Cameron Díaz tuvo que discuparse en Perú por andarse paseando por Machu Pichu con un bolso maoísta. Aunque al viejo Mao se le suelen achacar entre 60 y 80 millones de muertos propios a nadie se le había ocurrido criticarla antes por el bolsito pero resulta que en Perú los maoístas de Sendero Luminoso a unos 65 mil nativos que encontraron especialmente difíciles de convencer sobre la grandeza de su ideario decidieron pasarlos a mejor vida. Mala suerte para Cameron que se le ocurriera pasear con su bolso por un país donde el legado de Mao –gracias a los muertos- está más vivo que nunca. Si su bolsa verde olivo tuviera una imagen del Che (a quien cuanto más sólo se le puede culpar de unas dos mil muertes en el paredón de la Cabaña) no tendría mayores complicaciones siempre que evite pasear por Miami donde todavía quizás le queden parientes de su abuelo cubano. ¿Moraleja? No se trata de una cuestión moral. La clave de todo –como podría decir cualquier agente de bienes raíces- está en tres cosas: “location, location and location”.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
martes, 26 de junio de 2007
La frivolidad la la la...
Cameron Díaz tuvo que discuparse en Perú por andarse paseando por Machu Pichu con un bolso maoísta. Aunque al viejo Mao se le suelen achacar entre 60 y 80 millones de muertos propios a nadie se le había ocurrido criticarla antes por el bolsito pero resulta que en Perú los maoístas de Sendero Luminoso a unos 65 mil nativos que encontraron especialmente difíciles de convencer sobre la grandeza de su ideario decidieron pasarlos a mejor vida. Mala suerte para Cameron que se le ocurriera pasear con su bolso por un país donde el legado de Mao –gracias a los muertos- está más vivo que nunca. Si su bolsa verde olivo tuviera una imagen del Che (a quien cuanto más sólo se le puede culpar de unas dos mil muertes en el paredón de la Cabaña) no tendría mayores complicaciones siempre que evite pasear por Miami donde todavía quizás le queden parientes de su abuelo cubano. ¿Moraleja? No se trata de una cuestión moral. La clave de todo –como podría decir cualquier agente de bienes raíces- está en tres cosas: “location, location and location”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario