Les presento una interesante entrevista a Haim Hayet, un político israelí de origen cubano sobre "Cuba, Israel y la Revolución". Abajo un fragmento:
¿Cómo cambian las relaciones diplomáticas entre Israel y Cuba a partir de la revolución?
-Como te conté, antes de la revolución no había embajada, había sólo un consulado. Con la Revolución eso cambió. Puede ser que cambió por una razón personal, pero estas cosas no cambian solamente por cuestiones personales. O sea, sucedieron dos cosas. Por un lado el consulado se elevó al rango de legación. Llegó de la Argentina un ministro pleni-potenciario, es decir, un enviado extraordinario como Embajador a establecer las relaciones (entre Israel y Cuba). Se llamaba Yoel Baromi; por otro lado, salió de Cuba la legación, como embajada pero no llegaba a tanto, aunque era en la práctica una embajada para Israel. Y el que abrió la Embajada en Israel a fines del año 1960, en Hertzlía Pituaj [un suburbio de Tel Aviv], se llamaba Ricardo Zuvirana y Lobo. En realidad su nombre original era Reijard Wolf. Wolf es Lobo y Reijard es Ricardo. Zuvirana era el apellido de la mujer y él lo incorporó para darle más importancia. No sé si todavía lo es, pero llegó a ser Viceministro de Relaciones Exteriores. Hace cuatro años él estaba de embajador de Cuba en París.
¿Qué relación tenía este señor con Fidel Castro?
Él era de la familia Lobo, que eran los productores azucareros individuales más grandes de Cuba antes de la Revolución. Pero él era "yeque", es decir, judío alemán. Un comunista de salón. Y ayudó financieramente a Fidel en la Revolución. Con la ayuda financiera de él fue que Fidel compró el Granma, el barco para la invasión que falló, pero quedaron los doce y ahí empezó todo. Entonces cuando la revolución triunfó, dicen -yo no estuve allí- que Fidel le dijo, "¿qué es lo que tú quieres?" para agradecerle. Y él le dijo "yo quiero que me nombres embajador de Cuba en Israel".
-¿Y usted lo conoció?
Por supuesto. Era un viejito muy, muy buena gente. Tengo un cuento de cuando él llegó. Yo era parte de un kibbutz. Estuve 15 años en el kibbutz Gaatón. Era parte de un garín (núcleo pionero) uruguayo, mexicano y cubano. Entonces la gente me dijo: "Haim, invita al embajador cubano, por la Revolución, y todo eso, bla, bla, bla". Y lo invité y él dijo que iba a venir. Entonces en ese tiempo, en el kibbutz el comedor era pobre y no habían muchas cosas. Pero hicieron una mesa especial para él, y se prepararon y entonces llegó el hombre y toda la gente del garín lo esperaba allí en el kibutz, imbuida del espíritu de la Revolución, toda la gente socialista que ayudó. Y vino un Cadillac. Y la gente me miró. Y del Cadillac se bajó un viejito (en ese entonces era un viejito, sabes, nosotros teníamos veintitantos años, entonces me imagino que él debe haber tenido en aquel entonces menos de lo que yo tengo hoy en día, un viejito). Bueno, lo recibimos bien pero luego fuimos al club todos los latinoamericanos y el viejo empezó a hablar y resultó que habla un español yeque, un español alemán, con un acento… cuando se fue, la gente me quería matar: "¿Qué nos trajiste, el embajador de la Cuba revolucionaria? Si es un viejo, que no tiene barba y con acento alemán. ¡Y en Cadillac! El Cadillac con chofer que era el símbolo del imperialismo norteamericano. Había en Israel, en aquel entonces, sólo dos Cadillac: el de él y el del embajador norteamericano. Pero este señor compró la villa (casona) que está todavía allí en Hertzlía Pituaj, y todo su dinero lo dio para el Fondo Wolf. Y todos los años en la Knesset el Primer Ministro y el Vocero otorgan una beca con dinero donado por el embajador de la Cuba Revolucionaria aquí en Israel. Este señor falleció acá y está enterrado en el kibbutz Gaash. Él y su mujer.
¿Y en general, las relaciones entre Cuba e Israel eran buenas?
Había una gran simpatía en la Revolución por Israel. Y gracias a que Israel era "el kibbutz". Eso era lo que simbolizaba a Israel. Israel estaba considerado también como un país pequeño, que luchó contra el imperialismo británico y triunfó. Y era socialista. El kibbutz, la Histadrut [la poderosa confederación de sindicatos israelíes]. Todo lo que fue y lo que no es hoy en día. E inclusive hubo una gran simpatía por Israel que se evidenció en las relaciones diplomáticas. En efecto, la relación diplomática con Israel duró en Cuba hasta el año 1973, a diferencia del resto de los países comunistas. Todos los demás países comunistas -a excepción de Cuba y Rumania- rompieron las relaciones con Israel en 1967. Y Cuba lo hizo recién en 1973 y no por la Guerra de Yom Kippur que es lo que la gente cree. Sino por cuestiones de realpolítik. Fidel quería ser el líder de la Tripartita, -¿recuerdas?- del movimiento de Países No-Alineados. El Tercer Mundo. Entonces había un congreso de ese movimiento en Argelia. Y Fidel quería ser el presidente del congreso. Entonces los argelinos y el resto de los países árabes que eran parte del movimiento le dijeron que teniendo relaciones con Israel no iba a poder ser. Por tal motivo, Fidel rompió las relaciones diplomáticas con Israel. Y fue Presidente del congreso por un tiempo. El movimiento sionista en Cuba fue legal hasta el año 1978. O sea, incluso por mucho más tiempo. Llegaron delegados de Cuba al Congreso Sionista. Delegados que fueron con el beneplácito de Fidel, del gobierno, porque si no, no salían de Cuba. Hasta el año 1978.
2 comentarios:
Muy muy interesante.
Un complemento:
http://www.tumiamiblog.com/2009/01/los-iisraelitas-no-sionistas.html
"No todos son castristas derechi-sionistas" por Alfredo Triff.
ESPECTACULARMENTE BUENO.
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