De vuelta de un viaje familiar a un Miami bordeando el punto de congelación no me siento especialmente inclinado a postear. En cambio el poeta Emilio García Montiel me envía este psot sobre el comediante español Chiquito de la Calzada
Chiquito de la Calzada
Por Emilio García Montiel
El jueves 10 de diciembre, después de entrevistar a Enrique Morente, Buenafuente anunció que el martes siguiente tendría de invitado a Chiquito de la Calzada. “Pues bueno –enfatizó como si ya todo lo demás fuera superfluo- vamos a llenar el tiempo hasta que llegue Chiquito de la Calzada. Vamos a hacer el programa, pero lo importante es que llegue Chiquito, el martes”. Dueño de un humor tan particular, modelo de constante remedo para comediantes y, al parecer, para buena parte de España –chiquitear es el verbo para la acción de imitar a ese singular comediante malagueño - Chiquito de la Calzada parece haber recompuesto el famoso “humor absurdo” de Tip y Coll (quienes ya eran referencia para Les Luthiers) en una suerte de coreografía que importa más que el chiste mismo. Vocablos inventados y de uso ambiguo como meretérica, diodenal y, sobre todo, fistro -“una palabra planetaria surgida después de los dolores”-, frases como “te voy a matá en agosto”, “físicamente y moralmente cansado”, “guarrerida humana después de las comidas”, “no puedor, no puedor” o “al ataquerrrr”, pronunciadas con su marcado acento andaluz, así como un notorio cambio de timbre para marcar las improvisaciones y los finales, son parte de los comodines de Chiquito, junto con su peculiar movimiento de manos, su revoleo de piernas y su desplazamiento a pequeños pasos, como si caminara con cautela sobre un piso mojado. No obstante, creo que la expectación por Chiquito no obedece solamente a esas tan esperadas rutinas y frases, fuentes de las imitaciones, sino también a sus habituales (e imprevistos) cambios de sentido y de contexto como apoyatura en el relato de sus chistes, así como a su habilidad para disociar, del mismo modo, el hilo de cualquier conversación.
Del tipo de humor al que soy afecto, hay, junto a Chiquito -aunque ninguno semejante en estampa- algunos otros comediantes españoles muy elogiables. El propio Andreu Buenafuente, por ejemplo, quien con sutileza disecciona la política y el espectáculo español, en Buenafuente o BFN, uno de los mejores programas humorísticos de los que he visto por los rumbos de Iberoamérica. Sostiene Andreu la idea de un humor inteligente; no sé yo si sería necesario el calificativo, pero, en cualquier caso, si de diferenciarlo del chiste burdo se trata, quien sabe si alguno ha de tener. Participa Andreu del grupo de humoristas El Terrat que, al menos, en cuanto a aparición delante de las cámaras cuenta con José Corbacho, Jordi Évole (El Follonero) y Berto Romero. De Corbacho conozco poco y si bien El Follonero con Salvados tiene lo suyo en cuanto a los enredos políticos, el formato es muy semejante al de los programas que buscan poner a los famosos en aprietos (su emisión desde Cuba cuando el concierto de Juanes me pareció francamente sosa, y peor aún su segunda parte, un recorrido por los barrios de La Habana, guiado nada más y nada menos que por el cantante Yotuel (o Iyouhe, como diría Enrisco) quien se empeñaba en demostrar que todos eran muy felices (sin decir, por supuesto, que perdices no había) y con un Jordi Évole poco menos que apocado ante la explosividad de su cicerone.
De ellos, Berto constituye, sin duda, la excepción del grupo. Hace estupendo dúo con Buenafuente en su programa, es capaz de sacar humor de donde aparentemente no existe (especialmente como lo hacía en su sección Bertovisión en la etapa anterior del programa) y, al igual que el mismo Buenafuente, maneja un registro de humor constante que va desde la aparente conversación intranscendente hasta la astracanada (ambos reverencian, por cierto, el oficio de payaso). En cuanto a otros programas de semejante nivel- hasta donde conozco, y si bien en un formato más estático- está El intermedio, conducido por El Gran Wyoming, con su humor ácido contra todas las correcciones políticas (el 3 de diciembre las audiencias subieron extraordinariamente cuando Buenafuente y Wyoming intercambiaron programas y ambos presentaron el programa del otro). Ya fuera de ello, daría en reconocer a un grupo de comediantes y monologuistas de bastante buen nivel, muchos con apariciones en programas fijos, y entre los que destacaría a Florentino Fernández, Raúl Cimas, Enrique San Francisco y, sobre todo, a Agustín Jiménez.
No me he dado a desentrañar cuánto del buen y mayor humor anterior en España –especialmente de Tip y Coll y del inigualable Miguel Gila- pueda estar presente en estos y otros comediantes de la pantalla chica (de la pantalla grande, por cierto, murió recientemente el genial José Luis López Vázquez), pero, al menos por lo que hace a Chiquito y al programa de Buenafuente y Berto, y de lo que he visto, es de lo mejor que he podido disfrutar. (Habrá por supuesto otros comediantes, buenos en otros estilos más convencionales o sencillamente como magistrales contadores de chistes, como Eugenio) La emisión de ese martes de Buenafuente fue conducida por Berto -para no perderse están la supuesta conversación de Chiquito con Leslie Nielsen, con quien apareció en la recién estrenada Spanish Movie, y sus palabras al presidente de Cataluña, José Montilla, en la segunda parte- y acaso no llegó a igualar la visita anterior de Chiquito al programa, pero en modo alguno dejó de ser divertida. De Chiquito- quien también ha sido cantante de flamenco y protagonista en otros filmes, de entre los que recomiendo Papá Piquillo- hay bastantes videos en You Tube; quienes lo vean por vez primera probablemente –tal como sucede con ese otro gran comediante que es Enrique Pinti -necesiten familiarizarse con su modo de hablar. Los programas de Buenafuente, pueden verse en Globitodechicle, quien los sube casi siempre al terminar el programa (que se transmite muy tarde), y a quien agradezco haber podido seguirlos desde hace casi un año.
Chiquito de la Calzada
Por Emilio García Montiel
El jueves 10 de diciembre, después de entrevistar a Enrique Morente, Buenafuente anunció que el martes siguiente tendría de invitado a Chiquito de la Calzada. “Pues bueno –enfatizó como si ya todo lo demás fuera superfluo- vamos a llenar el tiempo hasta que llegue Chiquito de la Calzada. Vamos a hacer el programa, pero lo importante es que llegue Chiquito, el martes”. Dueño de un humor tan particular, modelo de constante remedo para comediantes y, al parecer, para buena parte de España –chiquitear es el verbo para la acción de imitar a ese singular comediante malagueño - Chiquito de la Calzada parece haber recompuesto el famoso “humor absurdo” de Tip y Coll (quienes ya eran referencia para Les Luthiers) en una suerte de coreografía que importa más que el chiste mismo. Vocablos inventados y de uso ambiguo como meretérica, diodenal y, sobre todo, fistro -“una palabra planetaria surgida después de los dolores”-, frases como “te voy a matá en agosto”, “físicamente y moralmente cansado”, “guarrerida humana después de las comidas”, “no puedor, no puedor” o “al ataquerrrr”, pronunciadas con su marcado acento andaluz, así como un notorio cambio de timbre para marcar las improvisaciones y los finales, son parte de los comodines de Chiquito, junto con su peculiar movimiento de manos, su revoleo de piernas y su desplazamiento a pequeños pasos, como si caminara con cautela sobre un piso mojado. No obstante, creo que la expectación por Chiquito no obedece solamente a esas tan esperadas rutinas y frases, fuentes de las imitaciones, sino también a sus habituales (e imprevistos) cambios de sentido y de contexto como apoyatura en el relato de sus chistes, así como a su habilidad para disociar, del mismo modo, el hilo de cualquier conversación.
Del tipo de humor al que soy afecto, hay, junto a Chiquito -aunque ninguno semejante en estampa- algunos otros comediantes españoles muy elogiables. El propio Andreu Buenafuente, por ejemplo, quien con sutileza disecciona la política y el espectáculo español, en Buenafuente o BFN, uno de los mejores programas humorísticos de los que he visto por los rumbos de Iberoamérica. Sostiene Andreu la idea de un humor inteligente; no sé yo si sería necesario el calificativo, pero, en cualquier caso, si de diferenciarlo del chiste burdo se trata, quien sabe si alguno ha de tener. Participa Andreu del grupo de humoristas El Terrat que, al menos, en cuanto a aparición delante de las cámaras cuenta con José Corbacho, Jordi Évole (El Follonero) y Berto Romero. De Corbacho conozco poco y si bien El Follonero con Salvados tiene lo suyo en cuanto a los enredos políticos, el formato es muy semejante al de los programas que buscan poner a los famosos en aprietos (su emisión desde Cuba cuando el concierto de Juanes me pareció francamente sosa, y peor aún su segunda parte, un recorrido por los barrios de La Habana, guiado nada más y nada menos que por el cantante Yotuel (o Iyouhe, como diría Enrisco) quien se empeñaba en demostrar que todos eran muy felices (sin decir, por supuesto, que perdices no había) y con un Jordi Évole poco menos que apocado ante la explosividad de su cicerone.
De ellos, Berto constituye, sin duda, la excepción del grupo. Hace estupendo dúo con Buenafuente en su programa, es capaz de sacar humor de donde aparentemente no existe (especialmente como lo hacía en su sección Bertovisión en la etapa anterior del programa) y, al igual que el mismo Buenafuente, maneja un registro de humor constante que va desde la aparente conversación intranscendente hasta la astracanada (ambos reverencian, por cierto, el oficio de payaso). En cuanto a otros programas de semejante nivel- hasta donde conozco, y si bien en un formato más estático- está El intermedio, conducido por El Gran Wyoming, con su humor ácido contra todas las correcciones políticas (el 3 de diciembre las audiencias subieron extraordinariamente cuando Buenafuente y Wyoming intercambiaron programas y ambos presentaron el programa del otro). Ya fuera de ello, daría en reconocer a un grupo de comediantes y monologuistas de bastante buen nivel, muchos con apariciones en programas fijos, y entre los que destacaría a Florentino Fernández, Raúl Cimas, Enrique San Francisco y, sobre todo, a Agustín Jiménez.
No me he dado a desentrañar cuánto del buen y mayor humor anterior en España –especialmente de Tip y Coll y del inigualable Miguel Gila- pueda estar presente en estos y otros comediantes de la pantalla chica (de la pantalla grande, por cierto, murió recientemente el genial José Luis López Vázquez), pero, al menos por lo que hace a Chiquito y al programa de Buenafuente y Berto, y de lo que he visto, es de lo mejor que he podido disfrutar. (Habrá por supuesto otros comediantes, buenos en otros estilos más convencionales o sencillamente como magistrales contadores de chistes, como Eugenio) La emisión de ese martes de Buenafuente fue conducida por Berto -para no perderse están la supuesta conversación de Chiquito con Leslie Nielsen, con quien apareció en la recién estrenada Spanish Movie, y sus palabras al presidente de Cataluña, José Montilla, en la segunda parte- y acaso no llegó a igualar la visita anterior de Chiquito al programa, pero en modo alguno dejó de ser divertida. De Chiquito- quien también ha sido cantante de flamenco y protagonista en otros filmes, de entre los que recomiendo Papá Piquillo- hay bastantes videos en You Tube; quienes lo vean por vez primera probablemente –tal como sucede con ese otro gran comediante que es Enrique Pinti -necesiten familiarizarse con su modo de hablar. Los programas de Buenafuente, pueden verse en Globitodechicle, quien los sube casi siempre al terminar el programa (que se transmite muy tarde), y a quien agradezco haber podido seguirlos desde hace casi un año.
5 comentarios:
muy divertido!
t gusta buenafuente xq no vives en españa..no t jode...!
El mejor. El chiquiteo es un lenguaje.
Chiquito, para mayor gloria de la caspa española, también ha hecho largometrajes (la saga de Condemor).
No puedorrr.
No se que te habra pagado Berto,pero lo cierto es que su programa fracaso " logicamente "si no fuera porque Albert es familiar suyo lo mas cerca de TV que estaria seria en un escaparate de electrodomesticos , en cuanto a lo demas estoy de acuerdo sobretodo con Chiquito porque guste o no hay que premiar su rotura de esquemas humoristicos
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