Yunior Terry es
uno de esos lujos musicales que nos damos de vez en cuando los cubanos en Nueva
York. Lo mismo cuando toca con su grupo en algunos de los clubes de jazz de la
ciudad que cuando lo invitan a acompañar con su bajo a alguna estrella de paso
por Manhattan. Ahora Terry ha decidido dejar testimonio grabado de ese lujo con
su disco “Mi Bajo Danzón”. Allí se hace acompañar por “Son de Altura” una
agrupación en la que canta un músico tan decisivo en la escena cubana de la
ciudad como David Oquendo, con Osmany Paredes en el piano, el experimentado y
ubicuo Vicente Sánchez en las congas y el magnífico tresero Yuniel Jiménez, entre
otros, hasta formar una banda con tres trompetas, percusión, tres, bajo y piano.
Por si fuera poco (se trata de un disco ambicioso y se le nota desde los
créditos) para algunas piezas Yunior ha invitado trombonistas, un organista,
una flautista, varios cantantes (Pepito Gómez, Gerardo C ontino y Rolando de
los Reyes) y a su famoso hermano Yosvany Terry para que lo acompañe con el saxo
y el chekeré.
El plan de “Mi Bajo Danzón” es sencillo pero su ejecución no debió serlo: un recorrido por los
géneros más representativos de la música bailable cubana más tradicionales (el
son, la rumba, el cha cha chá, el mambo, el danzón) desde la sensibilidad de la
timba pero hecho (de ahí la dificultad) de manera que en la fusión con la
última no se perdiera el regusto elegante y clásico de los géneros más
antiguos. Ese es uno de los grandes méritos del disco, su limpieza. La de la
interpretación, la de la grabación, la de la mezcla y la de los arreglos en el
cual todos los elementos tímbricos y armónicos están dispuestos de manera que
puedan ser disfrutados tanto por separado como en conjunto: como ciertos platos
tailandeses o como un buen equipo de béisbol. El resultado son piezas más bien
extensas, ricas en más de un sentido y que cuando parecen agotarse vuelven a
arrancar con nuevo y sorprendente impulso. A destacar en un disco que mantiene
muy buen nivel el “Mambo No. 7” , la “Tumba Randy” (con homenaje incluido
al “Mambo influenciado” de Chucho Valdés), “Traigo Cha- Cha –Chá” y “Canta mi
Bajo Danzón” piezas que delatan una mano tan cuidadosa, firme y creativa como
la que pulsa el bajo de Terry. Hecho para bailarse y ser escuchado “Mi BajoDanzón” no debe confundírsele con otros productos de la inercia musical cubana.
Ya lo dije antes, es todo un lujo.
Abajo, una actuación en vivo del grupo:
Abajo, una actuación en vivo del grupo:
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