lunes, 28 de julio de 2014

Martí y el racismo

Hoy veo en Cubaencuentro un artículo que resume la pregunta que lo titula “¿Fue José Martí racista?”. Al parecer el libro que se reseña (que se limita a la noción muy local –y “blanca”- de racismo que se reduce al desprecio de la raza negra) termina respondiéndola negativamente. Si en cambio apelamos a una noción algo más contemporánea (y menos local) de racismo -según la cual racista es el que tenga una visión racializada del mundo y desprecie a grupos identificados con cierta raza o etnia- entonces no habría manera de negarlo. Bastaría para ello este párrafo sacado de su famosa crónica sobre “El puente de Brooklyn

“se apiñan hoy como entre tajos vecinos del tope a lo hondo en el corazón de una montaña, hebreos de perfil agudo y ojos ávidos, irlandeses joviales, alemanes carnosos y recios, escoceses sonrosados y fornidos, húngaros bellos, negros lujosos, rusos—de ojos que queman, noruegos de pelo rojo, japoneses elegantes, enjutos e indiferentes chinos.—El chino es el hijo infeliz del mundo antiguo:―así estruja a los hombres el despotismo: como gusanos en cuba, se revuelcan sus siervos entre los vicios. Estatuas talladas en fango parecen los hijos de sociedades despóticas.―No son sus vidas pebeteros de incienso:―sino infecto humo de opio

E incluso se le pueden sorprender ciertos arranques xenófobos -como el que sigue- al comentar sus primeras impresiones sobre los Estados Unidos:

“Si la gente común va en aumento cada día por una sedienta población extranjera, que no hay que confundir con el verdadero pueblo americano, muestra aquella ansiedad por el dinero y lucha terriblemente en este sentido, el verdadero americano resguarda del vulgar asedio de la inmigración, que trae en vigor y posibilidades de riqueza, lo que le falta de elevación intelectual y profundidad moral, la grandeza nacional, los derechos constitucionales, los antiguos y honorables apellidos. En las columnas de un periódico, en las páginas de un magazine, en la charla familiar, los más puros sentimientos, nobles aspiraciones y generosas ideas luchan bravamente por el rápido progreso del país, en el sentido de desenvolvimiento moral.
Se alcanzará. No se ha logrado aún porque muchos extranjeros traen sus odios, sus heridas, sus úlceras morales. ¡Qué terrible enemigo para el logro de la virtud es la desesperada necesidad de dinero! ¡Qué grande ha de ser una nación, para conducir por vía tranquila, esas bandadas de lobos hambrientos y sedientos, esas excrecencias de países viejos y pobres, feroces e inútiles allá,- y aquí, bajo el influjo del trabajo, buenas cordiales y mansas” (Obras completas, Tomo 19. pps 109-110)

Y claro que es injusto aplicarle a Martí 130 años después esos criterios actuales. Tanto como obligarlo a que tantos años más tarde siga siendo entre los cubanos la medida de todas las cosas. 

14 comentarios:

Rafael Rojas dijo...

Un buen comentario, Enrique. El libro de Cabrera Peña polemiza con varios académicos en Estados Unidos que, en los últimos años, han estado discutiendo la cuestión racial en Martí, como Alejandro de la Fuente, Jorge L. Camacho y Francisco Morán, por ejemplo. Menciono sólo a esos tres, pero hay muchos otros que han estudiado también la relación de Martí con el PIC y con los puertorriqueños Sotero Figueroa y Arturo Alfonso Schomburg, desde diferentes perspectivas. El reseñista de Cubaencuentro, sin embargo, no reconstruye ese debate sino que se limita descalificar a los académicos sin mencionar sus nombres, naturalmente.

Kundejo dijo...

La edad de oro de Jose Marti esta llena de racismo. Al parecer Marti no era muy fan de los moros. En parte por ser los infames esclivistas de le época. Pero como bien tu dices, el racismo hay que verlo en su tiempo. Yo creo que estamos llegando a una epoca que de racismo estamos brincando a la "comedurade de mierda y el pataleo". Dices algo en cualquier lado y siempre hay alguien ofendido.

Enrisco dijo...

Rafa, el primero que recuerdo haber hecho una critica a Marti desde el punto de vista racial fue a Enrique Patterson en un articulo en el segundo numero de Encuentro (Cuba: discursos sobre la identidad) en que hacia algo mucho mas interesante que cuestionarse si Marti era racista o no sino que iba directamente a la critica del modelo identitario martiano de "cubano es mas que blanco, mas que negro, mas que mulato". Eso fue en 1996. Alguno de los que mencionas publicó algo antes de esa fecha?

Rafael Rojas dijo...

Sí, también recuerdo ese ensayo de Enrique Patterson y Cabrera Peña lo comenta en su libro. Los estudios que menciono son posteriores. Sin demeritar el ensayo de Patterson habría que decir que su argumentación continúa una tradición del pensamiento negro cubano, que cuestionó el republicanismo de Martí y que se remonta a los años 40 y 50, en libros de Armando Guerra (uno precisamente titulado "Martí y los negros"), Angel César Pinto Albiol y Juan René Betancourt Bencomo. Ese ángulo de la crítica negra al republicanismo del siglo XIX, aunque desde una perspectiva marxista, se lee también en la obra de Walterio Carbonell.

Enrisco dijo...

Gracias. A Armando Guerra no lo he leido. Estaba pensando en Walterio que vino despues pero siento -y claro, "sentir" es un verbo escurridizo- un salto en Patterson, quizas porque le importe menos el tema racial en si que el de la propia identidad cubana.

Anónimo dijo...

Por favor, no sigas más la corriente antimartiana que es moda hoy en día entre los posmodernos...

Anónimo dijo...

Ah, y Patterson es uno que practica a troche y moche eso que aquí llaman "reverse discrimination". De la negritud y el cuento está viviendo hace rato.

Enrisco dijo...

que parte te parece antimartiana? citarlo? lo he estudiado, la mitad de mi tesis de doctorado es sobre Marti y es muy dificil hacerlo sin tenerle mas respeto que al comienzo. pero de ahi a que sirva de referencia para todas las cosas de este mundo por toda la eternidad (como muchos calambucos de Marti pretenden) hay un trecho infinito. si lo ves como ser humano no te puede parecer otra cosa que excepcional pero como Dios hay que reconocer que era bastante limitadito.

versioncorta dijo...

Enrisco, llevo annos leyendo tus comentarios despreciativos a Marti, y creo que cualquiera con dos dedos de frente y un juicio imparcial sabe de sobra que el hombre fue un genio. Me pregunto cual es el problema entonces. Celos profesionales de un intelectual de semejante talla? El el show de Maria Elvira te dejaste presentar tranquilamente y si rubor como "uno de los intelectuales cubanos mas activos e influyentes fuera de Cuba, una de las grandes plumas, de los grandes pensadores..." Seriously???

Enrisco dijo...

version corta: no quiero ofenderte pero si no sabes leer no sere yo quien te enseñe, tantas son mis limitaciones. a marti lo admiro muchisimo como intelectual, como dios, no tanto. si eso te parece "despreciativo" ya es un problema tuyo. si te preocupa lo que alcanza a decir una locutora en un programa de television, si le das alguna importancia tampoco es mi problema. a duras penas uno alcanza a decir lo que pretende, mas razones para admirar a Marti, pero no le hagan el flaco favor de convertirlo en superheroe porque entonces incluso a el no le queda otro remedio que hacer el ridiculo.

Anónimo dijo...

yo no veo qué es lo racista en las muestras que ofreces.

Anónimo dijo...

La verdad es que la obsesión de algunos de endiosar a Joseíto y ponerlo más allá de cualquier crítica me hace recordar a aquel guajiro de mi pueblo que cuando alguien decía "me cago en dios" le respondía: "deja a ese hombre quieto". El guajiro tenía más sentido común, y más sentido del humor, que los de la iglesia martista.

Enrisco dijo...

No obstante lo que lo salva del racismo mas vulgar, ese que se basa en diferencias biologicas supuestamente irreversibles es que por ejemplo en el caso de los chinos basa su diferencia en causas historicas, no en las biologicas o geneticas al decir que su supuesta inferioridad se debe a que son "hijos de sociedades despóticas".

Carlos dijo...

A los indios mexicanos JM les llamó crisálidas de hombre, entre otras lindezas. Sin embargo, no hay racismo en su intención, nada parece en verdad más distante. Son elementos historicos-culturales que describe a su forma.