lunes, 8 de septiembre de 2014

Homenaje a Jorge Valls

Foto que me tomó el sábado junto a Jorge Valls nuestro común amigo Geandy Pavón.

El sábado pasado se le celebró en el Club Cubano de Elizabeth, NJ un homenaje a Jorge Valls una de las personas más impresionantes que conozco. Opositor muy temprano a Batista fue uno de los fundadores del Directorio Revolucionario luego se opuso a la dictadura castrista siendo condenado a veinte años de prisión los que cumplió en exceso. Hombre de una cultura vastísima ha publicado varios libros pero lo que más se le reverencia es el impecable magisterio ético que ha ejercido a su alrededor con su mero y tranquilo ejemplo. Mucho mejor lo expresa Armando Álvarez, uno de sus más cercanos amigos (y discípulos añadiría yo) quien el sábado leyó un breve discurso en su honor y que les copio a continuación.


Conocí a Jorge en 1988. Creo que fue cuando Tony se casó y yo me divorciaba.
Supe de él mucho antes por un gran hombre y compañero de Jorge de las luchas de la Universidad y que nunca descansó hasta verlo en libertad. Recuerdo que montó la obra de teatro de Jorge “Los perros jíbaros” en el entonces Jersey City Estate College hoy Universidad. Estoy hablando de Julio Fernández, para muchos solo Julito. Eran la época de Guardarraya y el Zun Zun, la Musa Traviesa de la doctora Onilda Jiménez. Época ambivalente: hablábamos de derechos humanos pero nos preparábamos militarmente.Creo que precisamente  porque Tony se casó, Jorge buscaba un lugar donde pernoctar y mi apartamento estaba disponible. El cabo y el hacha se encontraron.Es Jorge el hombre más extraordinario que he conocido. Y lo digo literalmente: es alguien fuera de lo ordinario.Es socialista y sindicalista pero es católico practicante; es revolucionario pero la revolución socialista lo sentencia a 20 años de prisión. Cae preso el mismo 10 de marzo y regresa de su primer exilio en México y está de nuevo preso cuando Fidel todavía no había salido para México. Funda una organización de acción armada, el Directorio Revolucionario, conspira con militares para dar un golpe de estado, pero es a la vez profundamente demócrata; se presenta a un juicio que estaba decidido de antemano para defender a un compañero, cumple prisión sin doblegarse y llega al exilio hablando de rencauzar la revolución.
Lo que molesta a muchos de Jorge cuando lo conocen es su pensamiento: viene hablando de reconciliación, de perdón, borrón y cuenta nueva desde una época en la que todavía la lucha armada se veía como una alternativa, donde opiniones como la de Jorge le podían costar la vida. ¿Cómo hablar de perdón o reconciliación con aquellos que tanto dolor y muerte han causado? El perdón y la reconciliación de Jorge no proviene de una actitud pusilánime, derrotista o de una estrategia de lucha momentánea para lograr sus objetivos. Todo lo contrario. Jorge habla y actúa, sobre todo actúa, como un vencedor. Y lo es: prueba de que la barbarie, las torturas y la prisión no le endurecieron el alma. El victimario tiene el poder de la  violencia, y la ejerce, puede decidir quién vive y quién muere. A la víctima solo le queda la dignidad de su causa, no puede elegir si muere o no, si va preso o no, pero sí cómo va enfrentarlo.Jorge lo hace como ninguno o como muchos de ustedes: se crece, derrota al enemigo por el solo hecho de vivir, de salir con vida, de dar su testimonio, de perdonar, de no dejar de ser quien es, de ser mejor.Jorge no va al juicio de Marcos Rodríguez  a salvarlo. Su suerte ya está echada y así se lo dice Dorticós: “no importa la inocencia de Marcos sino lo connotación del caso”. No se juzga a Marcos. A quien se tiene en el banquillo de los acusados es al Partido Socialista en la persona de Joaquín Ordoqui. Jorge lo sabe, pero tampoco le importa: su amigo está en apuros y ahí está él. Jorge es de aquellos pocos seres humanos que no están donde le conviene, sino donde el deber de sus ideales le ordena. Muy pocos escogen el deber a la conveniencia.Todos los que conocemos tenemos una anécdota  donde Jorge se da más allá de lo humanamente posible. Jorge no es un hombre de esta época o de ninguna. O tal vez de todas. Nada material ambiciona. Es como San Francisco de Asís: “deseo poco y lo poco que deseo, lo deseo poco”. Solo las cosas espirituales lo animan. Es un erudito, no hay tema que no conozca en profundidad, pero cosa rara en los cubanos, sabe escuchar.
Es políglota: habla español, inglés, francés, y catalán. Escribe y publica poesía, teatro , ensayos en algunos de estos idiomas. Filósofo, conocedor de la biblia como ninguno, su nombre está inscrito por sus hechos en la historia de Cuba. Pero si me piden que le dé un nombre,  no se me ocurre ninguno mejor que el de Maestro. Jorge nos enseña a ser mejores seres humanos con su ejemplo, a dar -como decía la madre Teresa- hasta que duela. A estar donde debemos y no donde nos conviene, instancias que casi nunca, desafortunadamente, coinciden.Su expresión favorita, cuando le preguntan “cómo estas”, es “tengo más de lo que me merezco”. Así vive este hombre, con letra mayúscula, que hoy honramos, al que nos enorgullece con su presencia y su amistad. Todos tenemos libre albedrío, cada uno de nosotros podemos  escoger nuestro futuro. Jorge fue uno de aquellos que hizo suyo el verso de Martí:
“Dame el yugo, oh mi madre, de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata”
Y es esa luz que ilumina y mata la que verán las nuevas generaciones cuando estudien esta época convulsa que se hace llamar Revolución Cubana, y sepan de hombres como Jorge Valls que no tuvieron miedo a vivir y a morir por lo que creen, sin odios y supieron amar a la que todavía Jorge llama “su novia”, Cuba.

4 comentarios:

Inesita Correcalle dijo...

Para los que no conocen los vericuetos del caso "Marquitos" les recomiendo una novella de investigación en toda regla: Un asunto sensible, de Miguel Barroso. A todas luces, según el libro y el entorno de Ordoqui, este era un doble agente, de los rusos y también hacía sus trabajitos para la CIA en el nido de espías que siempre ha sido México. Recuerdo la intervención de Valls en el juicio y su defensa a Marquitos. Me gustaría conversar algún día con él. ¿Cómo puedo comunicarme con él? (aunque esto ultimo suene un poco ingenuo)

Miguel Iturralde dijo...

¿No fue este señor la única persona que dio un testimonio favorable sobre Marquitos (Marcos Armando Rodríguez) durante su segundo juicio en 1964, acusado de la delación de los cuatro de Humboldt 7? Saludos.

Realpolitik dijo...

Lo de "borrón y cuenta nueva" se lo acepto a cualquiera que crea en ello de buena fe, siempre y cuando no pretenda imponer su criterio a otras personas. La realidad, guste o no, es que mientras mayor es la magnitud de un crimen, menor es la posibilidad de que haya la debida justicia. Yo ni remotamente espero la debida justicia con los crímenes castristas, como no la hubo ni la habrá con los rusos ni los chinos ni los norcoreanos (hablo de justicia terrenal, para los que creen en otra). Pero, ser realista no implica olvidar nada nunca, ni perdonar culpa que ni siquiera se ha admitido, y por la cual no habido arrepentimiento ni se ha pedido perdón.

Miguel Iturralde dijo...

Inesita,

Si leíste bien el libro de Barroso, lo de Ordoqui fue una bola que echó a rodar la CIA para comprometer a Ordoqui como agente, y les funcionó. Y fue le excusa de Fidel Castro para tronar a todos los comunistas viejos pro-soviéticos e imponer su versión castrista del comunismo.

A la conclusión que llega Barroso es que si hubiesen tenido pruebas contundentes de que Ordoqui fue agente de la CIA lo hubiesen fusilado sin miramientos. El hecho de que Ordoqui viviera el resto de sus días bajo arresto domiciliario, con escolta y servicio doméstico, fue por consideración al único comunista de la vieja guardia que se manifestó a favor del asalto al Moncada cuando los demás lo condenaron.

Saludos.