Eso fue lo que le sacaron antiguos miembros del Directorio Revolucionario a Raúl Castro por la publicación reciente de una carta de su hermano de finales de 1958. 13 Ladas. Como para montar un ministerio de los de antes. Con su poder simbólico porque el apellido del Directorio era “13 de marzo” que antes de remolcador hundido fue la fecha en que se trató de matar al “tirano Fulgencio Batista en su propia madriguera”. Y todo porque la carta de marras del Comandante al Che Guevara lo regañaba por entrar en contacto con el Directorio lo cual desmiente la historieta oficial inventada por el mismo Comandante que reza que entre él y el Directorio nunca hubo ni un sí ni un no. Otra muestra más de su épica chochera. Ve algo firmado con su nombre y le da el visto bueno a la publicación sin detenerse en que cuando llevas tanto tiempo mintiendo nada hay más peligroso que tus antiguas palabras.
Pero a lo que iba: 13 Ladas. Piensen en la guerrita de los emails y lo que le sacaron los intelectuales cubanos al gobierno y tendrán la distancia que hay entre los políticos y los intelectuales, entre las armas y las letras. Aunque protesta de los letrados fue bastante más escandalosa la aplacaron al instante con aquello de que el enemigo acecha y la apertura de un centro de debate en el que nunca se ha vuelto a debatir nada de peso, la devolución de una revista que nadie lee y algún que otro viajecito. Los antiguos tiratiros se rebelaron discretamente –“qué es eso de atentar contra la unidad revolucionaria que tanto trabajo (de corta y pega en los libros de Historia) ha costado” le habrán susurrado al oído del Hermanísimo- hasta conseguir ladas en número simbólico. A las palabras se las lleva el viento y a las carrocerías de los ladas el salitre del golfo de México pero a los magnicidas frustrados les quedará el consuelo de que su reino es definitivamente de este mundo mientras que los abonados de la UNEAC ni se rinden ni se venden: simplemente se regalan … y ni así los quieren.
Pero a lo que iba: 13 Ladas. Piensen en la guerrita de los emails y lo que le sacaron los intelectuales cubanos al gobierno y tendrán la distancia que hay entre los políticos y los intelectuales, entre las armas y las letras. Aunque protesta de los letrados fue bastante más escandalosa la aplacaron al instante con aquello de que el enemigo acecha y la apertura de un centro de debate en el que nunca se ha vuelto a debatir nada de peso, la devolución de una revista que nadie lee y algún que otro viajecito. Los antiguos tiratiros se rebelaron discretamente –“qué es eso de atentar contra la unidad revolucionaria que tanto trabajo (de corta y pega en los libros de Historia) ha costado” le habrán susurrado al oído del Hermanísimo- hasta conseguir ladas en número simbólico. A las palabras se las lleva el viento y a las carrocerías de los ladas el salitre del golfo de México pero a los magnicidas frustrados les quedará el consuelo de que su reino es definitivamente de este mundo mientras que los abonados de la UNEAC ni se rinden ni se venden: simplemente se regalan … y ni así los quieren.
2 comentarios:
Entoletao!
No estoy muy seguro de esta historia pero parece que algunos jerarcas del directorio tenian debilidad por los carros creo que la toma de la universidad se resolvio cuando Fidel fue a ver a Chomon y este le pidio algunos cargos y unos cuantos cadillacs....parece que lahistoria se repite...lo que ahora les dieron 13 ladas o carretillas que es casi lo mismo......
Publicar un comentario