Guamá cumple un quinquenio de fundado y lo celebra con su Sedición Especial V Aniversario. Con tal motivo me hizo el honroso ofrecimiento de escribir un texto conmemorativo que ahí les dejo para sumarme a la celebración:
Cinco años del periódico Guamá, Órgano Oficial del que ha Partido. Un quinquenio de lucha incansable contra el mongolismo mediático. Un lustro de insurrección taína, de rebeldía guanajatabeya, de jodedera siboney. Media década de resistencia a los pichones de conquistadores que les arrebataron las tierras a nuestros antepasados para construir campos de golf en los que coronarse campeones, categoría aficionados. La vigésima parte de un siglo difundiendo la buena nueva de que los indios son la esperanza del mundo porque los indios son los que saben querer. Hatuey seguirá ardiendo en la hoguera, los indios escapando en canoas, en piraguas, en bohíos, en behíques o en cuanta cosa que flote (sí, los behíques flotan si se les llena de aire y les cierran todos los agujeros) pero hoy el dolor es menor, el desgarramiento más soportable porque sabemos que para vengarnos de las fechorías del compañero Diego Velázquez y sus secuaces siempre estará el cacique Guamá.
Pero Guamá no está solo. Lo acompañan el Camaján Barbudo, Opinga, la Gaveta Oficial, Senectud Reverde, Mongada, Pinguero, Verde Orino, Trabajodedores, SomoS Anormales, Zonzón, Granmamón, DDTI, Mar y Tenca, Cuarteles, Temes, Michocho entre otras combativas publicaciones que demuestran que el tamaño puede no importar pero la cantidad sí. Guamá no cree, como Raúl Campos Ruz, que el mejor homenaje es el diario cumplimiento del beber. Guamá cree en el principio de mente sana en indio sano porque sanas y claras han de ser las ideas de un indio que escapa de su encomendero, aunque sahumarse con un poco de yerba sagrada de vez en cuando no venga mal. Es así que en esta vigésima parte de siglo el Cacique nos ha legado una indiología simple y justa derivada del principio físico que dicta que a una acción corresponde una reacción o como se diría en taíno: “si me aguas el ajiaco te armo tremendo batey”. Es así que cuando los fieros encomenderos que hoy se enseñorean de Cubanacán y alrededores cometen alguna de sus más infames aberraciones nuestro primer pensamiento suele ser “¿Qué dirá el Cacique de esto?” y ya de antemano saboreamos el cuero -o más bien la cabuya- inmisericorde que le dará nuestro ilustre taíno. Entonemos entonces en este quinto aniversario el canto de guerra del más osado de nuestros indígenas: “Kubana yana yagua coacoa fotuto” (o como se diría en cubano vernáculo contemporáneo “¡La macana pa’tó el mundo!”). Le deseamos pues a nuestro indiólogo más respetado una larga vida y una próspera inmortalidad.
2 comentarios:
Honor a quien honor merece !
Pepe el taino !!
Espero un día ver reunidas en un libro todas estas muestras de imaginación. Sería una pena que se perdiera (sí, porque en el ciberespacio los textos desaparecen y ahí sí no hay quien los recupere)la muestra de un humorismo del bueno, antológico.
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