Corría el año 1996 del nacimiento de nuestro Señor y yo era un indocumentado más en el reino de España. Después de pasar por los trabajos más peregrinos finalmente encontré un puesto de editor en una revista que recién se fundaba: La Tribuna Hispana. El dueño era un personaje siniestro que manejaba una agencia de envío de dinero y que un día había tenido la feliz idea de ahorrarse el dinero que gastaba en publicidad publicando una revista consagrada a ensalzar las virtudes de su empresa y vender anuncios a otros interesados. Lo que gastaba en la imprenta se lo ahorraba, por supuesto, en los empleados. Las 60 páginas de la revista las armábamos entre Otto Treto, ex diseñador de Alma Mater con un talento increíble y yo (por cierto, si alguien sabe de Otto hágamelo saber que hace tiempo que perdimos contacto). Para llenar esas 60 páginas, además de algunas colaboraciones, tuve que desdoblarme en cinco o seis autores (ni Fernando Pessoa llegó tan lejos con sus heterónimos) que lo mismo hacían críticas de cine, hablaban de política internacional o describían países que nunca había visitado. Uno de esos autores era Enrisco que para divertirse ideó a “Chick Ferrari” una noveleta por entregas en once capítulos (a uno por mes) que contaba las aventuras de un detective espacial. Como de esta historia apenas saben una decena de amigos que visitaban mi sitio anterior he decidido presentarla aquí. Los once capítulos los dividiré por la mitad (enteros serían demasiado extensos para un blog e iré publicándolos más o menos a diario hasta que se acaben. Sin más los dejo con el primer capítulo.
Capítulo I: De la Luna a la Tierra.
-¡Carajo que te calles, que no me dejas pensar!- le grita Chick Ferrari a Mercedes, su perra, pero no obstante esta no deja de ladrar. Es lógico que Mercedes no le haga caso sobre todo si Chick tiene la escafandra herméticamente cerrada y los gritos rebotan en el cristal del casco. Si algo le revienta al detective de venir a la luna es que por culpa de la escafandra no puede fumar. Mercedes sigue ladrando. El subdirector de la estación de bombeo se le acerca y le dice por el intercomunicador personal.
-Ya encontraron la rodilla derecha pero la cabeza sigue sin aparecer.
Chick Ferrari patea el suelo impaciente. Lo han contratado para investigar la desaparición del director de la estación de bombeo de whisky natural más importante de la luna (J&B lunar) un yacimiento con sólo 10 años de explotación y hasta ahora han encontrado pedazos del director enterrados por todas partes. Ya falta muy poco para completarlo.
-¡Esa cabeza tiene que aparecer!- dice Chick y da un paseillo.
-¿La cabeza es la clave del crimen?- pregunta el subdirector.
-No, pero odio tener que investigar algo por partes- y mirando que la perra escarba en el sitio que acaba de abandonar - ¡Mercedes!, ¿se puede saber qué haces?
La perra sigue hasta dar con lo que a todas luces y sobre todo a la de la linterna de Chick es una cabeza humana.
-¡El jefe!- se apresura a decir su ex-segundo con esforzada aflicción.
Chick aparta de un puntapié a Mercedes y se ocupa personalmente de exhumar la cabeza.
- Si la dejo es capaz de comérsela y dejarme sin qué trabajar- explica mientras sacude el polvo lunar del cráneo del que fuera el director de la estación de bombeo. Una cabeza espléndidamente calva que entre los dientes aún sujetaba un costoso habano.
-Ser o no ser. He aquí el dilema - dice sin soltar la cabeza - En la escuela hicimos Hamlet pero nunca pudimos conseguir una calavera decente.
-¿Tiene ya alguna sospecha?
-Si, suicidio.
-¿Está seguro?.
-Más bien estoy apurado. Hace tres horas estaba por fin a punto de hacer lo que deseaba desde hace años: sentarme en mi portalito con mi bombilla de mate y ver a los pibes jugar un picadito en medio de la calle. Entonces recibo la llamada de vos. Los enamorados pueden opinar lo contrario pero yo no soporto esta luna de mierda. Así que lo mejor para todos es que haya sido suicidio. Me pagan y santas pascuas.
-Lo siento pero el suicidio no lo pagamos. Sólo verá el dinero si nos entrega al asesino. Oiga ¿qué es lo que está haciendo?
-¿No lo ve? Me estoy quitando este casco estúpido.
- Pero es que la atmósfera de aquí...
-No creo que esté peor que mis pulmones y además tengo ganas de fumar. -dice Chick al tiempo que arranca el habano de los dientes de la víctima. Lo enciende con gesto firme y ensayado y mientras lanza la primera bocanada examina detenidamente la cabeza. Instantes más tarde sus ojos se clavan en el rostro del director.
-¿Insiste en que le diga quién es el asesino?.
-Por supuesto ¿para qué si no lo he traído desde la Tierra?
-Eso mismo digo yo: para qué carajo me trajo hasta aquí. Sobre todo si debe saber muy bien que el asesino es usted mismo…
[continuará]
3 comentarios:
Vaya, enhorabuena! Excelente que hayas decidido presentarnos al Chick en este espacio!
espero que coloques los proximos capitulos dia por dia pues de otra forma pudieramos pensar en pagar un hacker pa que busque en los archivos de tu pc, no es una amenaza, es solo una prueba de fanatismo
este mensaje se autodestruira en cuanto hagas el proximo post
esta noche pongo el proximo sin falta. enrisco
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