martes, 1 de septiembre de 2015

Cambios

No estoy de acuerdo con que hayan cambiado el nombre de Mount McKinley por el de Denali. Lo que deberían haber hecho es cambiarlo por el de Mount Obama, que después de todo es lo más grande que le ha pasado a este país desde la cuarta glaciación. Pero claro, su humildad no le permite reconocerlo.
En serio: con el problema que ya tienen los estudiantes norteamericanos con nombrar los puntos geograficos ya existentes la medida por si misma raya en la crueldad. Si a eso hay que añadirle que no se trata de cualquier punto del pais sino el más alto ampararse en una inocua tradición presidencial (que establece que un presidente en el último año de su mandato puede rebautizar un sitio no menos inocuo) subraya todavía más su abuso de autoridad. No llega a la grosería de un Trujillo de nombrar el pico más alto del país con su apellido pero sus pretensiones de cambiar su geografía y su historia no parecen menores.
Encima el cambio va en linea con la corrección política (trocar el nombres de los conquistadores por el de los de los conquistados) que vale lo mismo que decir con el populismo y la demagogia. Esto abre el camino de una reconquista simbólica que podría -por poner un ejemplo- reclamar su derecho a renombrar Washington DC como Nacotchtank siguiendo idéntica lógica. Esperemos, no obstante, que tenga el mismo éxito de cuando a la calle Carlos III decidieron cambiarle el nombre por el de Salvador Allende.

6 comentarios:

Simon-Jose dijo...

Enrisco, ante todo un saludo.

Esto no es casualidad ni protagonismo.
Es un detalle "aparente mínimo" que se ubica en la continuidad de un proyecto perverso.
Es el mismo "detalle y objetivo" de Hugo Chávez cuando rebautizó la catarata conocida como "Salto Angel" con el nombre que (dicen ahora) le daban los naturales antes de la llegada de los gallegos.
Y si quieres más similitudes, piensa en la demonización de la policía venezolana y su transformación comparándola con un proyecto que se se desarrolla en USA demonizando a la policía de modo que la ciudadanía (cierta ciudadanía) neutralice en lo posible el trabajo de las agencias policiales en la nación.
Igual que Chávez cuando usó al aparato de justicia para neutralizar o eliminar a personalidades de otros partidos o del propio cuando protestaron mientras los leales podian hacer lo que les diera la gana. O la negativa de Chávez de entregar los fondos del gobierno a los municipios y estados que elegían líderes de la oposición y la jugada de Obama de condicionar cierta ayuda a los estados a que aplicaran "el Obamacare" y sumale el uso del IRS para afectar a los economicamente poderosos del bando contrario tal como hizo Hugo Chávez, etc., etc.
Estamos en presencia de una metodología.
Recuerda la demonización de la clase política en Cuba a fines de los cincuenta y principios de los sesenta, en Venezuela a fines de los noventa, en otros países de AL y también en Europa (Grecia y España) con el objetivo de que llegue al poder algún charlatán inepto con carisma de populista que cambie las reglas y destruya la nación.

Un abrazo,
Simón José.

Realpolitik dijo...

Estoy completamente de acuerdo, pero yo no tengo problema alguno con Obama. Es lo que es, y tal gente siempre ha existido y existirá. Mi problema, y bien serio, es con los que se prestaron a poner tal persona en la Casa Blanca, y para colmo dos veces (y si fuera posible, probablemente lo harían otra vez, o al menos lo intentarían). Nada, que la democracia poco sirve cuando la calidad de la mayoría de los votantes no está a la altura de elegir su gobierno.

Enrisco dijo...

La noticia como tal tiene su truco. Porque en realidad si uno escarba un poco mas en la noticia descubre que desde 1975 el congreso estatal de Alaska ya hizo el cambio de nombre pero este no tuvo efecto federal hasta ahora a peticion del congreso de Alaska. No obstante basta el entusiasmo con que Obama se ha atribuido la iniciativa para a su vez achacarle el abuso de autoridad de que se le acusa (aunque el procedimiento no fuera tan unilateral y autoritario como sugiere la noticia).

Realpolitik dijo...

Quise decir que la democracia poco sirve cuando la mayoría del pueblo la utiliza para elegir malos sino desastrosos gobiernos. Miren a Venezuela, un ejemplo clásico del problema--y el verdadero problema es el pueblo, no los políticos.

Miguel Iturralde dijo...

Paciencia, cuando Trump sea votado presidente restaurará el nombre original y hasta construirá un "resort" a todo dar en los alrededores. Pero hay que estar atento no repita el tumbe que dio aquí en Puerto Rico, cuando propuso y construyó un complejo en un litoral bellísimo y ahora dejó colgando al Banco Gubernamental de Desarrollo con 39 milloncitos en deuda porque se fue a la quiebra, el complejo turístico no Trump. Sí señor, hacen falta votantes de calidad.

Y BTW, Obama se ha negado a meterse en un rescate financiero de esta Isla, la llamada Grecia del Caribe, así que puede inferirse que vela por los dineritos de los "taxpayers" del "mainland", aun cuando recogió aquí una putuca de chavos para sus campañas presidenciales. Poíticos y la democracia. Saludos.

oscar garcia dijo...

que cosa esa! lo que me pregunto es "Y que ???" que es lo incomodo, incorrecto, que atomo de TNT porvoca el salto y busca que se rebase la masa critica para la reaccion en cadena?

mas interesante fue el cambio de Carlos III a Salvador Ayende, cuando entonces no lei o escuche ningun punto con sustento que discrepara, al menos que quienes discrepan con la Lomita norteamericana

Oye ! sera que depende de quien administra la Casa Blanca y que de ser McKein le hubiesemos aplaudido la genial rebautizacion?
Que superficiales son los nombres, las etiquetas y las revisions

que ha dicho de esto blogueros norteamericanos? tal vez ellos tengan montones de elementos