martes, 30 de abril de 2013

El profeta


Si en 1970, en medio de la Zafra de los Diez Millones Fidel Castro hubiera dicho "este sacrificio que hace hoy el pueblo cubano es para que nuestros hijos vivan en la abundancia, viajen por todo el mundo y ganen campeonatos de golf" muchos lo hubieran calificado cuanto menos de exagerado. Y ya ven, el hombre ha cumplido y no se lo reconocen. Pero como dice el proverbio "nadie es profeta por cabeza ajena".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cuántos países sometidos a un criminal bloqueo imperialista y en medio del período especial podrían desarrollar golfistas de la calidad de Tony Castro? Solo en el golf revolucionario se podría lograr semejante hazaña. ¡Gloria eterna a todos los que cayeron de su bicicleta desfallecidos de hambre para que Tony Castro y otros hijos humildes de nuestro pueblo pudieran triunfar en las trincheras del golf!

Realpolitik dijo...

Vamos a suponer que el Tony ganó limpia y honestamente contra más de cien contrincantes de varios países, que se supone no eran mancos ni tarados. Eso requiere que el tipo prácticamente se pase la vida jugando golf, lo cual no es exactamente lo que debe estar haciendo un revolucionario, sobre todo un hijo de Fidel Castro. Por lo menos debe hacer el papel alguito mejor, como su primita Mariela, tan comprometida ella con los problemas sociales. Para colmo, el Tony se las da de “playboy” estilo años cincuenta, cuando todos sabemos que nada que se asemeje a esa época oscura puede ser aceptable para un revolucionario respetable. Claro, es posible que, igual que tantos artistas, Tony no quiera saber de política, y que se haya recogido al buen vivir como hijito de papá, o lo que parece más probable, hijo de…Dalia.

versioncorta dijo...

Como en "El Padrino", papa mafioso se embarra las manos pero deja a sus hijos el emporio garantizado y la carita limpia.

Colorete dijo...

Si se tratara de un hijo de Pinochet, bueno, para que hablar.

Abolengo dijo...

Bueno, es cuestionable que Fidel esté muy al tanto de los quehaceres de Tony, si es que se acuerda de haberlo tenido. Nunca fue padre muy apegado que digamos con ningún hijo, aunque no cabe duda de que Tony es un clásico hijito de papá, y tampoco dudo que la Dalia lo haya consentido de mala manera. De cierta forma, es admirable que se cuide tan poco de mostrarse hedonista y vividor tal como es, o sea, por lo menos no es un farsante a lo Mariela con esa cara de tranca, o mejor dicho, de concreto. Hay que tener siempre en cuenta de que gentuza provienen estos Castros: un gallego cuatrero y explotador y una criadita de a tres por kilo. O sea, no estamos hablando ni siquiera de gente decente, mucho menos de gente fina, aunque la finura no garantize mucho salvo cubrir la forma con cierta elegancia. De elegancia los Castro no tienen ni puta idea.