martes, 22 de mayo de 2012

Prohías y el Bobo (de Abela)


Les anuncio que en el blog Prohías político ya he colocado cuarenta caricaturas del creador de El Hombre Siniestro y acabo de agregar cincuenta y una de El Bobo de (Eduardo) Abela a las que pienso añadir unas cuantas más. Pese a ser uno de los personajes más conocidos en la Historia de la caricatura cubana son relativamente pocos los dibujos del Bobo de Abela que pueden encontrarse en el internet (lo más amplio que he encontrado es el siempre útil archivo de Latin American Studies). De ahí que haya tomado la página de Prohías para mostrar la colección que aparece en el libro que dedicara al personaje el crítico Enrique Gay Calbó. Quiero agradecerle a mi amigo el artista Armando Tejuca el haberme ayudado a digitalizar estas imágenes.

Post Data: Una sugerencia para entender las caricaturas: recuerden que muchas veces el dibujo y el diálogo son meros pretextos para pronunciar la frase final y esquivar la censura. Hay otras como la de abajo que parecen haber sido hechas hoy mismo.


(A diferencia del resto esta fue tomada del referido archivo de Latin American Studies)

6 comentarios:

BARBARITO dijo...

Bueno para compartir.
(Y así lo hago en mi muro de Facebook).
Gracias Enrique.

el fume dijo...

Aunque ya pusiste un link al blog de Prohías político en un post anterior te recomiendo que pongas un enlace en este también.

Anónimo dijo...

El humor del Bobo de Abela es para mi como el del New Yorker, no lo entiendo

Enrisco dijo...

Hay cosas en las que yo también me quedo botado porque son muy contextuales pero la verdad que muy pocas. Otras no dan mucha gracia o ninguna, incluso si se entienden pero una buena parte son muy simpaticas y muy vigentes. Recuerda que habia una censura que burlar pero pensando en ese contexto la mayoria son bastante claras.

Emilio dijo...

Excelente la idea de ese blog.

Armando Tejuca dijo...

La comicidad en aquellos dibujos de periódico no tenia que ser necesariamente un chiste, podía ser la sorpresa de ver qué estaba haciendo el bobo ese día. Yo me imagino (sin esta gran avalancha de imágenes de hoy), en una cafetería de mi pueblo abriendo el periódico y preguntándome por dónde andará el bobo hoy? Cualquier cosa que hiciera no haría otra cosa que hacerme sonreír. Y el día que hiciera un chiste arrancaría sin dudas una carcajada estruendosa. Nada, las épocas y los humores, cambian, todo cambia.