El viejo Tejuca me envía esta
Guía para hacer una obra de arte en una Bienal habaneraPor Armando Tejuca
Aunque la Bienal es habanera antes que nada se recomienda buscar cuatro o cinco santiagueros que estén dispuestos a hacer cualquier cosa. Para esto no es necesario ir hasta Santiago de Cuba, basta con caminar dos o tres cuadras en la capital.
Luego es necesario escoger un conflicto existente en la sociedad cubana. De ser posible la inmigración aunque no la de los santiagueros que trabajarán contigo. Mejor referirse a la diáspora dura, esa para la que hay que montarse en avión o una balsa. Hablando de balsas, este medio de transporte es el más aconsejable motivo de inspiración de una obra de Bienal. Ya sea convirtiendo un chevrolet o un consolador en una balsa y reproduciéndolo muchas veces o dibujándolo en cualquier soporte que te encuentres. Los remos también son recomendables.
Llegado este punto hay que encontrar una revista extranjera de Arte contemporáneo y localizar a un artista que esté pegando duro en galerías neoyorquinas, parisinas o chinas. Con reemplazar el objeto central de la obra con algo que aluda a la realidad cubana ya está resuelto este paso. Por ejemplo, si el artista extranjero llena una calavera de diamantes tu obra para la Bienal será llenar 25 fémures con pastillitas de aspirina del MINSAP. Aquí ya pueden empezar a trabajar los santiagueros. Pero como tendrás que pagarle a los muchachones, buscar los miles de pastillitas y los huesos necesitarás dinero. ¿Cómo conseguirlo? Pues vendiendo cuadros a turistas durante los meses previos y explicando a todo el que te compre lo que te propones hacer. Sirve igual un patrocinador o una relación con algún turista en la cual no sea necesario dar un cuadro para que te dé dinero. Cualquier cosa es bienvenida. Para eso eres cubano y ocurrente: lo importante es que sepas que sin dinero será imposible destacarte entre tus colegas y no pasarás de unos bejucos, cuatro carretillas de tierra o un performance en el que bailarás desnudo en pleno malecón a las doce del día. Evita esto. No está a la altura de lo que se espera de un artista de la Bienal. Tampoco se te ocurra pintar cuadros de óleo sobre lienzo: así no se llega a ningún lugar.
Es muy necesario que mientras todo esto pasa, mientras los santiagueros trabajan, resuelvas asuntos importantes. Hay que hacer todo lo posible por conocer a cuanto curador aparezca en el firmamento, lo mismo invitándolo a comer que resolviéndole cualquier problema de abastecimiento local. Tampoco olvides tener todos los permisos en regla y no dejar de pagar las mensualidades de la UNEAC.
Todo esto te llevará a estar en el programa de la Bienal y pasar unos días inolvidables de arte y gloria. No olvidar a la hora que te entrevisten poner cara de jodedor y sonriéndote hacer que todos crean de que estás ironizando sobre la realidad, de que hay algo oculto en lo que dices que hace falta revelar. No des muchos datos, los silencios valen mucho en toda explicación de un artista. Todo eso lo puedes hacer con solo proponértelo. Los santiagueros te lo agradecerán.