Mundial

Los mundiales de fútbol están maniatados por viejas costumbres. De 18 ediciones sólo han emergido siete campeones: con la excepción de Inglaterra y Francia, todos lo han hecho más de una vez. De ellos sólo Brasil –maracanazo mediante- no se ha coronado campeón en su propio país al mismo tiempo que es el único que ha conseguido hacerlo en un continente diferente al suyo (Suecia 1958 y Corea- Japón 2002). La FIFA ha intentado romper ese fatalismo celebrando campeonatos fuera del circuito Europa –América pero hasta ahora nada ha cambiado. Luego de alguna que otra sorpresa inicial las finales siempre las disputan los mismos equipos. Con la historia de los mundiales en mano se puede concluir que:


-Poco importa lo impresionantes que puedan lucir los equipos en las etapas previas al final suelen desinflarse (lo digo pensando en los que le apuestan a España).

-Los mundiales más que una prueba de calidad técnica lo es de carácter, de convicción de imponerse en el más universal de todos los espectáculos. De costumbre de ganar. Y eso es algo que sólo parecen poseer en las últimas décadas los equipos de Italia, Brasil, Argentina, Alemania o la Francia de Zidane

-El equipo de Brasil actual es posiblemente el peor de toda su historia y sin embargo tiene amplias posibilidades de coronarse campeón. Jugar en África será para ellos mejor que jugar en casa. Y la verdad es que no sé como ganarán.

-Aunque me gustaría, y mucho, no creo que ningún país africano sobrepase los cuartos de final y el único que tiene posibilidades serias de llegar de acuerdo al organigrama es Nigeria. Y quizás Camerún.

-Ya para las semifinales –como siempre- las sorpresas se habrán disipado. Temo que en semifinales estén Inglaterra, Holanda, Alemania y Brasil o si acaso España en lugar de este último.

-No creo que Argentina pase de cuartos de final. Allí deberían tropezarse con Inglaterra y donde Maradona no ha conseguido armar un equipo, Capello sí. No sé por qué alguien ha podido pensar que a Maradona la cabeza le funciona la mitad de lo bien que le funcionaban los pies.

-Tratándose de Sudáfrica, donde jugarán casi como en casa, podría ser el año de Holanda, la eterna promesa pero la verdad es que no lo creo. Pero me encantaría.

-Las sorpresas más previsibles vendrían, como casi siempre de Europa del Este (Eslovaquia, Eslovenia y Serbia) esa zona de fútbol brillante y tumultuoso destinado a animar la primera mitad de todas las copas pero al que casi nunca el entusiasmo le permite pasar de las semifinales.

-Ojalá que me equivoque en todo lo que acabo de decir y por una vez en la historia la copa del mundo sea una competencia deportiva y no un viejo truco del destino.