lunes, 30 de junio de 2014

Costa Rica 1 (5), Grecia, épica hoy, fallona siempre




Posiblemente no haya equipo que jugara más feo en todo el campeonato ni delanteros más torpes frente a la portería pero no menos difícil era encontrar un rival tan empeñoso como aburrido de ver que Grecia. Como dispararse una versión de "300" que consista únicamente de escenas de combate, sin espacios para la intriga o las escenas de alcoba. Y a esos fue a los que les tocó enfrentar los ticos, un equipo limpio y ordenado como armario de alguien con transtorno obsesivo- compulsivo quien venía de ayudar a jubilar de este Mundial a tres campeones. Y una cosa es enfrentar a un asesino profesional y otra a esa loca esquizofrénica que es Grecia resistiéndose a irse del campeonato. Con el portero Keylor Navas como escudo y Ruiz y Campbell como armas ofensivas Costa Rica se defendió y atacó mientras pudo y hasta anotó un gol con la precisión y la desesperante lentitud de una bola de billar. Pero entre la expulsión de un defensa y los griegos en vena espartana llegó el empate helénico con el sentido de la oportunidad de la muerte o las multas por mal parqueo: justo antes de que se acabara el tiempo reglamentario.


 Luego de la épica inútil de la media hora extra en la que los griegos demotraron que aunque la portería contraria tuviera el tamaño del sistema solar ellos conseguirían patear el balón directo hacia un agujero negro (o cualquiera que sea el equivalente en el universo a las gradas) llegó, piadosa, la tanda de penales. Los griegos traicionaron la costumbre establecida durante el juego de fallar cuanta oportunidad de anotar tuvieron embocando uno tras otros sus disparos desde los once metros. Todos hasta llegar a Gekas que, consecuente con su trayectoria durante todo el partido, volvió a fallar. Y todavía dicen que no queda gente íntegra.

domingo, 29 de junio de 2014

Holanda 2, México, 1


Bajo el lema público de la selección mexicana de "Sí se puede" se agazapa uno secreto que se cumple con bastante más regularidad: "Jugamos como nunca y perdemos como siempre".  Hoy la renovada selección que dirige Miguel Herrera parecía que le diría adios a aquél tradicional pesimismo junto a los fantasmas de Moctezuma, Hernán Cortés y la Malinche tras el gol de Gio Dos Santos a los tres minutos del segundo tiempo.

Ya se acercaba el final del partido y a una Holanda pálida y engarrotada parecían vencerla sus propios fantasmas ya propiamente futboleros. Pero si Holanda ha caído en las tres finales que ha disputado nunca lo ha hecho víctima de un equipo que nunca ha pasado de cuartos. Hacia ese desastre histórico se dirigían los holandeses  cuando a la salida de un saque de esquina -el único tipo de jugada donde crearon peligro real en todo el partido- Sneijder enganchó un rebote y no le dio tiempo a Ochoa ni a ver cómo entraba en la portería.

Luego, en tiempo de descuento, llegó el remache de la obra de los fantasmas mexicanos en la forma mucho más tangible de un árbitro quien cantó un penalti como se canta una canción de Ricardo Arjona: no va contra la ley pero no sería justo hacerlo. Y ocurrió lo que pasa en partidos así: un equipo pasa a la próxima ronda y el otro regresa a su país y en ambos casos parece como si hubieran cumpido con su deber.

Colombia 2, Uruguay que ladra no muerde


Uruguay llegaba disminuido a este enfrentamiento. Traía su tradicional garra pero le faltaban -ya sé que la alusión es facilona- los dientes. Y es que sin Hannibal Suárez Uruguay es como un florete de competencias: se hinca pero no pincha. Si a esto se añade que quien tiene enfrente es a una Colombia iluminada por un James Rodríguez afiladísimo no era difícil imaginar la masacre. Y en efecto, Uruguay volvió a ser el equipo chato que cayó ante Costa Rica 1-3. James brilló y la selección del polvito blanco que por corrección plítica llamamos "cafetera" se contagió con su estrella. Los arreones finales de Maxi Pereira cuando ya los uruguayos perdían 2-0 no fueron más que eso: el tributo a la tradición de que un equipo uruguayo no cae sin pelea aunque todo lo que tenga para atacar sea un cuchillo sin mango al que le falta la hoja.

Brasil 1, Chile 1, Shangó 3


Nadie niega, ni aún los más fanáticos seguidores, que este Brasil 2.0 no llegaría a la final a menos que ocurriera un milagro en semifinales, cuando probablemente se cruzaría con Holanda. Lo que no imaginaban siquiera los comentaristas más críticos es que la Seleção tuviera que gastarse sus milagros tan temprano. Porque sólo un milagro salvó a Brasil frente a Chile, un equipo talentoso, ordenado e impetuoso aunque sin exagerar, sobre todo en lo primero.

Pues este Brasil necesitó de la mano de Dios (o de algún delegado suyo en el área futbolística) para desviar al larguero un remate chileno que enviaba a los brasileños a ver la final en un bar de Río con gafas oscuras y peluca. O para hacer que los chilenos tiraran los penaltis de manera horrenda y que a pesar de que los brasileños fallaran un par de veces terminaran ganando.

Y no se podrá culpar a Felipao por mucho que al poner en el terreno lo mejor que tiene parezca lo peor. Porque la realidad es que, como pocas veces en la historia, Brasil no tiene un centro delantero que valga la pena y sus opciones se limitan a dejar a "La Momia" Fred o cambiarlo por "Pata de Palo" Jo. Así que Brasil ha tenido que depender de los corners y los disparos de larga distancia como culquier equipo incapaz de enhebrar un par de jugadas peligrosas en el área. O de los reflejos de su portero en la ronda de penaltis.

Más que rezar Brasil deberá encomendarse a dioses elementales pero eficaces, esos que más que palabras piden sangre, si quieren salir vivos de su enfrentamiento con la Colombia de James Rodríguez. Algo tendrán que sacrificarle a esos dioses y a juzgar por el temaño del milagro deberá ser un elefante. O una manada completa.

viernes, 27 de junio de 2014

Alemania 1, Estados Unidos 0!, Cristiano Ronaldo, bienvenido a bordo


En el largo y complejo proceso educativo que ha sido este Mundial para el público norteamericano les faltaba la comprensión de lo épica y hasta disfrutable que puede ser una derrota.  En un pueblo al que le cuesta trabajo incluso comprender un concepto tan simple como "empate" (para no hablar del de "Africa es un continente, no un país") esto no es un asunto menor. Como no lo es reconocer que aunque su equipo es notoriamente inferior que -por poner un ejemplo- el de Alemania así y todo es aceptable entrar en la competencia. Con decir que si el desembarco de Normandía hubiese terminado como el juego de ayer a estas alturas en Francia se estaría hablando alemán. O ruso. O pensando en términos futbolísticos: Benzema sería integrante del equipo alemán, por no hablar de los holandeses y belgas.

Poco pudieron hacer Clint "Ojo Morao" Dempsey, DaMarcus "Simplicio" Beasley y Tim Howard frente a los alemanes. Bueno, Howard hizo lo que pudo parando casi todo lo que le tiraron (con mauser) y evitando que el marcador terminara pareciendo el de un juego de béisbol entre los Tigres de Detroit y el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Y digo casi porque al final Muller se las agenció para clavar un mísil en un rincón de la portería Americana.  Así y todo los norteamericanos lo celebraron esta derrota como si nada más llegar a Normandía Hitler les hubiera entregado las llaves de Berlín. O como se celebra cualquier cosa que haga un niño norteamericano, incluso caca. 

Y en realidad fue suficiente al menos en lo que respecta a los deseos del gremio de fabricantes y vendedores de banderas americanas porque por su parte Portugal, en su enfrentamiento con Ghana no pudo pasar de una victoria 2 goles a 1. Luego de su derrota 0-4 contra Alemania y su empate a dos con Estados Unidos, Portugal necesitaba de una victoria más aplastante que la de Stalingrado para seguir en el Mundial o de lo contrario tomar el próximo vuelo para Lisboa. Y así fue, de manera que todos se sentirán satisfechos. Los norteamericanos por seguir en Brasil una semana más y Cristiano Ronaldo porque podrá entregarse a las actividades que más le apasionan: hacer abdominales y posar sin camisa para las cámaras de los paparazzis.  

miércoles, 25 de junio de 2014

Messi 2, Los Otros diez 1, Musa 2


Si para algo importaba el juego de Argentina y Nigeria era para saber si Leonel “La Bella Durmiente” Messi vendría por fin a la realidad o tendríamos que conformarnos con su versión digital FIFA 2014. Si la versión digital ha anotado un gol por partido de la copia dura se podía esperar bastante más. Y por suerte el Messías argentino anunció su llegada bien temprano, en el minuto tres para ser exactos, pero fue mejor aún que los africanos trajeran a su propia versión del Messías y hasta con un nombre que parecía de parodia (Musa) pero que replicó al gol del argentino con  otro igual de serio. Y así estuvieron dándose y replicándose hasta que el partido quedó 3 a 2 a favor de Messi (dos goles) y los otros diez(1) que por fin se albrestaron ante la llegada del Elegido frente a los 2 de Musa.


Otros que se despertaron fueron los bosnios quienes ya eliminados se llevaron con ellos a los iraníes venciéndolos por 3 a 1. Maldita la gracia que les hizo a los adalides del fútbol chiita tanta epifanía.  

martes, 24 de junio de 2014

Uruguay 1, Italia, Costa Rica e Inglaterra 0 [con post data]


Y lo que parecía un chiste antes de comenzar el Mundial ocurrió. Que Costa Rica terminara de primera de uno de los grupos más difíciles. Que Italia quedara eliminada, incluso después de la demostración de poder ante Inglaterra. Hubo de todo en el Italia- Uruguay, de todo menos fútbol: sobre todo violencia, lenguaje de adultos. Y sexo, si se cuenta la mordida de Luis Suárez a Chiellini como relación carnal. Sí, porque el delantero uruguayo que, para sorprender una vez más a las defensas contrarias, no anotó un gol en cambio incrustó el sector más prominente de su físico –que en su caso, como el de Drácula o Bugs Bunny, son los dientes- en el hombro del defensa italiano. De nada valió que Chiellini corriera por el campo mostrando su hombro desnudo a todo el que lo quisiera ver porque Suárez –a diferencia de Marchisio, a quien expulsaron por una patada minutos antes- se mantuvo en el terreno silbando, mirando al cielo y esperando si aparecía alguna oportunidad para marcar algo más que sus dientes en piel ajena.

Al final no fue el cacique Diente Loco sino el central uruguayo Godín quien le clavó la estocada final a Italia (a diferencia de la mordida de Luis Suárez, lo de la estocada sí es una metáfora) al cabecear un corner a donde ya Buffon no podía llegar. Fue así que consiguió que el último de los finalistas de la Eurocopa 2012 que quedaba en el torneo tuviera que usar sus pasajes de vuelta mucho antes de lo que pensaba y ponerse la vacuna antirrábica. 

En el partido paralelo Costa Rica mantuvo su invicto empatando a cero con la selección de la nación inventora de este deporte y así asegurar ser cabeza de grupo. Inglaterra en cambio no aseguraba nada. Ya hacía rato había sacado sus pasajes de regreso.

Post data:

Transcripción de una grabación de intercambio verbal entre Chielini y Luis Suárez justo antes del incidente y que acaba de hacer pública la FIFA:

Chielini: Luis ¡Qué cabeza más dura tú tienes!

Luis Suárez: Para rematar a puerta mejor.

Chielini: ¡Qué dientes más grandes tú tienes!

[La grabación se interrumpe]

lunes, 23 de junio de 2014

Holanda 2, Chile 0 (España III, Australia, nihil)


Con Holanda y Chile clasificados para octavos se decidía el primer lugar de grupo lo que no era poca cosa: estaba en juego decidir quién –en caso de perder- se enfrentaría a Brasil, el equipo más temible del torneo cuando incluye en su alineación a jugadores como el árbitro Nishimura. Esta vez Chile se presentó como firme seguidor de la escuela española de fútbol versión 2014 que consiste controlar la posesión del valor y dejar las anotaciones al equipo contrario. Y funcionó. En las poquísimas ocasiones en que Holanda se hizo del balón tiró a puerta y anotó dos goles.

Por su parte España en el partido que se jugaba en paralelo fue infiel al estilo de juego de sus partidos anteriores y decidió que anotar era tan o más importante que controlar el balón. De esta manera marcó tres hermosos goles demostrando que lo que les había impedido ganar con anterioridad eran la presión de igualar la actuación del Mundial anterior... y los equipos contrarios. Sin embargo no celebraron sus anotaciones al parecer preocupados por no saber qué hacer con sus vacaciones adelantadas o por la posibilidad de que su lugar en el videojuego FIFA 2015 sea ocupado por jugadores de Costa Rica.Rica.   

Estados Unidos 2, Portugal 2


El público de Estados Unidos junto a su selección debe andar convencido de que el fútbol es un deporte todo emoción: como las películas de acción y las telenovelas todo se resuelve en el último suspiro con la desactivación de una bomba atómica a punto de reventar, una boda o un gol, da igual si es propio o del contrario. Encima parece que en una jugada patrocinada por el Departamento de Estado quisieron demostrar a todo el planeta que los Estados Unidos es una nación muy generosa e iniciaron su partido agasajando a los ibéricos con una entrega del balón de la defensa a Nani frente a la portería. Como era de esperarse este aceptó el obsequio con sumo placer depositando el balón en el fondo de la portería estadounidense y dando oportunidad a su público a que comenzara con su tradicional secreción de adrenalina.


No obstante en el segundo tiempo se recompusieron parecieron de pronto otro equipo: uno que no se deja los deseos y los goles para los últimos minutos así que anotaron un par de goles cuando todavía faltaban diez minutos para el fin del partido. Ya se veían tomando caipirinhas por al menos una semana más, todo demasiado apacible al final para la idea norteamericana del deporte y de la vida. Así que para no mal acostumbrar a su público en el minuto 94 dejaron que entre Ronaldo y Varela empataran el partido y tener que decidir su clasificación para octavos en el último juego donde se enfrentan nada menos que a Alemania. Sólo faltó un cartelito que dijera en el momento de la última anotación portuguesa: “Este gol ha sido patrocinado por ESPN”.

domingo, 22 de junio de 2014

Bélgica 1, Rusia, Nadiezdha Nikojonieva


Una de las peores cosas que pueden pasar en la vida es que las cosas terminen pareciendo copias malas de sí mismos. Como envejecer o como cuando un juego de fútbol termina pareciendo un futbolín. Eso es lo que ha pasado en el Rusia- Bélgica. Empezaron en el primer tiempo jugando fútbol con los bélgicos llevando la voz cantante pero con posibilidades claras para ambos y alguna jugada interesante. Pero entonces entran en la rutina de ciertos matrimonios: desborde por la derecha, centro, despeje, desborde por la izquierda, centro, despeje, disparo de larga distancia, desviado, corner, cabezazo por fuera.


Así hasta que alguien les recuerda a los belgas que si ganan, clasifican para la siguiente ronda y eso a su vez significa una semana más en Brasil y Hazard, el diez belgo hace un par de jugadas, en la última le da el pase a Origi -que había entrado en la segunda parte por Lukaku- y este anota. Así que si tiene problema con el matrimonio ya sabe: substituya a Origi por Lukaku a ver qué pasa. 

sábado, 21 de junio de 2014

Alemania 2, Ghana, the same


Este Mundial se está pareciendo cada vez más al método Stanislavski, ese que los actores usan para meterse profundamente en la piel de los personajes y en una dramática escena en el funeral de su abuela consiguen llorar pensando en el día en que en su vida real la grúa le llevó el carro que estaba mal parqueado. Uno se encuentra en la calle a Al Pacino y si no te saluda no es por maleducado sino porque ahora le toca hacer un papel de ciego o de mudo o de tortuga Galápago y no consigue salir de él tan fácilmente.

De manera que los que pensábamos ver Alemania en el mismo papel de Terminator con el que liquidó a Portugal 4 a 0 en el juego anterior de pronto nos sorprendió que esta vez le tocara interpretar al autista de “Rain Man”. Lo mismo se deja meter un gol en rapto de pánico que en un arranque de genialidad te mete dos. Frente a ella tenía Ghana que venía de hacer del inspector Clouseau de “La Pantera Rosa” en el partido contra Estados Unidos donde se dejó meter el gol más rápido en lo que va de Copa. Ahora encarnaba a otro policía pero esta vez no era un francés distraído y bobalicón sino John McClane, el de “Duro de matar”.  Tan bien se metieron en el papel que por más que se vaticinaba otra goleada sobre Ghana como la del Portugal terminaron empatados a dos.


Al menos con este empate la esperada película “El grupo de la muerte” va a tener un final tan intenso como se anunciaba.

Messi 1, Argentina e Irán, 0


Argentina da la impresión de un aparato complejísimo diseñado para realizar todo tipo de labores en la cocina –desde lasquear el jamón hasta abrir latas, batir huevos o moler granos de café- que llegada la hora de usarlo no sirve ni siquiera para abrir una botella de cerveza. Luego alguien sin querer aprieta un botoncito que resulta al fin la respuesta a todos los problemas. El botoncito se llama Messi por supuesto. Entonces la gente se pregunta en dónde había estado un botón tan eficaz hasta ese momento. 

Ahí es que a los argentinos se les desata el predicador que llevan dentro y te dicen que el juego no es un juego sino puro éxodo, un penar en el desierto (de goles) a la espera de la aparición del Mesías. Que quince segundos por partido es suficiente de aquí hasta el 13 de julio para ganar ese Santo Grial al que le llaman Copa del Mundo. Y los iraníes responden que se vayan a la puta que los parió, que Alá es el único Dios y Mahoma es su profeta aunque no sepa patear tan bien el balón como Messi. 

Francia 5, Suiza 2

En cuanto al partido Francia -Suiza (que vi solo a pedazos) no tengo mucho que añadir a la ilustración de Lauzán:


Una profecía


He sido afortunado en eso de recibir reseñas. Entre otras cosas porque el autor de la primera de ellas (“Enrisco: un moralista escéptico”, Revolución y Cultura, abril, 1994) era, es, un gran amigo. Pero ni siquiera con ello se puede garantizar que la reseña aunque elogiosa deje de ser inquietante. (Para ese ser neurótico que confía su sentido a la escritura un elogio alerta más su suspicacia que una crítica). En la reseña que ahora ya alcanza los veinte años de publicada el crítico hizo un par de observaciones que me acompañarán hasta que el alzheimer nos separe: una que yo era un “moralista escéptico” y la otra que mis escritos presentes y futuros girarían en torno a la sátira del Poder y “los mecanismos sutiles con que opera” este. Cito:

Si, como dijera García Márquez, “un escritor no escribe sino un solo libro, aunque ese libro aparezca en muchos tomos con títulos diversos”, con Perdida y recuperación de la inocencia Enrique del Risco (Enrisco) –La Habana 1967- revela uno de los fantasmas, una de las obsesiones que justifican su obra presente y sostendrán, me atrevo a profetizar, sus textos aún no escritos: el Poder.
Estructurado en dos partes, que el propio autor bautiza como “Período azul clarito” y “Postépica”, el libro es básicamente una sátira contra el poder, a ratos mordaz, a ratos irónica, siempre ingeniosa. No es la obra de un ácrata; más bien la de un moralista que sin pretender dictar normas de conducta se afana en señalar con escepticismo los mecanismos sutiles con que opera el poder


Confieso que desde entonces las palabras de Luis Felipe me persiguen ya sea a la hora de confirmarlas como en mis intentos igualmente insistentes de quitarme de encima la etiqueta de moralista y crítico del poder. Dicen que la crítica puede ser estimulante: me es difícil concebir una que lo fuera más que esta que Luis Felipe lanzara a modo de profecía.

viernes, 20 de junio de 2014

Costa Rica 1, Italia, niente


No hay torneo más aristocrático que una Copa del Mundo. Entrar entra casi cualquiera pero unos están destinados a ser reyes, condes y marqueses y los otros a servir los bocadillos y los tragos. Y es todavía peor si te toca jugar con la realeza. Con tres excampeones mundiales compartía grupo Costa Rica lo que equivalía a irse de vuelta a casa una vez que hubiera puesto la mesa. Pero hoy, jugando contra Italia los ticos vinieron a dejar claro que iban a quedarse un rato más, que su victoria sobre Uruguay no había sido casual o que se debía a la buena fortuna de que los uruguayos no contaran con Luis Suárez.


Hoy salieron al campo contra el tetracampeón con el mismo descaro y buen juego  que la vez anterior. Italia jugó como si anoche se hubiera intoxicado con pescado o como si al levantarse se hubiera tomado la pastilla equivocada pero buena parte de su incapacidad de elaborar juego, de bailar a su ritmo debe atribuirse a la asfixiante presión tica, lo concentrado de su defensa y lo inquietante de su ataque. Y no es que el árbitro fuera demasiado amable con los ticos y hasta dejó pasar un penalti clarísimo (y ese es otro problema con los plebeyos en los mundiales: la ley siempre está de parte de los otros) pero poco importó porque esta vez Costa Rica fue Cenicienta, el príncipe y el zapatico de cristal al mismo tiempo.  

jueves, 19 de junio de 2014

Japón 0, Grecia 0


Durante la primera mitad del partido -supongo que abrumado por la intensidad y belleza del juego- me quedé dormido. De manera que me quedaron otros 45 minutos para lamentar haberme despertado.

(Los simpáticos narradores de Univisión para darle cierto aire épico a aquella acumulación de torpezas asociaron la resistencia de los griegos junto a su portería con la batalla de las Termópilas y tenían razón: había como 300 griegos apelotonados en el área chica y los persas del Lejano Oriente no consiguieron pasar).

Luis Suárez 2, Inglaterra 1


Es una lástima que Inglaterra vaya salir tan pronto del Mundial porque todos los partidos que juega son entretenidísimos pero lamentablemente eso es lo que va a ocurrir de no ocurrir algún milagro. Y de buenas relaciones con lo sobrenatural es justamente de lo que ha carecido el equipo inglés desde 1966. Hoy los ingleses tuvieron varias desgracias como la de que Rooney -masacrador de redes en la Premier- viniera a romper su maldición goleadora en Copas de Mundo cuando ya se había perdido tres o cuatro oportunidades claras.

Tal parecía que en vez de jugar en Sao Paulo lo estaban haciendo en Hogwarts, la escuela de Harry Potter: en lo concerniente a la portería uruguaya la pelota se movía contraviniendo todas las leyes de la física y a veces hasta las de la gramática. Pero de todas las desgracias de Inglaterra ninguna mayor que el mismísimo Harry Potter entrara a jugar al partido en el cuerpo algo magullado de Luis Suárez. Dos veces tocó la pelota y dos veces esta fue a parar al fondo de las redes como si de un magnetismo irresistible se tratara.

La segunda ocasión fue la más cruel porque llegó a última hora, luego de que Inglaterra había conseguido empatar tras un esfuerzo descomunal. No contentos con eso los ingleses montaron un asedio permanente a la meta enemiga para llevarse la victoria pero bastó un despeje mal cabeceado para que el Harry Potter de los dientes al viento consiguiera el milagro. “Ciego a las culpas –dijo un ciego que aborrecía el fútbol-  el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones”. Y hoy Luis Suárez era –más que Harry Potter- el destino mismo.  

Colombia 2, Costa de Marfil 1


El partido entre Colombia y Costa de Marfil iba camino a ser como mis intentos de bajar de peso: mucho esfuerzo pero sin ningún resultado. Para salvar la vergüenza de pasar 90 minutos sin anotar un gol Costa de Marfil apeló al Efecto Didier Drogba (EDD). Drogba es una figura totémica del fútbol marfileño a quien sientan en el banco para en el minuto 60 de los partidos sacarlo a jugar y empiecen a caer goles africanos como maná del cielo. Por lo menos eso fue lo que pasó contra Japón. Y efectivamente, como si Drogba tuviese un acuerdo especial con M’boko el dios Yoruba de los goleadores cayeron, uno tras otro, dos goles… colombianos. No obstante, en el caso del segundo gol más que al EDD debería atribuírsele al ADD o Attention Deficit Disorder de la defensa africana que le regaló la pelota a los delanteros colombianos 

miércoles, 18 de junio de 2014

Croacia 4, Camerún, M'barke


¿Qué se puede decir del partido que el equipo de la bandera del tablero de ajedrez colorao usó a Camerún para desquitarse lo que le había hecho el árbitro Nishimura nada más abrir el torneo? ¿Qué decir de la generosa contribución de los africanos para que el partido terminara en goleada? Al árbitro no le quedó otro remedio que expulsar a un camerunés por golpear a un croata en la espalda. Si no expulsó a Assou-Ekotto fue porque al que le dio un cabezazo al final del partido era de su mismo equipo y la FIFA al parecer tiene prohibido intervenir en las guerras civiles. Ya lo dijo el sabio proverbio africano “Camerún que se duerme no pasa la primera ronda”. 

Chile 2, España, el ticket de regreso


Ha llegado el momento –temido por muchos luego de la que pasará a la historia como el Desastre de Bahía o el holandazo- en que millones de súbditos futbolísticos de España nacionalizados en los últimos cuatro años empiecen a recordar cuanto indígena asado a la parrilla o picoteado o prócer estrujado en el garrote vil al referirse a la derrota española a manos de la selección de Chile cantándole aquello de “acuérdate de Ayacucho María Bonita, María del alma”. Volubles que somos en Latinoamérica dirán con razón.
Pero si de fútbol se trata digamos que la Roja del lado de allá la tenía difícil. No se trataba sólo de recuperarse del batacazo holandés sino de golear a la Roja del lado de acá que tan buenas impresiones había dejado en su primer partido. La dificultad se agrandó una vez que el árbitro diera inicio al partido pues si los jugadores que representan a las diversas comunidades autónomas de la Madre Patria andaban por el terreno como si siguieran preguntándose qué habían hecho mal en el partido anterior los chilenos venían dispuestos a superarse a sí mismos.

Si a eso se añade que entre Del Bosque y su bigote mustio decidieron persistir con el delantero que había demostrado su perfecta inutilidad en el juego anterior y no con Villa, su goleador talismán en Sudáfrica no era difícil presentir lo que pasaría: mientras los chilenos anotaban dos goles los próximos súbditos de Felipe VI no conseguían de ninguna manera que la pelota entrara entre los tres palos. Era como si la pelota fuera más grande que la portería o como si hubiesen colgado la malla por la parte de alante. Fuera eso o un campo magnético invisible pero poderosísimo el caso es que como diría algún cronista de Indias “Cosa era de maravilla verlos golpear la pelota con los pieses sin que ella consiguiera penetrar en la urdimbre de redes a la que esta estaba destinada. Pareciera que si sus rivales hubieran entrado en entendimientos con el maligno para que ocurriere tan extraño fenómeno ”.


Y no es difícil imaginarse lo que ocurrirá en las próximas horas: millones de almas abarrotarán los consulados argentinos de todo el continente para nacionalizarse a la carrera mientras cambian en sus altares las imágenes de San Iniesta por las del mismísimo Messías.    

Holanda 3, Australia 2


Luego de jubilar al anterior guapo del barrio (España) con un nocaut Holanda llegaba como el nuevo amo del gallinero. Podía esperarse que para enfrentarse a Australia, que venía de perder con Chile, le bastase con la actitud. Un desfile triunfal de tanques y cañones holandeses bastaría  para hacer caer toda resistencia. O llevarse la mano a la espalda, amenazar con sacarle una navaja o un cañón para que los australianos pidieran misericordia. Pero no fue eso lo pasó. Los criadores de canguros devolvieron golpe por golpe, pezcozón por pezcozón en un cuerpo a cuerpo del que los holandeses salieron victoriosos pero con algún que otro morado para recordarnos que no son mancos, o más bien cojos, que para eso hablamos de fútbol.  

martes, 17 de junio de 2014

Rusia 1, Corea 1


De este partido esperaba lo mismo que de un primo cuarto acabado de conocer o del nuevo novio de la tía: no mucho, así que cualquier cosa destacable ya la consideraría ganancia. Y ese algo fue, en este caso el énfasis con que se atacaron coreanos y rusos aunque no la precisión: como una pelea de compadritos por el control del barrio que escogieran como armas los cuchillos de untar la mantequilla. Un desborde de agresividad pero sin derramamiento de sangre.

Así fue hasta que el portero ruso cansado de tanto esfuerzo inútil decidió el mayor sacrificio que concibe un samurai: hacerse el hara-kiri con cuchillo de palo. Un disparo coreano que le pasó entre las manos y entró en la portería confirmando la maldición de Capello: en dos Mundiales seguidos con equipos distintos (Inglaterra primero y ahora Rusia) sus porteros han lucido unos magníficos guantes de mantequilla. No obstante este regalo del Amigo Mantequilla terminó dándole al ataque ruso el impulso que necesitaba y siete minutos después consiguió dar con el tanto que andaba buscando desde el principio del partido.

No obstante lo mejor del partido en mi opinion fue el arbitraje que dio una lección de cómo aplicar la ley de la ventaja al punto de parecer que al árbitro se le había quedado el silbato en la guantera del carro. Ya lo dije: cuando se va a conocer el nuevo novio de la tía uno se transa por cualquier cosa. 

Brasil y México: nananina


Si para algo sirvió este partido (además de para hacerle perder 90 minutos a la mitad del planeta que se hubieran usado mejor en una buena siesta) es para convencerse de que no hay forma humana de que Brasil gane esta Copa. Si antes de empezar se le acusaba a Brasil de querer comprar la Copa más cara de la historia está visto que esas acusaciones eran infundadas. Lo que están pagando los brasileños es una platea igual de cara para ver a otro equipo coronarse campeón del mundo. Porque un mal juego lo tiene cualquiera. O un entrenador puede poner a jugar a los jugadores incorrectos. O un portero vestirse de Supermán pero por mucho que lo quieran convertir a Memo Ochoa en el Cristo Redentor de la portería el mexicano no hizo más que cumplir con su trabajo: si no hizo más fue porque los delanteros de Brasil preferían dispararle los balones al cuerpo como si fuera un San Sebastián versión Adidas. Sin embargo, cuando se saca hasta el último cañón a la calle y resulta que lo único que tira son balas de salva es hora de avisarle al anfitrión que guarde el entusiasmo para mejores ocasiones: ya sea el próximo carnaval o para felicitar al nuevo campeón, cualquiera que este sea.

Bélgica 2, Argelia 1


Bélgica debía ser, de acuerdo con los más enterados, el gallo tapado de este Mundial, (o el black horse como dirían los americanos). Pero parece ser que estos bélgicos son gente discreta y están decididos a que nadie descubra su potencial antes de tiempo. Tanto que les costó Dios y ayuda (gracias a Dios que no fue ayuda arbitral sino del banquillo) superar a los argelinos. Y eso que Argelia, que no anotaba un gol en un Mundial desde las Cruzadas, tampoco era un dechado de virtudes. Es de esos equipos a los que es una crueldad aplicarle la regla número 11 del Código de Cambridge de 1847 que dice que no se debe tocar la pelota con las manos: no hay manera que emboquen la pelota en la portería como no sea penalti mediante. Afortunadamente eso fue lo que pasó y así obligaron a los belgas a anotar no uno sino dos goles para ganar el encuentro.

Y no lo hubieran conseguido nunca de no ser porque decidieron darle entrada a Mertens y Fallaini. A estos, todo parece indicar que, cuando les regalaron su primer balón de fútbol en su más tierna infancia, en vez de botar las instrucciones que venían en la caja las leyeron. Las instrucciones dirían más o menos: “el objetivo del juego es meter esta pelota dentro de los cuatro palos con red que están al fondo del terreno y no en ningún otro sitio”. Y eso fue lo que hicieron hoy cuando les dieron la oportunidad de jugar. Luego dicen que no hace falta que los futbolistas tengan cultura. 

Análisis tardío

Ahora, que España tiene que golear para pasar a octavos finalmente alguien descubre en El País que el equipo que dirige del Bosque no se caracteriza precisamente por meter goles. "De los campeones del mundo, España es el que levantó el trofeo habiendo marcado menos goles que nadie, siete"

Bueno, se equivoca el articulista. En realidad fueron ocho goles los que necesitó España para proclamarse campeona. Hace cuatro años, justo al final del Mundial yo escribía aquí mismo:

"Reconozco que a diferencia del resto de la humanidad no me sentí sobrecogido por el juego del equipo español al que le llaman el nuevo Brasil, los reinventores del fútbol y lindezas parecidas. Apenas una estadística: España ha triunfado con la menor cantidad de goles anotados en una copa del mundo (8). Incluso cuando el campeón apenas jugaba cuatro partidos (ahora son tres más) lo menos que se llegó a anotar fueron 11 (Italia, 1938) para no hablar de los 25 de Alemania en el 54 o los 18 de Brasil hace apenas ocho años. Sólamente en este mundial hubo cinco equipos que anotaron más que el español"

Luego de pasarse cuatro años diciendo que España había reinventado el fútbol y que generaciones de futbolistas de todo el mundo tendrían que imitar a la Roja, tras el varapalo holandés se reconoce que:

"En Sudáfrica 2010, la selección ganó los partidos de octavos, cuartos, semifinales y final por 1-0. Hace un año exactamente que España no gana un partido por tres tantos de diferencia y fue precisamente en la Copa Confederaciones celebrada también en Brasil, contra Nigeria. Dejando al margen la goleada (10-0) a Tahití, pura anécdota, resulta que España ha rentabilizado de tal manera su juego de control que le ha bastado casi siempre con marcar uno o dos goles para ir ganando partidos, uno tras otro"

Bueno, más vale tarde que nunca.

lunes, 16 de junio de 2014

Estados Unidos 2, Ghana 1


Haber metido un gol a solo treinta segundos de comenzar el partido fue para Estados Unidos como si alguien pretendiera pedirle el teléfono a una chica y, antes de que termine el día, terminar casado con ella. En lugar de disfrutar de la emoción del romance pasarse el resto del tiempo defendiéndose del gesto inicial. “Es que no pensé en lo que estaba haciendo”. “Era muy joven cuando te conocí”. “Si hoy cociné no voy a fregar”. Y así. El caso que esas defensas aunque puedan parecer efectivas al principio terminan por fallar sobre todo si el rival (o la pareja, da igual: no caigamos en esos detalles) se caracteriza por su nivel de insistencia.

Cuando Ghana, agresiva como guapo en carnavales pero a la larga igual de inconsistente, anotó el empate parecía que ese sería el marcador definitivo, como si nos olvidáramos que Ghana con todos sus brujos y calderos se estaba enfrentado nada menos que a los inventores de la comedia romántica. Sí, esa que diez minutos antes del final de cada película, cuando el idilio va de lo mejor, ella descubre que él le había dicho una mentirijilla y entonces rompen y ponen cara de angustia cuando suena la música favorita del otro para al final descubrir que no pueden vivir el uno sin el otro. Y corren por la calle para encontrarse en el aeropuerto mientras todos los pasajeros colaboran activamente en el final feliz.

Bueno, cambien el aeropuerto por la portería contraria y a los pasajeros por la defensa ghanesa y ya tendrán el final de este partido con todos los jugadores americanos abrazándose y saltando en cámara lenta hasta el próximo capítulo donde la coprotagonista será Portugal. Véanla: el fútbol que han jugado hasta ahora es una mierda pero el derroche emocional parece estar garantizado.

Nigeria e Irán, rien de rien


El partido entre los puestos 43 y 44 del ranking de la FIFA bien podría haber sido entre en 105 el 106: trabado y torpe donde los errores constantes de unos no sabían ser aprovechados por el contrario y viceversa. Era como si por un descuido inimaginable de un estudio de Hollywood los malos de una película se enfrentaran a… los malos de otra película. Imagínense a los malos de “Die Hard” intentando acabar con los de “True Lies” mientras Bruce Willis y Arnold  Schwarzenegger brillan por su ausencia: cualquier intento de destrucción mutua siempre terminará en empate. Los malos hablan y hablan antes de eliminar a los otros malos así que nunca consiguen lo que pretendían en primer lugar. 
El resultado final del partido (0-0, por si no lo habían adivinado) a duras penas refleja lo que pasó en la cancha. Un -20 a -20 estaría más cerca de la realidad.
Por lo demás no es difícil imaginar lo que pasará cuando se enfrenten a ArgentinaWillis y Bosnia Schwarzenegger.

Alemania 4, Portugal 0


A veces uno se pregunta si a los árbitros no los animan los mismos traumas que uno les supone a los críticos de arte,  o a los policías de tránsito. No me refiero solo a ese rencor por la realidad que se concreta en la envidia por los que venden garabatos por miles de dólares, manejan carros mejores que el tuyo o han hecho de un pasatiempo infantil un modo de hacerse millonarios. Y eso no es necesariamente malo si a la hora de impartir justicia te ayuda a no dejarte impresionar demasiado por la fama de un pintor, por el propietario de un Ferrari o por los millones que gana un futbolista. Pero hay una línea muy fina entre eso y olvidarte por qué estás parado en medio de ese partido. Estás ahí no porque a la gente le guste verte repartir castigos y compensaciones sino para que el juego fluya de la mejor manera posible. 

Y eso tan elemental se le olvidó al árbitro de Alemania –Portugal cuando expulsó al sospechoso habitual Pepe por jugar al tope-tope con Muller. Conociendo a Pepe –pateador de jugadores caídos  en el suelo o sea, el equivalente al violador de viejitas en una cárcel- su incidente con el alemán fue casi un gesto de cariño. Y la verdad es que frente a la superioridad demostrada por Alemania desde el inicio del juego esta no necesitaba de ninguna ayuda del árbitro pero el partido sí. Si con once jugadores a Portugal los alemanes le habían anotado dos goles sin despeinarse fue toda una proeza que con diez solo le anotaran otro par más.

Por lo demás se dice que en el juego participó el famoso Cristiano Ronaldo pero debe de haber sido un espejismo colectivo. Debe estar entrenándose para ganar de nuevo el único trofeo que le interesa (el Balón de Oro) o seguir parado en Lisboa sin camisa y mostrando los músculos del abdomen a cualquiera que desee admirarlo (esto último lo digo por pura envidia, por supuesto).

domingo, 15 de junio de 2014

Interrumpimos nuestras transmisiones del Mundial para...

Proponerles un sencillo test.

La foto de abajo corresponde a:

a_ Un grupo de seguidores de Argentina viendo lo mal que jugaba su equipo contra Bosnia-Herzegovina.

b_ Asistentes a una asamblea del Poder Popular son informados sobre afectaciones en el suministro de agua al municipio La Lisa.

c_ Admiradores de Juan Formell asistiendo a su funeral
.
d_Público asistente a un concierto de Silvio Rodríguez.



Si quiere saber la respuesta pinche aquí.

Argentina 1, Bosnia 1, Herzegovina 1 (autogol)


Como otros partidos que ante la falta de argumentos futbolísticos le han dejado el guión a Hollywood el de Argentina y Bosnia- Herzegovina también fue cosa de cine. Una película de horror: “La invasion de los cuerpos vivientes” para ser exactos. Un tiro libre del zombi que ocupaba el cuerpo de Messi ya se iba fuera cuando tropezó con el cuerpo real de un defensa bosnio y entró en la portería. 

Eso ocurrió en el minutos tres y a partir de ahí y durante una hora se vio a los bosnio-herzegovinos peleando con ímpetu pero sin suerte contra el ejército de fantasmas que le pusieron delante en lugar del equipo argentino. “Piratas del Caribe en el Maracaná” o similar. Fue entonces que al parecer el zombi que ocupaba el cuerpo de Messi escuchó algo así como “Luke, la fuerza está contigo” y por unos minutos entró en un éxtasis que contagió al equipo y le recordó a la gente por qué se había sentado a ver el juego. En el breve lapso que al zombi principal le bajó el muerto de Messi incluso logró colar un gol, algo que el Messi original no conseguía en un Mundial desde antes de recibir la licencia de conducir. 

Después de eso todo volvió a la normalidad si por normalidad se entiende una película de zombis o una reunión del sindicato en Cuba. Así que los bosnios-que-sé-yo insistieron hasta anotar su primer gol en campeonatos Mundiales desde que existen como país o desde que recibieron la licencia de conducir, no recuerdo bien. Se especula que si los zombis que reemplazaron a la selección Argentina pudieron ganar este partido entonces de llegar los jugadores reales antes de que termine la primera ronda podrían incluso hasta aspirar a ganar la Copa. Pero eso, como ya he dicho, es sólo una especulación.  

Francia 3, Honduras 0


Quedaba cierta curiosidad digamos, morbosa, por saber en qué había quedado el Equipo Anteriormente Conocido Como Francia cuatro años después de la debacle en Sudáfrica, de su Cuito Cunavale futbolístico. Para hacernos una idea estaba este partido con Honduras que era como meter un dedo en el agua antes de decidir si nos zambullimos poco a poco o de un golpe. No se puede decir que fuera una prueba difícil contra un equipo cuyo principal recurso ofensivo era enviar pelotazos hacia el frente sin tomarse el cuidado de averiguar si había algún jugador de los suyos  a cincuenta metros a la redonda. Aun así durante más de una hora el equipo francés se mostró exquisitamente incapaz de anotar un gol como no fuera con la ayuda del árbitro (un penalti, milagrosamente bien pitado y cobrado por Benzema) o del portero contrario (un autogol de Valladares quien no por casualidad lleva el apellido de mi suegra). Luego Benzema anotaría un tercer gol sin ayuda más que de su pierna derecha lo que no es poca cosa aunque no suficiente para aspirar al campeonato, al menos mientras el fútbol siga siendo un juego en el que juegan once contra once.