martes, 4 de septiembre de 2007

Y yo que pensaba…

… que con lo de la habilitación del pasaporte uno se aseguraba la entrada en Cuba. Un artículo en Encuentro me explica que no, que te pueden regresar desde el mismo aeropuerto al lugar de destino. Según el artículo,
Cada dos años, las oficinas consulares, adjuntas al Ministerio de Relaciones Exteriores, reciben una lista con los nombres de los cubanos que, residentes en determinados países, se les prohíbe la entrada a la Isla durante ese período, según ha conocido este periódico.
Es una prerrogativa recogida en un decreto ley, prácticamente secreto y desconocido, que regula la emisión o habilitación de los pasaportes de los cubanos residentes en el exterior, así como el proceso de visado a extranjeros que desean visitar el país.
Esta disposición, recogida en un documento titulado Normativas para la inhabilitación de pasaportes a cubanos residentes y/o negación de visado y conocida en el seno de la oficialidad de Inmigración y en las oficinas consulares como "lista negra", establece el término o calificativo jurídico de "persona non grata" a nacionales, cubanos residentes en el exterior o extranjeros que expresen públicamente críticas, testimonios o comentarios contrarios al sistema de gobierno de la Isla o a cualquiera de los dirigentes del país.
El documento deja explícito, además, que la adopción de estas decisiones obedece a "principios de seguridad nacional", cuestión de la más alta prioridad para La Habana.

Yo estaba haciendo preparativos para darme una vuelta por allá pero ahora no estoy tan seguro de que me acepten. Por si acaso voy a empezar a moderar mis comentarios sobre un gobierno que al fin y al cabo tiene virtudes y defectos como cualquier otro. ¿Oyó Comandante? ¿Comandante? ¿Comandante? ¿Comandante?

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique, tienes mi palabra de honor de que puedes visitar la isla cuando quieras. No hay problema. Esta es tu casa.
Abrazos,
Fidel

Anónimo dijo...

Enrique, mejor no vengas todavia, porque si te pasa algo, me vas a comprometer. Espera dos meses hasta que enterremos a Fidel. Despues vamos a llamar a todos los cubanos de buena voluntad que amen a la patria y quieran cooperar. Oye, tu sabes donde se consigue un Mackillop's Tomintoul 1966? Se lo pedi a Ricardito, el compañero que tenemos asignado en Edimburgo, y se me aparecio con un Chivas Regal 12 años. Lo meti una semana en Villa Marista.
Un cordial abrazo, y llevame suave a Fidel que ya falta poco
Raul

Anónimo dijo...

Raúl, creo que el Partido y la Revolución ya han dejado conocer su opinión sobre la visita del compañero del Risco. Es innecesario recordar los peligros a que nos exponemos si nos entregamos a la improvisación en asuntos tan delicados como el cumplimiento de la palabra empeñada, y estoy seguro que tú lo entiendes mejor que nadie porque tú haz estado junto al proceso revolucionario desde siempre. La credibilidad de la Revolución no se debe poner en juego jamás. La credibilidad de la Revolución es la Revolución. Enrique puede venir cuando quiera. Las puertas de Cuba están abiertas para él.
Fidel

Enrisco dijo...

Bueno Comandante, como no voy a confiar en usted? Vaya poniendo unas cervezas en la nevera peor no muchas que no quiero que se sienta incomodo.

Anónimo dijo...

Fidel, me sacaste un lagrimón, coño. Tienes toda la razón, como siempre. Enrique puede venir. Por cierto, hoy llegan los tubitos japoneses, a partir de mañana no tendrás que usar esas bolsitas que tanto te molestan a la hora de concentrarte a reflexionar.
Raul

Anónimo dijo...

Lo dicho. Enrique es bienvenido. El verano es todavía fuerte, pero el aire acondicionado funciona. Nada de lujo, claro. Aquí no nos damos lujos. ¿Cerveza fría? La obtendremos. Los insumos de Japón también se agradecen. Japón no nos bloquea. Enrique es bienvenido. Yo lo leo todo, aunque no todo lo que quisiera. El trabajo primero. Pero leo especialmente a los jóvenes. Confío en la juventud. Y en la juventud intelectual. La intelectualidad cubana joven necesita más espacio, más protagonismo. Yo siempre he defendido ese concepto. Ahora me percato de que no le he dedicado una reflexión al humor. Me gustaría. Son notas rápidas. Apuntes. Raúl, al final, siempre acierta. Me gustan sus reacciones. Cerveza Hatuey. Bien fría. Así será.
Fidel

Anónimo dijo...

Bienvenido compañero Enrique! Un ejemplo de jóven intelectual protagonista. Y como dijo el Comandante, la casa de Hatuey es tu casa!
Felipe Pérez Roque

Anónimo dijo...

Fidel, sólo estoy esperando a que te vayas para defenestrar a este animal de ministro.
Raúl

Anónimo dijo...

La primera virtud de un revolucionario es la lealtad. Lealtad a la Revolución. Y perdónenme si desentono en un blog más bien ligero, dinámico, como el del compañero del Risco. Pero hay que hablar de todo. Y si hablamos de un ministro revolucionario hay que hablar de la lealtad. Lealtad a la Revolución. No lo olvides, Raúl.
Fidel

Anónimo dijo...

Se me cayó otra lágrima, Fidel. Tú siempre con esa claridad de pensamiento. Todos estamos conscientes que es mejor tener cien Perez Roques que un Ochoa. Por qué no lo ascendemos? Yo creo que Felipe se lo merece. Por qué no se lo mandamos a Hugo por unos años? Que se quede con él en Caracas hasta que se le acabe el mandato vitalicio de la República Bolivariana. Qué tú crees? Otra cosa, qué tal los tubitos japoneses? Viste que chévere está la válvula con microchip que tienen? Y lo mejor es que le avisa al enfermero por Bluetooth para que te cambie el depósito. Es verdad que estos capitalistas en tecnología se nos han ido delante, pero las ideas son invencibles, como tú siempre has dicho.
Raúl

Anónimo dijo...

Comandante Fidel, ordene! Y se lo repetimos al compañero Enrique, venga para acá, que la caza de Hatuey es su caza, y al calor de la hoguera tendrá su lugar.
Felipe

Anónimo dijo...

No vengo a contarles de la nostalgia de quien fue un dirigente de la juventud comunista, y tuvo su cráneo poblado de cabellos e ideas. Tampoco voy a dar consejos de cómo debe ser un joven intelectual protagonista. El compañero Enrique vivió y militó en la sociedad que ya disfrutábamos en los 80, cuando el pan era casi todo de harina, y la leche casi toda de vaca. Creo, más bien, que mi deber es pensar, meditar en los problemas y desafíos de la juventud intelectual de hoy. Y es eso precisamente, compañero Enrique, no debemos desafiar al Comandante, que nos ha dado todo. Dentro de poco nos dará hasta la vida. No hablamos de idealizarlo, porque sabemos bien que toda obra humana es imperfecta e incompleta. Ahora mismo, sin ir más lejos, le falta el intestino. Recordemos mejor aquella profunda idea, que José Martí expresó con otras palabras: nuestro jefe es un lastre, pero es nuestro jefe.
Carlos Lage Dávila

Anónimo dijo...

Para de llorar, Raúl, para de llorar. Tú eres el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, ¡carajo! No sé por qué insistes en enviar a Pérez Roque fuera del juego (esta frase me suena familiar). Déjame ponértelo de otra forma que a lo mejor te sorprenda un poco. Tú sabes que yo el primer defensor y promotor de la cultura en este país. Cultura para todos. Ahora bien, un ministerio, como su mismo nombre indica, es una labor casi religiosa. Requiere entrega total. En el caso cubano, entrega a la Nación, a la Patria, al Socialismo; en una palabra: a la Revolución. En esta posición, trincheras de piedras valen más que trincheras de ideas. ¿Me explico?
La tecnología japonesa funciona. No me pidas más detalles. No insistas.
Ah, veo que Lage también participa en los blogs. Yo creo que la economía cubana necesita más atención. Mándame a busca a Lage, Raúl.
Fidel

Anónimo dijo...

Está bien, Fidel, ya me controlé. Tú sabes bien que siempre fui bastante emocional. Te acuerdas de allá en Birán que yo tenía aquel garito bajo la casa, y con las apuestas le sacaba los centavos a los haitianos de papá? Esto nunca te lo dije, sólo Ramón lo sabía, pero yo lloraba a veces después que salían los haitianos ya sin un kilo. Me daban lástima, chico. Recuerdo que un día uno quiso pagarme con latas de leche condensada. Te acuerdas que el viejo les daba víveres en lugar de dinero muchas veces. Mira, se me hizo un nudo en la garganta y me subieron unos lagrimones a los ojos. Tuve que entrarle a golpes y hasta darle con la fusta del caballo para disimular.
Bueno, volviendo a la agenda de trabajo. Tú sabes que este Lage siempre me parecio raro. Muy serio. Sí, ya sé que fue la mejor cabeza de tu grupo de apoyo. Bastante cabezón que es. Pero es que ni bebe. A mí la verdad, siempre me dieron más confianza los militares. Gente como Polito Frías, con el que uno puede vaciar dos botellas de Whisky en cualquier momento. Estos muchachos que salieron de la UJC son otra cosa. Tienen poco hígado. Mira al mismo Pérez Roque. Con lo que habla sobrio, tú te imaginas lo que diría ese si coge una buena borrachera. El se toma sus cervecitas de vez en cuando, pero nunca se pasa. Fíjate que le pedí a los compañeros de la contrainteligencia militar que me lo chequearan y me lo grabaran borracho, y no pudieron recoger nada hasta ahora. La excepción era Robertico Robaina. Ese sí era un tipo confiable. Sabía beber. Me acuerdo de la curda que le grabamos con aquellas prostitutas disfrazadas de ejecutivas que trajo Telefónica de España en los 80. Un banquete. Grabamos a Robertico con las gallegas, y a la gente de Abrahantes grabando a Robertico. Porque Abrahantes había captado la maniobra de Telefónica, pero no le dijo nada a nadie, como siempre.
Pero en fin, ahora te mando a Lage para allá.
Raúl