el afirma con tanto desparpajo sin un solo argumento y mucho menos con una sola fuente que no sean sus especulaciones, entre ellos y solo cito a uno de los mas conocidos el poligrafo cubano Don Fernando Ortiz que retaria sin lugar a dudas a quien acusara a nuestro primer critico literario, alguien a quien Jose Marti proclamo "el cubano mas real y util de su tiempo" como un "perginador (sic) de versos mediocres"... "movido por el odio y la envidia"...

Enrisco dijo...

Frank, no quise meterme en eso pero es el mismo problema del que adolece "La novela de mi vida": dar veinte vueltas para no querer hablar de los capitanes generales que son los que en definitiva se dedican a explotar las miserias de cada uno de nosotros, los que les sacan beneficios.