Uruguay llegaba disminuido a este enfrentamiento. Traía su tradicional garra pero le faltaban -ya sé que la alusión es facilona- los dientes. Y es que sin Hannibal Suárez Uruguay es como un florete de competencias: se hinca pero no pincha. Si a esto se añade que quien tiene enfrente es a una Colombia iluminada por un James Rodríguez afiladísimo no era difícil imaginar la masacre. Y en efecto, Uruguay volvió a ser el equipo chato que cayó ante Costa Rica 1-3. James brilló y la selección del polvito blanco que por corrección plítica llamamos "cafetera" se contagió con su estrella. Los arreones finales de Maxi Pereira cuando ya los uruguayos perdían 2-0 no fueron más que eso: el tributo a la tradición de que un equipo uruguayo no cae sin pelea aunque todo lo que tenga para atacar sea un cuchillo sin mango al que le falta la hoja.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
domingo, 29 de junio de 2014
Colombia 2, Uruguay que ladra no muerde
Uruguay llegaba disminuido a este enfrentamiento. Traía su tradicional garra pero le faltaban -ya sé que la alusión es facilona- los dientes. Y es que sin Hannibal Suárez Uruguay es como un florete de competencias: se hinca pero no pincha. Si a esto se añade que quien tiene enfrente es a una Colombia iluminada por un James Rodríguez afiladísimo no era difícil imaginar la masacre. Y en efecto, Uruguay volvió a ser el equipo chato que cayó ante Costa Rica 1-3. James brilló y la selección del polvito blanco que por corrección plítica llamamos "cafetera" se contagió con su estrella. Los arreones finales de Maxi Pereira cuando ya los uruguayos perdían 2-0 no fueron más que eso: el tributo a la tradición de que un equipo uruguayo no cae sin pelea aunque todo lo que tenga para atacar sea un cuchillo sin mango al que le falta la hoja.
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