Entre la poesía de Ajubel, las burlas cifradas de Hernán H. y el humor cerebral de Carlucho era Manuel, de los caricaturistas de DDT, quien se encargaba de mantener la conexión entre la mejor publicación humorística de aquellos años y la extenuante cotidianidad del cubano. Y Manuel Hernández Valdés lo hacía con brillantez, sin concesiones a la zona más elemental de nuestra risa. Esos cowboys que hablaban de su velocidad perdida o cómo vencer al rival con maniobras comunes en aquél socialismo real; o las conversaciones entre mujeres que ofrecían el reverso de cómo el macho cubensis concebía la vida; o esas "ingenuas" confesiones de Adán a Dios. Incluso los gastadísimos temas de la burocracia y el machismo volvían a tomar sentido con su trazo descuidado y la agudeza de la frase. Fue el primero –el único creo- de los caricaturistas cubanos a quien se le hizo una exposición unipersonal en el museo de Bellas Artes, algo que no han conseguido los caricaturistas más obedientes. Con el cierre de la publicación se dedicó a la cerámica. Alguna vez en que visité la sede del periódico me convirtió en confesor de sus angustias y decepciones. También me hablaba de sus viejos entusiasmos o de las censuras que habían sufrido durante décadas: desde un íntimo interno de contenido sexual cuya sola existencia soliviantó a los funcionarios de Juventud Rebelde hasta ediciones enteras enviadas a reciclar por haber molestado a éste o aquél.
Las caricaturas que presento pertenecen a diferentes décadas y no son necesariamente las mejores sino una rápida selección de las únicas que había disponibles. Pertenecen a diferentes décadas (los 80 y los 90) lo cual es bastante obvio en algunos casos. En todos, no obstante está el artista.
[Agradezco a Emilio y Garrincha por las sugerencias y a Lauzán por el envío de las caricaturas.]
Las caricaturas que presento pertenecen a diferentes décadas y no son necesariamente las mejores sino una rápida selección de las únicas que había disponibles. Pertenecen a diferentes décadas (los 80 y los 90) lo cual es bastante obvio en algunos casos. En todos, no obstante está el artista.
[Agradezco a Emilio y Garrincha por las sugerencias y a Lauzán por el envío de las caricaturas.]
9 comentarios:
y yo te agradezco a ti por el post.
¡suban más caricaturas, por favor!
Pésimo caricaturista.
Buenísimo, me trajo muchos recuerdos
Saludos
Miriela
Mejor que Varela
Manuel es un genio man, el se retiro a varadero (lo mejor que hizo, quien no quisiera?), alli tiene una produccion artistica enorme, hace lo que se le viene en ganas y esos dibujos contestarios no van a reproducirse en miles de ejemplares como lo hacia en el periodico sino que se convierten en ejemplar unico al ponerlos sobre de un plato de ceramica. El tipo es un guru. una gloria cubana a tener en cuenta.
Enrique, muchísimas gracias por escribir este post sobre Manuel
De Manuel me quedó esa casi silenciosa manera utilizar los aparentes cambios de la moral -y creo que, en última instancia, de un abandono de convenciones que no era privativo de Cuba- a modo de absurdo. Recuerdo (más o menos) una caricatura de Manuel, la conversación entre dos amigas:
-Me parece que mi enamorado no viene con buenas intenciones
-¿Intentó propasarse contigo?
-No, me propuso matrimonio.
Y otra:
-Parece que está en baja
-¿Por qué?
-Lleva dos años en la empresa y ahora fue que me invitó a salir.
Coincido contigo en la particularidad que le adjudicas a Manuel con respecto a otras marcadas individualidades como Carlucho, Ajubel y Hernán H. Y es difícil no pensar en que debieron existir muchos otros cartones que ni siquiera salieran a la luz. Porque esa cercanía humorística con “la extenuante cotidianeidad del cubano” es siempre una frontera con las causas de tal cotidianeidad, o de tal extenuación.
Para mí, uno de los “ganchos” de Manuel era el saber asociar ese contexto con un término en boga o con una frase popular que, dentro de entornos gráficos afines, por extemporáneos que fueran, recreaban la contemporaneidad cubana. Las caricaturas de vaqueros que aquí muestras (uno de sus leitmotiv predilecto) son un ejemplo de ello: la “rapidez” del pistolero asociada con la burocracia, el sexo o la mezquindad.
He dicho al inicio “los aparentes cambios”, pues, si bien algunos “rezagos” -especialmente aquellos relacionados con espacios familiares o íntimos- se suponían “liquidados” con las políticas revolucionarias –sin contar la falaz propaganda de ello como logro exclusivo de la revolución con respecto al resto del mundo- en realidad, creo que la asunción de tales cambios sólo correspondieron a una zona fragmentada de la población cubana y no precisamente diferenciada por bagaje intelectual. Conozco gente “ilustrada” de mi edad que se enorgullece de poder mantener a su mujer sin trabajar, y conocí, en los años noventa, a muchachas que consideraban que toda mujer debía tener un marido que las “representara”. Me viene a la mente una canción de la Orquesta Aragón que ejemplificaba muy bien la ambivalencia de ese intento y de esas actitudes: “Manuela no me pelea”, donde Manuela le permite al marido irse a bailar (sólo, claro, sin Manuela) porque este “ayuda en la tareas del hogar”.
En cualquier caso, creo que Manuel supo recrear -con sutileza que permitía la alabanza de “propios y ajenos”- esa ambigüedad, esa “doble moral” de un espacio cotidiano que, por obvias razones, era igualmente un espacio político, aunque el término no aparentara tener cabida en unas caricaturas que, para efectos clasificatorios, se admitieran bajo la aparente neutralidad de “costumbrismo”.
Emilio García Montiel
Para los que no conocen bien al Manuel.
Es cierto que es muy buen caricaturista, pero les aseguro que como persona no vale nada, hasta hace poco fue el presidente de la UNEAC en Matanzas y ahí acabo, chivato de artistas, perro de los funcionarios del partido, este tipo es un gran oportunista, defensor de la dictadura y sus jefes y todo eso le valió para tener un buen mercado en Varadero, aunque sus pinturas son horribles y las hacen entre toda su familia y luego las firma, ahora solo hace caricaturas políticas a favor del régimen y las publican en el periódico local Girón.
Al parecer a Manuel le pasaron la cuchilla y lo convirtieron en algo mas que un caricaturista como ha pasado a tantos y tantos buenos artistas cubanos. El tal periodico Giron esta llenito de caricaturas oficialistas del Manuel.
http://www.giron.co.cu/Galerias/GaleriaFotos/Manuel/index.html
anonimos atacando, partia de envidiosos, cojoneeeeeeee
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