Capítulo X
-Para salir de aquí -ruge el Medio Lamo- tendrán que pasar por encima de mi cadáver.
Acto seguido hace justamente lo contrario: camina por encima del más cercano de los fugitivos, el copiloto de la nave, hasta asegurarse de que, efectivamente, es un cadáver.
-¡Mierda! -exclama el Medio Lamo- me he ensuciado los zapatos nuevos.
-Lo ha pisoteado como si fuera una alfombra....-exclama Krim- uno de los guardias siameses.
-...si al menos tuviera tatuada en la espalda la palabra “Bienvenido” -completa No-do, su hermano.
-¡Alto! -grita Chick - ¿Es que piensas pasarte la vida pisoteando gente?
-Para nada -responde Medio Lamo- si no se ponen pesados, en sólo 10 minutos terminaré con Uds. Y basta de explicaciones ¿Quién te crees que eres para decirme lo que debo hacer?
-Tu hermano mayor -dice Chick con firmeza.
Los siameses Krim y No-do lo apoyan.
-Antes de morir el Gran...
-Lamo lo reconoció.
Medio Lamo emocionado se abalanza hacia Chick. El detective, no obstante, prefiere hacerse a un lado a toda velocidad.
-Está bien hermanito -dice Chick- pero preferiría que frenaras tus impulsos.
-¿Estás ahí? -pregunta Medio Lamo- Entonces ¿A quién estoy abrazando?
-Se llamaba Luis Felipe, era un buen chico -explica Chick.
-Pero... ¡qué débiles son los terrícolas! -dice el Medio Lamo soltando lo que queda del muchacho -¡débiles y asquerosos!- insiste mientras se limpia las manos en la ropa.
-Bueno, dejémoslo así -dice Chick- no debemos perder tiempo. Tenemos que irnos.
-¡No puedes dejarme! -grita el Medio Lamo- Ahora que papá murió, ¿qué haré solo en este castillo?
-Puedes jugar a armarlo y desarmarlo -sugiere el capitán de la nave- Me refiero al castillo por supuesto. Vamos Chick, no te dejes conmover por este monstruo.
-No hables así de mi hermano -le advierte Chick- si nos apretamos un poco cabrá en la nave. Además, ¿quién sabe si nos puede ser útil?
Todos parten rumbo a la nave siguiendo las indicaciones de Krim y No-do. Ya muy cerca de ella observan que está custodiada por tres guardias armados hasta los dientes. Si se les acaban las balas podrán lanzar los empastes que están cargados de explosivos.
-Al gobierno de Santa Rita del Valle, le pone nervioso.... -comienza Krim.
-...cualquier cosa que sirva para salir del planeta -continúa No-do- Han llegado a prohibir...
-... hasta la venta de globos -termina Krim.
Cuentan que antes, más de una familia había intentado escapar reuniendo globos que supuestamente compraban para sus niños. Medio Lamo señala al guardia que custodia la nave.
-¿Paso por encima de sus cadáveres ?
-Tranquilo, hermanito. No debemos llamar la atención -explica Chick- Tengo una idea mejor.
Chick llama a una de las azafatas de la nave y la empieza a desnudar.
-Realmente es una idea muy buena -dice el capitán de la nave- pero no creo que sea el momento más adecuado...
Chick silencia al capitán con un gesto. El gesto consiste en cerrar la mano y lanzarla abruptamente hacia la mandíbula del capitán. Luego, termina de desnudar a la azafata y le da instrucciones :
-Paséate por delante de los guardias y atráelos hasta aquí. Nosotros nos encargamos del resto.
La azafata sigue las instrucciones. Dos de los guardias deciden seguirla mientras que el tercero se mantiene indiferente. Una vez dominados los que le seguían los pasos a la azafata, Chick decide cambiar de planes. Ordena al jefe de Antártida Helada e Independiente (AHI), que se desnude y haga lo mismo que la azafata. Este desfila frente al guardia que permanece inmutable. Chick comienza a desesperarse. Luego, se sigue desesperando. Dos minutos más tarde, también. Ya va a empezar a dar gritos cuando ve frente a él a su perra Mercedes que le está ladrando.
-¿Por qué no?- se pregunta Chick en voz alta.
Como la perra no para de ladrar, le explica con gestos lo que debe hacer. La perra sale corriendo alegremente hacia la nave. El guardia comienza a juguetear con ella y luego de mirar en derredor se la lleva hasta un bosquecillo situado al lado opuesto a donde se encuentran Chick y sus acompañantes.
-¡Aprovechemos ahora! -Chick da la señal- y todos salen corriendo hacia la nave. Ya en su interior comienzan a discutir. No se acaban de poner de acuerdo sobre los asientos que ocupaban anteriormente.
-¡Cállense de una vez! -grita Chick- o tendrán una larga conversación con mi hermano.
La calma vuelve a la nave. Incluso tres de los que discutían con mayor violencia les ofrecen el asiento en disputa el Medio Lamo que, no obstante, prefiere viajar de pie. Ya van a partir cuando Chick exclama:
-Un momento. ¡No podemos dejar a Mercedes sola!
-Pues si quieres, puedes quedarte allá abajo con ella.
Chick sin hacer caso abre la puerta de la nave.
En ese momento la perra se acerca corriendo y hablando en inglés :
-¡Fuck you, bastards !
-¡Milagro! -grita Chick- ¡Mi perra habla!
-¡Chick, you are a son of a bitch! -sigue diciendo Mercedes mientras Chick emocionado la toma en sus brazos.
Ahora Chick ve acercarse al guardia que estaba con la perra. Está enfrascado en la ardua tarea de disparar y subirse los pantalones a un mismo tiempo.
La nave comienza el despegue cuando suenan las alarmas de todas las baterías antiaéreas del planeta. Ya están en el aire. Poco falta para que se hallen fuera del alcance de los misiles de Santa Rita del Valle. Empiezan a suspirar aliviados cuando sienten un terrible estallido que hace crujir la nave envolviéndola en una descomunal bola de fuego. El humo se empieza a disipar y Chick mira a su alrededor. Todos los viajeros permanecen sentados tranquilamente. Eso no tendría nada de extraño si estos no tuvieran una inquietante transparencia. A su lado el sordo ateo le grita :
-Me temo que estamos muertos, Chick. Aunque me duela reconocerlo nuestras almas se han desprendido de su envoltura material. Ahora el alma de la nave, con todos nuestros fantasmas dentro, viaja hacia la eternidad.
El alma de Chick, resignada, se tumba sobre el alma de su asiento.
Piensa que luego de tanto ajetreo no le vendría mal un descanso aunque sea eterno. Extrae de su chaqueta fantasma un cigarrillo igualmente fantasma. Lo va a encender pero el resto de las almas protestan: no porque estén muertos tienen que soportar que se fume en la nave.
De pronto, de la cabina de la nave emerge inquieta el alma del capitán.
-Tenemos un problema Chick.
-Ya lo sabemos - dice este - Estamos todos muertos.
-Me refiero a algo peor.
-¿Algo peor que estar muertos? No me hagas reír.
-No creo que sea gracioso esto: un agujero negro nos está atrayendo inevitablemente hacia él.
-¿Y eso qué significa?- pregunta nerviosa el alma de Chick
-Que en vez de eternidad pasaremos toda nuestra muerte en ese jodido agujero negro.-dice apesadumbrado el capitán fantasma.- Desde mi más tierna infancia le he tenido miedo a la oscuridad y a las cucarachas. No quiero ni imaginarme que nos toque un agujero negro con cucarachas.
Chick mira por la ventanilla. La nave fantasma ya comienza a adentrarse en la compacta oscuridad del agujero.
(Continuará en el próximo capítulo)
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