jueves, 14 de junio de 2007

Miguel Correa: Al norte del infierno



Miguel Correa, escritor miembro de la generación de Mariel, ha producido dos de los libros más terribles y divertidos que ha producido el exilio cubano: Al norte del infierno y Furia del discurso humano. De ambos libros - aunque escritos en fechas distantes- existen ediciones recientes. Haré algo más convincente que elogiarlos: presentarles un fragmento. Del primero les presento un adelanto ahora. Del segundo se lo pondré la próxima semana.


DISCUR-S-O-S

Distinguido camarada Leonid Brézhnev:

Delegados de los Partidos que nos visitan:

Invitados de honor:

Compañeras y compañeros:

Hoy (aplausos) conmemoramos un aniversario más (aplausos) del (aplausos prolongados) asalto al Cuartel Moncada (aplausos incesantes, jadeos, silbidos, chirridos metálicos). Y hoy (¡¡viva viva!!) nos reunimos una vez más en esta histórica plaza de la revolución (abejorreos, un humo) para honrar (ay, qué sol) la memoria (ay, voy a coger un tabardillo) de los mártires caídos en el asalto (¡que vivan que vivan!) (¿no ve que ya están caídos, señora?) al glorioso (ay, qué calor) al gloriosísimo (ay, me achicharro) al archigloriosísimo (ay, pinga) Cuartel Moncada (ay, si pudiera coger una sombra en ese cuartel). Un día como hoy (¡¡sí, el día era como el de hoy!!) pero de 1953 (¡viva viva!) un intrépido grupo de jóvenes intrépidos (in-tré-pi-dos-in-tré-pi-dos-in-tré) tomó sorpresivamente (ni agua hay por todo esto) el Cuartel Moncada. Todos sabemos (¡¡todos todos!!) que esa fecha (a Bejucal tengo que ir yo apenas se termine esto) marcó el inicio (a forrajear) del final (sí, al final de esto es que voy a Bejucal) de la dictadura batistiana (¡¡Fidel fidel fi fi fi fidel!!). Y hoy (ovación, se levantan consignas, un escarceo en la cola del agua) tenemos a esos mártires aquí con nosotros (¡¡a los yanquis dale duro!!) en esta misma plaza (¿trajeron a los mártires?) porque ellos (¡sí, aquí mismo están!) viven en el corazón (ay, qué peste) de todo nuestro pueblo (viva la amistad cubano-sueca, dice un cartel). Y no sólo (¡¡no no sólo!!) los honramos aquí en esta histórica plaza (¡no no no no no!) sino también (¡en el corte en el corte!) sino también (¡en la fábrica en la fábrica!) sino también (un murmullo de desconcierto) (un silencio) sino-también-en-otros-países-que-han-solicitado-nuestra-ayuda-desinteresada (lloriqueos, gestos de disculpa, arrepentimiento). Y así es como se honra a un mártir en nuestra patria socialista (¡¡¡sí, así!!!) siendo mejores cada día (Yeya, yo estaba aquí desde que esto empezó) en el trabajo (lo que estaba por allí cogiendo una sombrita) en los estudios (póngame la asistencia) en la defensa (¡en la defensa!) y en nuestros deberes internacionalistas (vítores, matracas, gritos de “a los yanquis dale duro”). Y las estadísticas revelan que hemos honrado a nuestros mártires (¡vivan las estadísticas!), que somos un pueblo austero (ay, mira qué aurero). Aquí tengo las cifras (yo me voy a sentar aquí mismo) que son las que mejor hablan (ay, no puedo más) y que son a las que más temen nuestros enemigos (avísame cuando haya que aplaudir). En los meses de mayo a octubre (¿de dónde saldrá esa peste?) la producción de leche (disculpe, señora, le quiero hacer una pregunta) se triplicó en un 25 por ciento (¿usted no sabe dónde yo podré conseguir una taza de inodoro?) en comparación con el año pasado (¿nueva?) o sea que nuestros niños podrán tomar más leche que el año pasado (con que descargue basta). La producción de plátanos se duplicó casi en un 100 por ciento (se salvaron los rusos) y la de cebollas (ay, qué bueno, cebollas, porque yo no veo una cebolla desde 1970) alcanzó la cifra de 50 mil arrobas (¿y cree que las verá ahora?) o sea 49 mil arrobas más que el año pasado, o sea cinco veces más cebollas que las que teníamos en el pasado quinquenio (eso significa que las verá cinco veces menos). La producción de huevos (¿usted cree?) aumentó en un 50 por ciento en comparación con el semestre pasado (ay, huevos) y la de troncho ascendió en un 80 por ciento (¿será el troncho sin peste?). O sea que los compromisos del Congreso se han cumplido al pie de la letra (¡¡al pie al pie al pie!!) y las metas que nos fijamos se han sobrecumplido con amplio margen (ay, qué bueno, no ha mencionado la macarela; seguro que no lograron capturar tanta cantidad). Y la macarela (un murmullo, vómitos), sí, la macarela, porque nuestro pueblo se siente orgulloso de comer macarela (aplausos) ¿no está orgulloso nuestro pueblo de comer macarela? (ay, sí, tan rica) pues la producción de macarela se ha incrementado en un 150 por ciento (¡¡más macarela más macarela más, Fidel!!) o sea que nuestros estudiantes y todo nuestro pueblo comerá mucho más macarela que el año pasado (hablando de macarela y yo con la jaba llena) y la podrá obtener por la libre (qué casualidad, tengo este cartucho lleno de macarela). Porque la macarela es un producto muy alimenticio (ay, la peste) y además, viene de nuestros mares (no sé si la huelo o si la siento). La producción de papas alcanzó las 500 mil arrobas (ay, la peste viene de los baños públicos) o sea tres veces superior a la del año pasado (o de esta macarela que se me está pudriendo). Estas cifras indican (un molote se forma frente a los baños públicos) que nuestros obreros (¡¡viva viva!!) han trabajado con tesón y con una alta conciencia (el molote se ha hecho mayor frente a los baños públicos). Ese tesón conque nuestros obreros han trabajado revela que nuestros obreros han cambiado aquella mentalidad de consumidores por una mentalidad nueva (¡que viva nuestra nueva mentalidad!), por una mentalidad de productores (una gran agitación en los baños públicos). Y así también honramos a nuestros mártires, elevando nuestra base económica (levantan al fondo una enorme pancarta que dice “seremos como el Che”) deteriorada por una secuela de gobernantes entreguistas (el molote frente a los baños públicos ha tomado dimensiones masivas). Conocemos nuestras deficiencias (el molote ha sacado de los baños públicos a un joven de la raza negra) y luchamos por erradicarlas, porque si no luchamos por erradicar esas deficiencias de hoy (el joven negro es trasladado en hombros por toda la plaza) no llegaremos jamás a la sociedad comunista a la que aspiramos (el joven negro está siendo apaleado en medio de la plaza) y a la que sin duda llegaremos en un futuro no muy lejano (gritos del joven negro que está siendo apaleado). Y no crean los imperialistas (¡ni matándolo paga este cabrón lo que ha hecho!, se oye) que nos van a intimidar con sus campañitas contra la revolución (¡maricón!) porque la revolución es ahora más fuerte (¡ni meándolo paga!) y más internacionalista (en vez de estar oyendo el discurso, se oye) y más hermosa (te mereces que te mate, so puta) y más revolucionaria (porque tú has ofendido al pueblo entero) y más marxista-leninista (para que respetes a los hombres) y más, más cómo diríamos, más linda (¡descarada!) y más varonil, más regia, más rígida, más rara (¡cállate!) y más desenvuelta (¡déjate de puterías!) y más pop (¡al rabo se me tiró en los baños públicos!) y más abnegada de abnegada tú no tienes nada y más quisquillosa y rubia yo estaba orinando en una esquina y este diablo velándome el sable (seamos más materialistas) y yo lo dejé a ver si se tiraba (más lánguida) y empezó a recular hasta que lo cogió (una revolución más ingrávida, más civilizada) y también cogió la trompada (yo diría ahora que nuestros niños sean como los pepillos del Vedado) espera que la policía llegue (y hasta más dichosa) que yo te voy a hacer un cuento (más saltarina) que nos has vendido a todos como pescado en lata (más tolerante y tórrida) pajarona (sobre todo más africana) como están las mujeres aquí que se regalan (y más pura) ¡y más nada! Ya has hablado demasiado (llega la policía) (¡y más luminosa! grita) (¡y más lubricada! grita) (la conducen hasta la perseguidora) (¡y más emborricada! grita) (un desorden general reina en la plaza) (¡y más pintorreteada! se oye desde lejos). (La plaza empieza a quedarse vacía.)

2 comentarios:

Alexis Romay dijo...

Furia de mi discurso humano

Al norte del infierno naufragamos,
entre un idioma extraño y gente extraña,
enredados en una telaraña
de nostalgia, dolores y reclamos:

reclamos de un pasado que regresa
(esa factura nunca antes pagada),
y en esta telaraña ilusionada,
reinventamos la patria y su certeza,

recordamos las tardes en Atillo,
las tiñosas, las mujeres decentes,
los telegramas que anunciaban guerra,

aquel bodrio en lugar de picadillo,
los discursos, las jaulas, los tenientes…
¡y más nos aferramos a esta tierra!

Alexis Romay

Anónimo dijo...

Soy mexicano y conocí en el año 88 ú 89 éste libro , entonces solamente se editaban en el exilio cubano libros de plantados duros de Cuba ( como Nerín Sánchez ). Fué una gratísima impresión el conocer en Miguel Correa esa nueva narrativa de la problématica cubana a través de una dosis casi poética con que lleva a cabo la crítica social de Cuba . Si alguien puede informarme de otras publicaciones del autor lo agradecería.