Evidentemente el Comandante se resiste a descansar pese a los pedidos insistentes de los que lo quieren y los que lo odian. Ahora insiste en desempeñar la función de oráculo que a pesar de lo que parezca no tiene nada que ver con el talón de Aquiles del Convaleciente en Jefe que en el caso del Comandante, como todos sabemos, está situado un poco más arriba de su talón real. En su último mensaje a Chávez comentándole su victoria moral (que es el modo poético que tiene el Comandante de llamarle a las derrotas reales de él o de sus amigos) dice: “es mi deber recordar la reflexión "Un Pueblo bajo el Fuego", que contiene argumentos y frases que preveían los acontecimientos”. En la citada reflexión las únicas cosas que se anuncian con claridad son: el asesinato de Chávez, la guerra civil en Venezuela y una guerra atómica. El Comandante se pasa la vida hablando de integración pero últimamente se ha puesto bastante apocalíptico. Que yo sepa nada de lo que anunció ha ocurrido a menos que al igual que Nostradamus haya que leerlo de modo muy metafórico. Visto así lo que había anunciado no era la muerte literal de Chávez sino que las elecciones iban a acabar con el bolivariano y en ese sentido puede que tenga razón. Bueno, también dijo que “Las semanas y meses posteriores a esa fecha pueden llegar a ser sumamente duros para muchos pueblos, entre ellos el de Cuba, si es que antes las aventuras del imperio no conducen al planeta a una guerra atómica, como han confesado sus propios jefes”. O sea, que la cosa se va a poner muy mala a menos que una guerra atómica la suavice. Esas sabias palabras confirman una vieja sospecha que siempre han tenido sus compatriotas: una guerra atómica no puede ser tan terrible como el Período Especial en Tiempo de Paz. El Comandante también congratula a Chávez por su “valiente y sabia decisión” en referencia al reconocimiento de su derrota en las urnas como si hubiera habido otra posible opción (se supone que “cobarde y bruta”) que Chávez en algún momento desechó. Pero de lo más interesante que dijo el Comandante en estos días nos hemos enterado indirectamente. El vicecanciller venezolano ha declarado que “Tenemos que llegarle a los sectores medios de la población y gobernar para ellos. No hay cuatro millones de oligarcas, como dijo Fidel Castro”. 4 millones de oligarcas –oligarcas les llama Chávez a los opositores- son muchos. La advertencia del Comandante es sabia. Hay una contradicción de términos entre oligarquía (que en griego significa “gobierno de los pocos”) y los cuatro millones y pico que votaron en contra de Chávez. El Comandante sabe su griego y los oligarcas, por definición, no pueden ser tantos. Así que su advertencia puede ir en dos direcciones. O Chávez acepta que tiene en contra al menos a medio pueblo de Venezuela o se busca otro término para designar a la oposición. Contrarrevolucionarios podría ser. O mejor, “gusanos”. Los gusanos se pueden dar el lujo de ser los millones que quieran sin entrar en contradicciones etimológicas ni tenerles tampoco mucha consideración.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
martes, 4 de diciembre de 2007
El Oráculo (en Jefe)
Evidentemente el Comandante se resiste a descansar pese a los pedidos insistentes de los que lo quieren y los que lo odian. Ahora insiste en desempeñar la función de oráculo que a pesar de lo que parezca no tiene nada que ver con el talón de Aquiles del Convaleciente en Jefe que en el caso del Comandante, como todos sabemos, está situado un poco más arriba de su talón real. En su último mensaje a Chávez comentándole su victoria moral (que es el modo poético que tiene el Comandante de llamarle a las derrotas reales de él o de sus amigos) dice: “es mi deber recordar la reflexión "Un Pueblo bajo el Fuego", que contiene argumentos y frases que preveían los acontecimientos”. En la citada reflexión las únicas cosas que se anuncian con claridad son: el asesinato de Chávez, la guerra civil en Venezuela y una guerra atómica. El Comandante se pasa la vida hablando de integración pero últimamente se ha puesto bastante apocalíptico. Que yo sepa nada de lo que anunció ha ocurrido a menos que al igual que Nostradamus haya que leerlo de modo muy metafórico. Visto así lo que había anunciado no era la muerte literal de Chávez sino que las elecciones iban a acabar con el bolivariano y en ese sentido puede que tenga razón. Bueno, también dijo que “Las semanas y meses posteriores a esa fecha pueden llegar a ser sumamente duros para muchos pueblos, entre ellos el de Cuba, si es que antes las aventuras del imperio no conducen al planeta a una guerra atómica, como han confesado sus propios jefes”. O sea, que la cosa se va a poner muy mala a menos que una guerra atómica la suavice. Esas sabias palabras confirman una vieja sospecha que siempre han tenido sus compatriotas: una guerra atómica no puede ser tan terrible como el Período Especial en Tiempo de Paz. El Comandante también congratula a Chávez por su “valiente y sabia decisión” en referencia al reconocimiento de su derrota en las urnas como si hubiera habido otra posible opción (se supone que “cobarde y bruta”) que Chávez en algún momento desechó. Pero de lo más interesante que dijo el Comandante en estos días nos hemos enterado indirectamente. El vicecanciller venezolano ha declarado que “Tenemos que llegarle a los sectores medios de la población y gobernar para ellos. No hay cuatro millones de oligarcas, como dijo Fidel Castro”. 4 millones de oligarcas –oligarcas les llama Chávez a los opositores- son muchos. La advertencia del Comandante es sabia. Hay una contradicción de términos entre oligarquía (que en griego significa “gobierno de los pocos”) y los cuatro millones y pico que votaron en contra de Chávez. El Comandante sabe su griego y los oligarcas, por definición, no pueden ser tantos. Así que su advertencia puede ir en dos direcciones. O Chávez acepta que tiene en contra al menos a medio pueblo de Venezuela o se busca otro término para designar a la oposición. Contrarrevolucionarios podría ser. O mejor, “gusanos”. Los gusanos se pueden dar el lujo de ser los millones que quieran sin entrar en contradicciones etimológicas ni tenerles tampoco mucha consideración.
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7 comentarios:
Estupendo, Enrisco! Yo iba a escribir algo en mi blog sobre la andanada oracular, pero después de leerte desisto.
los gusanos se transforman en escualidos en venepetruela
Lo de jugar a oráculo le ha dado a este tipo durante un buen tiempo. Eso sí, la agudizada chochera de los últimos meses le ha acentuado el ridículo a niveles desorbitantes. Lo de "si es que antes las aventuras del imperio no conducen al planeta a una guerra atómica" no tiene precio.
El caso típico del Agorero en Jefe hace un par de años era la predicción de la apocalíptica e inminente desaparición del sistema capitalista mundial basado en signos tan "evidentes" como una bajada del Dow Jones. Lo más parecido a sus reflexiones de aquel tiempo son esos folletos de los Testigos de Jehová que ven signos de la inminente llegada del apocalipsis en problemas de hoy que en realidad ya se han visto en ocasiones anteriores, muchas veces en mayor escala.
Hablando de sectas religiosas, otros a los que El Gran Predictor recuerda son a los líderes de sectas religiosas suicidas. Hay tantos factores en común: la total convicción de que son poseedores de la verdad absoluta, los esfuerzos por controlar todos los aspectos de la vida de sus súbditos, el aislamiento del mundo circundante, la represión a desertores y disidentes, la búsqueda de un enemigo externo que amenaze con destruir el "paraíso" que la secta ha creado y ayude a crear un clima de terror entre los miembros... Poco a poco la fachada de infalibilidad va desapareciendo y más miembros de la secta comienzan a cuestionarse su fe. El escape para estos tipos es muchas veces el suicidio arrastrando a otros a una autoinmolación colectiva. Ya quizás sea tarde a ese riesgo pero yo me aterrorizaba al pensar lo que pudiera pasar si este tipo se dejara llevar un día por esos impulsos. Mi consuelo era que la magnitud de su secta (11 millones de miembros) era un factor de freno bastante grande, no porque le afectara su conciencia sino porque ni siquiera él debiera creerse tener tanto poder sobre tanta gente.
Excelente comentario.
qué rico es ser malo. ahora resulta que sólo por aceptar los resultados de una eleccioncita (según todos los indicios forzado por el alto mando del ejército bolívar y ano) chávez de la noche a la mañana se convierte en un demócrata ejemplar. resulta ahora que reunir todos los poderes en uno, cerrar los medios de prensa opositores, hostigar a los ídem con todos los enormes medios a su petrolero alcance, intimidar y comprar votos en la mejor tradición de los sargentos políticos de san nicolás del peladero (con perdón de éufrates del valle) no significa no ser demócrata, a pesar de la inminencia de la guerra atómica profetizada por el ora-culo en chief.
por cierto, enrisco, vas a tener que ponerte más gracioso si no quieres que Noscagamus te robe el público lector, porque las reflexiones se ponen cada día mejores, a medida que se le reblandece el cerebro (o lo que queda de él), y ya están más delirantes que monty python en sus buenos tiempos, a tal punto que me estoy creyendo que las escribe él de su propio puño y letra, a menos que se las dicte a randy. yo las estoy coleccionando, no sea que un día raúl no vaya a jugar gallos ni a pasar revista a jóvenes reclutas robustos y las lea y se espante y las mande a quitar (aunque a lo mejor las lee mientras juega gallos con los reclutas o mientras recluta a los gallos y no se da cuenta, quién sabe).
esto demuestra, por si algunos creían que todo es color de rosa en la vida de un dictador totalitario, que no todo es torturar opositores, dar discursos interminables, hundir economías, mandar tropas a lejanos países a guerras ajenas, insultar al exilio, reescribir la historia como te salga de los galones, abrazar pioneritos y otros placeres sublimes. el cargo, aunque decididamente mejor que el de súbdito totalitario, también tiene sus desventajas: por ejemplo que nadie se atreve a editarte, aunque produzcas puro sound and fury para deleite de grandes y chicos en el rencoroso exilio.
En resumen, el fume, a todos los que encuentran una "causa". que tambien se les llama militantes. Hay que destruir a Cartago!
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