martes, 27 de mayo de 2008

La Demajagua de los Celulares

Hoy en Encuentro en la Red me publicaron otras de las Reflexiones del Compañero Enrisco. Aquí les pongo el texto:

La Demajagua de los Celulares

Finalmente, el sueño de nuestros mambises y demás luchadores por la libertad de Cuba se ha visto realizado: en la Isla han terminado por autorizar la venta de teléfonos móviles a los cubanos. Realizado y superado, porque dudo de que el general Antonio Maceo imaginara alguna vez que sus tataranietos podrían comunicarse entre sí, a kilómetros de distancia, contando sólo con un aparatico sin cables y tres meses de salario promedio.
En todas partes del mundo, empezando por la Unión Europea, ven en el "Grito de la Demajagua de los Celulares" una esperanzadora noticia sobre futuros cambios en Cuba. (Eso, sin contar con las posibilidades turísticas de esta medida. Los turistas deseosos de derrochar su dinero, en lugar de perder enormes sumas en los casinos de Montecarlo o Las Vegas, podrían invertir las mismas cantidades en un par de llamadas a través de celulares cubanos). De cualquier manera, con reacciones como la de la Unión Europea estamos en condiciones de poder imaginar todas las maledicencias y contratiempos que pudo haberse evitado Hitler si hubiera instalado en Auschwitz unas cuantas cabinas telefónicas y hubiese permitido a sus inquilinos el libre uso de ábacos.
Y hablando de teléfonos, se dio a conocer recientemente la noticia de que la policía italiana interceptó unas llamadas telefónicas a diputados corruptos de ese país y gracias a eso se dio a conocer un plan del cardenal Bertone, alto funcionario del Vaticano. El plan de Bertone consiste en que el Comandante se muera cristiano. Yo, al menos, concuerdo con los deseos del cardenal, aunque no necesariamente en todos los puntos. Digamos que no me molestaría modificar su plan y cambiar "cristiano" por "cuanto antes". No es que le tenga ojeriza al Comandante, pero me gustaría que su hermano Raúl tuviera la oportunidad, por fin, de liberarse de sus lazos filiales y le diera rienda suelta a ese gran demócrata que lleva a dentro, del que no se cansan de hablar los expertos.
Lo de la futura muerte cristiana del Comandante también puede servir de alentadora señal para toda la humanidad, a excepción de todas aquellas almas cristianas que se encuentran ahora mismo en el paraíso, a las que quizás no les agrade pasarse el resto de la eternidad haciendo trabajo voluntario y oyendo discursos. A mí, que desde hace rato tomé la precaución de ser agnóstico ("gusano soy, gusano seré", reza mi credo trascendental), la perspectiva no me quita el sueño; pero debo reconocer la infinita previsión de Hatuey, aquel indígena que rechazó el bautizo para no verse rodeado de españoles en el cielo. Hatuey lo tenía claro: lo importante no es adónde uno vaya, sino la compañía, y en cuestión de conversiones, la única que le pareció aceptable fue su conversión en cerveza. Y de más está recordar las malas relaciones que siempre han tenido el castrismo y la cerveza.
Pero respecto a la inminente entrada al paraíso del Comandante, al parecer no hay muchas esperanzas. Gracias a otro indígena, Evo Morales, presidente de Bolivia e Hijo Adoptivo del aeropuerto de Rancho Boyeros, hemos podido enterarnos de que el Comandante se halla delgado pero lúcido. Cierto que "delgado pero lúcido" parece más la descripción de Mahatma Gandhi que la de Fidel Castro, pero creo que debemos creerle al presidente boliviano, a menos que en el desayuno haya cargado demasiado su té de coca. Lo que no me queda claro es qué quiso decir Morales con eso de que el Comandante parecía lúcido: ¿Lúcido como en el Moncada, el Granma, la Crisis de Octubre, la Ofensiva Revolucionaria, la Zafra de los Diez Millones, la Rectificación de Errores o la Revolución Energética? ¿O simplemente quiso decir que, al visitarlo, el Comandante lo reconoció y lo llamó "Evo" y no, por ejemplo, "Hatuey"?


Enrisco
25 de mayo de 2008
2 y 20 a.m.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno, niño.

Infortunato Liborio del Campo dijo...

Me parece que la última vez que el Evo fue a la Habana, El Tripa lo llamó Cobalto, por lo que en cierto momento de flaqueza ideológica el indígena dudó de su lucidez, de la del Evo, no de la del Tripa, eso nunca.

Eso me recuerda los cuentos de Álvarez Guedes y el comportamiento de los cubanos en los hospitales.

-¿cómo viste al viejo?
-Na, está entero, me reconoció y to.

Anónimo dijo...

Enrisco: espero tus libros. Seré cuidadoso.

Anónimo dijo...

Enrisco:
Eres un genio. Te felicito.